Nada
detiene un deseo.
–Me siento mal por hacer esto y la verdad
no sé porqué. -Decía Bertha mientras veía a Carmelo que veía al frente.
Carmelo le tomó la mano. –Yo tampoco sé
porque te sientes mal si tu esposo es gay y no te ama y también te engaña así
que tranquila, vamos a disfrutar el viaje.
–Me encanta estar contigo.
Carmelo volteó a verla, se sonrió y volvió
a ver hacia al frente. –Hoy te volveré a dormir si no te quedas quieta cuando
tengamos sexo. -Bertha lo escuchó y sintió como lubricaba. Se acercó al oído de
Carmelo. –Cada vez que me hablas me mojo, solo tú has logrado eso.
Volvió a verla a los ojos, se sonrió. –Deja
que te coja esta noche y quedarás satisfecha.
–Estoy embarazada y creo que es tuyo. -Carmelo
no le prestó atención.
En ese momento el avión perdió altura de
repente, los motores se apagaron al igual que las luces internas. La gente
comenzó a gritar y el avión se movía en vaivén.
Las aeromozas calmaban a los pasajeros, que
algunos querían levantarse. Carmelo lo hizo para calmar a la gente pero uno de
ellos lo sentó empujándolo por el hombro.
Bertha aprovechó y lo tomó con fuerza
de la mano.
Las luces del avión parpadeaban hasta que
se apagaron por completo junto con el aire acondicionado.
<<Señores pasajeros vamos a realizar
un aterrizaje forzozo planeando el avión, agradecemos su mayor colaboración
quedándose sentados en sus asientos con el cinturón puesto y la cabeza entre
las piernas>>
Esa información asustó más a la gente. El
avión ya estaba cerca de las montañas y el piloto buscaba un lugar abierto y
algo plano. Una de las alas se desprendió al chocar contra la montaña, lo que
hizo que se partiera el avión y varias personas cayeran al vacío. Comenzó un
incendio que tomó por sorpresa a unos pasajeros. Se partió la otra ala.
Otros pasajeros muertos. El avion se ladeó
y comenzó a arrastrarse por la montaña rocosa. Bertha y Carmelo estaban en la
parte de arriba, cuando el avión se puso de lado. Parte del techo se desprendió
a causa de la montaña. El avión seguía arrastrándose dejando a su paso
pasajeros.
El avión se estrelló aplastando en la
cabina a los pilotos. Se detuvo y volvió
a enderezarse. Unos minutos después todo quedó en silencio, a ratos se
escuchaba un amasijo de hierros que se movían.
____________
Carmelo abrió los ojos, sin moverse miró a
los lados. Bertha estaba con los ojos cerrados apretándolos, seguían con las
manos agarradas, ella apretaba con fuerza.
–Bertha, Bertha, abre los ojos, hay que
salir de aquí.
2 asientos quedaron sobre ellos a menera de
techo, algo que posiblemente los salvó, sus asientos estaban intactos,
alrededor estaba todo destrozado, gente muerta, asientos desprendidos o no
estaban y maletas desperdigadas.
Bertha abrió los ojos,. –¿Ya pasó todo?
¿qué es esto?
–Tranquila, te voy a sacar de aquí. –Se
desabrochó para ayudar a Bertha que tenía el cinturón atascado.
–Voy a buscar algo para desengancharte.
–Espera, acércate.
Carmelo se acercó y ella lo besó en la
boca. –Sácame de aquí y hazme el amor.
Carmelo escuchó eso y volteó a su
alrededor. Cayó en cuenta donde estaba y lo que había alrededor: cadáveres.
–¡Estás loca!, ¿cómo vas a pensar en eso ahora? Voy a buscar con que
sacarte.
–Con cuidado, estoy embarazada, no te
olvides.
Carmelo volteó a verla sorprendido.
–No puede ser. ¿Voy a ser papá?
–Sí, si es que aún está vivo mi bebé.
Carmelo comenzó a caminar entre los
escombros. Veía cuerpos desmembrados, ropa, sangre y un fuerte olor a combustible.
De pronto vio a una de las aeromozas, estaba boca abajo con el pantalón roto.
Carmelo tuvo una erección inmediata y sin pensar se acercó y le terminó de
romper el pantalón y la ropa interior.
Desabrochó su pantalón y sacó su pene para
luego colocarse sobre el cuerpo de la infortunada mujer.
–Sigue caliente, Dios que divino, me gusta
ah, ah, ah, que piel, suave, tibia, ah ah. -Se corrió dentro de ella muy
rápido. Se levantó y como pudo se acomodó el pantalón que lo llevaba
desabrochado y lo sujetaba con una mano.
Vio a un hombre, tenía una cortada que le
atravesaba el pecho y la cara, Carmelo comenzó a tener taquicardia, su
respiración estaba acelerada y el cuerpo le temblaba. Dejo caer sus pantalones,
volteó el cuerpo e hizo lo mismo. Lo tibio de aquella piel lo volvió excitar.
Bertha como pudo se desabrochó y logró
salir, estaba desesperada, sorteó varios cuerpos y maletas, ella también tenía
taquicardia y su cuerpo le temblaba. volvía a sentir como el flujo de su vagina
bajaba por su entrepierna, quería encontrar a Carmelo y comenzó a llamarlo
gritando.
Al ver que no recibía respuesta corrió.
–¡Carmelo! ¿Qué haces?
El médico se detuvo y nervioso como estaba
se dio la vuelta mirando a Bertha.
Ella estaba impactada con lo que había
visto. Su cuerpo seguía temblando. Carmelo respirando con dificultad.
Dejó caer su vestido. –Yo estoy viva y loca
por ti, hazme el amor a mi y si quieres me inyectas lo que quieras, ahora
mismo.
–Ayuuuda…ayudaaaa…auxilioooo…auxilioooo.
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