Asdrúbal y Asier.
A Ramón lo tomó por sorpresa la renuncia
de Asdrúbal, es por eso que almorzaron juntos para aclarar todo.
–No puedo creer lo que me estás contando,
estuviste a punto que te mataran.
–Si marico y todo por culpa del novio
psicópata de un carajo que conocí y que quería tirar conmigo, menos mal que no
hicimos nada.
–¿Y eso?
–Porque no me gustan esas cosas y así de
buenas a primeras.
–Pero tiraste conmigo.
–Si pendejo pero tú me gustas...
Una pausa.
–Y el malandro que le dijo a los otros pa
que me hicieran algo se llama Rendel, verga se me grabó ese nombre, bien niche
el nombre. Ajá cuéntame, ¿por qué renunciaste así de repente?
–Asier me consiguió trabajo en su empresa
donde me pagan el doble más otros beneficios mejores que en la empresa donde
trabajas y aparte productos de los que elaboran ahí cada mes.
–Ah que bien. ¿Y siguen empatados?
–No sé lo que somos pero seguimos juntos.
–¿Y ya dejaste de investigarlo para
entregarte a él completamente y ser suya? –Se
rió
–Ja, ja, ja que gafo eres. No, más bien
entré para seguir averiguando.
–Mosca y te descubren.
–Ya me amenazó, con matarme.
–Definitivamente tú estas demente.
–¿Y tú? Has conocido a alguien?
–Si, pero nada serio, sólo nos conocimos.
–Eeesoooo, échame el cuento
–No...cuando haya algo que contar.
–Aaaah pues, el misteroso.
Asdrúbal ya estaba en su nueva oficina
enviando unos correos e imprimiendo un informe, cuando le suena el teléfono de
su escritorio.
–<<Buenas tardes>>
–<<Ven a mi oficina que te quiero
coger>>
Colgó el teléfono y salió de su oficina,
su pene ya comenzaba a lubricar y a crecer.
Tocó la puerta y entró. Asier hablaba por
el celular.
–<<¿Y cómo sabes que Rendel
regresó?>>
Rendel...ese nombre fue el que me dijo Ramón. –Pensaba Asdrúbal.
–<<Bueno papá ubícalo entonces, nos
debe una explicación y le tenemos que informar sobre el nuevo trabajito, te
dejo, bendición>>
–Pasa mi amor, cierra la puerta.
–¿Quién es ese Rendel?
–Un tipo que nos hace unos trabajitos.
–Ah ok.
–Deja de preguntar tonterías y ven acá
que te lo quiero meter –Asier lo trajo hacia él y le señaló el vidrio detrás de
su escritorio para que fueran allá.
Asdrúbal se quitó la ropa, Asiér sólo
sacó su pene por entre el pantalón.
–Pégate ahí.._Nos van a ver, eso da a la
calle.
–Si, ¿no te da morbo eso? Que te vean
como te cogen.
Asdrúbal no dijo nada pero sí, le
excitaba saber que lo observaban.
Asier sacó un condón de su bolsillo, se
lo puso y se echó saliva en la mano para pasarla entre las nalgas de su novio y
su pene para luego penetrarlo.
–¿Quieres que te coja así todos los días
aquí en mi oficina?
–Si, que rico.
Asier le empujó la cara contra el vidrio
y empujó hasta penetrarlo por completo y se retiró.
–Listo, vístete.
–¿Ya? Tan rápido.
–Si, tengo cosas que hacer
–Pero no acabaste.
–No, hasta aquí llegamos, quiero que te
quedes con ganas de más.
Asdrúbal aún excitado comenzó a vestirse
–Anda déjame que te lo mame me dejaste picao.
–No, vete a tu rabajo y termina lo que te
pedí. Vamos, esta noche te acabo encima.
Luego de las seis de la tarde Asier llama
a Asdrúbal para irse a casa pero este le dice que se va a quedar un rato más
para revisar unas cosas y enviar unos correos.
Su novio le dice que le deja al chofer para que cuando salga lo lleve al
apartamento.
Asdrúbal se quería quedar para investigar
lo que pudiera. Se había llevado de la oficina de Asier la tarjeta magnética
para poder entrar. Era el momento perfecto pues el Circuito Cerrado estaba en
mantenimiento.
Entró y se sentó en la computadora
–Mierda esto debe tener contraseña –Tropezó el mouse y se activó el monitor, no
había cerrado la computadora –¡Bingo!.
Metió el pendrive de 32 GB y comenzeo a guardar
archivos sin revisar, algo de ahí podría ser importante. Más de 20 minutos
estuvo en la oficina. Escuchó pasos y puso a dormir el monitor y se escondió
bajo el escritorio. Unos halos de luz atravesaron la oficina, era un vigilante
con una linterna. Luego de varios segundos, se fue. A Asdrúbal le latía el
corazón a toda velocidad sentía que se le iba a salir en cualquier momento.
Terminó de guardar, había ocupado el 80%
de la capacidad del pendrive. Dejó la computadora como estaba y salió sin tocar
ni mover nada, revisó el pasillo y no había nadie. Se montó en el ascensor, al
bajar tres pisos se abre la puerta y era el vigilante.
–Buenas noches, ¿usted donde trabaja, no
lo vi en la ronda?
–Buenas noches en el piso de arriba,
estaba en el baño. Pero ya cerré y me voy. –Asdrúbal le mostró el carnet.
El vigilante lo veía con cara de
incredulidad. Asdrúbal respiraba aceleradamente y el corazón cabalgando en su
pecho.
Llegó a planta baja y buscó al chofer,
escondió el pendrive en el fondo del bolso y
se fueron rumbo a casa de Asier.
Al día siguiente Asrúbal con cualquier
excusa le dijo a Asier que lo dejara en su casa
y luego iría a la oficina.
En cuantó lo dejó en la puerta del
edificio llamó a Rubén.
–<< ¿Dónde estás?>>
–<<Saliendo para el trabajo, ¿qué
pasó?>>
–<<Tengo información valiosa del
asunto>>
–<<Mándamela al correo>>
–<<Noooo, es mucha, tengo un
pendrive>>
–<<¿Dónde estas? Voy en
moto>>
–<<En mi casa>>
–<<Espérame ahí y pasó en unos minutos>>
–<<Espérame ahí y pasó en unos minutos>>
Rubén llegó a los 10 minutos.
Asdrúbal le dijo que había guardado la
mayor cantidad de archivos que pudo de la computadora de Asier, que habría que
revisar lo que realmente valía la pena de todo eso.
Rubén por su parte le mostró la página de una
revista de investigación para que leyera el titular:
< ¿QUÉ SE ESCONDE DETRÁS DEL IMPERIO
DE Agustín Sucre & C.? >
Asdrúbal leyó las primeras líneas del
primer párrafo y le recorrió un escalofrío por todo el cuerpo.
–Estoy muerto.
–Eso te pasa por bruto, por estar
contándole al Asier lo que tenías, te pusiste en evidencia, pero esto ya no
tiene vuelta a atrás, ya se está haciendo viral por las redes sociales y ya
debe estar la revista en los kioskos.
–Pero voy a llegar a la oficina y me va a
joder.
–No vayas más, quédate en mi apartamento.
Vamos a hablar con tus papás para que sepan a lo que se enfrentan.
–¿Quééé? ¿Estás loco? Me matan ellos.
–Es preferible. No puedes regresar.
–Voy a regresar, si no voy ahí si me
pongo en evidencia.
–Tengo mi apartamento de soltero
desocupado en este momento, te puedes quedar ahí por cualquier cosa, toma las
llaves, te paso la dirección por mensaje.
De un golpe abren la puerta del despacho
de Asier, era su papá. Lanzó la revista en el escritorio de su hijo.
–Lee,
eso es tu culpa, ¡por estar abriendo la boca más de la cuenta! No
mataste al carajito ese ¿verdad?.
–No papá, no lo maté, pero él no fue, lo
tengo amenaazado.
–ME IMPORTA UN COMINO SI LO AMENZASTE, LO
QUIERO MUERTO. Dame el nombre, foto, dirección para que Rendel se encargue.
–¿Tú me dejas que yo me encargue de esto?
–Cuando dejo que te encargues la cagas,
estas enamorado de ese carajito y ahora estamos en problemas, esa periodista
cuando escribe es porque tiene pruebas, así que hay que matar a ese carajito a
la periodista y a quien sea.
–¿Te volviste loco papá? Tranquilízate.
Deja que hable con este chamo, te informo y resolvemos.
Asier bajó a la oficina de Asdrúbal y
entró sin tocar.
–Quiero que me digas hasta dónde estás
involucrado tú en este reportaje.
–¿Qué reportaje?
–Lee. Y ya está en las redes sociales.
–No, no sé de dónde sacaron esta
información, te dije que la tengo a resguardo, además lo que dicen aquí no está
lo que yo te mostré.
–Eso no me dice nada. ¿Fuiste tú o no?
–¿Qué
digo. Que digo? Si digo sí, me mata aquí, si digo no, ¿me golpeará hasta que
diga sí? ¿sabrá que estuve en su oficina?, me voy a arriesgar, ya estoy en la
boca del lobo.
Te dije que NO Asier, ¡yo quedé en algo
contigo y pienso cumplirlo!. Esta revista habrá hecho averiguaciones que se yo.
–Ok, ok, vamos a creerte de momento, pero
estás en la mira. Mi papá está en el edificio, no salgas de aquí.
Asier se fue al despacho de su papá.
–Te mandé toda la información de Asdrúbal
a tu corrreo, haz lo que tengas que hacer papá.
–¿Confesó?
–No, pero no sabe mentir. –Salió del
despacho y apretó los puños. Cerró con fuerza los ojos y se puso rojo.
Regresó a la oficina de Asdrúbal. Entró y
le dio un beso en la boca.
–Agarra tus cosas y vete de aquí,
escóndete no sé en donde pero desaparece. Mi papá mandó a matarte ya.
–Pero…pero ¿por qué? Ya te dije que yo no…
–No sigas hablando. Sabemos que fuiste
tú. Desaparece Asdrúbal, escóndete donde no te encuentren.
Asier salió de la oficina y Asdrúbal
cogió sus cosas y salió disparado de la oficina rumbo al apartamento que le
dijo Rubén.
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