Los cuatro amigos se volvían a reunir luego
de los tristes acontecimientos en la familia de Orlando.
Al ver al muchacho, sus amigos lo abrazaron
y no pudo evitar llorar de nuevo.
–Es tan loco todo lo que pasó y encima de
la forma en que pasó, no entiendo.
–¿Y cómo está tu cuñado? Marico ¿cómo es
eso que dormiste con él? ¿Tiraron?
–Diego, verga amigos, no sé como decirles
esto, va a sonar muy loco, pero ese carajo me gusta que jode, lo veo y me pongo
nervioso pero entonces el pana es enclosetado, era el novio de mi hermana y se
me cruzan los cables y me bloqueo. No tiré con él, solo conversamos, bebimos y
nos quedamos dormidos.
Orlando les contó cuando llegó el padre de
Diego y los vio en la cama, luego Diego lo llamó para decirle que no quería
verlo más.
–Esas vainas me molestan, el carajo tiene
30 años y un peo de aceptación muy arrecho.
–Manda pal coño a ese carajo, aquí cerca
tienes a un pana que está loquito por ti. –Nelson señaló a Pedro, este le dio
un empujón. Orlando lo vio a los ojos quieriéndole decir lo de Arévalo pero se
quedó callado.
–Yo tengo que contarles algo a ustedes.
–¿Ves? Este se va a abrir con nosotros.
–Coño, déjalo tranquilo. –Le decía Nicolás
a Nelson empujándolo.
–Si, soy gay, yo sé que ustedes se lo
imaginaban pero quería decírselos.
–Y di que te gusta Orlando, dilo.
–Él ya lo sabe mamagüevo, yo se lo dije.
–Bueno, bueno ya, deje la insultadera,
tampoco es que somos unos homofóbicos, a Orlando lo conocimos y de una nos dijo que era gay, ahora a apoyar
a Pedro y quererlo como siempre.
–Nelson me tiene arrechera.
–No digas guevonadas, él jode mucho pero te
quiere.
–Pero no te voy a coger, a mi me gusta una
cuca, chuparla y clavarla.
–Que basto eres, ¿así tratas a tu novia?
–jajajajajajaja
–Marico, hablando de novia, he visto un
poco de películas porno donde los tipos orinan a las mujeres y me dio un morbo,
le dije a mi novia para orinarla y me dijo que era un cochino y ordinario, pero
después nos metimos a duchar y me puse a orinarla en la pierna, sintió el
calorcito y me dijo que que estaba haciendo, me agarré el guevo y lo subí para
mearle la barriga y la caraja mudita viendo. Esa vaina me puso quesúo y se me
paró el güevo, bueno y la puse a mamar.
–Coño yo le digo a mi jeva que la voy a
orinar y me cae a coñazos. –Decía Nicolás.
–Es como asqueroso eso ¿no?
–A mi me da morbo.
–Lo probaré. –Dijo Pedro.
Mientras seguían conversando tomando unas
cervezas apareció Arévalo. Pedro lo vio y se emocionó.
–Hola buenas tardes.
–¿Tú que haces aquí? –Dijo Orlando, Pedro
se adelantó para justificar la presencia del policía.
–Lo llamé por lo que te dije de mi tío, me
voy a reunir con él. –Nelson vio a Nicolás y ambos se sonrieron.
–Ya va, yo voy a hablar con él un momento.
–Orlando se levantó y se alejó con Arévalo.
–¿Qué pasó cuando me llamaste?
–Nada, no quería que me dijeras que
estuviste con el tipo este.
–Yo dormí con él, entiéndase dormir,
DOOORMIR, yo hablé y bebí y nos quedamos dormidos, no tiramos, además yo no sé
para que te doy explicacioes si no soy tu novio.
–Tampoco te las pedí…es tu vida y tú te
acuestas con quien quieras menos conmigo.
–Jajajaja ¿en serio Arévalo te vas a poner
celoso y apenas nos conocemos?
–Marico apenas conoces al güevón ese y te caiste a palos con él y te quedaste a dormir en su casa.
–Tú intentaste cogerme a la fuerza. -Hubo
una pausa. –Tienes razón, con Diego fui más allá, pero es que Arévalo, yo…no lo
tomes a mal, Diego me gusta mucho, no te lo voy a negar.
–¿Y yo no te gusto? Coño, me viste el
pingón que tengo, eso enamora a cualquiera.
–Verga chamo que básico eres ¿acabas de
escuchar lo que dijiste? Mira, eres muy de pinga y te agradezco lo que has
hecho por mi, eres guapo, pero hasta ahí…
–Esta bien, esta bien, ya entendí, no
quieres nada conmigo, me toca estar con Pedro.
–No le hagas daño, es un buen carajo y es
mi amigo, no lo uses para calmar tus ganas de tirar, no lo jodas. Ven, te voy a
presentar a mis amigos.
Orlando se acercó con el policía y lo
presentó, antes de irse con Pedro, lo tomó del brazo para hablar con él.
–Ya sé que tiraste con Arévalo, tranquilo,
no hay peo, solo te voy a decir una cosa, es policía y sabes como son los
policías, este es un poco particular, pero igual mosca, no te dejes joder.
-Él está enamorado de ti.
– A ver, a él le gusto pero ya le di su
parao, tú mosca que te conozco.
–Discúlpame.
–¿Por qué?
–Es que…lo hicimos…en el funeral de tu
hermana.
-Ay deja la tontería, no es el sito para
hacer esas cosas pero bueno, ya lo hicieron, relájate.
Orlando se restregó los ojos, le estaba
entrando un sueño, se sentó en la mesa con sus dos amigos.
–¿Que significa eso que pasó aquí?
–Si eres chismoso vale.
–Esos dos tiraron.
–Ay ya vamos a cambiar de tema. ¿qué hago
con Diego?
–Güevóóón ¿vas a seguir? Dale una patada
¿te vas a amargar la vida con ese pana?
–¿Te gusta? Lo suficiente para comenzar una
cruzada para que salga del clóset y luego salga de la autohomofobia.
–No sé amigo…yo lo veo y me encanta, estoy
con él y quiero quedarme toda una vida ahí.
–¿Los maricos no son promiscuos y se
acuestan con todos? Vive tu vida, esos si protegiéndote.
–Verga chamo, no sé como tu novia te
aguanta, que animal eres. Orlando haz lo que te diga tu corazón, no le pares a
nadie.
–Que parcha eres “haz lo que te diga tu
corazón”
–Marico te voy a dar un coñazo que te voy a
dejar en el piso.
Arévalo iba manejando la moto con Pedro
atrás. El chico levanta la cabeza y ve la fachada de un hotel.
–¿Dónde vamos?
–Coño a un hotel, vamos a tirar, ¿no
querías eso? Paga tú porque yo ando pegao.
–¿Quééé? Pero yo no tengo plata para este
hotel.
Arévalo frenó la moto.
–Bueno marico, vamos a tirar y no tienes
plata.
–Coño pensé que lo ibas a pagar tú yo
traigo los condones y el lubricante.
–Bien bello. Si quieres tirar iremos a un
hotel de esos bien mamarrachos, un matadero, tengo plata pa uno de esos.
–Pero esos deben ser unos huecos
asquerosos.
–Tu hueco está lleno de mierda y te voy a
meter el güevo por ahí. ¿Quieres tirar o no?
–¿Qué te pasa? ¿estás molesto?
–No, no estoy molesto, vamos pal hotel a
salir de esta vaina.
–Vaya, ok, tampoco es que es obligado.
–Agárrate y no hables.
Llegaron al hotel. Una fachada sucia y en
ruinas, el nombre le faltaban letras, se leía gracias a la marca que dejaba la
letra faltante.
La entrada oscura y un fuerte olor a
humedad dominaba el lugar, llegaron a la recepción donde un señor mayor atendía
de mala gana.
-¿Que quieren?
–Una habitación por un rato.
–¿Dos hombres?
–Si, ¿cuánto es?
–100.000
Arévalo se volteó a ver a Pedro. –Me quedo
con 20 mil en la cuenta marico, te voy a coger varias veces.
–La hora adicional son 30 mil.
–Tranquilo, tres horas son suficientes.
–Si ensucian las sábanas las sacan y las
meten en la funda y la dejan al lado de la puerta, no echen los condones en la
poceta, tomen papel higiénico.
Subieron las escaleras, la alfombra estaba
sucia, apenas dos bombillos iluminaban el pasillo.
–Que asco este sitio.
–Te aguantas, es lo que hay.
Entraron a la habitación, las sábanas
blancas tenían un color gris y estaban desgatadas, un par de almohadas delgadas, el aire acondicionado sin la tapa frontal
y completamente sucio.
–Bienvenido al chiquero.
–¿Aquí vamos a tirar?
–Tírate en la cama.
Jajaja... la descripción del hotel me hizo acordar una vez que fui a uno muy similar... que feo era ese lugar vale! jajaja
ResponderEliminarjejejejejejjeje
Eliminar