lunes, 18 de junio de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 21


Los cuatro amigos se volvían a reunir luego de los tristes acontecimientos en la familia de Orlando.

Al ver al muchacho, sus amigos lo abrazaron y no pudo evitar llorar de nuevo.

Es tan loco todo lo que pasó y encima de la forma en que pasó, no entiendo.

–¿Y cómo está tu cuñado? Marico ¿cómo es eso que dormiste con él? ¿Tiraron?

–Diego, verga amigos, no sé como decirles esto, va a sonar muy loco, pero ese carajo me gusta que jode, lo veo y me pongo nervioso pero entonces el pana es enclosetado, era el novio de mi hermana y se me cruzan los cables y me bloqueo. No tiré con él, solo conversamos, bebimos y nos quedamos dormidos.



Orlando les contó cuando llegó el padre de Diego y los vio en la cama, luego Diego lo llamó para decirle que no quería verlo más.

–Esas vainas me molestan, el carajo tiene 30 años y un peo de aceptación muy arrecho.

–Manda pal coño a ese carajo, aquí cerca tienes a un pana que está loquito por ti. –Nelson señaló a Pedro, este le dio un empujón. Orlando lo vio a los ojos quieriéndole decir lo de Arévalo pero se quedó callado.

–Yo tengo que contarles algo a ustedes.

–¿Ves? Este se va a abrir con nosotros.

–Coño, déjalo tranquilo. –Le decía Nicolás a Nelson empujándolo.



–Si, soy gay, yo sé que ustedes se lo imaginaban pero quería decírselos.

–Y di que te gusta Orlando, dilo.

–Él ya lo sabe mamagüevo, yo se lo dije.

–Bueno, bueno ya, deje la insultadera, tampoco es que somos unos homofóbicos, a Orlando lo conocimos  y de una nos dijo que era gay, ahora a apoyar a Pedro y quererlo como siempre.

–Nelson me tiene arrechera.

–No digas guevonadas, él jode mucho pero te quiere.

–Pero no te voy a coger, a mi me gusta una cuca, chuparla y clavarla.

–Que basto eres, ¿así tratas a tu novia?

–jajajajajajaja

–Marico, hablando de novia, he visto un poco de películas porno donde los tipos orinan a las mujeres y me dio un morbo, le dije a mi novia para orinarla y me dijo que era un cochino y ordinario, pero después nos metimos a duchar y me puse a orinarla en la pierna, sintió el calorcito y me dijo que que estaba haciendo, me agarré el guevo y lo subí para mearle la barriga y la caraja mudita viendo. Esa vaina me puso quesúo y se me paró el güevo, bueno y la puse a mamar.

–Coño yo le digo a mi jeva que la voy a orinar y me cae a coñazos. –Decía Nicolás.

–Es como asqueroso eso ¿no?

–A mi me da morbo.

–Lo probaré. –Dijo Pedro.



Mientras seguían conversando tomando unas cervezas apareció Arévalo. Pedro lo vio y se emocionó.

–Hola buenas tardes.

–¿Tú que haces aquí? –Dijo Orlando, Pedro se adelantó para justificar la presencia del policía.

–Lo llamé por lo que te dije de mi tío, me voy a reunir con él. –Nelson vio a Nicolás y ambos se sonrieron.

–Ya va, yo voy a hablar con él un momento. –Orlando se levantó y se alejó con Arévalo.



–¿Qué pasó cuando me llamaste?

–Nada, no quería que me dijeras que estuviste con el tipo este.

–Yo dormí con él, entiéndase dormir, DOOORMIR, yo hablé y bebí y nos quedamos dormidos, no tiramos, además yo no sé para que te doy explicacioes si no soy tu novio.

–Tampoco te las pedí…es tu vida y tú te acuestas con quien quieras menos conmigo.

–Jajajaja ¿en serio Arévalo te vas a poner celoso y apenas nos conocemos?

–Marico apenas conoces al güevón ese y te caiste a palos con él y te quedaste a dormir en su casa.

–Tú intentaste cogerme a la fuerza. -Hubo una pausa. –Tienes razón, con Diego fui más allá, pero es que Arévalo, yo…no lo tomes a mal, Diego me gusta mucho, no te lo voy a negar.

–¿Y yo no te gusto? Coño, me viste el pingón que tengo, eso enamora a cualquiera.

–Verga chamo que básico eres ¿acabas de escuchar lo que dijiste? Mira, eres muy de pinga y te agradezco lo que has hecho por mi, eres guapo, pero hasta ahí…

–Esta bien, esta bien, ya entendí, no quieres nada conmigo, me toca estar con Pedro.

–No le hagas daño, es un buen carajo y es mi amigo, no lo uses para calmar tus ganas de tirar, no lo jodas. Ven, te voy a presentar a mis amigos.



Orlando se acercó con el policía y lo presentó, antes de irse con Pedro, lo tomó del brazo para hablar con él.



–Ya sé que tiraste con Arévalo, tranquilo, no hay peo, solo te voy a decir una cosa, es policía y sabes como son los policías, este es un poco particular, pero igual mosca, no te dejes joder.

-Él está enamorado de ti.

– A ver, a él le gusto pero ya le di su parao, tú mosca que te conozco.

–Discúlpame.

–¿Por qué?

–Es que…lo hicimos…en el funeral de tu hermana.

-Ay deja la tontería, no es el sito para hacer esas cosas pero bueno, ya lo hicieron, relájate.



Orlando se restregó los ojos, le estaba entrando un sueño, se sentó en la mesa con sus dos amigos.



–¿Que significa eso que pasó aquí?

–Si eres chismoso vale.

–Esos dos tiraron.

–Ay ya vamos a cambiar de tema. ¿qué hago con Diego?

–Güevóóón ¿vas a seguir? Dale una patada ¿te vas a amargar la vida con ese pana?

–¿Te gusta? Lo suficiente para comenzar una cruzada para que salga del clóset y luego salga de la autohomofobia.

–No sé amigo…yo lo veo y me encanta, estoy con él y quiero quedarme toda una vida ahí.

–¿Los maricos no son promiscuos y se acuestan con todos? Vive tu vida, esos si protegiéndote.

–Verga chamo, no sé como tu novia te aguanta, que animal eres. Orlando haz lo que te diga tu corazón, no le pares a nadie.

–Que parcha eres “haz lo que te diga tu corazón”

–Marico te voy a dar un coñazo que te voy a dejar en el piso.



Arévalo iba manejando la moto con Pedro atrás. El chico levanta la cabeza y ve la fachada de un hotel.

–¿Dónde vamos?

–Coño a un hotel, vamos a tirar, ¿no querías eso? Paga tú porque yo ando pegao.

–¿Quééé? Pero yo no tengo plata para este hotel.

Arévalo frenó la moto.



–Bueno marico, vamos a tirar y no tienes plata.

–Coño pensé que lo ibas a pagar tú yo traigo los condones y el lubricante.

–Bien bello. Si quieres tirar iremos a un hotel de esos bien mamarrachos, un matadero, tengo plata pa uno de esos.

–Pero esos deben ser unos huecos asquerosos.

–Tu hueco está lleno de mierda y te voy a meter el güevo por ahí. ¿Quieres tirar o no?

–¿Qué te pasa? ¿estás molesto?

–No, no estoy molesto, vamos pal hotel a salir de esta vaina.

–Vaya, ok, tampoco es que es obligado.

–Agárrate y no hables.



Llegaron al hotel. Una fachada sucia y en ruinas, el nombre le faltaban letras, se leía gracias a la marca que dejaba la letra faltante.

La entrada oscura y un fuerte olor a humedad dominaba el lugar, llegaron a la recepción donde un señor mayor atendía de mala gana.

-¿Que quieren?

–Una habitación por un rato.

–¿Dos hombres?

–Si, ¿cuánto es?

–100.000

Arévalo se volteó a ver a Pedro. –Me quedo con 20 mil en la cuenta marico, te voy a coger varias veces.

–La hora adicional son 30 mil.

–Tranquilo, tres horas son suficientes.

–Si ensucian las sábanas las sacan y las meten en la funda y la dejan al lado de la puerta, no echen los condones en la poceta, tomen papel higiénico.



Subieron las escaleras, la alfombra estaba sucia, apenas dos bombillos iluminaban el pasillo.

–Que asco este sitio.

–Te aguantas, es lo que hay.

Entraron a la habitación, las sábanas blancas tenían un color gris y estaban desgatadas, un par de almohadas delgadas, el aire acondicionado sin la tapa frontal y completamente sucio.



–Bienvenido al chiquero.

–¿Aquí vamos a tirar?

–Tírate en la cama.

2 comentarios:

  1. Jajaja... la descripción del hotel me hizo acordar una vez que fui a uno muy similar... que feo era ese lugar vale! jajaja

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