miércoles, 14 de febrero de 2018

INQUEBRANTABLE. Temporada 7 Capítulo 3


–Tú pensaste que viviendo aquí en mi casa te ibas a quedar con mi marido, pues déjame decirte que no zorra, tú estás aquí de arrimada y como sigas insistiendo en quedarte con Ricardo te mato.

–Yo estoy en esta casa trabajando y apoyando a Ricardo en su candidatura.

–Y te metes en nuestra cama.

–Eso te lo estás imaginando tú.

–Tienes una mocosa con él, creo que voy a empezar por matar a esa niña.



Rebeca arrastró por el cabello a la niña por todo el piso hasta traerla donde estaba Ana.

–¿Quieres ver como le vuelo la cabeza de un disparo?

–No te atreverás.

Rebeca accionó el arma. Ana se levantaba sobresaltada de la cama sudando frío y con la respiración acelerada. Se levantó y fue al baño, se lavó la cara y salió de nuevo hacia el cuarto.

Al voltear la mirada a la peinadora vio el cofre donde reposan las cenizas de Rebeca. El corazón se le aceleró y encendió la luz y ahí estaba, dorado y brillante. Salió corriendo de la habitación a buscar a Ricardo a la suya.



–¡Ricardo despierta, despierta!, ¡¡¡despiertaaaaa!!!

–¿Qué pasa? ¿qué tienes?

–Tuve una pesadilla horrible, me desperté y vi el cofre frente a la cama.

–¿Qué cofre? –Ricardo se levantaba tapándose con la sábana, estaba desnudo.

–Coño Ricardo el cofre con las cenizas de Rebeca.

–Bueno, lo trajimos para la casa ¿no?, bueno yo no lo agarré, no sé quien lo agarró,  tampoco sé para que lo metes en tu cuarto.

–Noooo, yo lo agarré luego del showcito que hizo tu hijo, pero antes de llegar a mi carro lo lancé  por un barranco.

–¿Qué? ¿Tú estás chiflada?

–Ahora no me digas que quieres quedarte con las cenizas de tu querida esposa y encima orinadas por tu hijo.

Ricardo se soltó la sábana para restregarse la cara con las manos, quedando desnudo con su pene medio erecto.

–Tápate por favor.

–Como si no lo hubieses visto nunca, te lo has mamado y metido, tenemos una hija.

–Rebeca mataba a nuestra hija en esa pesadilla.

–Vamos a tu cuarto a ver el fulano cofre.



Entraron en la habitación y el cofre ya no estaba en el sitio donde había dicho Ana.

–No hay nada.

–Aquí estaba Ricardo, yo lo vi, encendí la luz y lo volví a ver.

–Tuviste una pesadilla y luego una visión, vente vamos al cuarto y echamos un mañanero y se te quita eso.

–Nooo, Ricardo, déjame.



Un par de horas después, estaban en la cocina desayunando Teodoro, Ricardo y Ana.



–Lo que hiciste ayer no estuvo mal Teo, estuvo fatal, la cagaste pero grande.

–¿Qué, estás ofendido porque oriné las cenizas de tu amada esposa?

–TEEEOOO. –Le dijo Ana.

–No Teo, soy el gobernador, ¿No te has puesto a pensar en las consecuencias de tus actos? Casi me cuesta la gobernación la gracia tuya de salir a manejar y borracho.

–Nadie me hizo caso papá, pero a ese carro le aflojaron las tuercas ¿y sabes quién fue?

La puta de tu mujer, conseguí un zarcillo donde estaba estacionado el carro, esa perra me quería matar.

Ricardo cerró los ojos y se restregó la frente. Tomó un sorbo de café.

–Eso que dices es muy grave.

–¿Grave? Ya Rebeca murió, no puede pagar por ese crímen. Murió demasiado light papá, yo la hubiese…

–TEEEEEOOOO cállate.

Las mujeres de servicio se miraban a la cara sin entender nada.

–¿Cuándo me compras el carro?

–¿Cuándo vas a terminar el bachillerato? Tienes tres meses sin ir al colegio.

–Cómprame el título, yo no voy a seguir estudiando esa mierda.

–Te vas directo a la Universidad a estudiar.

–¿Qué te pasa Ricardo, yo no voy a seguir estudiando, méteme en uno de tus locales o trabajo con mi padrino y me pagas un sueldo.

–Vas a estudiar.

–NO VOY A ESTUDIAR UN COÑO. VOY A TRABAJAR EN TUS NEGOCIOS. Necesito el carro, es en serio.

–Teo, ¿por qué no esperas a que cumplas 18 años y te dan el carro con licencia todo legal? Ya han pasado demasiadas cosas para que sigas cometiendo más errores y tu papá pague las consecuencias.

–A ustedes lo que les importa es la Gobernación, a mi que me parta un rayo. ¡Jódanse! Me compras mi carro y me pones a trabajar en la empresa.

–NO TEO, NO VAS A TENER EL CARRO AHORA Y VAS  A LA UNIVERSIDAD.

–Ok, luego no te quejes que perdiste la reeleción o te saquen en un referendum. –Teodoro se fue de la cocina.



–Este niño te va a traer problemas, ¿no piensas ponerlo en cintura?

–Es mi hijo Ana, no de sangre pero es mi hijo varón.

–¿Y solo por eso vas a permitir que haga contigo lo que quiera?

–Ya me encargaré yo de eso. Llama al concesionario.

–¡RICARDO!

Ricardo volteó a verla y con la mirada le dio la orden para que llamara al concesionario y pidiera un carro.





Se acercó a la habitación y tocó la puerta, no hubo respuesta, volvió a tocar y entró.

Llegó a la cama y vio a Julio que estaba acompañado, corrió un poco la sábana y estaba con una mujer. Estaban desnudos.



–¡Julio! ¡JULIO!

El chofer despertó sobresaltado y su esposa igual, se tapó con las sábanas y bajó la mirada.

–¿Qué coño es esto? ¿quién es esta tipa? ¿Estás metiendo a unas bichitas aquí para tirártelas?

–No, no, Teo, Teo, ya va, es mi mujer, le dije que se quedara aquí, tenía días sin verla.

–¿Tu mujer? ¿sí? ¿Y tus chamos?.

–Con mi suegra.

–Ay que pena señor, voy a ducharme y me voy. –La mujer se fue tapada con las sábanas dejando a Julio desnudo. Teodoro se sonreía.



–Deja el cague, yo sé que es tu esposa, tranquilo que no le diré a mi papá, pero vine por una cogida.

–No, no, no Teo, Teo, Teo ahí está mi mujer.

–Deja el miedo, esto va a ser rápido.

–no, no ,no, no, vete, vete, vete.

Teodoro se tumbó en la cama y le tomó el pene. Se lo introdujo en la boca.

–Yo te lo puedo  parar con mi boca, pero colabora deja los nervios. –Siguió mamando mientras Julio miraba hacia el baño.

Teodoro comenzó desvestirse.

–No, no, no hagas eso coño, va a salir.

–¿No oyes la ducha?, se está bañando, ven, ponte el condón.

–No vale Teo por favor, nos van a ver, me van a botar del trabajo y de mi casa por fa otro día.

–Yo quiero ahora, ven que te pongo el condón, marico, mucho nervio y tienes esa verga tiesa. -Le puso el condón. Ya no se escuchaba la  ducha, Teo se montaba sobre él pene.

La puerta del baño apenas se abrió.

–¿Sigue ahí el señor Teodoro?

–Sí, aquí sigo, espera en el baño un momento.



Teodoro comenzó a moverse, la cama chirriaba. Teodoro hacía gestos con su cara sin emitir sonido, Julio miraba la puerta, sudaba copiosamente pero no dejaba de sujetar al muchacho.



Teodoro se levantó y recogió su ropa.

–¿Qué haces?

–Me voy, tu esposa está ahí adentro.

–¿Me vas a dejar así?

–Que termine tu esposa. YA PUEDE SALIR. –El chico salió corriendo de ahí desnudo y Juilo intentando acomodarse pero salió su esposa.

–¿Qué haces? ¿qué era ese ruido? ¿Qué haces con un condón puesto?

–Ven móntate voy a cogerte.

–¿Estás loco? Y si viene alguien?

–Tranquila, coño móntate antes que se me baje.



La esposa miró extrañada hacia la puerta y vio a Julio que estaba sudando y nervioso. Se subió a la cama a disfrutar una vez más de su marido.

4 comentarios:

  1. Este capítulo ha sido de miedo verdaderamente. Estoy más que enganchado a leerte!

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    1. A ti, tienes un talento enorme. Gracias por hacernos disfrutar de una historia tan fuerte como entretenida.

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  2. Justo lo q pensé de Rebeca. Demasiado mala para morirse e irse a descansar así comí así, el auje sobrenatural m engancha aun más.. Ojalá y haya sorpresas..

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