Ana abría
los ojos parpadeando acostumbrándose a la luz.
–¿Ya
estás bien? -Decía una voz que aún no distinguía de quién era.
Detrás de
esa persona estaba el cura y el monaguillo.
–¿Ricardo?
Se acercó
a ella y le pasó la mano por la frente. –¿Qué te pasó?
Ana le
hizo señas para que saliera el cura.
–Esta
iglesia es la que salió en la pesadilla que tuve la otra vez, yo me casaba
contigo y aparecia Rebeca y me mataba. –Hablaba Ana visiblemente nerviosa.
–Ana,
Ana, ya, cálmate. Tienes un tema con eso…
–¡Te
estoy diciendo que esta es la iglesia del sueño y yo no la conocía!
–Bueno
ya, ya cuadré con el cura lo de los novenarios de Rebeca. –Se persignó. –Yo me
tengo que ir, que te maneje uno de los escoltas y te lleve a casa. Tengo
reunión.
–¿Será
que te puedes ir y dejarme solo en el restaurante que yo resuelvo?
–Teo ten
cuidado con lo que haces, te dejo tres mesoneros y dos cocineros, van a estar
solo cuatro horas.
–Si, ya,
¿está toda la comida y bebida que pedí?
–Coloqué
la que corresponde a la cantidad de gente que me dijiste que viene, ni más ni
menos.
–Marico,
a lo mejor viene más gente.
–Teo…Teo,
me dijiste un número de personas 80, el aforo de esta vaina son 150. No se te
ocurra llenar esta mierda de gente, nos vamos a meter en un peo si ocurre una
desgracia.
–No seas
pavoso padrino. Vete tranquilo.
–¿Ya te
sientes mejor? ¿Cómo pasaste el día?
–Bien, ya
mejor y tranquila.
–Te
extrañé en la gobernación. Mañana cerramos lo de la licitación y celebraremos.
–¡Qué
bueno! ¿Teo ya está en el restaurante?
–Supongo,
Victor se va a encargar de eso.
–¿Por qué
no vas tú?
–Porque
yo tengo reunión en el partido ahora y no sé cuando salga.
–Ricardo,
ten cuidaddo con ese niño, está desatado y creo que anda alborotado por…-hubo
un silencio…
–¿Por? No
te quedes callada, habla.
–Por lo
de Rebeca, que murió.
Ricardo
se pasó las manos por la cara un poco cansado del tema de Rebeca que lo hacía
erizarse cada vez que la nombraban.
–Vamos a
dejar el tema de Rebeca en paz, ya se van a hacer los novenarios y todo quedará
en paz.
–A ti
también te afecta eso, lo sé.
–La maté
Ana, no se me quita de la mente la rabia que sentí esa noche y le disparé…
–¿Y me armas
un zaperoco porque tengo pesadillas con ella? Esto es una locura que espero que
termine. Muerta se ha convertido en un problema.
Ya eran
las 10:30 de la noche y ya llegaba los primeros amigos, entre ellos Lucas, que,
gracias a Ricardo, su papá lo dejó salir.
Había
como 10 personas y ya estaban sirviendo tragos. La música estaba a todo volumen, se escuchaba en la calle, las
luces internas se reflejaban desde afuera cada vez que alumbraban las ventanas
desde adentro.
Teodoro
ordenó que le pasaran a los que iban llegando un shot de ron.
–Tómatelo
de una, que llegaste y no lo hiciste.
–No
quiero.
–Házlo.
–Teodoro le dio un shot a Lucas que tuvo que tomárselo.
El chico
al tragarse el ron cerró los ojos y apretó los dientes.
–¡Que
mierda!
–No joda
marico y ahora es que falta, hoy nos volvemos mierda.
–La
última vez que dijiste eso hubo un muerto.
Teodoro
le dio un beso en la boca y se separó. –Hoy lo que va a haber es un entierro.
–Lucas se
sonrió imaginándose teneiendo sexo con su amigo esa noche.
12 de la
noche y ya sobrepasaban las 100 personas. Teo se le acercó al personal del
restaurante y le dijo que se fueran, a pesar que le dijeron que Victor les
ordenó quedarse las cuatro horas pagando horas extras nocturnas, el chico les
dijo que igual cobrarían completo. Se fueron.
La una de
la mañana y dentro del restaurante habían 200 personas, alguno de los invitados
trajeron botellas y droga que repartían a los que querían. Teodoro fue uno de
ellos.
–Yo nunca
me he metido esta vaina, vamos a probar. –Teodoro inahló la mitad de una raya
de cocaína ante la mirada desaprobatoria de su amigo Lucas que apenas habiá
bebido.
–Mira llegó
Renata. -Le dijo Lucas a su amigo.
Teodoro
se acercó a la entrada con un shot de ron para dárselo a la chica y sirvió dos
más para las amigas.
Él mismo
le dio el trago y luego la besó en la boca. Lucas no podía creer lo que veía.
Dos de la
mañana y la gente bailaba al ritmo de la estridente música que estaba a todo
volumen. Teo se montó en una tarima que habían colocado con cinco chicas
incluída Renata, todas menores de edad.
–¡Pongan
atención estas cinco perritas van a ir bailando mientras se quitan la ropa
hasta quedar desnudas, necesito cuatro carajos para que suban aquí.
Cuatro
amigos de Teodoro se subieron y él les entregó a cada uno una botella de ron.
Las chicas
bailaban al ritmo del reggeaton mientras los chicos las besaban y ellas se quitaban
la ropa, los gritos no dejaban escuchar la música cada vez que se quitaban una
prenda.
Las
muchachas quedaron totalmente desnudas mientras seguían bailando, los hombres
gritaban. Teodoro les hizo una seña a los chicos para que abrieran las
botellas, le dieran de beber y luego bañarlas con el ron. La histeria en el
lugar no se hizo esperar.
Los
chicos se quitaron la camisa y comenzaron a besar a las chicas. Teodoro arrinconó
a Renata y se bajó el pantalón. Lucas lo miraba y no podía creer lo que veía.
Se le acercó halándolo por el hombro.
–¿No
pensarás cogerte a tu hermana?
–Me la
voy a coger.
–Me
dijiste que me ibas a coger a mi.
–Yo no
dije eso marico, ¿cuándo te dije esa vaina?
–Antes,
me diste un beso y me dijiste que hoy habría un entierro.
–Si, se
lo voy a enterrar a ella.
Lucas se
volteó y se fue a la salida. Llegó a la calle vio a uno de los escoltas de su
amigo y le pidió el favor para que le diera la cola a su casa.
Teodoro
ya estaba desnudo en un rincón con Renata pegada a la pared, la tenía
penetrada, ambos borrachos y drogados. Se besaban mientras él movía las caderas
y ella con una pierna levantada.
–Voy a
acabarte adentro, te voy a preñar perrita.
–Acábame
donde quieras. –El chico empujó un par de veces más y se contrajo soltando su
semen dentro de ella. Se apartó y la dejó ahí casi en el piso.
–Listo,
cogida. –Se subió los pantalones y se fue a beber mientras la gente gritaba con
los otros chicos que ya estaban desnudos bailando con las chicas, unas más
osadas se agacharon a a hacerle sexo oral a su pareja.
Lucas,
llegaba a su destino.
–Gracias
por traerme.
–Pero
aquí vive el señor Victor, ¿tú vives aquí también?
–No, voy
a visitarlo.
Lucas lo
llamó por el celular, luego de varios repiques contestó y le abrió la puerta de
abajo con el intercomunicador.
Llegó al
apartamento.
–Hola.
–Hola,
¿qué haces aquí? ¿Pasó algo en el restaurante?
–Me pasa
que odio a Teodoro.
–Entra.
Tres y
media de la madrugada, varios de los invitados estaban tirados en el piso
durmiendo, algunos sin camisa, otros desnudos.
Teodoro
estaba fumando abrazado a Renata que estaba totalmente drogada y eufórica.
El chico
se besaba con otra de las chicas que se desnudó y seguía así, le introducía los
dedos en su vagina mientras compartian una botella de vino tinto que tomaban de
la botella.
Teodoro
estaba también desnudo, uno de los invitados se le acercó al sofá que estaba
sentado y lo vio a los ojos.
–Ponlo
duro para cogerte. –Le dijo Teodoro al muchacho que no tardó en agacharse y
comenzar a mamar.
Por otro
lado del restaurante varios chicos tenían sexo entre ellos, dos chicas
besándose, otras parejitas de hombre y mujer en lo mismo.
El chico
arrodillado se introducía todo el pene de Teodoro en la boca, el muchacho
besaba a Renata y a otra muchacha que de vez en cuando veían al otro
disfrutando el sexo oral.
–Marica
mira a este mamando guevo, ¿se lo mamamos a Teo?
Empujaron
al muchaho y Renata y la otra chica comenzaron a pasar sus lenguas por el pene
de Teodoro que seguía bebiendo vino.
–Marico,
tráeme otra botella de lo que sea. –Las chicas lamían el pene y luego se
besaban, el otro chico las veía y se masturbaba.
La música
seguía sonando, ya nadie manipulaba la cónsola hasta que se detuvo todo.
Un grupo
de 20 personas salieron del local y bebían en la calle haciendo escándalo, los
escoltas los invitaban a entrar al local pero no hacían caso, hubo una pareja
que se agachó al lado del cuarto de basura y tuvieron sexo ahí mismo sin importar
que los vieran
Seis de
la mañana. Todo estaba en silencio, en el ambiente se respiraba olor a cigarro,
vómito, alcohol y sudor, todo mezclado con el aire medio caliente pues los
equipos de enfriamiento no se daban abasto con tanta gente. Mesas rotas,
botellas y vasos en el piso, comida tirada, sillas arrumadas y también dañadas,
las paredes manchadas, el piso era un charco de alcohol y orina. Los baños era
una zona intransitable, ahí se concentraron la mayor cantidad de condones
usados.
Victor
abría la puerta del restaurante con una copia de las llaves, detrás de él
Lucas. Cuando encendió la luz del local no podía creer lo que veía
–El coño
de la madre, ¿qué mierda es esta?
–Te lo
dije, esto lo íbamos a encontrar así.
Caminaban
entre muchachos dormidos, desnudos y alguno que otro medio despiertos pero
borrachos.
Victor se
le tensaron los músculos de la rabia, sus ojos se le aguaron.
–Victor,
Victor aquí está Teo.
–Teo
desnudo, de su pene colgaba un condón lleno de semen, estaba rasguñado y sucio.
Estaba dormido, y a su lado Renata también desnuda.
–Pero
esta carajita es….
–Si, su
hermana Renata, me dijo que se la iba a…coger
Victor
agarró de los pelos a su ahijado y lo zarandeó pero no hubo reacción.
–Búscame
una jarra de agua de la nevera de la cocina si es que quedó algo vivo.
El
muchacho traía ja jarra. Victor le lanzó el gua a Teodoro y a Renata, ambos
despertaron. Torpemente se levantó él del sofá, ella cayó de nuevo y ahí quedó.
–¿Qué carajo
pasó aquí?
–Mierda,
no grites marico, apaga esa luz coño.
Victor
cogió a su ahijado por el pelo de atrás
y lo volvió a sacudir.
–¿Qué
hiciste carajo? Volviste mierda el local. ¡Lucas chequea que no haya…algún
muerto!
Lucas se
le erizaron los vellos de la espalda al escuchar eso pero comenzó a empujar cada
cuerpo que conseguía, el olor era desagradable mientras más adentro del local
llegaba. Habían pastillas por todo el piso.
Consiguió
a un muchacho con una liga en el bicep y una jeringa clavada en su brazo, sus
ojos abieros y vidriosos delataban lo peor. Lucas se echó para atrás tropezando
con otro muchacho acostado y cayó al piso llorando.
Victor
revisó el twitter.
–<Uno
de los restauranbte del flamante gobernador Ricardo Sucre, convertido en un
mega salón de fiestas lleno de droga, alcohol y menores de edad. Se rumora que
era una fiesta del hijo de Sucre, Teodoro>
–Mierda,
mierda, mierda.
Llamó a
los escoltas para que lo ayudaran a levantar a todos los chicos y que se fueran
de ahí inmediatamente. Llamó a un amigo para que le alquilara cuatro autobuses
y que se llevaran a todos los chicos.
–Victor,
allá atrás…hay un muerto, un chamo que creo se metió una sobredosis
Victor se
acercó al chico. Efectivamente, estaba muerto, le revisó la billetera.
<<Roberto
Plaza>>
Victor
cerró los ojos, era el hijo del candidato opositor que compitió con Ricardo
para las elecciones a Gobernador. Tenía 17 años.
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