viernes, 16 de febrero de 2018

INQUEBRANTABLE 7. Capítulo 5


Victor estaba en su oficina firmando unos documentos, mientras recibía unas órdenes de pago que tenía que chequear, eran casi las tres de la tarde. De pronto, aparece Teodoro.

–Hola padrino

–Teo, ¿qué haces aquí? Estoy ocupado.

–Dile a tu secretaria que nos deje solos. -Le dijo en voz baja.

–Estoy ocupado Teo.

–¿Nos puedes dejar un momento solos? Gracias. –Teodoro cerró la puerta. –¿Ves que sencillo es?

–¿Qué quieres? –Decía Victor mientras seguía firmando varias cosas sin levantar la cabeza.

–Tengo ganas de que me cojas padrino. –Victor levantó la mirada y el chico estaba totalmente desnudo, Victor se levantó de la silla y se acercó.

–Vístete Teo estás en mi oficina.

–Si, me da morbo hacerlo aquí. –Le dio un beso en la boca mientras le apretaba el pene sobre el pantalón.

–Deja Teo, deja.

–No dejo un coño, cógeme y sin condón, quiero sentir tu verga.

–No carajito, eso no... –Le decía eso mientras se besaban

–Si.



Victor se quitó el pantalón y los zapatos y le djo a la secretaraia que no le pasara llamadas ni visitas. Abrió la gaveta y sacó un tubo de lubricante.

–Coño, lubricante en la oficina, no y que no haces nada aquí.

–Voltéate. –Con la camisa blanca y la corbata aún puesta, volteó al muchacho apoyándolo en el escritorio.

De pie, lo tumbó sobre el escritorio y le abrío una nalga derramando un poco de lubricante para luego mover ambas nalgas y meter entre ellas la mano e introducir un dedo en su culo.

Tomó su pene y comenzó a introducirlo, que, sin mucho esfuerzo se deslizó hasta entrar.

–Carajito tienes ese culo abierto y caliente.

–Disfrútalo padrino. –Comenzó a empujar rodando el escritorio haciendo que sonara mientras Teodoro se aferraba al vidrio.

Victor le abría las nalgas viendo como su pene brillante por el gel entraba y salía de aquel culo lampiño.

–Sácalo que te lo quiero mamar. –Victor lo retiró y el chico se volteó arrodillándose frente al pene erecto de su padrino. Se lo introdujo en la boca.

–¿Cómo te lo metes así lleno de lubricante y sucio?

Teodoro lo vio a los ojos mientras mamaba. Lo sacó de su boca. –¿Tú lo viste sucio? ¡No!. Yo me lavé bien padrino, yo sabía a lo que venía. –Se levantó y le dio un beso en la boca.

–Vuélveme a coger.

Lo volteó de nuevo, y ambos de pie, lo volvió a penetrar para luego ambos agacharse en el piso y tumbarse boca abajo.

Victor volvió a abrirle las nalgas para penetrarlo completo y comenzó a moverse. El aire acondicionado no era sufciente para el calor que ambos sentían tumbados en el piso.

Victor se movía,  de su frente mojada, caían gotas en la cabeza de Teodoro que se sonreía viendo a su padrino concentrado.

–Quiero montarme sobre ti.

Teodoro y Victor se voltearon quedando el chico sobre su padrino, comenzó a moverse mientras apretaba el pene de Victor y se masturbaba.

–Me vas a hacer acabar, salte.

–No, échalo adentro.

–Salte que ahí voy.

–NOOOOO. –Teodoro comenzó a masturbarse esperando a su padrino para acabar juntos.

–Ahí voy, ahí voy. -Teodoro se dio más duro y un largo chorró cruzó el pecho de Victor llegando el semen casi a su ojo. Victor se descargaba dentro de su sobrino.



Con la respiración agitada, Victor cerró los ojos extendiendo sus brazos a los lados, Teodoro se acostó al lado de él.

Luego de unos minutos, el chico se acerca más a Victor y le da un beso en la mejilla. –Padrino despierta.

–Estoy cansado, verga, ya estoy viejo para estos agites.

–Pero el guevo se te pone duro todavía así que hay padrino para rato.

–¿A qué viniste? No creo que a matar las ganas eso lo puedes hacer en cualquier momento y con quien sea.

–¿Me estás diciendo puta?

–No, pero contrólate, no puedes vivir en una sola tiradera.

–Deja los celos que este culo es tuyo. Vine por dos cosas. Para enseñarte mi camioneta y para decirte que voy a celebrar una rumbita en Brisa con unos panas

–Lo de la camioneta ya lo sé, fui yo quien la compró, me parece una locura pero fueron órdenes de tu papá. No te mereces ni la camioneta ni que te den un carro.

–Pero bueno padrino, ¿me vas a echar pa’ la cuneta así? Verga, eres el único que me apoya.

–Por eso mismo. Lo que hizo tu papá fue una sinvergüenzura, pero bueno, a ver si te haces responsable.

–Voy con escolta y está blindada.

Victor aún tumbado en el piso, se restregó los ojos soltando un suspiro. –Algo me habló tu papá de la fiesta. ¿qué es lo que quieres?

–Caña, mesoneros las primeras tres horas, comida y música. Hasta que el cuerpo aguante.

–¿alcohol y comida hasta quien sabe a que hora?

–Si

–¿Estás claro que son menores de edad los que van a estar metidos ahí? –Victor se levantaba para colocarse el pantalón.

–Si, Ricardo me dijo que no saliéramos del local hasta el dia siguiente, que durmiéramos ahi.

–Me vas a tener el restuaurante cerrado desde las 10 de la noche hasta quien sabe que hora del día siguiente.

–Ay Victor tampoco es que mi papá va a quebrar porque no abra el restuarante, deja el drama.

–El drama no carajito, la comida, la bebida y los mesoneros hay que pagarlos y no hay reembolso de eso.

–Si me voy a otro sitio también se gastaría eso, mejor hacerlo con mi papá.

–Mejor es que hagas algo más modesto y relajado.

–Deja la mariquera, voy a hacerlo y punto, pon el restaurante a tono para ese día.

–¿Cuándo es esa vaina?

–El viernes.

–Tú si eres arrecho, me vas a cerrar los días que más facturo.

–Padrino cuando trabaje contigo, las cosas van a cambiar.



Sonó el telefono de la oficina.

–<Disculpe que lo interrumpa doctor Landaeta pero me dijo que cuando llegara Lucas a la hora que sea, que le avisara>.

–<Sí, sí, que pase>

–Vístete, que está Lucas aquí.



Lucas entró y vio a Teodoro arreglándose el pantalón.

–Hoooola….¿qué haces aquí?

–Visitando a mi padrino.

Se acercó a Victor y le dio la mano, Victor le guiñó el ojo y le dio un apretón.

–Tiene…una mancha en la frente, ahí, aja ahí.

–Eso es leche seca, acabamos de tirar, llegas 20 minutos antes y me encuentras ensartado.
–¿Por qué siempre tienes que salir con tus comentarios fuera de lugar?

–Si quieres te miento.

–Teo, ya, deja a Lucas, es tu amigo ¿no?

–Por eso, hay que ser sinceros con los amigos, con la verdad por delante.



Lucas se volteó y le entregó un sobre a Victor.

–Son los exámenes, estoy perfecto, no tengo nada.

Teodoro terminó de acomodarse y volteó a ver a Lucas y corrió a abrazarlo por la espalda.

–Menos mal que estás bien, que bueno.

–Gracias Teo. –Lucas se volteó y le dio un beso en la boca a Teodoro. Victor se rascó la cabeza y se volteó hacia el ventanal.



–¿Y ese beso? ¿a qué se debe?

–Te lo voy a repetir por enésima vez, te amo.

–Yo me voy. Mira si quieres te doy la cola, tengo camioneta nueva.

–Yo no me monto contigo en un carro más nunca en la vida.

–Deja la estupidez, eso fue provocado, te espero en Planta Baja, chao padrino, sabes que quiero repetir, te aviso.

–Chao Teo



–¿Usted tiró con Teodoro?

–Vas a seguir tratándome de usted?

–¿Tiraste con Teo?

Victor se sentó en su silla y se puso a ordenar los papeles. –Si Lucas, tuvimos sexo. Desde hace meses tenemos sexo. Disculpa.

–Ya…y usted me dice que no puede tener nada conmigo porque soy menor de edad…no entiendo.



Victor soltó el boligrafo y se restregó la cara.

–Es complicado Lucas, es algo…es cuestión…¿cómo te explico?

–Morbo, química, les gusta, no hay que explicar mucho, Teodoro tiene algo que la gente no se puede resistir, por eso todos tiran con él, yo no tengo esa suerte, ni tú quieres conmigo.

–No te pongas así.

–Yo quiero contigo, yo insistiré.

–Ve, baja que Teo te espera.

–¿Te gusta tirar con él? No me has probado, a lo mejor no soy el mejor polvo o soy buena cama pero tengo mis cosas.



Victor se levantó y abrazó a Lucas y le dio un beso en la mejilla.

–Disfruta las etapas de la vida, Teo es un caso especial, no te compares con él, quema las etapas, disfruta, gózate tu adolescencia.

–Quiero tener sexo contigo.

–Ya veremos, anda que te esperan.             



Victor se quedó solo en la oficina.

–Y yo que quiero vivir con Ricardo y él si que no me para bolas.

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