Madre e hijo, una frente al otro
desayunando en el mesón de la cocina. Una cocina grande como todo el
apartamento. Un pent house de dos pisos fue lo que le quedó junto con un carro, luego del divorcio.
Ella desayunaba dos huevos fritos, tocineta,
un bagel, jugo de naranja y café negro. Todo acompañado de un cigarrillo. Él un
cereal de avena y hojuelas de maiz con leche de almendras y un jugo de naranja
natural.
–¿Entonces no me vas a acompañar al mercado
a comprar algunas cosas? –Soltó una bocanada de humo hacia arriba mientras veía
a su hijo.
–No mamá te dije desde la semana pasada que
el sábado, o sea hoy iba al parque de diversiones con unos amigos.
–¿No estás como grandecito para ir a ese
parque? Yo iba con tu papá cuando teníamos 15 años, tú tienes 21.
–Vamos a joder un rato.
–Hagan algo más productivo, trabajen.
–Yo trabajo mamá, estudio y trabajo.
–¿Tu papá te depositó la mensualidad?
–Creo que si.
–Hazme el favor y antes de irte me
transfieres y te quedas con tu parte.
–Si mamá.
–Con tanto dinero que tiene tu papá y se
tarda en depositarte, no sé que se cree que uno vive del aire.
El muchacho puso los ojos en blanco con
cara de fastidio al escuchar a su mamá.
–Deberías de ponerte a trabajar y producir
y no esperar que mi papá me pague, no tiene porque hacerlo, ya está casado.
–Que pague, ¡me montó cachos! Que pague,
así se sentirá de culpable que te transfiere un dineral, sabe que es para ti
pero también para mantener esta casa.
–Yo voy a llegar en la noche, luego iremos
al cine.
–¿Me vas a dejar sola todo el día?
–Llama a una amiga y se toman un café.
–¿Amigas? Unas se han ido del país y las
otras se han muerto, la que me queda vive lejos y no tiene carro, hay que
buscarla.
–Voy a la computadora a transferirte y me
voy.
Orlando Vásquez López, un muchacho de 21
años, deportista, va al gimansio, estudia el último año de ingeniería de
sistemas y trabaja en una tienda de ropa de una diseñadora famosa, aunque no le
hace falta trabajar, él quiere ganarse su dinero y gastarlo en las cosas que le
apasionan y le gustan.
Nació dentro de un conflicto, su padre se
acostó con su madre en una noche de tragos, él era casado y tenía una hija, se
divorció de su esposa para casarse con la madre de su hijo pero el matrimonió
duró cinco años y regresó con su anterior esposa. Orlando nunca ha dejado de
ver a su padre, tiene una buena relación y se ven todas las semanas.
–Ya te hice la transferencia 10 millones.
–Mira ¿y tu novio? ¿Lo vas a ver hoy?
–Si, en la noche.
–¿Tú vas a seguir con eso de ser gay?
–Ay mamá, fuiste tú quien me presentó a
Vicente.
–Claro, se supone que te tengo que apoyar,
es el hijo de una amiga, tiene dinero, si vas a ser marico por lo menos sácale
provecho a eso, no te vas a empatar con un pelabola.
–Mamá yo no estoy con Vicente por su
dinero.
–Es bien feo y barrigón, De su físico no te
enamoraste, mírate tú, tienes un cuerpazo y eres bello, como tu padre a su
edad.
Orlando cogió su morral y el suéter que
estaba en el sofá.
–Chao mamá.
–Otro sábado sola aquí, sin nadie con quien
salir. Tu hermana está en la ciudad, ¿vas a verla?
–Ay mamá ya, deja el drama, vivimos en una
zona céntrica, puedes salir a tomarte un café. ¡Y deja de fumar ya llevas tres
cigarros! No sé si la vea, llamo a mi papá para ver que van a hacer.
–Vino a ver al novio, yo creo que se queda
definitivo, seguro se casa.
–No sé como te enteras de todo si ni siquiera
sales, sabes más tú que yo. -Le dio un beso en la mejilla y se fue del
apartamento.
–<Hola mi amor, voy saliendo de casa
estoy esperando que estos chamos me busquen para ir al parque>
–<Ok, no entiendo que van a hacer a ese
parque, es viejísimo, esa vaina da miedo ir>
–<Vamos a joder además uno de ellos
quiere tomarle fotos. ¿Nos vemos en la noche? Vamos a ir al cine, vente con
nosotros>
–<No nene, yo prefiero ir al cine
contigo y luego cenita y te quedas en casa>
–<Nunca quieres ir con mis amigos>
–<Nené no es por molestarte pero son
unos carajitos, yo con eso no me llevo>
–<Tienen mi edad>
–<Pero no tu cerebro, ve con ellos al
cine y yo te busco donde me digas y cenamos juntos y te quedas conmigo>
–<Ooookeeeey, un beso amor>
Llegaron al parque. Un lugar que se detuvo
en el tiempo aunque aún funcionan todas las atracciones, perfecto para tomar
fotografías como lo hará uno de sus amigos aficionado a capturar momentos.
–Chaaamo esta vaina está brutal. –Decía
Nelson, uno de sus amigos que es fotógrafo, tiene 22 años y se dedica a la
fotografía de bodas, fiestas, bautizos, 15 años, de eso vive junto con otro
amigo
–Aprovecha y fotografía todo.
–¿Y tu viejito no va a venir? Le preguntó
otro de sus amigos.
–Pendejo. No no puede, tiene trabajo pero
nos vemos en la noche.
–¿Qué? ¿Viene al cine con nosotros? Que
ladrillo, chamo te buscaste al novio más aburrido del planeta, mi pana esta
bien que seas marico pero escoge bien.
–Debe ser que tu novia es una fiestera, que
está de rumba siempre contigo guevón.
Pedro, su otro amigo se quedó callado.
–Bueno lo que pasa es que la caraja tira como una demonia, eso es lo que me
gusta de ella.
–Qué básico eres.
–Seguro que Vicente se tira en la cama y
tienes que hacer todo tú.
Orlando se le quedó viendo y se volteó, al
caminar tropieza con una persona.
–Ay, disculpa mi pana, ¿te pegué?
Orlando lo ve directo a los ojos, unos ojos
azules muy claros, el cabello negro y la piel blanca.
–No, no tranquilo, no te vi, perdón.
–Dale. -El hombre siguió su camino.
–Verga, ¿le viste los ojos al carajo?
–Jajaja aquí el gay eres tú papá, yo no le
veo los ojos a los hombre yo le veo las tetas a las mujeres como estas, mira
uf. –Le hablaba Nicolas, el tercer amigo de Orlando que tiene 23 años.
Orlando seguía con la mirada al joven con
quien tropezó. Lo vio abrazar a una chica que estaba de espaldas, cuando se
iban a besar uno de sus amigos lo haló para irse a los carros chocones.
–El carajo es hetero, tiene novia.
–Y tú tienes novio, deja de bucearte a los
hombres, por eso es que a los maricos lo ponen de promiscuos, no pueden ver a
otro tipo porque se excitan y ya quiere tirar con él.
–Si guevón, igualito eres tú, bastante
cacho que le montaste a tu ex, por eso te dejaron.
–Aaaah eso es distinto.
–Deja de hablar tanta paja, vamos para
allá, mira que hay cola.
Estando en la cola para los carritos
chocones, Orlando vuelve a ver al hombre solo, voltea hacia la cola y se ven de
nuevo, a los ojos. El hombre sonríe, él también. Orlando intenta salir de la
cola pero ya le toca entrar. Lo sigue con la mirada pero se le pierde entre la
multitud. Comienza a manejar, voltea la mirada y cuando vuelve a buscarlo, lo
ve con una chica rubia, al parecer la misma de antes, esta vez los ve besarse
apasionadamente. Orlando voltea y lo chocan de frente dándose un golpe en la
cabeza con el tubo de atrás que conecta el carrito con la electricidad.
Salen de la atracción y recibe una llamada
de Vicente.
–<Hola nené, solo te llamaba para
decirte que te amo>
–<Yo también mi amor, te amo, esta noche
nos vemos>
–<Te tengo una sorpresa>
–<¿Que será?>
–<No comas ansias. Es algo que quería y
tenía que hacer y lo logré, te cuento esta noche, voy a salir a hacer varias
cosas en la calle, te llamo luego. Mosca y me montas cachos, deja de bucearte a
los machos en el parque>
<Gafo, un beso, chao> -Colgó la
llamada
Orlando se quedó pensando en la sorpresa,
se detuvo. Mientras ubicaba a sus amigos, se le pararon frente a él.
–Hola.
Orlando dio un ligero brinco al verlo tan
cerca.
–Hola, ¿qué tal? Disculpa el tropiezo.
–Tranquilo, no te vi. Pero ahora si te
estoy viendo bien.
Orlando se puso nervioso y en su mente
escuchaba la voz de Vicente diciéndole lo de la sorpresa.
–Ya vi que tienes novia.
–Si, por ahí anda, fue al baño. Hoy le pido
matrimonio.
–Aaah que bien ¿no? fino.
–Si, anota mi número.
–¿Para? ¿tú numero? No, no sé.
–ORLAAANDOOOOO, VENTE PUEEES
–Chao, te dejo, hablamos ¿ahora? No sé.
–Si, será.
Orlando se secó las manos en el pantalón,
le sudaban, se puso nervioso.
–Marico, hasta que no hablaste con él no
te quedaste tranquilo, le voy a decir a tu viejito.
Orlando comenzó a sonreir, volvía a buscar
al hombre pero este no aparecía en su visual, había desaparecido.
Que emoción!!!!
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