viernes, 7 de agosto de 2020

FIEBRE 2. Capítulo 5

Carlota se introducía sus dedos en la vulva mientras tenía el celular modo video y su tío observando mientras se masturbaba.
Tocaron con fuerza la puerta de su habitación.
-¡CARLOTA SAL, TENEMOS QUE HABLAR!
La chica se asustó y desconectó el vídeo.
-VOOOOOY.
--Tio tuve que cerrar, tenemos que hablar con mis papás. Mi mamá consiguió a tu hermano en la cama con un chamo y estudió con Federico.
-Ah vaina. Que peo...ahora lo llamo. Me debes el vídeo completo belleza. Lo espero-
-Si, voy a hablar con mis papás-
-Yo llamo a tu papá en la noche-
-¿Te imaginas que se entere lo que tú y yo hacemos?-
-Mejor no pienso en eso. Me mataría. Pero no te escapas que yo te coja princesa-

Román iba manejando a su casa pensando en lo que había pasado...estaba nervioso y asustado, a pesar que le había dado el carro, no sabía cómo había tomado Gerardo lo de su hijo y él.

Llegó al edificio, con la llave de contacto que abre la reja de entrada abrió la del estacionamiento. Buscó su puesto -desde hace cuatro años no lo usan- pero estaba ocupado por un vecino. Dejó el carro estacionado en otro puesto y subió al apartamento del vecino.
Tocó el timbre. -Hola Román no te abro porque no tienes tapaboca. ¿En qué puedo ayudarte?
-Señor Cristóbal, era para que moviera su carro de mi puesto de estacionamiento, traje un carro. -Luego de varios segundos de silencio se abrió la puerta, el vecino estaba con un tapaboca y un spray desinfectante que echó en la reja.
-Tú papá me dijo que podía usarlo el tiempo que quisiera.
-Si yo sé señor Cristóbal pero traje un carro que me dieron y...
-...¿Y dónde estaciono ahora? Yo no puedo salir a la calle a buscar un puesto en estos momentos, soy una persona mayor.
-Ponga el carro en uno de los puestos de visitante.
-Ponlo tú.
-No, el puesto que usted usa es mío y usted no paga alquiler.
-Bueno, ahora no lo voy a mover, no puedo, yo te aviso.
Subió a su apartamento. Fue a la habitación de su padre, estaba la enfermera.
-Buenos días señora Irma. ¿Cómo está mi papá?
-Hola hijo, bien, más tranquilo, está despierto salúdelo.
-Hola papi, ¿Cómo sigues?
Diego se volteó con dificultad y sonrió, le apretó la mano a su hijo. -Que bueno papi, ¿Y mamá?   -Diego volteó la cara hacia la ventana nuevamente.
-Su mamá está en su cuarto durmiendo.
-¿En mi cuarto?

Tocó la puerta, estaba con llave.
-Mamá abre, abre la puerta, sal de mi cuarto.
Laura se levantó con sobresalto, estaba desnuda de la cintura para abajo y al lado de ella el pene de goma. Se levantó de la cama, se vistió y lanzó el pene al closet. Abrió la puerta.
-Hasta que por fin te dignas a venir a tu casa. Estabas con el viejo.
-¿Que haces en mi cuarto? Tú tienes el tuyo.
-No puedo dormir en ese cuarto con ese olor a medicina y talco y todos esos olores que hay ahí. 
-Es tu esposo, mi papá. Deberías cuidarlo.
-Y tú, eres su hijo.
Román abrió el closet y vio el pene de goma.
-¡Lo volviste a usar! ¿PERO A TI QUE TE PASA VALE? DEJA DE USAR MIS COSAS ABUSADORA.
Una fuerte cachetada le dió a Román pero este no se quedó tranquilo y le devolvió el golpe. La tumbó al piso y comenzaron a forcejear, Laura comenzó a gritar y llegó la enfermera. Los separó.

-¡Eres un salvaje! Le pegaste a tu madre.
-Tú no eres mi madre y me pegaste primero.
-Cálmense por favor, son madre e hijo.
-Usted cállese y vaya a atender a su paciente.
-Es tu esposo bruja.
-No me sirve de nada un hombre postrado en una cama. Yo necesito a uno que me haga sentir.
-Por eso te metes el güevo de goma ¡puta!
-Puta eres tú qué te acuestas con un viejo por dinero.
-Si, tan puta que me dio un carro. Está estacionado en el sótano.
-Que bajo has caído, cuando tu papá se entere.
-Sal de mi cuarto y no vuelvas a entrar.
Laura salió de la habitación y del apartamento.





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