La
vitrina.
Pablo ya vestido con un traje azul oscuro, igual la camisa y la corbata de seda, su barba perfectamente
arreglada, contrastaba con su outfit. Ayudaba
a Jesucristo con el nudo de la corbata.
–Te voy a enseñar a hacerte el nudo de la
corbata, varios nudos.
–Me va a tener que enseñar muchas cosas,
también a manejar.
–¿Ah si? Bueno, perfecto. En el sexo has
aprendido, el sexo oral ya lo dominas. Lo que no terminas de aprender es a
recoger la habitación y no mojar el baño cada vez que te duchas solo.
–Pero yo lo seco luego, no lo dejo mojado.
–Claro, después de decírtelo varias veces
pero si te pones a jugar con la cónsola se te olvida todo.
–Ay Dios y todo este reclamo porque no me
sé hacer el nudo de la corbata, aprovechó para sacar lo peor de mi.
–Simplemente es recordarte las fallas mi
amor.
–Cuando termine ahí, haré lo que si sé
hacer.
Pablo terminó de hacerle el nudo de la
corbata. Jesucristo estaba vestido completamente de gris plomo.
–Te ves hermoso mi amor. -Le dijo Pablo.
Jesucristo se agachó y fue directo al cierre del pantalón de su novio.
–¿Qué vas hacer, qué vas hacer? Como me
manches vas a ver.
–Cállese y disfrute. –Jesucristo sacó el
pene aún flácido y se lo metió en la boca sintiendo como rápidamente crecía.
Mientras sostenía el pene con su mano, el
muchacho seguía moviendo su cabeza y su lengua, la mano de Pablo la sostenía
por la nuca, cerró su mano halando el cabello. Cerró los ojos apretándolos
mientras el semen invadía la boca de su novio. Tragó, terminó de succionar y
limpiar el pene y con las mismas lo guardó y subió el cierre. Se levantó.
–Listo, no hubo ni accidentes ni manchas. -Besó
a su novio.
–Lávate la boca, hueles a sexo. Mira, no
nos hemos hecho los exámenes, está pendiente.
–Lo haremos amor. Vamos a enjuagarnos la
boca.
Ya estaban listos para irse al evento de la
agencia de publicidad donde también iban a estar dos de los dueños y socios de
empresas Caruao celebrando por ser los nuevos clientes de dicha agencia.
El salón Guayana del hotel Tamanaco estaba
dispuesto para la velada. Decorado con los colores de Caruao una iluminación
indirecta y mucho blanco, todo estaba listo.
Estaciones de comida, de cocteles, bebidas,
de postres y quesos. Cotillones que contenían miniempaques de los productos
estrella de la empresa. dos pantallas gigantes transmitían los comerciales
viejos Caruao, bajo autorización de la agencia anterior, y también los nuevos.
Jesucristo estaba impresionado de la
decoración, las luces, las estaciones, todo perfectamente colocado. Ya
comenzaba a llegar la gente y Pablo debió separarse de Jesucristo para atender
a clientes, patrocinantes y gerentes de otras empresas que fueron invitados
igual que los medios de comunicación.
–Así que Pablo se atrevió a traerte, vaya,
que osado.
–¿Quién es usted?
–¿Yo? Soy Verónica, trabajo en el equipo de
Pablo en la agencia y fui su novia.
–Ah usted es la famosa Verónica, la que se le
mete por los ojos y quiere que mi novio se acueste con usted.
–Vaya ya te dieron referencias. Mira te
explico, Pablo, si no lo sabes es, por lo menos bisexual, mira estas fotos.
Verónica le mostró varias fotos de Pablo y
ella juntos en la Universidad, besándose, en la playa abrazados, comiendo.
–¿Ves? Él no solo le gustan los hombres también
que gusta de mi.
–Pero esas fotos son viejas, ahí no tiene
barba y está más joven. Que bueno que solo le gusta usted y no todas las
mujeres, tengo más chance de sacarla del medio.
–Chico que feo suena eso. ¿te das cuenta
que para Pablo tú eres un niño? Eres una diversión de momento, él va a regresar
conmigo
–Debe ser que Pablo me miente porque
siempre habla mal de usted. Además, ¿si se empató conmigo porque querrá estar
con usted? Yo creo que la desubicada aquí es usted, debería revisar bien lo que
usted quiere, porque Pablo está claro que lo que quiere es el culo de hombre
que tengo yo.
–Recuerda que Pablo pasa más horas en la
oficina que en su casa.
–Pero duerme conmigo todas las noches.
–Míralo, mira como agarra por la cintura a
esa mujer y como le besa en la mejilla, ¿te parece eso de un hombre gay?
Jesucristo vio hacia donde estaba Pablo y
sí, le dio rabia verlo acaramelado con la mujer pero no se dejó llevar por la
rabia y la cizaña de Verónica.
–Lo que me parece es que habiendo tanto
hombre guapo y heterosexual en este evento usted siga insistiendo en un hombre
gay porque Pablo es gay ¿oyó?.
–Yo solo te digo que estés atento porque te
pueden bajar al novio y si no soy yo, será otra, chao queridito, voy por un
trago.
Jesucristo estaba encendido de la rabia y
se acercó a Pablo que hablaba con dos damas y un caballero.
–Permiso, buenas noches, Pablo ¿puedo hablar
con usted?
–Hola Cristo, ven te presento. El es
Jesuscristo López, futuro odontólogo y mi pareja.
Jesucristo se le borró la rabia del rostro
al escuchar a Pablo, una de las mujeres quedó sorprendida.
–Permiso ya regreso.
–No sabía que Pablo era gay.
–Si vale, desde hace años lo dijo. –Le
comentó la otra mujer.
–Es verdad, ahora lo que no sabía era que
tenía novio y es un carajito.
–No, no, yo estoy impactada, yo iba a
aprovechar de que vine para echarle los perros tenía años que no lo veía, ¡ay
no! que vaina con los gais.
–¿Tienes problema con que es gay?
–La mujer vio al hombre con cara de
extrañesa. –No…simplemente que me da rabia, es todo. ¿Qué, no me digas que tú
también eres gay?
–El hombre volteó a ver a Pablo y bebio de
su trago.
–Dime nene, ¿qué pasó? ¿te sientes bien?
¿estás cómodo?
–Si, si, todo bien. Me quedé sorprendido
cuando me presentó como su novio.
–Bueno, es que lo eres, no tengo porque
ocultarlo, la mayoría de los que están aquí saben que soy gay, ahora lo que no
saben es que tengo pareja y está aquí conmigo.
Pablo se le acercó y le dio un beso en la
boca. A lo lejos Verónica los vio, cerró los ojos y se bebió todo el trago.
–Pero me querías decir algo.
–Ya no importa, no es importante.
–¿Ah no? pero tienes una carita, cuéntame.
–¿Ya le he dicho que su barba me enloquece?
Hasta en la luz artificial se le ve hermosa.
–Cristooooo…dime que pasa.
De la solapa del saco de Pablo se asomaba
un hilo rojo, Jesucristo disimuladamente se lo quitó con le excusa de
acomodarle el saco, Se sonrió y lo vio a los ojos.
–Nada novio, que lo amo eso es todo, vaya a
atender a los invitados que yo voy a comer chocolate.
Jesucristo se dio media vuelta y siguió su
camino. Pablo se quedó ahí parado viéndolo y sonriendo.
–Ahora eres un asaltacuna.
–Verónica, deberías estar haciendo
relaciones públicas estos eventos te interesan para hacer contactos.
–¿Le contaste a tu noviecito que fuimos
novios?
–¿Novios? Cristo y yo tenemos más tiempo de
lo que tú y yo estuvimos, eso fue un bochinche.
–¿Él sabe que tuviste un bochinche con una
mujer?
–¿Tú le contaste a Cristo que tú y yo
salimos verdad?
–No vale, ¿cómo crees?
–No lo creo, estoy seguro, él vino a hablar
conmigo. No me hubiese interrumpido si no era importante para él.
–Piensa lo que quieras. –Se iba a ir pero
Pablo la detuvo tomándola por fuerza del brazo.
–Me haces daño.
–No te equivoques Verónica, ten cuidado con
lo que vas a hacer, se me va a olvidar que eres una dama.
–¿Me vas a pegar? O mejor aún, ¿me vas a
tomar por la fuerza y hacerme tuya de nuevo?.
–No chica, con el tiempo las vaginas me
provocan arcadas, casi o más que tú, piérdete de mi vista.
–Nos vamos a Chile juntos.
–Eso está por verse.
Jesucristo entraba al baño, fue al urinario
que estaba desocupado al lado de un hombre, este volteó.
–Hola Jesucristo ¿cómo estás?
–No
puede ser que esto me esté pasando a mi, ¿Señor, será que esto es una prueba
que me está enviando?. Buenas
noches señor Larrazábal ¿cómo está?
–Todo bien muchacho. ¿Y Pablo? No lo he
visto aún.
–Está conversando con unas personas.
–Jesucristo terminó de orinar y fue a lavarse las manos, comenzó a secárselas
en el aire caliente para irse.
–Ya va ¿por qué te vas tan rápido?
–No me voy a quedar aquí en el baño.
–Yo te acompaño a si me llevas donde Pablo.
–¿Y usted que más tiene que hablar con mi
novio? Le recuerdo que usted está casado y es bien guapo su esposo.
–¿Te gusta Keiny? Podemos hablar con él y
así pasas una noche con él antes de irse. -José Arturo le decía eso para
fastidiarlo y echarle broma.
–Lo que usted quiere es acostarse con mi
novio. No quiero que se acerque a mi novio.
–Es inevitable, Caruao es cliente de esta
agencia y yo velo por las buenas relaciones.
–Estrictamente laborales.
Jesucristo iba a salir y José Arturo lo
detuvo.
–Mira chamín escúchame. Pablo, sí, me
encanta, es un hombre atractivo, inteligente, profesional y es barba desarma a
cuaquiera como a ti. ¿Me lo quiero tirar?, sí. Pero hay un pequeño detalle y no
es que yo estoy casado. Pablo no quiere nada conmigo así me lo hizo saber el
día que estábamos en el sauna del gimnasio.
Te voy a contar. Dentro del sauna
conversamos y yo le puse la mano en la pierna y quise hacerle sexo oral y él me
detuvo. Luego me dijo que estaba contigo y estaba enamorado de ti, aunque
insistí él me rechazó. Quédate tranquilo.
Jesucristo vio a los ojos a José Arturo.
–Usted es un sinvergüenza, debería respetar
a su esposo y no estar buscándole fiesta a otra gente, eso no está bien.
José Arturo le pasó la mano por la cabeza
despeinándolo. –Vamos a buscar a tu novio que necesito hablar con él.
Buscaron a Pablo y el muchacho se fue a
comer algo y buscar un trago, aunque él no toma sentía que necesitaba uno.
–Hola Cristo ¿cómo estás?
El chico volteó a ver quien era. Se trataba
de Keiny.
–¿Será que hoy me va a pasar algo
importante?
–¿De qué hablas?
–Nada olvídelo, ¿cómo está?
–Bien chamito, mira a quién invité.
–Ese bichitooo ¿cómo estás gochito?
–Yonaikel ¿qué haces aquí?
–El pana que me invitó, por ahí está mi
amigo.
–¿Su amigo?
–El novio Cristo, vino con el novio, pero
él le dice “amigo”
–Bueno que vaina es, no me echen pa la
calle así
–¿Usted tiene novio? ¿entonces es gay?
–Bueno, tanto como gay no, me gusta un
culito e macho mas ná. Chaaaamo dile a tu mamá que me meta en la nueva empresa
vale, necesito chamba, no me ha llamado.
–Yo le digo pero es que está recien
empezando.
–¿Chamín que tal es el baño?
–Bien…normal, por lo menos limpio.
–Es que me quiero cogé a Fernando en el
baño.
–Yonaikel ¿por qué me tiene que decir esas
cosas?
–Estoy quesúo mi pana, ando alborotao.
–¿Y por qué no lo hizo antes de venir y no
aquí en este evento?
–Si papá, me lo pegué antes de venir pero
quiero más.
Jescucristo acompañó a Pablo pues lo iba a
presentar a otro grupo de personas.
–Es un chamito, pero el Pablo se los busca
tiernitos ahora.
–Pero Gilberto era contemporáneo a él ¿qué
estás hablando?
–Bueno los gustos cambian ahora los quiere
para estrenar.
–Tú si hablas paja marico, por cierto por
ahí vi al ex, que raro.
Jesucristo se volvió a acercar a la
estación de postres, cuando se volteó se quedó impresionado.
–No puede
ser, esto no me está pasando, ahora ¿qué hace este aquí?.
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