Donde hubo fuego, solo
quedan cenizas.
Nestor volvió a subir al apartamento. Virginia estaba
sentada en la sala llorando.
–¿Por qué lo hiciste? Eso no me va a detener para que yo
vaya a buscar a Calixto.
–Ese muchacho no quiere nada contigo, deja que tu hijo tenga
una relación con él y tú apártate.
–Supongamos que eso suceda, no voy a regresar contigo, no
como tú quieres Virginia, nada va a detener esto, estuve más de 20 años
ocultando lo que realmente quería y ahora que por fin lo saben todos me siento
libre.
–Yo no pretendo que vuelvas conmigo, lo que quiero es que
recapacites, ese niño no se va a quedar con un viejo como tú teniendo a alguien
de su edad rondándole.
–Precisamente eso era lo que hacía que él estuviera a mi
lado, mi edad, no le gustan los niños.
–Ojalá no te arrepientas y regreses con el rabo entre las
piernas y me pidas volver.
–Eso no va a suceder. Soy gay Virginia, me gustan los
hombres, por fin lo puedo decir sin avergonzarme. Y si no es Calixto será otro,
pero haré lo que sea, oye bien, lo que sea para que Calixto vuelva conmigo.
–¿A pesar de tu hijo?
–Quien se interponga, no me va a importar sacarlo del medio.
Calixto es el hombre que amo.
–Entonces vete. Sólo te digo algo, Más importante que el
amor que sientes por ese muchacho es el amor de padre e hijo, de tu familia, ni
se te ocurra hacerle daño a Diego porque lo de los cauchos fue apenas una
diablura de quinceañera con lo que puedo ser capaz de hacer por mi hijo.
–No me amenaces, que puedo aguantar muchas cosas, pero me
divorcio y te dejo sola. Adiós.
Llegó al aeropuerto, pero los vuelos nacionales estaban suspendidos
hasta el día siguiente por el avión siniestrado. Tomó un taxi para ir al terminal
de los autobuses expresos.
Luego de 3 horas ya estaba montado en la unidad.
Llamó a Calixto para decirle que iba para allá.
–<No quiero verte Nestor, quiero cerrar ese capítulo de mi
vida>
–<Por favor, vamos a hablar, dame la oportunidad, te lo
pido, luego decides si me botas o no, pero necesito hablar contigo>
Luego de varios minutos Calixto accedió.
–Tú papá viene a hablar conmigo.
–¿Quééé? ¿Y lo vas a recibir?
–Le dije que sí, que hable y luego que se vaya.
–Te va a engatusar para que vuelvas con él.
–Pero tú te crees que tengo 12 años?
–No, mi papá es un zorro viejo.
Decidieron entre los dos que se encontraran en una cafetería
y que Diego estaría cerca pero oculto, Nestor no sabía que su hijo estaba en la
ciudad donde vive Calixto.
–Hubiese preferido que nos viéramos en tu casa.
–Están mis papás y no quiero incomodarlos.
–Ellos me conocen, no veo porque los voy a incomodar.
–No quiero Nestor, dime, ¿a qué viniste? -Diego estaba en
una mesa cercana tapándose con un libro, ya estaba cayendo la tarde, era
perfecto para que no se diera cuenta.
–Vine a pedirte perdón, a decirte que la cagué, sí, mucho,
me comporté como un cobarde, dije muchas mentiras y te involucré en ellas. Pero
luego de verte ahí herido lleno de sangre pensando que podía perderte para
siempre, me asusté. Me descubrieron toda la mentira y decidí hablar y ahora
estoy aquí para volver contigo.
–No pienso volver contigo Nestor, voy a hacer mi vida aquí
con mi familia.
–Pero viniste a la capital para dejar esto y progresar esto
es un retroceso, yo te puedo ayudar como antes y pagarte la habitación.
–Sigues casado, eso no ha cambiado.
–Ya le pedí el divorcio a Virginia. -A Calixto se le aceleró
el corazón pero no le dijo nada. Nestor se levantó y luego se arrodilló frente
a toda la gente.
–Te suplico que vuelvas conmigo, por favor te lo estoy
pidiendo de rodillas.
–Párate del suelo Nestor que raya, me estás haciendo pasar pena.
–Párate del suelo Nestor que raya, me estás haciendo pasar pena.
–No me voy a levantar hasta que me digas que vuelves
conmigo.
Cuando Calixto iba a hablar se levantó Diego que no estaba
en los planes que eso sucediera.
–¿Tú vas a seguir mintiendo así descaradmente?
Nestor se levantó del piso, la gente los observaba. –¿Qué
haces tú aquí?
–Calixto y yo somos novios.
–Ya va Diego eso tampoco…-Nestor se llenó de ira y le lanzó
un golpe a Diego que lo hizo tropezar con la mesa de atrás y caerse. –¡Ni te
atrevas a acercarte a Calixto!.
–Señor acompáñeme a la salida, tiene que irse del local. –Le
decía uno de los empleados del café, Nestor se movió quitándose la mano del
muchacho que intentaba sacarlo de ahí.
–¡No me pongas una mano encima! ¡Vámonos Calixto!
–¡No! ¿No ves a tu hijo que está en el piso?
Nestor se le abalanzó al muchacho y lo besó en la boca.
–Vuelve conmigo por favor, no me dejes, Diego no tiene nada que ofrecerte, yo
si, dinero, casa, carro, viajes.
–Nestor tu hijo está inconsciente en el piso.
–Respóndeme.
Calixto se soltó de los brazos de Nestor.
–¡Alguien que me ayude por favor! -2 personas junto a Calixto
levantaron a Diego y llamaron a una ambulancia.
Nestor recogía la mesa y pagaba la cuenta de lo que habían
consumido.
–Ya viene la ambulancia, ¿te vas tú en ella? Yo me puedo ir
en autobus.
–Yo me voy a buscar un hotel.
–Nestor es tu hijo el que está ahí desmayado.
–Mañana te busco, para hablar contigo a solas.
–¡NESTOR, NESTOR, NESTOOOOR!
Llegó la ambulancia. Calixto se montó con él atrás y uno de los
paramédicos.
–Vamos al hospital central por favor. –Le dijo el muchacho al
chofer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario