jueves, 27 de julio de 2017

DE REPENTE TU 8. Capítulo 10


El amor más grande.

Jesucristo le toma el brazo a Pablo que deja caer la cuerda que colagaba de su mano.
–¿Qué le pasa Pablo?
–Chamo deja que hable, no ves que está ido. –Le dice Yonaikel que se acercó a ambos.
–Vine a matar a Emilio y se me adelantó, se ahorcó en su habitación.
Jesucristo se tapa la boca y no puede evitar el llanto, se echa hacia atrás dos pasos.
–Naguevoná, el pana se fue al páramo solito, ese tipo estaba tosta’o
–¡Cállese Yonaikel! Ese hombre es mi amigo, mi mejor amigo, el mejor profesor que he tenido. -Decía Jesuscristo entre sollozos.

–Ese hombre intentó violarte nene, ese hombre está mal, no puedes estar cerca de él, no lo voy a permiir, no voy a dejar que nada ni nadie te haga daño. –Pablo le hablaba a Jesucristo sin verlo a la cara y mirando a lo lejos.
–Mi pana, será estaba, el tipo es fiambre, ya no está aquí
–Llegamos a tiempo y logramos bajarlo de la cuerda, no murió pero la escena que vi me perturbó.
–¡Santo Dios está vivo novio, está vivo! ¡Quiero verlo! –Se disponía a correr pero Pablo lo detuvo sosteniéndolo del brazo.
–No lo vas a ver nené, regresemos a la fiesta.
–No novio, yo quiero ver a Emilio, necesito verlo.

Pablo lo agarró con fuerza del brazo y lo puso frente a él. Yonaikel se les quedó viendo.
Estos panas se ven calidad juntos, mira como se ven a los ojos, este par se ama, nojoda que bonito y todo. A verga pareces marico Yonaikel ¿vas a llorar papá? ¿Quieres que el portu te vea así con esos ojos de perro apaleao? Chaaaamo esteas pasa’o ‘e parcha, ahora si es verdad llorando viendo a los panas. Coño pero se ven lindos ahí mirándose. Ya, ya, ya deja la guevoná.

–Júrame que ese tipo no te tocó, no abusó de tí, júramelo Cristo, porque si es así regreso y lo mato.
–No me toco novio, bueno, si me tocó, me tenía sujetado pero no abusó de mí, estaba borracho y drogado.
–Lo certifico mi pana, el loquito no lo prensó, yo salí y el pana no llegó a meterle el guevo, ya estaba con los panatalones desabrochaos pero hasta ahí, no lo violó.

Pablo vio a los ojos a su novio que seguía llorando y lo besó. Jesucristo como en cada beso que le daba Pablo sintió la brisa con olor a frutas y su piel se erizó.

Maaaaricooooo, pero estos panas van hacer que se me pare la verga aquí mismo. Yo quiero un novio así, nojoda. Ya va Yonaikel mi pana, tú no eres gay chamooo deja la mariquera, tú tienes al portu pa’ cogételo más nada, El portu te gusta claro pero hasta ahí nada de noviecitos agarraditos de manos ¿quejeso?...

Pablo se separó de Jesucristo, se sonrió y le pasó el pulgar por los labios. –Te amo carajito, te amo mucho.
–Y Yo a usted mi novio.
Ambos sonrieron y voltearon a ver a Yonaikel que los veía mientras hacía gestos con la cara y movía la cabeza.

–¡Epa, epa, chaaamo, mira! ¿qué pasa? estás como en las nubes.
–¿Ah? ¿Qué? Epa, no nada mi pana pensando en mis vainas, los culos, el trabajo, los reales. ¿Ya terminaron de darse amor? ¿Nos vamos? Esta zona es peligrosa.
–Vamos a la fiesta de nuevo. Me llevo a Cristo, ¿nos vemos allá?
–¡De bolas! Yo quiero seguir bebiendo gratis y llenar el buche.

Caminaron al carro y Yonaikel a su moto que ya se había ido.
–Amor, yo voy a regresar, mañana o pasado pero quiero ver a Emilio.
–No lo vas a hacer sin mi, yo te acompaño.
–No amor, esta vez no le haré caso, quiero venir solo y hablar con él. Emilio es mi problema, no el suyo.
–Es mio cuando se meten contigo que eres mi novio. -Pablo se le quedó mirando a los ojos, Jesucristo lo miraba fijamente. –Esta bien, ve a hablar con él cuando lo creas conveniente. –Se volvieron a besar, de nuevo aquel agradable olor, de nuevo la piel erizada, de nuevo las cosquillas en su estómago. Se separaron
Cuando Jesucristo bajó su mano derecha del cuello de Pablo sintió un tirón que venía de la mano derecha de Pablo.
Un hilo rojo los entrelazaba con una vuelta en cada muñeca. De repente una luz enceguecedora iluminó el carro por el parabrisas, era una moto. El hilo se desprendió y ellos retomaron sus posiciones en lo asientos.
–Agáchate nené y no te muevas.
–Nos van a asaltar novio, nos van a matar.
–Tranquilo, no hagas nada.
La silueta de una persona se acercaba por el lado de Pablo.
–¿Qué fue? ¿Ustede van a seguir con los besos de lengua? Los van a choreá por conejos, arranquen.
–¡Usted si es loco Yonaikel! ¿cómo se le ocurre venir así?
–Bueno gochito al ver que no venían me preocupé y regresé a ver que es lo que es y bueno los veo dándose duro, cuidado y ahora les da por tirar aquí. ARRANQUEN.

Yonaikel volvió a su moto y se fue, Pablo hizo lo mismo.
–Novio, lo que dijo Yonaikel me dio una idea.
–¿Qué fue lo que dijo?
–Que cuidado y nos da por tirar aquí, no podemos tirar pero si le puedo mamar el guevo mientras vamos a la fiesta.
Pablo se le movió la entrepierna y bajó el cierre del pantalón. Jesucristo hizo el resto. Metió el pene en su boca mientras sentía como crecía y se llenaba de saliva mientras la dejaba caer en el glande.
–Como has aprendido a mamar nene, eres un bárbaro. -Pablo le apoyó su mano en la cabeza mientras el muchacho seguía mamando y cogía con su mano en el pene que brillaba con tanta saliva.
­–Voy a acabar, estoy a punto. -Pablo estiró su cuello mientras se estremecía y sentía un escalofrío recorrer su columna, apretó el volante con cada expulsada de semen que Jesucristo iba tragando.
–Listo novio, ¿ya está más relajado? Su semen sabe dulce, podría beberlo todos los días.
–Quiero cogerte
–En la casa lo hará, sigamos disfrutando de la fiesta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario