lunes, 7 de noviembre de 2016

A QUE NO TE ATREVES. Temporada 7. Capítulo 1


Nada detiene un deseo.



–Me siento mal por hacer esto y la verdad no sé porqué. -Decía Bertha mientras veía a Carmelo que veía al frente.

Carmelo le tomó la mano. –Yo tampoco sé porque te sientes mal si tu esposo es gay y no te ama y también te engaña así que tranquila, vamos a disfrutar el viaje.

–Me encanta estar contigo.

Carmelo volteó a verla, se sonrió y volvió a ver hacia al frente. –Hoy te volveré a dormir si no te quedas quieta cuando tengamos sexo. -Bertha lo escuchó y sintió como lubricaba. Se acercó al oído de Carmelo. –Cada vez que me hablas me mojo, solo tú has logrado eso.

Volvió a verla a los ojos, se sonrió. –Deja que te coja esta noche y quedarás satisfecha.

–Estoy embarazada y creo que es tuyo. -Carmelo no le prestó atención.

En ese momento el avión perdió altura de repente, los motores se apagaron al igual que las luces internas. La gente comenzó a gritar y el avión se movía en vaivén.

Las aeromozas calmaban a los pasajeros, que algunos querían levantarse. Carmelo lo hizo para calmar a la gente pero uno de ellos lo sentó empujándolo por el hombro.

Bertha aprovechó y lo tomó con fuerza de  la mano.

Las luces del avión parpadeaban hasta que se apagaron por completo junto con el aire acondicionado.



<<Señores pasajeros vamos a realizar un aterrizaje forzozo planeando el avión, agradecemos su mayor colaboración quedándose sentados en sus asientos con el cinturón puesto y la cabeza entre las piernas>>

Esa información asustó más a la gente. El avión ya estaba cerca de las montañas y el piloto buscaba un lugar abierto y algo plano. Una de las alas se desprendió al chocar contra la montaña, lo que hizo que se partiera el avión y varias personas cayeran al vacío. Comenzó un incendio que tomó por sorpresa a unos pasajeros. Se partió la otra ala.



Otros pasajeros muertos. El avion se ladeó y comenzó a arrastrarse por la montaña rocosa. Bertha y Carmelo estaban en la parte de arriba, cuando el avión se puso de lado. Parte del techo se desprendió a causa de la montaña. El avión seguía arrastrándose dejando a su paso pasajeros.



El avión se estrelló aplastando en la cabina a los pilotos. Se detuvo y volvió  a enderezarse. Unos minutos después todo quedó en silencio, a ratos se escuchaba un amasijo de hierros que se movían.

____________



Carmelo abrió los ojos, sin moverse miró a los lados. Bertha estaba con los ojos cerrados apretándolos, seguían con las manos agarradas, ella apretaba con fuerza.

–Bertha, Bertha, abre los ojos, hay que salir de aquí.

2 asientos quedaron sobre ellos a menera de techo, algo que posiblemente los salvó, sus asientos estaban intactos, alrededor estaba todo destrozado, gente muerta, asientos desprendidos o no estaban y maletas desperdigadas.

Bertha abrió los ojos,. –¿Ya pasó todo? ¿qué es esto?

–Tranquila, te voy a sacar de aquí. –Se desabrochó para ayudar a Bertha que tenía el cinturón atascado.

–Voy a buscar algo para desengancharte.

–Espera, acércate.

Carmelo se acercó y ella lo besó en la boca. –Sácame de aquí y hazme el amor.

Carmelo escuchó eso y volteó a su alrededor. Cayó en cuenta donde estaba y lo que había alrededor: cadáveres.

–¡Estás loca!, ¿cómo vas  a pensar en eso ahora? Voy a buscar con que sacarte.

–Con cuidado, estoy embarazada, no te olvides.

Carmelo volteó a verla sorprendido.

–No puede ser. ¿Voy a ser papá?

–Sí, si es que aún está vivo mi bebé.



Carmelo comenzó a caminar entre los escombros. Veía cuerpos desmembrados, ropa, sangre y un fuerte olor a combustible. De pronto vio a una de las aeromozas, estaba boca abajo con el pantalón roto. Carmelo tuvo una erección inmediata y sin pensar se acercó y le terminó de romper el pantalón y la ropa interior.

Desabrochó su pantalón y sacó su pene para luego colocarse sobre el cuerpo de la infortunada mujer.

–Sigue caliente, Dios que divino, me gusta ah, ah, ah, que piel, suave, tibia, ah ah. -Se corrió dentro de ella muy rápido. Se levantó y como pudo se acomodó el pantalón que lo llevaba desabrochado y lo sujetaba con una mano.

Vio a un hombre, tenía una cortada que le atravesaba el pecho y la cara, Carmelo comenzó a tener taquicardia, su respiración estaba acelerada y el cuerpo le temblaba. Dejo caer sus pantalones, volteó el cuerpo e hizo lo mismo. Lo tibio de aquella piel lo volvió excitar.



Bertha como pudo se desabrochó y logró salir, estaba desesperada, sorteó varios cuerpos y maletas, ella también tenía taquicardia y su cuerpo le temblaba. volvía a sentir como el flujo de su vagina bajaba por su entrepierna, quería encontrar a Carmelo y comenzó a llamarlo gritando.

Al ver que no recibía respuesta corrió.

–¡Carmelo! ¿Qué haces?

El médico se detuvo y nervioso como estaba se dio la vuelta mirando a Bertha.

Ella estaba impactada con lo que había visto. Su cuerpo seguía temblando. Carmelo respirando con dificultad.



Dejó caer su vestido. –Yo estoy viva y loca por ti, hazme el amor a mi y si quieres me inyectas lo que quieras, ahora mismo.



–Ayuuuda…ayudaaaa…auxilioooo…auxilioooo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario