Salvado.
Emilio le desabrochó el pantalón mientras
le tapaba la boca. Se escuchó un golpe metálico que sacó de concentración al
profesor que miraba hacia donde provenía el ruido. Le quitó la mano de la boca
a Jesucristo y este gritó. ¡YONAIKEEEL!
El motorizado salió del cubículo dando
traspiés y con el pantalón a medo muslo, Fernando se quedó dentro sentado en el
inodoro asustado.
–¡Ese bichoo! ¿qué coño haces aquí? ¿qué le
haces al menor?
–Yonaikel, Yonaikel, no digas nada, yo
no…yo no quería.
–Epa, epa, epa párate ahí primo, no te vas
a ir liso.
Fernando escuchó la voz de su primo y
salió. –¿Emilio?
–Fernando yo, yo no quería.
–¡Usted claro que quería! Me quiso violar,
no me va a importar nada Emilio pero lo voy a denunciar.
Emilio intentó detener al muchacho pero
Yonaikel se interpuso.
–¿Qué pasó papá? No te pongas comiquita,
mira que andas fugao, quédate sano y yo te llevo pal loquero y te dejo ahí, sin
peo, sin pacos y sin mariqueras raras. Papi yo voy a llevar a tu primo pal
centro ese.
–No…lo llevo yo Yonaikel, quédate con el
muchacho y que no diga nada. Me disculpo
en nombre de mi primo por todo esto chamo.
Fernando se fue con Emilio y salieron sin
mucho escándalo.
–¿Y usted se acostó con ambos? ¿CON LOS
PRIMOS?
–Si, uf aguantan pela, sobre todo el portu
Fernando, ese es un veterano. ¿Tú estás bien? ¿Te hizo algo?
–No, bueno, me hizo daño mientras me
sostenía pero no logró su cometido.
–¿Y querías que te cogiera o qué? Te da
morbo el sexo salvaje así obligao? Si quieres te doy duro ahí metidos.
–Usted de que habla Yonaikel, yo tengo mi
novio.
–Pero a que no tiene esta verga grande y
gruesa. -Se la mostraba sujetándola con la mano y en eso entraban dos hombres y
se acomodó el pantalón, siguieron hacia los urinarios mientras ambos se iban
del baño.
Yonaikel se fue a buscar una cerveza y a
Keiny. Jesucristo a su novio.
Pablo estaba sirviendose un trago cuando por
detrás alguien le toca el hombro. En la muñeca, Jesucristo tenía un hilo rojo
que le daba la vuelta.
–Mi amor ¿dónde estabas? ¿qué tienes?
Jesucristo estaba triste y nervioso, su cuerpo
apenas temblaba y tenía la piel enrojecida.
–¿Que tienes amor, qué te hicieron?
El muchacho lo abrazó y se puso a llorar
para luego separarse y sin verle a la cara le contó.
–Emilio, mi profesor…estuvo aquí, intentó
violarme en el baño.
Pablo se le subió la sangre a la cabeza, su
cara estaba roja. El vaso que tenía en la mano lo estrelló contra el piso.
–Pablo necesito hablar contigo. -Había
aparecido Verónica pero el publicista no le determinó empujándola a un lado.
–Desde que apareciste en la vida de Pablo
lo has convertido en otra persona.
–Usted lo que es, es una puta.
Verónica lo cogió del brazo pero el
muchacho le lanzó una bebida a la cara que estaba cerca de una mesa. Se fue
tras su novio.
–Pablo, Pablo ¿adónde va?
–Quédate ahí Cristo, yo sé lo que tengo que
hacer.
–No vaya a cometer una locura.
–La locura ya la cometió otro, yo voy a
resolver eso. No te muevas de la fiesta y entra.
Yonaikel se le acercó.
–Chamo te fuiste de conejo a soltarle el
yoyo al novio, ese man va a dejá pegao al Emilio, va a ser un bisté por tu
culpa.
–No me diga eso por favor, lléveme en su
moto
–¿pa dónde?
–Pablo va a buscar a Emilio, lléveme.
–Y tú y tal el adivino, naguevoná.
–¿Me va a llevar o cojo un taxi?
–Si va. Vente.
Llegaron al centro de rehabilitación y
reclusión donde está Emilio, la calle estaba sola y oscura, solo un poste de
luz cercano a la enorme casa iluminaba parte de la entrada.
Al acercarse Jesucristo y Yonaikel ven el
carro de Pablo. lejos del vehículo una silueta de alguien que está de pie y
algo que sujeta de su mano y cuelga.
Jesucristo se baja de la moto y se acerca
despacio a la entrada donde está la persona parada. Al llegar se da cuenta que
es Pablo que sujeta un mecate delgado. Su mirada está perdida mirando hacia el
frente.
–PABLO, PABLO ¿QUE HIZO? PABLO.
YONAIKEEEEL, VENGA, VENGA RAPIDO.
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