Amadeo y Andrés.
Luego de estar un buen rato conversando
dentro del agua y Amadeo intentando, infructuosamente, de enseñar a nadar a
Andrés, salieron para medio secarse e ir a la posada.
Los esperaba una cama King con sábanas
blancas, cuatro almohadas y 8 cojines de distintos tamaños en colores azules y
verdes. A Amadero le impresionó.
–Descríbeme el cuarto, ¿cómo es?
–JA ya tú sabes como es, porque te lo
habrán dicho pero ya te digo. Las paredes son en azul fuerte como cobalto y
ocre, el techo es de madera tiene un ventanal enorme que da para la playa con
unas cortinas medio transparentes y blancas, una camota con bastantes almohadas
y cojines. Un baño amplio, con una ducha y puerta de vidrio transparente, el
piso es entre cemento y caico, una belleza.–Vamos a disfrutarla, ¿te parece?
Andrés estaba en dirección hacia la
ventana percibiendo el aroma del mar, Amadeo lo abrazó por la espalda y
llevando sus brazos hacia el pecho de Andrés comenzó a desabotonarle la camisa
y se la quitó. Andrés se volteó y le dio un beso en la boca mientras le quitaba
la camisa a Amadeo y le metió la mano entre el panataón buscando su pene.
–Hey hey, ¿qué haces?
–Quiero tocar lo que en unos minutos va a
estar dentro de mi.–¿Quieres que te penetre yo?
–Hoy sí
Amadeo levantó a Andrés y lo llevó a la
cama quitándole el panatlón. Él también terminó de quitarse la ropa y comenzó a
besar los pies de Andrés mientras iba subiendo lentamente por sus piernas y
viendo como el pene de su novio iba creciendo. Al llegar al muslo comenzó a
rozar su cara internándose en ellos hasta tocar los testículos y comenzar a
lamerlos para luego subir poco a poco con su lengua por el pene que iba
escurriendo líquido, algo que Amadeo no desprovechó y lo tomó con su lengua y
saboreándolo.
Andrés tenía la piel erizada esperando
que su novio siguiera explorando su cuerpo, que ya subía por su ombligo. Una
vez en su cuello, comenzó a besarlo hasta llegar a su boca, se fue a su oreja y
le susurró.
–Quiero hacerlo sin condón, confía en mi,
estoy sano, quiero sentirte.
–Confío en ti, estoy contigo.
Tomó las piernas de Andrés y levantándolas
flexionadas las llevó hacia el pecho. Andrés las sujetó mientras Amadeo buscaba
lubricante. Poco a poco fue introduciendo su pene, cada centímetro que entraba
lo iba sintiendo, Andrés más, que seguía con la piel erizada. Una vez dentro de
él comenzó a moverse despacio, estaba muy excitado, no creía que aguantaría
mucho pero siguió lentamente con sus movimientos.
Amadeo no aguantó, respiró hondo y se
corrió dentro de Andrés, que gemía suavemente. A pesar de haber eyaculado,
Amadeo siguió por un buen rato e iba alternando dándole besos a su novio hasta
que tomó su pene y comenzó a masturbarlo. Unos minutos después Amadeo comenzó a
agitarse y ponerse tenso, volvía a correrse, Andrés empezó a masturbarse y se
vino también sobre su pecho que Amadeo esparció con su mano mientras seguía
dentro de su novio. Volvió a besar a Andrés y se colocó a un lado de él.
–Mi amor, ¿por qué ya te puedo decir mi
amor verdad?
–Si je, je, je –Dijo Amadeo.–Ha sido maravilloso lo que me hiciste sentir hace un rato.
–Yo estoy sintiendo algo maravilloso desde que me senté en la mesa para cenar, no sé si te diste cuenta pero acabé dos veces, la primera fue ahí mismo, me tenías excitadísimo.
–Wao, no me di cuenta, pero que rico.. Estoy empegostado, necesito ducharme.
–¿No me digas que te da asco la leche?
–Ja, ja, ja no vale, pero quiero ducharme, contigo.
Cuando estaban en la ducha Amadeo abrazó
a Andrés –Te prometo que la semana que viene nos hacemos los exámenes para que
estemos tranquilos, pero te aseguro que estoy sano, no voy a poner en riesgo a
la persona que quiero y está conmigo–.
Andrés se sonrió y lo besó en la boca
mientras les caía el agua caliente.
–Yo lo que quiero es que te cuides con lo
que estás haciendo, aunque preferiría que lo dejaras, pero eso es una decisión
tuya, yo asumí estar contigo a pesar de eso, pero quiero que est´s claro que es
peligroso, ya no hablemos de una enfermedad, sino de tu integridad física, no
sabes con quien te estás acostando.
–No te creas que yo voy a durar mucho
tiempo en esto, quiero sacar una buena cantidad de dinero y luego me retiro.
¿Sabes algo? Nadie se cala que su pareja
se dedique a esto o por lo menos muy pocos lo aceptan, y quiero agradecerte por
el apoyo y comprensión, quiero tomar esto como un trabajo cualquiera donde no
se vienen a hacer amigos no hay sentimientos y no me involucro con los
clientes, así va a ser hasta que termine.
Volvieron a besarse y se enjabonaron
mutuamente, lo que hizo que Amadeo se excitara de nuevo y su novio con toda la
disposición, se agachó para que su amado volviera a descargarse.
A la mañana siguiente, con el sol
entrando por la ventana y caía directamente en la cama, Amadeo no le quedó más
remedio que despertar, previo a eso se estira y se voltea a buscar a su novio
pero no está. Sale de la cama desnudo y con una rígida erección se dirije al
baño a orinar y se da cuenta que está solo en la habitación.
Termina de orinar, se sacude el pene y
bosteza. Al salir del baño escucha que abren la puerta y corre a la cama para
taparse con la sábana.
–Ah eres tú que susto, pense que era la
mucama. ¿Adónde fuiste?
–Buenos días amor –Le dio un beso–.–Buenos días mi cieguito hermoso, hoy estás más bello que ayer, eso es el sexo que yo doy que me pone a los novios guapos.
–Ja, ja, ja tampoco te creas el semental de la ciudad. Fui a buscar con Calixto el desayuno, traje varias empanadas y jugo.
Amadeo se le acerca y le da una nalgada
–No seré un semental pero te di bien rico anoche.
–Siéntate que vamos a desayunar en la cama,
no pienso salir de ahí hasta la tarde.
Repartieron las empanadas y el jugo y se
pusieron a comer desnudos sobre la cama.
–Yo creo que me puedo enamorar de ti más
pronto de lo que pienso.
–¿Ah si? ¿ y eso?–Porque esta sorpresa de fin de semana ha sido espectacular. Quiero hacerte el amor otra vez
–Pero esta vez te cojo yo.
–Me coges, que romántico sonó eso.
–Ya conocemos nuestro lado romántico, ahora viene lo bueno.
Y lo cumplieron, luego de desayunar,
descanaron y tuvieron sexo hasta que les toco irse de la posada. Pero antes de
irse fueron a caminar por la playa que estaba sola, Calixto los esperaba en el
carro que estaba estacionado en la sombra.
–¿Sabes algo mi cieguito?
–Dime mi gigoló–Ja, ja ja no me digas así
–Yo te digo como me dé la gana.
–Aja, yo se que es precipitado decirlo, pero quiero envejecer contigo chico, limpiarnos las cacas juntos pues je, je, je
–Si vale ese comntario es más romántico que lo de yo cogerte. Vamos a ver que pasa Amadeo, todavía tiene que correr mucho agua, vivamos este momento, mañana es otro día que no sabemos que pasará, disfrutemos de este día que aún le quedan horas. Te quiero.
–Y yo a ti.
Calixto apoyado en el capó del carro los
veía tomados de la mano y se sonreía.
–Cuanta gente andará enclosetada reprimiendo
lo que siente y este par disfrutando de su amor sin importarles quien los ve.
Ojalá fuéramos todos normales como estos dos. No joda mi hijo me sale marico y
lo voy a caer a besos y amarlo más todavía y que me presente al novio pa
advertirle que no haga sufrir a mi muchacho. Si estos dos se casan yo quiero ser el padrino de esa boda –Pensaba Calixto y se sonrió. Entró
en el carro para encenderlo pues ya regresaban los novios.
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