Recogiendo
el agua derramada.
Nestor llegó al hotel donde se iba a
quedar. Un hotel modesto de 3 estrellas, limpio, arreglado y sencillo.
Cuando llenaba la planilla de ingreso el joven
de la recepción le entregaba el control del televisor y pasaba la tarjeta de
crédito.
–Aquí tiene señor, bienvenido, cualquier
cosa que necesite no dude en llamarme y yo mismo lo atenderé y subiré a su
habitación para solucionar su problema. Para lo que quiera…-Se sonrió y le dio
la tarjeta de acceso.
–Gracias joven lo tendré en cuenta.
–Tome, sus tickets para el desayuno, si
desea desayunar en su habitación yo se lo haré llegar también.
–Muy amable, gracias por tu hospitalidad.
–Siempre a su orden señor.
Se montó en el ascensor y se sonrió
pensando en la excesiva amabilidad del recepcionista.
–Bonito
el carajito, como Calixto. –Pensó.
Al entrar a la habitación recibe un mensaje
de Calixto que lo hace emocionarse y dejar todo en el piso y revisar el celular.
–<Tú hijo está en el Hospital Central,
te espero, yo me tengo que ir>
Nestor cerró los ojos y apretó el puño
izquierdo. Subio el bolso a la cama para sacar una franela y cambiarse.
Bajó al lobby para tomar un taxi.
–Disculpa joven, no hay taxis afuera,
necesito uno urgente.
–Ya le llamo uno señor. Me llamo Camilo,
llámeme Camilo.
–Gracias Camilo, voy a sentarme aquí a
esperar.
–Tome. –Le dio un papel con su número de
celular. –Si necesita algo me llama directamente por ahí sin tener que llamar a
la central, así es más rápido.
–¿Tú eres así con todos los huéspedes?
–Ya llegó su taxi. Puedo anotarle la carrera en su cuenta
si así lo desea.
–Si, lo deseo, gracias Camilo.
Se montó en el taxi y le escribió al
recepcionista.
–<Este es mi número, soy Nestor, el
huésped>
–<Anotado señor Nestor, que le vaya bien
en su diligencia, aquí lo espero>
–<Gracias por tantas atenciones>
–<Estoy a su orden para lo que se le
ofrezca>.
Llegó al hospital y preguntó por su hijo,
lo enviaron al segundo piso. Al llegar a la habitación lo esperaba Calixto.
–Hola mi amor.
–Toma sus cosas yo me tengo que ir. -Nestor
lo detuvo soteniéndolo del antebrazo con fuerza.
–No me vas a volver a dejar con la palabra
en la boca.
–Nestor ya hablamos, lo nuestro se acabó,
no voy a volver contigo.
–¿Por qué? Ya te pedí disculpas, se que la
cagué, no debí actuar así pero coño al verme descubierto, dije lo primero que
se me ocurrió y fue decir que eras mi hijo.
–Normal y vivo en tu casa y te coges a tu
hijo en tu casa, con tu mujer y mis hermanitos.
–Olvida todo eso y volvamos.
–Atiende a tu hijo que creo que eso es más
importante que cualquier cosa, me voy.
Calixto salió de la habitación y se fue al
estacionamiento.
Cuando se montó en el carro y puso la llave
en el suiche, se detuvo, sacó la llave y salió del carro para entrar de nuevo
al hospital.
Entró a la habitación.
–Mi amor, sabía que ibas a regresar, yo voy
a cambiar te prometo que cambiaré, todo va a ser distinto.
–Toma las llaves de tu carro. Pronto te
pagaré todo lo que has gastado en mi.
–Sabes que no tienes que hacer nada de
esto, el carro el tuyo.
Le lanzó las llaves y volvió a irse.
Nestor se llevó la manos a la cabeza y se
fue a la ventana, resopló, vio como Calixto salía del hospital caminando. Sus
ojos se llenaron de lágrimas.
–Papá. -Escuchó a su hijo que se había
levantado. Se acercó a la cama y le acarició la cabeza a su hijo.
–¿Qué haces… aquí? ¿Por qué… me golpeaste?
Nestor le pasaba la mano por el cabello
hasta que le sujetó un mechón con fuerza.
–No te lo voy a volver a repetir Diego, una
vez que salgas de aquí te desapareces de la vida de Calixto, no tienes nada que
hacer con él. ¿Entendiste?.
–Me estás dando…miedo papá, pero, pero no
pienso dejar a Calixto.
–Tenme miedo entonces porque me voy a
olvidar que eres mi hijo. Voy a comer algo ya regreso.
Salió del hospital para buscar una
licorería.
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