El
sentimiento oculto.
–Va a permanecer recluído en el centro de
rehabilitación donde había ingresado y se escapó, por un período de seis meses
que pudiera alargarse a nueve meses de acuerdo al informe que elabore su médico
tratante y este tribunal estudie el caso. Tendrá tres custodios en el centro
para evitar una posible fuga y en las noches permanecerá esposado en la cama,
con una persona vigilando por alguna eventualidad. Una vez fuera de la
institución, cumplirá con 180 días de labores sociales que en su oportunidad se
le hará saber. El tribunal enviará a un fiscal del ministerio público cada 15
días para que firme un acta de presentación.
Por petición del fiscal voy a concederle el
ir a su apartamento a buscar sus pertenencias que podrá llevar al centro, serán
revisadas, empaquetadas y enviadas al centro.
Quiero que no se le olvide que usted
asesinó a una persona bajo los efectos del acohol y las drogas, no estaba en
plena facultad y reconoció el hecho, pero igual hay una víctima mortal que
pesará en su conciencia. Pueden retirarse usted y su abogado.
Cuando salieron de la sala con Emilio
esposado, el fiscal pidió al abogado hablar a
solas con Emilio.
–Marico, tú no te imaginas todo lo que tuve
que mover para que te quedaras en el mismo centro y no te mandaran a la carcel
luego de salir de rehabilitación. Tienes un abogado duro, lo que hicimos no fue
normal.
–Serán recompensados. Pero no tengo
dinero.
–Tranquilo, ahora vamos a tu casa, yo me encargaré de llevar varias
cosas de ahí que cubran lo que me debes. Y bueno, puedo hacer que nos dejen
solos y tú sabes, recordemos viejos tiempos.
Gilberto y Jesucristo se acercaron a
Emilio.
–¿Puedo acompañarte al aparatmento?
-Preguntó Gilberto.
–No joven, solo su abogado, los policías y
el fiscal en este caso yo, acompañaremos al ciudadano a su domicilio.
–¿Y podemos visitarlo en el centro?
-Preguntó Jesucristo.
–Si por supuesto, el centro tiene sus
normas de visita pero creo que una vez a la semana tendrá el chance de
visitarlo.
–Yo no quiero que me visistes Cristo, es
más, no te quiero ver más nunca en mi vida, me has hecho mucho daño, todo esto
que me ha pasado es por tu culpa.
–Emilio, no me diga eso, si yo lo quiero
mucho, no me hable…
–Ahora no vengas con eso carajito, ya el
mal está hecho, pero cuando salga de esto te busco, te busco.
–¡ASESINOOO, ASESINOOO, VOY A APELAR PERO
TU VAS A IR PRESO MALNACIDO, LA MUERTE DE MI HIJO NO VA A QUEDAR IMPUNE. ¿YO NO SE A QUIEN LE PAGASTE
Y CUANTO PARA QUE NO PISARAS LA CARCEL, YO ME VOY A QUEDAR EN LA RUINA PERO TE
VOY A VER TRAS LAS REJAS ASESINO.
–Saquen a la señora de aquí por favor, no
puede estar gritando en la sala señora, retírese.
–CALLESE QUE USTED ES UN CORRUPTO¿QUIEN
SABE QUE HIZO PARA QUE ESTE ANIMAL SALIERA LIBRE?.
–No está libre señora, llévensela.
________
–No sé porqué Emilio me odia tanto, yo no
le hice nada.
–Tranquilo, Emilio está enfermo, necesita
ayuda, lo que dice es desde la rabia y la frustración.
–Pero me miró con odio, usted no me odia
así y eso que me quedé con su novio, bueno, no es que se lo quité, a ver si me
explico, usted me entiende.
–Entendí chamo, si, me caes mal pero no te
odio y ya te dije Emilio habla desde la rabia, desde su estado de
narcodependiente.
Llegaron al edificio de Emilio y el fiscal
trajo un camión para llevarse varias cosas del apartamento. El abogado de
Emilio tenía un poder para vender el apartamento para poder pagar las deudas,
así que prácticamente se quedaría sin nada.
_______
Ernesto Rivero es un fiscal del Ministerio
Público de 35 años, soltero, tiene una niña de 18 años producto de una noche de
fiesta donde se acostó con una muchcha de 21 años. Ella se desentendió de la
hija y al tenerla se fue del país para no volver y Ernesto se quedó con la niña
y la cuidó junto a sus padres. Conoció a Emilio en aquella fiesta en la que
ambos se habían escapado de sus casas para asistir. Ernesto había ido solo y
Emilio con una novia. Pero en la fiesta luego de beber y de acostarse con la
chica, Ernesto y Emilio se besaron en una habitación y se masturbaron
mutuamente, así empezó su amistad, para luego frecuentarse de vez en cuando
para tener sexo a escondidas.
Ahora vive con su hija en un apartamento.
Es gay, aunque ella no lo sabe.
El fiscal se llevó varios muebles, una
computadora, electrodomésticos y algunas figuras que le gustaron. –Yo creo que
con esto he quedado bien pagado.
El abogado ya se había ido para comenzar a
moverse para la venta del apartamento. Ernesto, el fiscal, le dio un dinero a
los dos policías para que esperaran afuera.
–Para el café y otras cosas. –les guiñó el
ojo.
–No tenemos mucho tiempo, pélame ese culo.
–¿Me vas a coger?
–Claaaro,
a mi no me vas a meter nada por allá atrás dejate de vainas, tú lo sabes
bien.
–Déjame buscar una caleta de ron para
tomarme.
–¿Estás loco? ¿Cómo te voy a llevar al
centro ebrio?
–Es solo un poco para deshinibirme y estar
flojito para que me lo metas
Emilio se arrodilló en la cama y Ernesto se
fue por detrás para penetrarlo luego de colocarle lubricante y ponerse el
condón.
Se sostuvo el pene y poco a poco lo
delizaba dentro del ano de su amigo. Emilio aguantaba, cerraba los ojos. No lo
penetraban desde que lo hizo Yonaikel y casi nunca se dejaba hacer eso.
Lo penetró por completo y se detuvo y así
se quedó unos segundos. Le vio la espalda a Emilio y recordó todos los momentos
con él desde que eran jóvenes. No veía a su amigo desde hace 3 años, que fue la
última vez que tuvieron intimidad. Comenzó a acariciarle la espalda y las
nalgas mientras sus movimientos se hicieron suaves y armoniosos.
Emilio no entendía que pasaba, normalmente
sus encuentros con él eran salvajes, apasionados y ahora eran tiernos y
apacibles.
Ernesto se deleitaba con cada movimiento,
el calor que sentía en su pene lo disfrutaba, ver a Emilio como se movía y
gemía lo enamoraba, hasta que sintió que estaba a punto de venirse, le apretó
las nalgas y se corrió dentro de él.
Ambos se tumbaron en la cama.
–¿Me puedes explicar que fue eso?
–¿El qué?
–Esta tirada, tú no eres así.
–¿No te gustó?
–Me encantó, pero es que no te reconozco,
te cambiaron. Tú eras salvaje, arisco, morboso, sucio, ahora fue tierno, suave,
profundo, lo hiciste con cuidado, me gustó, claro que me gustó pero no fue
Ernesto quien me cogió. Fue mi novio.
Un silencio se apoderó de la habitación
hasta que Ernesto habló.
–Vamos a vestirnos, tenemos que salir ya.
–¿Pasa algo?
–Pasa de todo Emilio, pasa de todo y me
está pasando ahora, vístete.
–¿Estás bien?
Ernesto se le acercó a Emilio y lo besó en
la boca. Varios segundos duró aquel beso que hasta le sujetó la cabeza y su
lengua se paseaba por cada rincón de su boca. Se separaron.
–Tu decías que besar a alguien era un
momento de intimidad muy arrecho, que dar un beso a otra persona para ti
significaba algo más que tener sexo, era una prueba de amor, algo que te
involucra con la otra persona, te conecta. Sigo sin entender que te pasa.
–Ya te respondiste tú mismo Emilio. Vámonos, se nos
vienen unos meses duros para ambos.
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