miércoles, 26 de julio de 2017

DE REPENTE TU 8. Capítulo 9


La convivencia, un reto a la paciencia.



Yonaikel se había levantado de la cama para ir al baño.

–Verga que caligueva tengo, yo no puedo estar echao toeldía, necesito hacé vainas. –Se bajó el interior, tomó su pene con la mano y empezó a orinar mientras bostezaba. Sin darse cuenta el chorro de orina salía en dos direcciones mojando la poceta y el piso hasta que sintió gotas en sus piernas.

–Mierda, mierda. -Detuvo la micción y se retrajo el prepucio para seguir orinando, sacudió el pene y se arregló el interior que comenzó a humedecerse un poco con algunas gotas residuales. Salió del baño y fue a la cocina.



–Epa portu ¿Qué haces? Me dejaste solo en el cuarto viendo tele.

–Mijo pero dormiste ¿no? Me dejaste solo viendo la televisión y estabas roncando.

–Chamo es que yo no puedo está toeldía echao, me aguevoneo y no querías que te cogiera, entonces me dormí.

–Es que no estaba preparado, tenía que lavarme e ir al baño. ¿Quieres merendar?

–¿Merendar? ¿Té y galletitas maricas? Dame una fría, esa vainas no me gustan.

–Tengo café y una torta.

–Noooo vale, yo paso, anda al baño pa cogerte, yo busco una birra y algo pa mascá ¿tienes?.

–Si, busca en la nevera, voy a la baño, espérame no te vayas a dormir otra vez.

–Si va.



Yonaikel buscó una cerveza y sacó unas aceitunas y se fue al sofá, se quitó el interior y comenzó a tocarse el pene.

Fernando entró a la habitación y buscó en el clóset un enema para limpiarse, ya tenía preparado para la realizar la evacuación y limpieza. Se metió en el baño, vio el lavamanos y el tubo de la pasta de dientes retorcido por todos lados, cerró los ojos y respiró hondo, cogió el tubo y lo enderezó. Volteó hacia la poceta. La tapa estaba abajo mojada con muchas gotas de un amarillo intenso Igual que el piso justo abajo de la poceta. El agua de la poceta no había sido descargada y el olor era desagradable. Bajó la palanca y salió hacia la sala.



–Yonaikel mi amor, ¿hasta cuándo te voy a decir que levantes la tapa de la poceta y apuntes bien coño ¡Esta toda la poceta y el piso meados! ¿No puedes agarrar un trapo y limpiar el desastre, qué te cuesta?

–Bueno portu, pero no viene una jeva a limpiarte el apartaco? Que lo haga ella.

–Es sábado Yonaikel, eso no se va a quedar ahí sucio hasta el lunes.

–Que guevo vale, ya lo limpio, si eres mariquito, pásale un papel y te sientas.

–Ya lo hago yo y ponte el interior, no te pongas con el culo pegado al sofá.

–Naguevoná mi pana, que ladilla eres. -Se levantó y se puso el interior, Fernando se fue al baño.



El motorizado buscó otra cerveza dejando en la mesita la botella vacía, se quitó el interior y volvió al sofá.

Fernando se había colocado el enema y esperaba un rato a que hiciera efecto. Se fue a recoger la cama, limpió la poceta y puso toallas limpias. Buscó el lubricante para usarlo luego.

Cuando le llegó el primer retortijón se sentó. Un escalofrío recorrió su cuerpo mientras se liberaba de todo lo que guardaban sus entrañas. Se fue a duchar.



Al salir se quedó desnudo para buscar a Yonaikel que lo consiguió sentado y dormido con la botella en su regazo y unas aceitunas caídas, cogió una y se la comió. Se levantó y se quedó viendo a su novio. Observó el enorme pene que estaba con una media erección, se agachó y comenzó a hacerle sexo oral.



Mientras intentaba metérselo en la boca, Yonaikel roncaba. Comenzó a lamerlo y con su mano recorría el tronco, a ratos se lo introducía en la boca salivando en exceso. El muchacho se movió sin levantarse ni abrir los ojos pero cuando intentó tocarse el pene se encontró con la cara de su novio que ya tenía el pene en su boca por la mitad, con mucho esfuerzo pero lo había logrado.



–¡Chacho! Tienes ganas de llevá guevo ¿verdá?

Fernando afirmó moviendo la cabeza mientras tenía el pene en su boca. Yonaikel le puso la mano sobre la cabeza para hacerle tragar todo el pene pero a Fernando le vino una arcada y se detuvo.

–Vamos al cuarto que me quiero meter todo esto. -Le dijo al motorizado mientras agitaba entre sus manos el enorme miembro.



Llegaron al cuarto y Yonaikel acostó a Fernando boca abajo mientras le chupaba el culo para dilatarlo y lubricarlo.

–No te has hecho el exámen y quieres tirar sin condón. -El motorizado se detuvo.

–Mira portu, te voy a mostrar el exámen, ya lo busco.

–¿Por qué no me lo mostraste antes?

–Era sorpresa papi, ponte en 4 que se me está bajando el guevo.



Comenzó a masturbarse y Fernando le pasó el lubricante.

–Te lo voy a meter pasito pa que lo sientas todo.

Yonaikel comenzó a meterlo poco a poco. Veía como la piel de su novio se erizaba. La estiraba las nalgas para ver como su pene entraba en las carnes del comerciante.

–Negro que divina tu verga, métela toda. -Y así hizo, cogío el envase de lubricante y apretándolo sobre su pene soltó un chorro para luego terminar de penetrarlo.



Fernando apretó los puños arrugando las sábanas mientras Yonaikel lo agarraba del cabello. Lo soltó y volvió a abrirle las nalgas y comenzó a moverse rápidamente. Con cada golpe en la piel de ambos, se escuchaba con fuerza gracias al gel derramado por el motorizado, algo que excitaba aún más a Fernando que pedía que no se detuviera.



Retiró el pene y se acostó boca abajo.

–Móntate y cabalga papi.

Se dio la vuelta, Fernando se sentó sobre Yonaikel, cogió el pene y lo llevó hacia su culo.

–Mira como va a entrar de una. –Lo sostuvo y se bajó introduciendo aquel enorme miembro que le hizo temblar las piernas para luego comenzar a moverse de arriba a abajo.

–¡Ya va marico me vas hacer acabar, para! -Y como si hubiese escuchado un zancudo en su oído, ignoró al Yonaikel y siguió moviéndose.

–¡Me vengo, me vengo, coño!

Fernando se bajó y metió en su boca el glande para sentir como aquel líquido tibio y espeso inundaba todo.



Se acostaron, ambos se pusieron de lado, Yonaikel detrás de Fernando y así se quedaron dormidos.





De madrugada Yonaikel se despierta con el pene erecto y con ganas de tener sexo. Se acerca por detrás a Fernando y le mete entre las nalgas su pene y se le acerca al oído.

–Quiero acabarte en la entrada del culo.-Fernando simplemente abre sus nalgas para que el muchacho comience a masturbarse cerca.



Cuando ya está a punto se acerca más y se corre en el culo de su novio para luego pasarle la mano y darle el semen en la boca.

–Voy a cagar papi. -Le dice Yonaikel a Fernando que ya se había quedado dormido.



Fernando se despierta al sentir un fuerte y desagradable olor, abre los ojos intentando acostumbrarse a la claridad, se levanta y va al baño.

Mientras camina escucha una fuerta flatulencia y un suspiro.

–¡COÑO YONAIKEL! ¿POR QUE ERES ASI NO JODA? ¿Por que no cierras la puerta para cagar vale?

–Bueno y tú no cagas y tal? Todo el mundo caga hasta las princesitas, ¿cual es el peo? Es de lo más normal.

–Si, es de lo más normal pero con la puerta cerrada en total intimidad, tu mierda y tú. No tengo porque calarme eso.

–Yonaikel cogio papel de baño para limpiarse y Fernando lo vio.

–¡Por Dios Yonaikel! –Salió del baño y cerró la puerta.

Yonaikel terminó de limpiarse y bajó la cadena. –YA PUEDES ENTRAR, YA CAGUÉ



Fernando abrió la puerta luego de ir a la cocina a tomar un vaso de agua.

–¿Te vas a quedar ahí viendo? Voy a orinar

–Ah vaina, ¿no puedo verte orinar tampoco? Mea mientras me lavo la boca. Te cojo por el culo y ahora no puedo verte mear, gran vaina. Me voy a duchar, y entra tú también que tienes ese culo oliendo a cloro jejeje.



Entraron a la ducha.

–Yonaikel ya tenemos unos cuantos meses viviendo juntos y tenemos que revisar las reglas de la casa que no estás cumpliendo, si queremos que esto dure hay que ajustarnos. Yo quiero hacer vida contigo, en algún momento casarme.

–Susto ¿que vaina es? ¿cómo me voy a casar con un tipo? ¿tas cucú papá? Ya se me quitaron las ganas de bañarme, déjame salir.

–Ya va Yonaikel, pero ya lo hemos hablado.

–Lo has hablado tú que te pones jeva y quieres casarte y tener hijos, perro y todas esas mariqueras, suficiente con vivir contigo y cogerte pero de ahí a casarme…deja la vaina portu, deja la vaina.



Salió de la habitación con la toalla en su cintura, buscó una cerveza y se fue al balcón que da a la calle. Se quedó viendo a lo lejos mientras bebía en ayunas.



No eres marico pero vives con un carajo que te coges, comparten gastos, se besan, se bañan juntos, cago en su casa, me paseo desnudo, chamo te gusta el carajo, estás enamorado del portu y quiere casarse contigo. Naguevoná, me matrimonio con este pana y el chalequeo va a ser rudo caballero, esa raya no se me quita. Pero por qué quiere casarse, aquí no nos podemos casar, aquíl os maricos no se casan. ¿Se quiere ir a otro país? Bueno, en otro país no me conocen ahí si puedo hacer lo que sea, pero yo no me quiero ir del país. Que ladrillo con este pana, ya me puso cabezón.



Fernando se le acercó por detrás lo que hizo que Yonaikel se asustara.

–Lo que te dije no era para que te lo tomaras como que me quiero casar contigo ya, bobito. Deja el estrés. Además aquí no nos podemos casar, tenemos que hacerlo en otro país.

–Yo no me quiero ir de aquí.

–No te digo mudarnos, casarnos y regresar.

–Ya veremos mi pana, ya veremos, todo va burda de bien hasta que hablas de casarnos. Me jodiste el domingo.

–Vamos a arreglarlo con otra tirada, ¿quieres?.



Yonaikel bebió lo que le quedaba en la botella y besó a Fernando pasándole el líquido para luego jugar con su lengua y la de él. Volvieron a la cama.

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