martes, 4 de agosto de 2020

FIEBRE. segunda temporada. Capítulo 2

-Román acaba de llegar una enfermera que viene a cuidar a tu papá. ¿Tú crees que tenemos dinero para pagar eso?
-La paga Gerardo.
-Gerardo, Gerardo, ¿Te estás chuleando a ese viejo? Y además casado. Eres como su putico.
-Voy a ignorar ese comentario.
-Quiero hablar contigo.
Román puso los ojos en blanco queriendo que su mamá saliera de su habitación. -¿Que quieres ahora?
-¿Cuánto te costó el juguetico ese que tienes? Te lo compro. Cuando cobre claro, no le vas a cobrar a tu madre de una vez.
-Estás enferma, mi papá recién salió de la clínica y tú pensando en sexo. Cómprate tu vaina y te la metes por dónde quieras.
-Te lo alquilo, te doy algo solo por hoy.
Román salió de su habitación para hablar con la enfermera.

-Me encargaré de todo lo relacionado con él, joven. Me contrataron para que ustedes no tengan de que preocuparse. Yo cumpliré con todos los protocolos de higiene para entrar y luego salir de esta casa y claro mientras esté aquí trabajando.
-Muchas gracias, cualquier cosa que necesite me avisa.
-Cualquier cosa que necesite llamaré al señor Hernández, no se preocupe por nada.

-Viejo ¿pq estás haciendo esto vale? No me va alcanzar la vida pa pagarte.-  Le escribía a Gerardo por whatsapp.
-Lo hago porque te quiero y porque sé que no tienen la posibilidad de hacerlo y necesitan ayuda y si lo puedo hacer lo hago con gusto.-
-Gracias, te mando un fuerte abrazo y un besote.
-Que agradecimiento tan frio nené. ¿Quieres venir a mi casa? Te quedas a dormir, te mando a buscar.
-No sé.
-No te gustó el sexo conmigo, ¿que no te gustó? Dime y yo no lo hago más, mejoro, me adapto a ti.
Hubo una pausa en la conversación. Cinco minutos después Román respondió.
-Me gustó todo viejo, todo, fue brutal, quisiera repetir exactamente lo mismo que hiciste. Eres un duro tirando. No quiero estar con más nadie.
Gerardo se sonrió, se tocó el pene que ya lo tenía algo erecto
-Chateo contigo y tienes el poder de pararme el güevo- Se tomó una foto y la envió.
-Mañana cumplo 18 años.
-Nené mejor todavía, ven a mi casa y te doy tu regalo.
-Búscame, no quiero estar en mi casa.
-Ok, ve acomodándote que ya te mando el taxi y no te preocupes por tu papá, tiene a la mejor enfermera.
-Mi mamá es una maldita.-
-Hey nene, no...no maldigas y menos a tu madre, eso no me gusta.-
-Cuando te cuente me entenderás. Voy a cambiarme.-

-¿Y a dónde vas tú?, estamos en cuarentena carajito, no vas a salir.
-Me voy a casa de Gerardo.
-NO VAS A SALIR. -Laura cogió por el brazo a Román para retenerlo, comenzaron a forcejear. Ramón le escupió y la empujó tumbándola al piso. No podía respirar bien. Ramón la veía en el suelo, estaba impresionado con la respiración agitada.
-IRMAAAA, IRMAAA, AYÚDAME CON MI MAMÁ.
Román cogió sus llaves y se fue.

Bajó a planta baja y su calor corporal lo mareaba, se puso nervioso y comenzó a llorar. Llegó el taxista.

-Eeepa chamito, ¿Cómo estás? Coño que cara tienes, ¿Te sientes bien?
El chico asintió con la cabeza mientras se limpiaba el sudor de la cara con su temblorosa mano.
-Mi mamá es una loca...no la soporto, no puedo estar en mi casa.
-Chamo ¿pero tú estás claro que estamos en cuarentena? No puedes estar saliendo de casa así como así.
-Yo no puedo estar en mi casa...pero tengo que cuidar a mi papá de esa bruja, pero me encargaré de eso mañana.
-Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea mi pana.
-Luis, yo no sé si tú eres un matón, un sicario de esos, un tipo burda de criminal pero yo no quiero matar a nadie.
-Chamín usted no tiene que matar a nadie, yo me encargo de eso.
-Gracias por traerme Luis.

Román entró al apartamento, Gerardo lo esperó con una caja de bombones y le plantó un beso en la boca, lo abrazó y lo cargó.
-Nené eres bienvenido a mi casa de nuevo y te puedes quedar a vivir aquí.
-Te recuerdo que tú sigues casado. -¿Le digo lo de Federico?- 
-Bueno, bueno...de momento hoy te quedas aquí. ¿Ya se te quitó el berrinche ese de botarme pal carajo?
-Luis, el taxista, ¿Es tu escolta? ¿Es tu sicario particular? Ya me ha dicho dos veces que si yo quiero el puede matar a la persona que me estorbe.
-No le hagas caso, es pura paja. No me has respondido..
-Estoy contigo aquí, creo que eso te responde.
Gerardo lo volvió a abrazar. -Vamos a la cocina que sigues muy tenso, voy a preparar unos tragos y luego cogemos rico en la cama para darte tu regalo.



1 comentario: