lunes, 7 de mayo de 2018

Estreno. Y SI ME ENAMORO. Capítulo 1


Madre e hijo, una frente al otro desayunando en el mesón de la cocina. Una cocina grande como todo el apartamento. Un pent house de dos pisos fue lo que le quedó junto con un carro, luego del divorcio.



Ella desayunaba dos huevos fritos, tocineta, un bagel, jugo de naranja y café negro. Todo acompañado de un cigarrillo. Él un cereal de avena y hojuelas de maiz con leche de almendras y un jugo de naranja natural.



–¿Entonces no me vas a acompañar al mercado a comprar algunas cosas? –Soltó una bocanada de humo hacia arriba mientras veía a su hijo.

–No mamá te dije desde la semana pasada que el sábado, o sea hoy iba al parque de diversiones con unos amigos.

–¿No estás como grandecito para ir a ese parque? Yo iba con tu papá cuando teníamos 15 años, tú tienes 21.

–Vamos a joder un rato.

–Hagan algo más productivo, trabajen.

–Yo trabajo mamá, estudio y trabajo.

–¿Tu papá te depositó la mensualidad?

–Creo que si.

–Hazme el favor y antes de irte me transfieres y te quedas con tu parte.

–Si mamá.

–Con tanto dinero que tiene tu papá y se tarda en depositarte, no sé que se cree que uno vive del aire.

El muchacho puso los ojos en blanco con cara de fastidio al escuchar a su mamá.

–Deberías de ponerte a trabajar y producir y no esperar que mi papá me pague, no tiene porque hacerlo, ya está casado.

­–Que pague, ¡me montó cachos! Que pague, así se sentirá de culpable que te transfiere un dineral, sabe que es para ti pero también para mantener esta casa.

–Yo voy a llegar en la noche, luego iremos al cine.

–¿Me vas a dejar sola todo el día?

–Llama a una amiga y se toman un café.

–¿Amigas? Unas se han ido del país y las otras se han muerto, la que me queda vive lejos y no tiene carro, hay que buscarla.

–Voy a la computadora a transferirte y me voy.



Orlando Vásquez López, un muchacho de 21 años, deportista, va al gimansio, estudia el último año de ingeniería de sistemas y trabaja en una tienda de ropa de una diseñadora famosa, aunque no le hace falta trabajar, él quiere ganarse su dinero y gastarlo en las cosas que le apasionan y le gustan.

Nació dentro de un conflicto, su padre se acostó con su madre en una noche de tragos, él era casado y tenía una hija, se divorció de su esposa para casarse con la madre de su hijo pero el matrimonió duró cinco años y regresó con su anterior esposa. Orlando nunca ha dejado de ver a su padre, tiene una buena relación y se ven todas las semanas.



–Ya te hice la transferencia 10 millones.

–Mira ¿y tu novio? ¿Lo vas a ver hoy?

–Si, en la noche.

–¿Tú vas a seguir con eso de ser gay?

–Ay mamá, fuiste tú quien me presentó a Vicente.

–Claro, se supone que te tengo que apoyar, es el hijo de una amiga, tiene dinero, si vas a ser marico por lo menos sácale provecho a eso, no te vas a empatar con un pelabola.

–Mamá yo no estoy con Vicente por su dinero.

–Es bien feo y barrigón, De su físico no te enamoraste, mírate tú, tienes un cuerpazo y eres bello, como tu padre a su edad.





Orlando cogió su morral y el suéter que estaba en el sofá.

–Chao mamá.

–Otro sábado sola aquí, sin nadie con quien salir. Tu hermana está en la ciudad, ¿vas a verla?

–Ay mamá ya, deja el drama, vivimos en una zona céntrica, puedes salir a tomarte un café. ¡Y deja de fumar ya llevas tres cigarros! No sé si la vea, llamo a mi papá para ver que van a hacer.

–Vino a ver al novio, yo creo que se queda definitivo, seguro se casa.

–No sé como te enteras de todo si ni siquiera sales, sabes más tú que yo. -Le dio un beso en la mejilla y se fue del apartamento.



–<Hola mi amor, voy saliendo de casa estoy esperando que estos chamos me busquen para ir al parque>

–<Ok, no entiendo que van a hacer a ese parque, es viejísimo, esa vaina da miedo ir>

–<Vamos a joder además uno de ellos quiere tomarle fotos. ¿Nos vemos en la noche? Vamos a ir al cine, vente con nosotros>

–<No nene, yo prefiero ir al cine contigo y luego cenita y te quedas en casa>

–<Nunca quieres ir con mis amigos>

–<Nené no es por molestarte pero son unos carajitos, yo con eso no me llevo>

–<Tienen mi edad>

–<Pero no tu cerebro, ve con ellos al cine y yo te busco donde me digas y cenamos juntos y te quedas conmigo>

–<Ooookeeeey, un beso amor>





Llegaron al parque. Un lugar que se detuvo en el tiempo aunque aún funcionan todas las atracciones, perfecto para tomar fotografías como lo hará uno de sus amigos aficionado a capturar momentos.

–Chaaamo esta vaina está brutal. –Decía Nelson, uno de sus amigos que es fotógrafo, tiene 22 años y se dedica a la fotografía de bodas, fiestas, bautizos, 15 años, de eso vive junto con otro amigo

–Aprovecha y fotografía todo.

–¿Y tu viejito no va a venir? Le preguntó otro de sus amigos.

–Pendejo. No no puede, tiene trabajo pero nos vemos en la noche.

–¿Qué? ¿Viene al cine con nosotros? Que ladrillo, chamo te buscaste al novio más aburrido del planeta, mi pana esta bien que seas marico pero escoge bien.

–Debe ser que tu novia es una fiestera, que está de rumba siempre contigo guevón.

Pedro, su otro amigo se quedó callado. –Bueno lo que pasa es que la caraja tira como una demonia, eso es lo que me gusta de ella.

–Qué básico eres.

–Seguro que Vicente se tira en la cama y tienes que hacer todo tú.

Orlando se le quedó viendo y se volteó, al caminar tropieza con una persona.



–Ay, disculpa mi pana, ¿te pegué?

Orlando lo ve directo a los ojos, unos ojos azules muy claros, el cabello negro y la piel blanca.

–No, no tranquilo, no te vi, perdón.

–Dale. -El hombre siguió su camino.

–Verga, ¿le viste los ojos al carajo?

–Jajaja aquí el gay eres tú papá, yo no le veo los ojos a los hombre yo le veo las tetas a las mujeres como estas, mira uf. –Le hablaba Nicolas, el tercer amigo de Orlando que tiene 23 años.



Orlando seguía con la mirada al joven con quien tropezó. Lo vio abrazar a una chica que estaba de espaldas, cuando se iban a besar uno de sus amigos lo haló para irse a los carros chocones.

–El carajo es hetero, tiene novia.

–Y tú tienes novio, deja de bucearte a los hombres, por eso es que a los maricos lo ponen de promiscuos, no pueden ver a otro tipo porque se excitan y ya quiere tirar con él.

–Si guevón, igualito eres tú, bastante cacho que le montaste a tu ex, por eso te dejaron.

–Aaaah eso es distinto.

–Deja de hablar tanta paja, vamos para allá, mira que hay cola.



Estando en la cola para los carritos chocones, Orlando vuelve a ver al hombre solo, voltea hacia la cola y se ven de nuevo, a los ojos. El hombre sonríe, él también. Orlando intenta salir de la cola pero ya le toca entrar. Lo sigue con la mirada pero se le pierde entre la multitud. Comienza a manejar, voltea la mirada y cuando vuelve a buscarlo, lo ve con una chica rubia, al parecer la misma de antes, esta vez los ve besarse apasionadamente. Orlando voltea y lo chocan de frente dándose un golpe en la cabeza con el tubo de atrás que conecta el carrito con la electricidad.



Salen de la atracción y recibe una llamada de Vicente.

–<Hola nené, solo te llamaba para decirte que te amo>

–<Yo también mi amor, te amo, esta noche nos vemos>

–<Te tengo una sorpresa>

–<¿Que será?>

–<No comas ansias. Es algo que quería y tenía que hacer y lo logré, te cuento esta noche, voy a salir a hacer varias cosas en la calle, te llamo luego. Mosca y me montas cachos, deja de bucearte a los machos en el parque>

<Gafo, un beso, chao> -Colgó la llamada

Orlando se quedó pensando en la sorpresa, se detuvo. Mientras ubicaba a sus amigos, se le pararon frente a él.

–Hola.

Orlando dio un ligero brinco al verlo tan cerca.

–Hola, ¿qué tal? Disculpa el tropiezo.

–Tranquilo, no te vi. Pero ahora si te estoy viendo bien.

Orlando se puso nervioso y en su mente escuchaba la voz de Vicente diciéndole lo de la sorpresa.

–Ya vi que tienes novia.

–Si, por ahí anda, fue al baño. Hoy le pido matrimonio.

–Aaah que bien ¿no? fino.

–Si, anota mi número.

–¿Para? ¿tú numero? No, no sé.

–ORLAAANDOOOOO, VENTE PUEEES

–Chao, te dejo, hablamos ¿ahora? No sé.

–Si, será.

Orlando se secó las manos en el pantalón, le sudaban, se puso nervioso.



–Marico, hasta que no hablaste con él no te quedaste tranquilo, le voy a decir a tu viejito.



Orlando comenzó a sonreir, volvía a buscar al hombre pero este no aparecía en su visual, había desaparecido.

1 comentario: