miércoles, 3 de octubre de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 73

-¿Por qué no me avisaste?
-Porque no le avisé a nadie Diego, no quería ver a nadie, esta noticia me ha devastado.
-Pero soy tu novio quiero apoyarte en lo bueno y malo y lo sabes, ¿necesitas dinero?
Arévalo lo miró a los ojos y le dijo que sí, le dijo que dejara eso en sus manos que él pagaría todo. El policía le pidió que luego se fuera, le agradecía todo lo que ha hecho pero que luego hablaban. Cuando Diego se fue a la oficina con uno de los hermanos de Arévalo, este cerró la tapa de la urna.
Pedro se acercó de nuevo al policía para despedirse.
-Cerraste la tapa.
-Quiero que esto termine.
-De verdad que tú estás rarísimo, ¿Es por lo de tu papá?
-Vete Pedro, vete y hablamos en otro momento.
-Ok, ok ¿Quieres que le avise a Orlando?
-NOOOOOO PEDRO, VETE YA, DÉJAME SOLO.
-Esta bien, esta bien, bueno, avísame cualquier cosa vale y disculpa.
-Discúlpame tú a mi
Diego padre, había cancelado lo que faltaba para poder cremar el cuerpo de la madre de Arévalo más lo que faltaba de los servicios velatorios luego de hablar con la gente de la morgue para asumir él los gastos, se acercó a Arévalo pero este estaba distante, frío e indiferente con él. Diego lo tomó como algo normal debido a la situación en la que se encontraba.
Diego fue a abrazar a Arévalo pero él le extendió la mano y se la apretó. El hombre estaba desconcertado por ese gesto tan frío.
______
Pedro estaba con Nelson en su carro para llevarlo a su casa. Llamó a Orlando para contarle lo de Arévalo pero quería decírselo en persona, le pidió a Nelson que lo llevara a la Universidad.
-Arévalo dijo que no quería decirle a nadie y tú le vas a contar a Orlando.
-Bueno es nuestro amigo y Orlando es muy amigo de Arévalo, coño además me dijo lo de su papá…
- Maricoooo, vas a ir de chismoso a contarle a Orlando, verga deja que el pana lo cuente, no seas jeva.
-Bueno déjame allá y yo veo que le cuento, por lo menos que se murió su mamá le digo.
Nelson lo dejó en la Universidad aunque no estaba de acuerdo, pero tenía que trabajar en una pauta fotográfica. Quedaron en verse más tarde.
Orlando estaba en el cafetín esperando a su amigo que caminaba rápido mirando a todos  lados por si veía a su amigo hasta que este le silbó, se vieron y se abrazaron.
-Chamo estás como cambiado, no sé…te veo como  más maduro físicamente, o sea, en el buen sentido, te ves bien, no tienes esa cara medio inocente que tenías, no sé, no sé, estas distinto. -Le decía Pedro a su amigo.
-Como tú dices, he madurado jejeje, han pasado cosas, ya no estoy con Diego, eso se terminó.
-¿Qué? ¿así, sin más, se terminó?
-Si, eso no iba para ningún lado, el pana no sabe lo que quiere y yo lo tengo claro.
-Que chimbo vale…qué lástima.
-No hables guevonadas que debes estar feliz que no tengo novio. –Pedro no dijo nada y bajó la cabeza, volvió a levantarla y se sonrió pero se concentró para hablar de Arévalo, para eso había ido a la Universidad.
-Se murió la mamá de Arévalo, yo me enteré de casualidad, pero no le dijo a nadie, ni siquiera al viejo este, tu suegro.
-Wao, que cagada vale ¿y cómo estaba?
-Mal, desencajado, ido, no quería ver a nadie, de hecho casi que me botó de la funeraria junto con Nelson.
-Voy a esperar un par de días para llamarlo, que se le pase, no es fácil chamo, se le murió la mamá.
-Pero es que hay otra cosa. –Pedro le contó que el policía se había enterado que su padre existía y estaba vivo y lo supo justo en el momento en que su madre estaba muriendo.
-Coño… ¿Y quién es el papá? ¿Estaba ahí?
-No, bueno, creo porque cuando estábamos hablando de él llegó tu suegro y no pude seguir preguntando.
-No es mi suegro Pedro. Pasado mañana lo llamo.
-¿Y tú cómo estás? La universidad, la tesis.
-Bien chamo, todo fino. ¿Quieres tirar? Así cumples tu sueño de acostarte conmigo.
Pedro lo miró fijamente abriendo sus ojos y sin decirle nada. -¿Qué, no quieres? Es lo que siempre has deseado, creo que hasta lo haz pedido en el espíritu de la Navidad y en tu cumpleaños.
-Pedro no le quitaba la mirada a Orlando mientras se reía –Definitivamente estás cambado, eso que me estás diciendo jamás, jaaamás en la vida me lo hubieses dicho  ¿Qué te pasa?
-Ya te dije que han cambiado las cosas, no soy el mismo.
-Te ha pegado duro lo de Diego, lo que tienes es rabia y quieres vengarte tirando por ahí.
-¿Quieres tirar o no?
-Estoy saliendo con Nelson.
-Mmm y eso te detiene.
-Bueno….no…pero es que, me da paja con Nelson que está como confundido y…
-Aaaaay Pedro, te van a montar cachos, mira lo que me pasó, tira con otros porque no sabes si Nelson lo está haciendo.
Pedro lo volvió a ver a los ojos y abrazó a Orlando que no se  lo devolvió. –Claro que quiero tirar contigo, tú dime cuándo.
-Eso si, no te enamores porque no me voy a empatar contigo, esto es solo sexo.
-Hecho. –Pedro  tragó saliva, estaba emocionado al saber que su amigo quería acostarse con él, por un momento se imaginó una vida en pareja con Orlando.
-Yo te aviso para cuadrar, ando full con la tesis, pero si quieres vamos al baño y me lo mamas,, para que tengas un adelanto.
Orlando se levantó y le hizo una seña con la cabeza para que lo siguiera. A Pedro le latía el corazón con rapidez, se levantó y siguió a su amigo unos pasos más atrás.
El chico ya había entrado al baño y estaba en uno de los urinarios, Pedro se colocó al lado de Orlando que ya tenía su pene afuera y erecto.
-Mámalo, agáchate.
-¿Aquí afuera? ¿Y si entra alguien?
-A esta hora no entra nadie, dale.
Pedro no se agachó sino que inclinó el tronco hacia adelante y bajó hasta llegar al pene de su amigo que lo tomó con su mano y lo introdujo en su boca. El sueño de estar con su amigo se estaba haciendo realidad, su piel se erizó al sentir el pene en su boca, retrajo el prepucio y terminó de introducirlo completamente. Orlando apoyaba su mano en la cabeza de su amigo. Pedro terminó por agacharse y relajarse y comenzó a mover su cabeza mamando el pene ahora con sus manos en las nalgas de su amigo.
Pedro escuchaba la respiración de Orlando y se concentraba en hacerlo mejor para que su amigo disfrutara, que de hecho, lo estaba haciendo. Pedro le apretaba las nalgas mientras dejaba que el pene le llegara hasta la garganta, succionaba, apretaba con sus labios el miembro de su amigo y soltaba para luego pasar la lengua por el glande y de nuevo introducirlo todo en la boca. 
Orlando le apretó el cabello y comenzó a soltar los chorros de semen que Pedro iba disfrutando y tragando, a la vez que emitía sonidos de placer. El chico se levantó con una sonrisa dibujada en su cara.
-Te gustó ¿ verdad? -Pedro se le abalanzó para darle un beso mientras sus manos se posaban en las mejillas de su amigo, metió su lengua, su boca, aún con el gusto a semen, Orlando lo disfrutó. Pedro se separó apenas centímetros de la boca de su amigo.
-Me encantó y quiero estar en una cama contigo y que sea pronto por favor.
-Te dije que no te enamores, no respondo, no me responsabilizo por tus sentimientos.
-Tranquilo, eso no va a pasar.
Pedro tenía sentimientos encontrados entre decepción y emoción por ese abreboca que le dio su amigo en aquel baño.

1 comentario:

  1. Bueno, que te la montas. Y aquí se complica la trama. Estos hombres tienen vidas... pues de novela. ^_^

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