Luego de 15 días a Diego le habían quitado el yeso y las
vendas del tórax. Caminaba con bastón mientras comenzaba con la terapia para la
pierna. Estaba en su oficina revisando una carpeta mientras hablaba por
teléfono. Sus piernas estaban encima del escritorio, la carpeta a la altura de
sus caderas y soteniendo el celular entre su cabeza y su hombro.
–<Si Elena, tenemos que vernos, pero no he tenido cabeza,
he tenido muchas vainas encima, el trabajo, mi mudanza y bueno…Carlota, pienso
en ella todos los días, no me acostumbro a no verla, todo es tan extraño>
–<Te entiendo Diego, yo estoy igual, la extraño mucho,
mucho, era mi mejor amiga>
–<Tenemos que hablar>
–<Hablar, si, yo quiero hablar contigo de muchas cosas,
cosas entre tú y yo>
–<¿Cómo es eso?. –Suena el teléfono de la oficina.
–<Te dejo Elena, hablamos luego, un beso>
–<Dime Yadira>
–<Aquí está el señor Vásquez, su suegro>
–<Que pase, que pase, házlo pasar>
–Orlando, suegro. –Diego pronunció ese nombre y un frío le
recorrió el cuerpo
–Hola Diego…-Se quedó callado unos segundos mirando a su
yerno y luego… –¿Por qué?
–Yo también me lo pregunto suegro y todavía no encuentro
respuestas…
–¿Por qué estabas con mi hija si eres gay? ¿Querías joderla?
–¿De qué hablas?
–Sabes de lo que hablo.
–Si, yo me iba a casar con tu hija, ese día…yo le iba a pedir
la mano.
–¿Para qué, te ibas a casa siendo gay?
–¿Pero quién te dijo eso?
–Entonces es verdad.
–Noooo, no, no sé de donde sale esa información…yo…no…no
soy, eso…yo.
Orlando se le acercó y lo levantó de la silla por el cuello
de la camisa y lo pegó de la pared, comenzó a dolerle la pierna al tropezarse.
Le reclamó el engaño hacia su hija y a toda la familia, lo empujaba a la pared
y comenzó a llorar mientras seguía aferrado al cuello de la camisa mirando a
Diego a los ojos, le insistía porqué estaba con su hija.
Diego no pudo evitar llorar y bajó la mirada, no podía ver a
su suegro a la cara.
–Yo no sé que pasa, que me pasa, pero te juro que me iba a
casar con Carlota.
–Yo te iba a matar si me enteraba que te casabas con ella y
te gustan los hombres.
–¿Cómo supiste?
–Lo sé y punto. Y con Orlando no te metas, yo sé que es gay
pero no voy a permitir que tengas algo,
lo que sea con mi hijo.
–Somos mayores de edad.
Orlando no pudo aguantar y le dio un golpe en la cara.
–No te quiero cerca de mi hijo ni de mi familia, soy amigo
de tu papá y conociéndolo no debe estar muy contento de lo que eres.
–No…no lo está…se pasaba la mano donde lo golpeó su suegro.
–Me botó de la casa, de hecho me mudo en estos días. Te voy a agradecer que te
vayas de mi oficina, ahora soy yo quien no quiere verte. Adios Orlando.
Orlando cerró la puerta y Diego apoyó sus manos en el
escritorio, su cuerpo temblaba y de repente pegó un grito y lanzó al suelo todo
lo que había en la mesa y volvió a llorar.
____________
Hoy me voy a ir al sauna, tengo tiempo sin ir. –Sonó su
celular.
–<Aló>
–<Hola Arévalo, ¿qué haces?
–<Hola papá, trabajando ¿cómo estás?>
–<Bien, bien, te llamaba a ver si nos podemos ver hoy>
–<¿Quieres tirar?>
–<No chico, bueno, después, pero quiero verte a ver si
cenábamos y me quedaba contigo>
–Coño justo cuando me provoca
ir al sauna, no, no me pelo el sauna ahí voy a tener sexo y seguro varias veces
<No sé papá, voy a salir tarde de aquí, no sé a que hora salga, mejor otro
día>.
–<Yo te espero y nos quedamos juntos>
–<No papá, tengo full trabajo no quiero que te quedes
esperando>
–<Bueno avísame cuando salgas, yo estaré en mi casa a las
seis de la tarde>
–<Ok, no te prometo nada>
–<Quiero verte Arévalo, me tienes abandonado>
–<Chamo no te me pongas intenso porque huyo por la
derecha y no me ves más, si puedo nos vemos hoy, deja la angustia, chao>
–Coño que mamón con este carajito. Voy a llamar a Orlando a
ver si quiere acompañarme al sauna.
Arévalo lo llamó, el celular repicó pero no contestó.
Insistió, a la tercera llamada contestó.
Orlando salía de clases por eso no había contestado el
celular. Arévalo le dijo que quería ir al sauna pero no solo. Lo invitó y el
chico le dijo que él no visitaba esos lugares, le parecían sitios de
degradación donde hay sexo sin protección, promiscuidad y enfermedades.
–<Coño papi, yo llevo condones y tiramos rico>
–<Ah tú lo que quieres es llevarme para cogerme y encima
cogerte a otros. Arévalo, la sigues cagando conmigo, si pretendes conquistarme
así, vas mal. Por cierto, te recuerdo que estás saliendo con Pedro, chao.>
–Mierda, pero este carajo es más duro que el coño, ahora va
a contarle al otro que voy pa’l sauna como son amiguitos. Yo igual voy a ir.
________
Practicamente el apartamento estaba listo, los muebles y
electrodomésticos que faltaban ya los tenía. Equipó la casa con un nuevo
mercado y la semana siguiente se iría a vivir definitivamente. Faltaba traer
otra maleta con ropa.
–<Hola Beatriz como estás>
–<Hola mi vida>
–<¿Tú crees que mi papá pueda traerme la maleta que me
falta aquí al apartamento?>
–<Mi amor, tú papa no te habla, yo le digo eso y se va a
molestar, yo te la puedo acercar si quieres, de todas maneras tu papá no está
debe estar en la oficina todavía pero tenía una reunión al salir>
–<Bueno, la busco mañana cuando mi papá no esté>
–<Si quieres yo te la llevo, para mi sería un placer
llevártela y ayudarte a acomodar los interiores en la gaveta>
–<No, tranquila no te molestes>
–<No es ninguna molestia, termino una cosa aquí y te la
llevo>
–<No, Beatriz, yo la busco…> -Su madrastra cerró la
llamada.
–Coño, esta va a venir a ponerse perra para que me la coja.
20 minutos después mientras acomodaba una ropa, sonó el
timbre. –Coño, ya llegó, carajo pero esta anda desesperada.
Abre la puerta y se queda inmóvil.
–Hola, ¡sorpresa! Eres todo un hombre.
Diego cambia de la sorpresa a la alegría y se lanza para
darle un abrazo y comenzar a llorar.
_________
Arévalo estacionaba la moto. Eran las seis de la tarde.
Entró al edificio donde se encuentra el sauna de caballeros.
Llega y toca el timbre, le abren. Por un momento le entró el
miedo en el cuerpo pensar que alguien lo puede ver ahí dentro. –Bueno si el otro también está aquí adentro
estamos en las mismas, gran vaina.
–Buenos tardes ¿cuánto está el precio? –Sonó su celular y
atendió sin ver.
–<Aló>
–Locker 160.000 Cabina 200.000
– Coño, Gracias.
–<¿dónde estás metido?
–Deme…eeeh…cabina, cabina ¿aceptan tarjeta de crédito?
–<¿Estás en un sauna?
–Cóbrate cabina mi pana. <Si estoy en un sauna Pedro,
vine a desestresarme>
–<Fuiste a tirar, ahí se va a eso>
–firma y cédula por favor.
–<Si, vine a tirar, ¿cuál es el peo?, tú no eres mi
novio, estoy soltero puedo hacer lo que me de la gana> –Un carajito ladilla.
-Le dijo al encargado que se limitó a sonreir.
–<Dale, disfruta el sauna, gracias por no invitarme y por
mentirme, chao>
–Tome sus cholas, paño y toalla, por favor al salir entregue
todo.
–Si va.
Arévalo entró y buscó por los pasillos la cabina 132.
–Marico pero me dieron la más botada. –Caminaba y vio una de las cabinas abiertas con un hombe adentro, estaba sentado
y desnudo tocándose el pene. Arévalo se detuvo y lo vio.
–Mámalo. -Le dijo el hombre.
–Yo no mamo güevo, si quieres te meto el mio, lo tengo
grande.
El hombre cerró la puerta, Arévalo se rió y siguió buscando
su cabina.
Entró a la cabina y se quitó la ropa, se colocó el paño para
poder salir.
–Maaarico estos trapitos…se me marca el guevo, apenas me
vean me lo van a agarrar y si se me para me tengo que quitar esta vaina.
Llegó a las salas de sauna y vapor. Estaba repleto de
hombres, se quedó en la parte de afuera mientras sus ojos se acostumbraban a la
oscuridad y poder entrar al vapor. La gente se le quedaba viendo, no tenía un
cuerpo de gimnasio pero estaba en forma y sobre todo bien dotado que era lo que
más resaltaba de su anatomía en ese momento. Se quitó el trapo. Su pene se movía
de un lado a otro mientras caminaba a las duchas.
Entró y abrió la llave, su pene estaba creciendo, la gente
pasaba y lo miraba, él se lo tocaba mientras se enjabonaba. Terminó de ducharse
y salió. Al pasar por una de las duchas ve a un hombre que le parece conocido
pero no se detiene y sale. Se queda frente al pasillo de las duchas a esperar
que salga el hombre que vio, se tocaba el pene. Un chico se acercó para tocárselo
pero Arévalo le quitó la mano de un manotón.
El hombre salía, se acomodaba el paño. El policía lo vio,
abrió los ojos, los músculos del cuello se le tensaron. –Marico mira a este aquí…esto me lo pusieron bombita pues –Mientras
que Arévalo lo seguía con la mirada y el hombre hacía lo mismo, otro muchacho
le tocaba el pene al policía sin este percatarse.
Arévalo caminó hacia la sala de vapor donde había entrado el
hombre. Lo ubicó, entró a un pequeño cuarto iluminado, habían dos personas, el
hombre y ahora el policía que se sentó frente al señor, se quitó el paño
dejando su pene a la vista de todos.
El hombre no le quitaba la mirada al pene y Arévalo se lo
tocaba.
–Te voy a coger viejo,
te voy a coger. –Cuando el hombre fue a tocarle el pene, el policía se
levantó y salió.
–Yo tengo que contarle esto a alguien. -Subió a su cabina.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarArévalo es una jeva... Vive de puro chisme y metiendo en peo a los demás.
ResponderEliminarEs miercoles y no tengo capitulos nuevos Dan... que pasa aquí?
ResponderEliminarEl lunes continúa.
Eliminar