jueves, 4 de octubre de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 74

Cinco días después de la muerte de la madre de Arévalo, Orlando lidiaba con la suya que no mejoraba a pesar de la quimioterapia, cada día más delgada y desmejorada. Orlando tenía que buscar el carro que le había dejado Vicente y las llaves del apartamento en Caracas, pero tenía que ir a Valencia.
Primero cuadró a la enfermera para que se quedara con su mamá por 48 horas, llamó a su papá para contarle la situación de su madre y el motivo para irse a Valencia. Orlando, el padre, le dijo que pasaría por el apartamento “para ver a la ex”. Fueron sus palabras, que molestaron a su hijo pero que su padre lo calló recordándole lo que había pasado con su amigo Jesús.
No había  hablado con Arévalo y aprovechó que se iba a Valencia para preguntarle si lo podía llevar pagándole la carrera. Sin hablar del tema de la madre, el policía le propuso que uno de sus hermanos los llevara para y se regresaban en el carro. –Yo te manejo y así vas relajado –Le dijo Arévalo que a pesar de tener el problema de su padre en la cabeza y la muerte de su madre, al saber que estaría con Orlando le sacaba un sonrisa.
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-Pedro sigue sin hablarme. –Le decía Hugo a su esposa
-Me supongo que sabes porqué eso no tengo que recordártelo.
-Tú y yo llegamos a un acuerdo, no veo porque usas ese tono conmigo.
-El acuerdo fue entre nosotros Hugo no con tu hijo, tiene derecho a estar molesto por esta situación.
-Yo me voy, no quiero verlo, me descompone que no me hable sabiendo como soy y he sido con él.
-¿Te vas a ver con ella?
-Chao. –Le dio un beso en la frente y le apretó el brazo. La mamá de Pedro comenzó a llorar una vez que se cerró la puerta y como cada vez que se iba y quedaba sola en el apartamento.
-¿Y eso que querías verme tan temprano? ¿Tenías ganas de mi? Hugo abrazaba en la cama del hotel a Silvia, ambos estaban desnudos luego de haber hecho el amor.
Silvia se sentó en la cama mientras Hugo le lamía los pezones. –Hugo. Hugo esto es serio, necesito hablar contigo. –Hugo se detuvo y se puso serio sentándose frente a ella en la cama.
-¿Qué pasó?
-Vamos a dejar esto hasta aquí, yo no quiero seguir contigo, fue un error involucrarme sabiendo que no te vas a divorciar nunca y de verdad eso no es lo que quiero.
-Pero estabas de acuerdo en que estaríamos juntos pero yo seguiría casado.
-Si, pero me cansé, no quiero esto, quiero estar con alguien libre.
.Yo estoy libre podemos hacer lo que queramos.
-Voy a volver con Nelson. –Hubo un silencio de varios segundos.
-Wao…que golpe bajo. ¿No te gusta como te hago el amor, ya estoy viejo, no tengo energía? ¿Es eso? No me dejes coño carajita, no me dejes vale.
-Lo siento, además conozco a tu esposa y eso me incomoda muchísimo
-Yo me divorcio, pero no me dejes, la dejo en el apartamento y nos mudamos juntos pero no me eches esa vaina.
Silvia se levantó de la cama y comenzó a vestirse. –¿En serio me vas a dejar? Coño hicimos el amor para luego decirme esto. Si querías joderme lo lograste.
-Lo siento Hugo, debí decírtelo antes pero tú estabas tan entusiasmado y eufórico que me dio cosa decírtelo antes, lo siento pero me tengo que ir.
-No te vayas, Silvia, no te vayas coño, no me dejes. –La chica cogió su bolso y salió de la habitación.
Hugo se quedó sentado en la cama con la sábana enrollada en sus caderas y comenzó a llorar.
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Pedro estaba almorzando con Nelson en una feria de comida rápida, el chico estaba distraído pensando y con una sonrisa que no se le iba del rostro.
-Marico llevas unos días que estás como aguevoniao, como si flotaras, es más como si estuvieras recién cogido y mira que tenemos días que no tiramos.
Nelson seguía embelesado mirando a lo lejos. –Marico hace unos días le mamé el guevo a Orlando y fue lo máximo. -Terminó de decir la frase y se dio cuenta que estaba con Nelson.
-¿Qué coño estás diciendo tú? ¿le mamaste el guevo a Orlando? No joda bien bello pues. ¿Tú y yo no estamos saliendo guevón? Ya me estás montando cachos.
-A mi no me estés formando un peo y dándotelas de ofendido que tú tiraste con Arévalo y estaba conmigo.
-Ustedes no eran novios, él esta con el viejo ese. Tú y yo tenemos…algo…una vaina ahí.
-No tenemos un coño Nelson, tiramos y listo, salimos ahí de vez en cuando pero más nada.
-Ah ok eso es todo lo que te gustaba y querías conmigo. Esta bien, esta bien, luego no te quejes si me ves con Silvia.
Pedro se levantó de la mesa y lanzó la bandeja al piso y se fue caminando molesto, Nelson se quedó en la mesa resoplando y calmándose, tenía los ojos cerrados para no sentir vergüenza de que lo vieran. Pedro caminaba pensando si Nelson no lo iba a detener para hablar, seguía caminando casi saliendo del centro comercial. Se detuvo y dio la vuelta dando un brinco al ver que Nelson estaba detrás de él.
-Coño me asustaste.
-Tú vuelves a ponerte así y te entro a coñazos, si estoy contigo es porque no quiero a una jeva histérica.
-¿Ah no?, y piensas volver con Silvia.
-Deja de hablar pendejadas.
-Déjame decirte que yo voy a tirar con Orlando, no sé cuando, pero va a suceder.
-Ve a tirarte a quien te de la gana, lo que te digo es que Orlando no se va a empatar contigo, esta enamorado del Diego ese.
-Terminaron.
Nelson cerró los ojos. -Con razón estás así como una novia marica. ¿Quieres empatarte con Orlando? Anda, ve y estréllate contra en muro de concreto. Orlando te v a coger si es que te coge y te manda pal coño, ese bicho está enamoradito de ese guevón enclosetado.
-¿Vas a volver con Silvia?
-Si no me consigo un marico serio, si.
-¿Y yo?
Nelson miró a Pedro a los ojos y se sonrió para luego abrazarlo. No voy a volver con Silvia y no te voy a dejar, solo que me dio arrechera saber que estuviste con Orlando.
-No estuve con él, solo se lo mamé.
-Pero quieres estar con él…
-No lo haré. –mintió y volvió a abrazar a Nelson. Entraron de nuevo para buscar el carro.

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