miércoles, 16 de noviembre de 2016

A QUE NO TE ATREVES 7. Capítulo 8


Peor será la resaca.



Nestor se fue del hospital caminando, compró una botella de ron y siguió caminando hacia el hotel mientras bebía.

Entró al lobby ya con más de la mitad de la botella bebida, estaba mareado y se notaba que estaba ebrio.



Camilo, el recepcionista, al verlo salió de recepción para ayudarlo.

–¿Esta bien señor Nestor?

–¿Bien? ¡Estoy del carajo Calixto! No, ¿tú te llamas Calixto? No Camilo, Camilo es la vaina, estoy perfecto.

–¿Quiere que lo ayude a subir a su habitación? Carlos, quédate pendiente ahí mientras lo subo a su cuarto.

–Tú lo que quieres es que te coja, ¿verdad? Jejeje. Yo ando borracho y quesúo.

–Vamos, lo llevo a su habitación deme la tarjeta.

–Está en mi bolsillo, mosca y me tocas el guevo mariquito.



Camilo se sonreía, ya tenía una erección. Llegaron al ascensor, tocó el piso y al cerrarse la puerta Nestor volvió a hablar.

­–Tas lindo carajito, como mi Calixto, es así como tú, un carajito bello, pero el guevón se empató con mi hijo ¡Qué bolas, mi propio hijo me sopló el bistec!.

–Qué broma señor Nestor, pero eso no se puede quedar así, tiene que vengarse.

–Aaaay vale tú estás buscando que te coja y te voy a coger.



Entraron en la habitación y Camilo lo acostó en la cama boca arriba, comenzó a quitarle los zapatos y luego le desabrochó el pantalón para luego quitárselo.

Camilo lo detalló; unas piernas bien formadas y velludas, tenía barriga pero no muy grande. Unos interiores blancos ocultaban un pene que amenazaba con ser apetecible. Camilo metió sus dedos por la liga del interior y comenzó a bajarlo. Nestor abrió los ojos y levantó la cabeza.



–Te voy a coger Calixto, luego no quiero lamentaciones.

–Me puedes llamar como quieras. -Decía eso mientras tomaba con sus manos el pene de Nestor y lo introducía en su boca. Para que se levantara comenzó a succionarlo, lo mordía y jugaba con su lengua alrededor del pene.

–Diooos que rico sigue Calixto, sigue, sigue, te quiero coger. -Con su pene totalmente erecto, Camilo aprovechó para desnudarse y sentarse sobre el. En cuclillas cogió el pene y lo colocó en su culo y poco a poco fue metiéndoselo hasta sentarse por completo.

–Calixto que rico ese culo.

Camilo le dio una cachetada, no soy Calixto, soy Camilo, te está cogiendo a Camilo, ¿estás oyendo? –Camilo comezó a moverse y eso puso en alerta a Nestor que se levantó para ver como se movía el muchacho.

Se levantó más y con la ayuda de su brazo derecho lo tumbó en la cama volteándolo para ponerlo en 4.

–Mariquito, no me vuelvas a dar una cachetada. -Le dijo al oído, lo tomó del pelo con fuerza halando hacia él la cabeza y penetrándolo hasta el fondo para comenzar a moverse.

–Sigue, sigue, así cógeme, dame duro anda, dale, dale ah, ah ,ah, ah.



Nestor seguía moviéndose con fuerza aunque seguía mareado, se estaba tardando en acabar. Camilo cayó en cuenta que no se había puesto condón.

–No me acabes adentro, no me acabes adentro.

–Shhh cállate, todavía me falta, estoy a punto, ya va.

–¡Acábame afuera! Sácalo

Nestor le apreto las caderas dando 2 sacudidas, un tercera y soltó al muchacho y se tumbó en la cama  con la respiración agitada. Camilo hizo lo mismo y se acostó a su lado.



–Me cogiste sin condón.

–¿Te vas a lamentar ahora? Yo estoy sano por lo menos, no se tú y en este momento no me importa, que cogida tan buena.

–Si, estuvo buena. –Camilo comenzó a masturbarse y Nestor le metía los dedos en el culo.

–Ay , ay , ay me vengo, me vengo, dale más duro, mete otro. –Un primer chorro cruzó el espacio entre su pene y su cabeza cayéndole en el pelo.

–Coño, estabas cargadito carajito. Verga todo me da vueltas, creo que mejor te vas.

Camilo se volteó hacia Nestor y le dio un beso en la boca.

–Hueles a alcohol.

­–¿Y ese beso?

–Me gustó estar contigo y me gustas tú.

–¿Ah si? Que bien, bueno te advierto que tengo novio y esposa

–Esposa, bueno, no me interesa y ese novio lo tumbo yo.

–Déjame solo chamín que la cabeza me da vueltas.

–Te voy a dar unas pastillas para el dolor de cabeza que son buenas, las tengo en el pantalón.



Camilo fue el baño a refrescarse y se vistió para regresar a la recepción.

–No quiero perder el contacto contigo. -Camilo se acercó pero ya Nestor dormía, le dio otro beso en la boca.

–Mañana quiero repetir. –Le susurró al oído.





A la mañana siguiente Nestor se levantaba con un terrible dolor de cabeza que no lo dejaba ni abrir los ojos, como pudo se fue al baño a orinar y darse una ducha. Al salir se acerca a la cama y ve las sábanas manchadas, se acerca  y huele a semen y sexo.

–Me cogí al carajo de la recepción, verga, que bolas, de vaina y me acuerdo. –Terminó de vestirse para bajar a desayunar.



Vio a Camilo que estaba a punto de irse pues llevaba más de 12 horas trabajando.

–Epa Calixto, Camilo, Camilo.

–¿Usted va a insistir en llamarme Calixto?

–Disculpa, tengo una jaqueca terrible.

–Eso es resaca, ratón.

–Discúlpame lo de anoche, no debió pasar.

–Señor Nestor yo no me arrepiento de lo que pasó ni estoy molesto, de hecho quise que pasara, me encantó. Anoche estaba borracho pero le dije que quería repetir.

Nestor se levantó los lentes viendo con extrañeza al muchacho.

–¿En serio? ¿Quieres repetir?

–Si, lástima que vives en otra ciudad porque quisiera otras cosas.

–¿Cómo cuales?

–Me tengo que ir, tiene mi número, escríbame cuando quiera.



Nestor se fue a desayunar y a hacer unas llamadas para cuadrar unas cosas para resolver en persona luego del desayuno.



–No quiero que a este muchacho le den cupo en esta Universidad, te lo pido como amigos que somos desde hace años.

–Luis, es tu hijo.

–Por eso mismo, no quiero que lo aceptes aquí, tú sabes que hacer.

–Lo más seguro es que consiga en la sede de tu Universidad aquí.

–Yo me voy a encargar de que ahí tampoco entre.

–¿Algo tan malo hizo Diego para que le hagas eso?

–Algún día te contaré.



Luego de conversar con el rector de la otra Universidad, sede de la que el trabaja en la capital, accedió a revocarle la entrada pues Diego ya había introducido los documentos y pagado. Pero la influencia de su padre detuvo todo el proceso.

–Te voy a pagar con creces esto.

–Espero, puedo meterme en un problema.





Recibe un mensaje.

–¿Calixto?

–<Nestor, necesito hablar contigo, vamos a vernos en el café Tavares, cerca de mi casa en una hora>

A Nestor se le aceleró el corazón y por unos instantes la resaca no era un problema, se vio en el reflejo de una vitrina para verse la cara y peinarse para ir al encuentro de su amante.

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