Escapar
de la realidad.
Aunque en el centro de rehabilitación no
tienen a nadie a la fuerza hay ciertas restricciones, pero Emilio puede entrar
y salir cuando quiera, incluso marcharse notificándolo.
Emilio salió de su cuarto luego de beberse
la botella de ron que le había traído uno de los enfermeros, a pesar de la
advertencia de que no saliera para que no lo vieran, se fue al jardín y cayó
tendido en el suelo.
–¿Cómo este hombre está en este estado? ¿quién
le proporcionó el alcohol? -Hablaba la directora del centro. –Haremos una
investigación exhaustiva para determinar complicidad interna y se irá caiga
quien caiga.
Luego de estabilizar a Emilio y colocarle
un tranquilizante suave para que se relajara recibió una extraña visita.
–Emilio tienes visita, ve a las sala de
visitas que lo está esperando un señor.
Entró a la sala que estaba vacía. Un hombre
lo esperaba sentado.
–Buenas tardes, ¿lo conozco?
–Es probable que mi nombre te recuerde algo
o a alguien.
–Vaya, si puede ser más específico, estoy
en rehabilitación y a veces pierdo la noción de todo.
El hombre lo agarró de la franela y lo
empujó sin soltarlo.
–¿Te acuerdas cuando intentaste violarte a
Jesucristo en su Universidad? ¿o te doy un coñazo para que te acuerdes?
Emilio se sorprendió y se dio cuenta que
era Pablo, el novio de su amor imposible. Comenzó a llorar.
–¿Qué? ¿Estás arrepentido?. -Pablo lo llevó
hasta la pared y le dio varios golpes empujándolo.
–No quise hacerlo, estaba borracho y drogado,
por favor no me golpees.
–¡Que yo no te vea que te acercas a Cristo
porque te mato!. A Cristo no le vuelves a poner una mano encima ¿me oíste?. ¿ME
OISTE?
Otro empujón y Emilio cayó al piso
llorando, Pablo lo levantó del piso por la franela.
–¿PABLO? ¡Pablo! ¿Qué haces? ¡Suéltalo!
–¿Qué haces tú aquí? ¿estás internado tú
también?
–No, ¿qué dices? Emilio es…mi pareja.
–¿Qué? ¿Este tipo es tu novio? ¿Pero en qué
estabas pensando? ¿Tú sabías que este intentó violar a Jesucristo en la
Universidad, hace unas semanas?
–Te estás inventando eso, ese carajito
inventó esa vaina para joderlo.
–No tiene porque inventarlo, son amigos de
hace años. Agarra al borracho de tu novio y que no se acerque al mio.
–¿Tan enamorado del carajito ese estás? ¿se
te olvidaron los 5 años que pasamos juntos?
–Si, estoy enamorado del carajito, ¿cuál es
el problema? No se me olvida lo que pasé contigo, simplemente pasó.
–Ah ok te pasaste el suiche y ahora
suspiras por el mocoso.
–No te doy un coñazo a ti también porque ya
es suficiente.
–Ese carajito te tiene mal, tú no eras
violento. -Pablo se le acercó a centímetros de la cara.
–Deja de hablar guevonadas. No quiero a tu
novio cerca de Cristo. Punto.
–Está internado en este lugar, no va a salir.
–Cuando algún día salga, no lo quiero ver.
Pablo se fue del centro. –Tengo que
regresar al trabajo, mierda.
–Sácame de aquí Gilberto, sácame de esta
cárcel.
–No puedes irte mi amor, tienes que seguir
el tratamiento y respetarlo, me dijeron que bebiste ¿quién te dio alcoho?
–Lo conseguí.
–¿Cómo, dónde? Emilio tienes que curarte.
–Aquí adentro no me voy a curar, sácame de
aqui, ¡SACAME DE AQUI COÑOOOOO!
–NO EMILIO, TRANQULIZATE. ENFERMEROOOO.
–Me quieres dejar aquí para irte con tu ex
¿verdad? Todavía lo amas, quiere volver
con él y yo, que me joda.
–No sé de que estás hablando.
–DEL TIPO ESE QUE SE ACABA DE IR, TODAVIA
LO AMAS, MIENTRAS A MI ME ENCIERRAS AQUI TU QUIERES VOLVER CON EL ¿TE COJE
MEJOR QUE YO? ES MEJOR AMANTE? ERES UNA PUTA.
Volvio a pedir ayuda y llegaron dos
enfermeros que lo agarraron y uno de ellos lo inyectó.
–Será mejor que se vaya señor, ya la visita
terminó.
Gilberto se va del centro y llama a Pablo.
–<¿Qué quieres Gilberto?>
–<¿Podemos vernos ahora? Un momento,
tomarme un café contigo y hablar>.
Pablo se quedó callado unos segundos.
–<Vamos al café de la placita, el de
siempre, en una hora>
A la hora acordada Gilberto llegó, Pablo 15
minutos después.
–Disculpa el retarso, sabes como es.
–No me tienes que explicar, lo viví por
años.
-No empieces Gilberto. ¿que quieres. Para
qué me llamaste? 2 cafés marrones por favor, el mio con edulcorante.
–Te sigues cuidando y sigues en el
gimnasio.
–Si, por cierto ya no vas, ¿no renovaste la
inscripción?
–Yo iba porque tu ibas, no me interesaba
ir.
–Ah…vaya…ok, dime entonces para que querías
verme.
–Hablando con Emilio me di cuenta de algo
que me dijo. Sigo enamorado de ti.
–Ajá ¿y tú que quieres que yo haga con esa
información a destiempo?
–Que lo pienses y volvamos, son 5 años, no
podemos tirarlos a la basura así como así. Tú no estás enamorado de ese
imberbe, eso es una emoción, la novedad de un niñito.
–¿Tú que sabrás que hay entre nosotros? Lo
nuestro se desgastó Gilberto, así hayan pasado 3, 5, 10 años, se desgastó, ya
no iba a ningún lado, yo, no te amo, entiéndelo, te quiero pero ya no estoy
enamorado de ti.
–¿Y del bebé ese sí ¿no? enamoradísimo. Lo
viste y zas enamorado.
–Como haya sido, eso no te incumbe.
–Ojalá no te arrepientas.
–No me arrepiento de las cosas que hago,
saco un aprendizaje de lo vivido, haz lo mismo y sigue adelante y si de verdad
quieres estar con el tipo este ayúdalo y sácalo del hueco donde está, a lo
mejor eso era lo que te hacía falta en la vida, un reto. Lucha por él y ayúdalo y a mi me dejas en paz.
Pablo se levantó de la mesa aI igual que Gilberto.
–Me voy. –Abrazó a su ex y así estuviern
por unos segundos, se separaron y Pablo le dio un beso en la mejilla.
–Cuídate Gilberto, haz las cosas bien o vas
terminar como tu novio si te arrastra a su infierno de drogas y alcohol.
Ya entrada la noche Emilio solo en su
cuarto, busca su celular y marca el número de Yonaikel.
–<Epa chamo que más, soy Emilio, el
primo del portu>
–<Epa diablo ¿que masca?>
–<Necesito un favor tuyo. Consígueme un
arma>
–<¿Qué fue varón, ¿vas a darle chuleta a
alguien? Mosca que pa eso yo no me anoto>
–<no, no, búscamela>
–<Eso cuesta burda papá y billete uno
encima de otro, nada de transferencia ni esas guevonadas>
–<Tranquilo, búscame el arma y luego
resolvemos>
Esa noche Emilio estaba decidido escaparse,
había recogido sus cosas y estaba esperando el momento preciso.
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