martes, 20 de febrero de 2018

INQUEBRANTABLE 7. Capítulo 9


Una rueda de prensa para desmentir que el local era del gobernador Ricardo Sucre marcó el inicio de una lluvia de preguntas y críticas.

Victor Landaeta el testaferro de Ricardo asumió la responsabilidad de lo ocurrido, eso incluía una indemnización al padre del muchacho muerto.



Todos los representantes de los muchachos menores de edad incluyendo el excandidato les tocaría comparecer ante los tribunales para enfrentar cargos. Victor también sería juzgado, aunque ya los otros abogados de Ricardo estaban trabajando sobre eso para librarse de una posible cárcel. El restaurante fue clausurado.



Nuevamente Ricardo y Victor les tocó desenbolsillar una fuerte cantidad de dinero tanto para liquidar al personal como para sobornar jueces y fiscales y evitar un escándalo que ya rodaba en las redes.



<<Nuevamente el hijo del gobernador Sucre metido en problemas>>

Eran los titulares de la prensa amarillista.





48 horas antes



–Me pasa que odio a Teodoro.

–Entra.



Lucas entraba al apartamento de Victor para contarle los desastres de su ahijado dentro del restaurante.

–Vamos a detener eso ya, eso se puede salir de control.

Lucas se le plantó al frente y mirándolo a los ojos habló.

–No me interesa nada de lo que esté haciendo Teo en este momento, vine a contarte lo que hizo tu ahijado.

–Ya me contaste lo que hizo ahora quiero…

–Se acostó con su hermana, tuvo sexo con ella, con Renata.

 Victor se volteó poniendo su mano en la frente y cerrando los ojos.

–Este carajito nos va a matar a todos, tu amigo está fuera de control Lucas. –Volvió a voltear y vio a Lucas.

Con el poco alcohol que había tomado y las ganas que tenía de estar con Victor, el chico se desnudó frente a Victor.

–Aquí estoy, si lo hiciste con Teo, puedes hacerlo conmigo, yo me entrego, estoy dispuesto a todo por acostarme contigo.

–Lucas…es que ahora no…

–Ahora es el momento. -Lucas se le acercó para darle un beso en la boca, Victor se quedó quieto mientras sentía como su entrepieran se movía. Abrazó al muchacho y respondió al beso.



–Hazme tuyo. -Le susurró Lucas a Victor que no salía de su asombro a pesar de lo excitado que estaba. El chico se agachó, le bajó el cierre y metió la mano.

–Esto no está bien Lucas.

–No me importa si esta mal, yo quiero estar contigo.



Sacó el pene de Victor y sus ojos se abrieron, lo veía enorme, lo tomó entre sus manos y lo acercó a sus labios sacando la punta de la lengua para tocar el glande y luego lamerlo todo. Lo introdujo en su boca, Victor cerró los ojos, puso su mano en la cabeza del chico acariciándolo mientras él ya tenía el pene completamente dentro de su boca.



Se desabrochó el pantalón y lo dejó caer para que Lucas siguiera mamando. Ayudándose con los pies se quitó los zapatos y el pantalón. Lucas le bajó el interior y tomó los testículos en sus manos mientras seguía mamando.



El chico se levantó y comenzó a desvestirse. Victor se tocaba el pene viendo al muchacho desnudarse frente a él.



–Quiero que me penetres.

Victor cargó al muchacho para llevarlo a la habitación, lo besaba mientras caminaba.

Lo lanzó en la cama y buscó el preservativo y el lubricante. Al ver el empaque cayó en cuenta lo del vih y le contó a Lucas.

–Quiero que sepas antes de que hagamos algo, tengo vih. –Su pene perdió la erección.

–No me importa, vas  a usar condón, déjame mamártelo para que se ponga duro de  nuevo.



Volvió a  metérselo en la boca y levantaba la mirada para ver a Victor que se mordía el labio inferior viendo al muchacho.

–¿Sabes poner un condón?

–No

–Observa

Victor rompió el empaque con sus dientes, sacó el látex, lo estiró y luego lo deslizó por su pene hasta llegar a la base, lo acomodó sujetando su pene y estirando  el preservativo, apretó la punta. –Ponle lubricante.



Lucas lo hizo y lo esparció por todo el pene, el excedente se lo colocó entre sus nalgas llegando al ano para meterse un dedo.

–Hazlo despacio, estoy cerrado y lo tienes grande.

–Ponte en cuatro.



Victor tomó su pene y lo restregó entre las nalgas para luego empujar con el glande para dilatar y poco a poco penetrar.

–Despacio, despacio

–Shhhh tranquilo, aguanta un poco, relájate, afloja

Lucas dejó de ponerse tenso y el pene poco a poco entraba, Lucas apretaba los ojos, el pene iba abriéndose paso, ya por la mitad Lucas gemía.

–Me duele, despacio.

–Ya está adentro, tranquilo, ponte flojo, me estás apretando el guevo, relájate. -Victor terminó de empujar para penetrarlo por compleo.

–Listo, ya lo tienes todo adentro, tienes ese culito caliente y cerradito.

–Me vas a hacer acabar, no aguanto.

–Espera coño, déjame darte.



Victor comenzó a moverse tomando al muchacho por los hombros pero Lucas no pudo aguantar y se corrió en el colchón, Victor no se detuvo, sacaba su pene y veía el ano del chico totalmente abierto, volvía a introducirlo. Lo volteó y lo penetró viéndolo a los ojos.

Le levantó las pienas y Lucas las agarró y las echó hacia él para dejar su nalgas abiertas.

–Cógeme.

Volvió a introducir el pene, Lucas abría los ojos y ponía cara de dolor pero aguantaba, de nuevo las ganas de orinar y acabar volvieron. Victor comenzó a moverse y a Lucas se le salía la orina sola. Eso a Victor lo excitó y se agachó moverse más rápido. Lucas volvió a acabar sobre él mientras Victor seguía. El chico no paraba de gemir mientras su piel se erizaba y enrrojecía.



Victor sacó el pene y se quitó el preservativo para masturbarse.  Cerró los ojos y tres chorros atravesaron el cuerpo de Lucas, el primero cayó en su frente, los otros en su pecho y abdómen.



Quedó un poco mareado y se tumbó en la cama respirando agitadamente.



–Eres el hombre que quiero en mi vida. -Dijo Lucas mirando a Victor que aún estaba con los ojos cerrados.

–Yo soy muy viejo para ti, y tú apenas estás saliendo de la adolescencia, ¿no crees que te estás precipitando? Lo que tienes es una emoción, estás viviendo cosas nuevas, acabamos de tirar y eso te confunde.

–Yo no estoy confundido, acabo de comprenderlo todo, eres la persona que quiero.



Victor se quitó el sudor de la cara con sus manos y se levantó poniendo de pie a Lucas para que se ducharan y salir al restaurante. Se bañaron juntos. Victor lo enjabonó, le puso el champú y lo secó.



–Eres el hombre perfecto.

–Vístete que ya vamos tarde.



–––––––



–¡Tú definitivamente quieres acabar con mi carrera, mis negocios y mi vida! ¿Qué coño tienes en la cabeza? Se te dieron unas instrucciones y tú te las pasaste por el forro de las bolas

–Coño, se me fue un poco de control, era mucha gente, además se quedaron en el restaurante.

–¿Un poco de control Teo? Hubo un muerto, otro muerto, ¿cuántos muertos pretendes coleccionar en tu vida ¡coño de su madre! Y sí, se salieron del restaurante, una veintena de desadaptados que bebieron, fumaron y tiraron en la calle mientras tu bebías y te drogabas.

–Pero ya solucionaron todo ¿no? ya se salieron del peo, verga todavía me siento burda de mal, esa droga me tiene, ya han pasado tres días y sigo mal.

–Un examen completo te voy a hacer a ver si no estás jodido o con SIDA

Teodoro vio a Victor, Teo se sonrió, Victor volteó la mirada.



–No sé que voy a hacer contigo. ¡Gracias a Dios que no chocaste la camioneta! Porque ahí si te quedas sin carro!

–¿Por qué no le cuentas lo otro Teo?

–¿Qué es lo otro?

–Tú sabes que es lo otro.

–¿Qué coño hiciste?

–Aaaah, ya no soy virgen, me cogí a Renata.

–Ajá, ¿quién es Renata? Por lo menos hiciste algo bueno.

–La hija de Catire…y Rebeca



Ricardo abrió los ojos y apretó el puño y fue a lanzarle un golpe a Teodoro pero se contuvo mientras la vena de su sien se ponía más grande.

–¿Te cogiste a tu hermana? ¿A tu hermana? ¿Pero es que se te fundió el cerebro con la droga que te metiste?. ¡Mierda! ¿pero que hecho yo para merecer tanta desgracia?

–Te puedo enumerar varias cosas que has hecho.



Ricardo agarró su bolso. –Habla tú con él, un minuto más aquí y lo mato a coñazos.

–¡Ponme a trabajar y se me quita el ocio Ricardo!

–ESTUDIA LO QUE TIENES QUE HACER  VAGO.

–AAH PA LA MIERDA, NO VOY A ESTUDIAR.



Ricardo se fue y se quedó con Victor.



–¿Tú que pretendes? Joder nuestras vidas, arruinarnos económicamete, ¿te estás vengando? ¿Qué coño te hice yo para que me metas en problemas?

–¿Tú te cogiste a Lucas verdad?

–¿Qué?

–No te hagas el guevón, a Lucas lo conozco desde carajito y se cuando está triste, arrecho o alegre y la otra vez que lo vi estaba como flotando y estaba contigo. Yo estaba borracho y drogado pero lo vi Victor, lo vi y estaba feliz a pesar de la situación, se le veía en la piel, en los ojos. ¿Te lo cogiste ¿verdad?

–Eso no viene al caso ahora Teo, estamos hablando de algo muy serio.

–Tranquilo, yo sé que tiraron, bien, luego no se arrechen cuando haga las cosas.

–¿Me estás amenzanado?



Teodoro se levantó de la cama y agarró por el cuello de la camisa a Victor mirándolo fijamente a los ojos.

–Lucas es mio, yo me lo cojo, me lo cojo solo yo, que no se repita.

Victor le quitó las manos de un empujón y le dió una fuerte cachetada.

–Yo no soy tu papá Teo, que haces con él lo que te de la gana, ten cuidado conmigo ¿Estás oyendo?.

–Ricardo no es mi papá. Vete de aquí y déjame en paz.

–No, no te voy a dejar en paz. Esto que hiciste va a traer cola y bien larga.



–Voy a comenzar a odiarte Victor Landaeta, eres mi padrino pero me has traicionado.

Victor se le acercó y le dio un beso en la boca.

–Ten cuidado conmigo carajito, yo soy muy pacífico, pero tengo amigos que harán lo que sea por mi en cuanto se lo pida y si tengo que desaparecerte lo hago.

–Sabes que eso lo dices de la boca para afuera padrino, tú me quieres.

–Dúchate y vístete, vamos a la oficina, ¿quieres trabajar? Vas a comenzar a hacerlo.

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