Andrés y Amadeo.
El hombre estaba ansioso en la habitación
de aquel hotel. Un cuadro con un paisaje decoraba las paredes blancas. El techo
era de cielo raso con cuatro espejos en el centro y otro en un lateral de la
cama
Estaba sin ropa sólo cargaba el interior,
caminaba por la diminuta habitación, se quitaba el interior y se sentaba en la
cama, volvía a colocarse el interior, su pene estaba a medio camino de la
erección. Veía el reloj a cada rato.
Tocaron la puerta.
–¡Coño! Que tarde, te dije a las 10 y son las 11.
–Disculpe, estaba en la universidad y le
escribí pero ya estoy aquí.
–Quítate la ropa y vamos a la ducha debes
estar sudado.
Amadeo se desvistió y entró a la ducha
pero el hombre lo esperó en la cama.
Mientras se duchaba pensaba en lo cansado
que estaba, estuvo con tres clientes que lo ocuparon hasta las siete de la
mañana.
–Mira yo no se que coño eres tú pero yo
pedí un pasivo, yo solo cojo –Le gritó el hombre desde la cama.
–Verga este va a ser un
insoportable, que ladilla.
–Pensaba Amadeo –Si tranquilo yo me adapto, el cliente siempre tiene la razón.
Salió del baño con la toalla puesta.
–Quítate eso y ven aca. ¿Este guevote te
cabe? –Se sacudía su enorme pene mirando al muchacho.
–Si claro.
–Ven y ponme el condón.
Mientras se lo colocaba el hombre lo
detuvo –Ya va, ya va, me vas a hacer acabar espera…dale –Amadeo continuó, al
terminar se puso lubricante y le puso al condón que ya había puesto.
–Métetelo.
El muchacho se sentó y comenzó a
introducirlo, cuando ya lo había metido casi por completo, el hombre se corrió.
–¡Coñoelamadre! ¡Bájate! Verga, marico me
hiciste acabar rápido me apretaste el guevo coño.
–Bueno tranquilo, vamos a esperar.
–Dame pa mamarte el culo, ponte en
cuatro.
Amadeo se colocó como le dijo.
El hombre comenzó a chuparle, le pasaba
la lengua, le mordía las nalgas y volvía a lamer.
–Cágame encima –Dijo el hombre.
–¿Qué?
–Que me cagues encima, cágame en la cara.
–¿Qué? Ya va, ¿cómo es la vaina? Yo no
hago eso.
–A mi Aníbal me dijo que podía
pedir lo que quisiera pagando un plus y yo pagué así que haz lo que digo.
–No joda chico, yo no hago esas
cochinadas
–Tú lo vas a hacer porque yo pagué.
Amadeo se levantó de la cama pero el
hombre lo agarró del brazo y lo tiró de nuevo en la cama. Comenzaron a
forcejear pero Amadeo se soltó, se puso el interior tomó su pantalón para
ponérselo.
El hombre sacó de su maletín unas
tijeras.
–¡Tú no te vas de aquí!
Afuera las mujeres de la limpieza se
acercaban a la puerta para escuchar.
–¡Pero deje eso, me va a hacer daño! –Volvieron
a forcejear y el hombe logró herir a Amadeo en el brazo, no fue profunda pero
comenzó a sangrar. Como pudo lo empujó, vio hacia los lados y se fue a la
puerta pero el el hombre lo tomó de la pierna y el muchacho se tropezó, le dio
una patada pero se le abalanzó.
Amadeo volvió a empujarlo, dándole un
golpe en la cabeza, vio la ventana, estaban en un primer piso. Corrió hacia allá,
la abrió y se lanzó.
Logró caer bien pero le ardía la herida y
estaba desnudo.
–REGRESA MARICÓN, TE VOY A ENCONTRAR, MALDITO
CARAJITO, COÑO DE LA MADRE
Amadeo corrió, corrió y corrió. Al
detenerse se dio cuenta que estaba en la calle, la gente lo miraba, le temblaba
todo el cuerpo. Cuando emprendió la carrera se tropezó con un señor que venía
en sentido contrario.
–Ay disculpe, por favor señor, necesito
un favor, no soy un loco, tuve un inconveniente.
–¡Epa, yo te conozco!
–¿Ah? Por favor présteme el celular para
hacer unas llamadas.
–Claro, tú eres el chamo que venía en el
carro con un ciego, que los detuve pa revisarlos.
–Ah si si, ya me acuerdo ¿cómo está? Por
favor necesito el celular.
–Ya va chamo, vente para acá porque andas
desnudo, ven –entraron al estacionamiento del centro comercial que tenían
cerca.
–Tengo el carro aquí estacionado, yo te
llevo a algún sitio, toma el celular.
–Gracias
Marcó primero el número de Aníbal, pero caía
la contestadora.
–Llamó a Andrés
–<<Hola cieguito, ¿cómo estás? Mira
no tengo mucho tiempo, estoy en la calle desnudo en interiores, tuve un peo con
un cliente y dejé mi ropa y bolso en el hotel >>
–<<¿Dónde estás? Quédate donde
estás que yo te busco>>
–<<Estoy en el centro comercial El
Paseo, pero ya resolví, me encontré un amigo, ahora te llamo, un beso>>
–¿Era el ciego? ¿Tu novio?
–Sí, gracias mi pana por la segunda
–Llegaron al carro
–Tranquilo man, dime donde te llevo
porque así no puedes estar –Le dijo Reiver el guardia nacional.
Ya iban rumbo al hotel donde se estaba
quedando Amadeo.
–Chamo, aquí tengo una toalla pa que te
bajes y no entres al hotel desnu’o.
–Gracias,vente estaciona y subes conmigo,
y te doy una vaina por los inconvenientes.
–“uuf una vaina, ¿será que me lo va a mamar?”
Llegaron a la habitación y Amadeo le dio un billete de 50.000.
–Coño man gracias por la fuerza…mmm pero
yo creía que me ibas a dar otra cosa.
–¿Otra cosa?
Reiver se tocó la entrepierna y Amadeo
entendió.
–“No está tan mal este
Guardia, además apareció en el momento justo, una mamada y listo que se vaya” Bueno rapidito que mi pareja debe llegar en cualquier momento.
Reiver se sacó el pene por la cremallera
y Amadeo se agachó.
–Uuuuuf coño, coño que rico, coño, verga
lo mamas rico carajo, uuuuy mierda que rico –Amadeo se tragaba todo el pene sin
dejar de pensar en lo que le había pasado, tanto así que no tuvo una erección
pero seguía haciéndole sexo oral al Guardia.
–Chamo me vas a hacer acabar, lo mamas mejor
que mi mujer, coño, eres un experto. Me voy a venir, me voy a venir coño, coño
–Amadeo se retiró y el hombre lanzó tres chorros que alcanzaron el metro de
distancia, se estremeció y se sacudió, volvió a a hacerlo dos veces más, Amadeo
lo veía con extrañesa.
Reiver se limpió en el baño. –Verga mi
pana que mamada de guevo, gracias y gracias por la plata, cualquier vaina me
escribes, te dejo mi número de nuevo y te lo digo de pana, lo que necesites
avísame y cuadramos.
–Gracias, de verdad gracias por todo.
10 minutos después que se fuera Reiver,
llegaba Andrés.
–Mi amor ¿cómo estás? ¿estás bien?
–Cieguito abrázame, aaau, ya va.
–¿Qué tienes?
–Una herida, el tipo ese me hirió con una
tijera.
-¿Qué? Fuiste al médico? ¿Es profunda?
–No, no, tranquilo, ven para contarte.
Amadeo le contó todo de principio a fin.
–Amadeo, no te voy a pedir, te voy a
exigir que dejes ese trabajo, ya no por el hecho de que seas un prostituto,
estás corriendo peligro, te lo dije.
Hubo un silencio y luego habló el
muchacho.
–Tienes razón, esto se ha convertido en
una montaña rusa y puede ser peligroso. Antes de llamarte a ti, llamé a Aníbal
pero el imbécil ese tenía el celular apagado.
–Está preso.
–¿Preso? ¿Cómo sabes?
–Lo investigué, desde el mismo momento
que te involucraste en esto y hace dos días se tenía todo listo para detenerlo
por pedofilia. Tenía una página de pornografía infantil, donde ofrecía a niños
para sexo con ejecutivos.
–QUE BOLAS.
–Justamente hoy te iba a contar todo eso
para que te retiraras de esto y fíjate, tuvo que pasar esto para que te dieras
cuenta.
Amadeo se acostó en la cama y se quedó
viendo fijamente el techo y comenzó a llorar luego de caer en cuenta todo lo
que había pasado.
–Ya, ya ya, no te pongas así mi amor. Ven
acá –Andrés abrazó a Amadeo que no paraba de llorar, más que por la decisión o
por lo que se enteró de lo de Aníbal, era por lo sucedido en el hotel con aquel
hombre, se vio cerca de la muerte.
–Mira, ¿y ese amigo que te encontraste?
Pensé que estaría aquí.
–No, se fue, bueno no era un amigo como
tal...¿te acuerdas del Guardia Nacional que nos detuvo rumbo a la playa?
–Coño, no me digas que te ayudó y te lo
tiraste aquí en el hotel.
–NO, no, no...bueno, subió hasta aquí y
le di plata por la ayuda pero el quería otra cosa...una mamada.
Un silencio invadió la habitación, el
aire se tornó pesado.
–No puedo creerlo, aparte que le pagas,
le haces lo otro. Estas vainas me pasan por ceder y aguantar. Amadeo, estoy
contigo, me tragué lo de que seas prostituto, coño y me dices esta vaina.
–Bueno pero te lo dije no te estoy
mintiendo, además no sé que podía esperar del tipo este, apareció y era la
persona que me podía ayudar. Discúlpame fui un tonto, hace unas horas no era
yo...todo este peo me tiene perturbado.
–Yo sé que eres un chamito, que te falta
experiencia y cosas que aprender, pero tienes una carrera por sacar, tienes
pareja que es probable que vivamos juntos, yo necesito compromiso, entrega de
verdad Amadeo, yo no quiero un niñito al que hay que decirle las cosas 20 veces
y creo por lo que hemos vivido juntos que no lo eres, así que quiero
responsabilidad, yo le estoy echándo bolas haz lo mismo.
–Prometido cieguito, te lo prometo que a
partir de hoy lo que pasó antes y hace horas quedará atrás. Yo te quiero en mi
vida Andrés, eres mi balance, mi norte y no quiero perderte.
Andrés lo abrazó y al separarse se quitó
los lentes –Quiero que me veas los ojos,
quiero sentir y ver tu sinceridad.
Amadeo lo vio por primera vez a los ojos
–Te estoy hablando muy en serio amor, esto es de verdad –Andrés se le erizó la
piel y dos lágrimas recorrieron sus mejillas. Amadeo se las limpió.
–Las próximas lágrimas que derrames serán
de felicidad, te lo prometo.
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