INQUEBRANTABLE 3. Capítulo 5

–¿Mi mamá va a estar bien?

–Si campeón, solo se desmayó, a lo mejor es que te va a traer un hermanito o hermanita.

–¿Ah sí? ¿dónde? ¿cuándo?

–Pronto mi amor, vamos a entrar a verla.

Rebeca estaba dormida, Ricardo le acariciaba la mejilla mientras Teodoro se había acostado al lado de ella en la cama.

–¿Dónde está Ana papi?

–Está en otra habitación, ella si está delicadita, depués yo te llevo a verla.

Afuera de la habitación estaban las amigas de Rebeca, Victor y extrañamente Antonio Reverte su compañero en su última novela juntos.

–Hola preciosa, me diste un susto horrible, pensé que te habías muerto.

Rebeca apenas trataba de enfocar la mirada, extrañada con las palabras de su esposo, se incorporó en la cama.

–¿Tú estás hablando en serio? Estabas preocupado por mi…y hace unas horas me caiste a golpes.

–Es que tú me sacas de mis casillas mi amor, lo que le hiciste a Ana fue muy grave.

–Yo no la maté, no fui yo, no le hice nada.

–Nadie está diciendo que la mataste, está en cuidados intensivos, claro, estuvo muerta unos minutos.

Rebeca comenzó a ponere nerviosa y a sudar frió, sus manos estaban heladas.

–¿Qué tienes?

Tocaron la puerta, era el doctor.

-Todo está bien, tuviste una repentina bajada de tensión, nada grave.

–¿Y no está embarazada?

–No. Les toca hacer la diligencia de nuevo

El doctor salió de la habitación y entró la visita.

Luego de haber declarado que era homosexual, su último trabajo en una novela fue de contrafigura del protagonista en la fallida historia que protagonizaron Catire y Rebeca hace 5 años. Le dieron un papel de homosexual que lo terminó de encasillar refugiándose en el teatro comercial en la misma compañía donde trabaja Rebeca.

–Hola, estábamos preocupados cuando vimos como te desmayabas en la tarima.

–¿quien iba a pensar que tú y yo seríamos amigos luego de años?.

–La vida, y mira que me jodiste la carrera, aunque no me quejo con lo que hago, gano plata.

–Me quiero ir de esta clínica, y encima este carajito se me durmió aquí.

–En buena hora quedaste preñada. Anoche te iba a contar algo luego de la función pero en vista de los acontecimientos te lo cuento ahora.

–No me digas que te vas de la compañía de teatro.

–Bueno, si y no. Mi mánager me consiguió en Miami y en Los Ángeles unos casting y bueno me voy por un mes.

–¡Wao que bien! Ojalá pudiera hacer lo mismo e irme de esta mierda, olvidarme de hijo y esposo. ¿Te vas solo?

–Con un amigo que se va a vivir allá y viviremos en un apartamento para compartir gastos.

–¿Es gay también?

–Si, de hecho creo que quiere que vaya con el para que tiremos, una forma de pago.

–Mmmm vaya.

Las amigas la saludaron y en murmullo les contó que Ana no había muerto. Se despidió y se quedó sola con su hijo dormido en la cama. Ricardo había ido a ver a Ana.

Rebeca bajó la baranda del lado del niño y, apoyando su mano en las espalda de Teodoro lo empujó hasta que cayó en el piso y se puso a llorar.

–Ya, ya, ya, deja de lloriquear que no te diste duro.

–¡Mi papáááá!

–Está con su amante, la puta de Ana, ve a verlos y te quedas con ellos y déjame en paz. Llamó a  una enfermera para que lo llevara, ella se fue al baño a ducharse.

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–Así que te vas del país. ¡Que bueno! Así abres tus posibilidades para la actuación, aunque USA es competitivo pero debe haber muchas cosas que puedes hacer.

–Si y por lo menos se inglés, el peo es mi edad. Ya no soy un chamo y bueno, eso me limita, latino y viejo.

–Pero si tú te ves miuy bien.

–Gracias. Pero bueno igual me lanzo, estaré un mes y me regreso y cualquier cosa vuelvo a ir o me quedo más tiempo ahora.

–Si quieres te doy las llaves del apartamento de Ricardo y vives ahí el mes.

–Coño, ¿así sin más?

–Tranquilo yo le llevo todo lo del apartamento, cuadro eso y te quedas ahí el mes.

–¿Cuando tiramos?

–No sé.

–Verga y ahora estás casado, ¿marico que es eso? Cuando supe esa vaina me dio una risa ¿pa que coño te casaste?

–Bueno, tapadera, estoy en una posición y necesito dar esa impresion de seriedad, familia estable.

–Que pajúo, ¿pero te puedes escapar?

–Si puedes ahora, le damos.

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Ricardo llevaba a Rebeca y a Teodoro a casa para regresar a trabajar.

La actriz se fue a su habitación a hacer unas llamadas. Teodoro se fue al despacho de su papá y encendió la computadora.

Tocando las teclas y carpetas abrió un link, era un video sexual, un hombre y dos mujeres teniendo sexo. Teodoro se quedó mirando la escena sin parpadear, al terminar el video cierra la ventana y se abre otra. Aparecen videos de todo tipo, a él le llama la atencion uno y le da click, al rato, otras ventanas se abren. Frente a sus ojos imágenes de hombres besándose y teniendo sexo entre ellos, penes erectos en closeup, toca y comienza un video de dos hombres teniendo sexo.

Teododro vuelve a quedarse quieto observando.

Rebeca entra al despacho a buscar unos documentos del seguro y ve a Teodoro en la computadora.

–¿Qué haces ahí? Tú papá te va a regañar si te ve tocando la laptop, procura borrarle algo para que veas la coñaza que te da.

–Estoy jugando.

Rebeca se acerca y el niño del susto se aparta con la silla. Ella ve el video gay y se sonrie.

–Chico, me harías muy feliz si sales gay, así tu papá le entra el odio y termina botándote de aquí.

–¿Que es gay?

–Los hombres que le gustan los hombres. ¿A ti te gustan los niños o las niñas?

Teodoro se cruzó de brazos y se quedó viendo hacia abajo.

–Haz lo que te de la gana, yo me llevo esto. Cuando salgas apaga todo.

–¡Déjame!

Rebeca se le tensó el cuello, pero cerró los ojos y salió del despacho.

Regresó a su cuarto y se tumbó en la cama de nuevo.

–No maté a la estúpida esta, pero a Virginia si la mato.

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Carlos, el escolta de Ricardo, aprovechando su día libre, estaba siguiendo a Virginia para saber su rutina diaria. Desde temprano la esperó hasta seguirla al consultorio veterinario. Al ver que ahí se qudaría todo el día, hizo otras cosas y volvió al lugar para esperarla al salir.

Mientras se hacía la hora, se acercó al edificio y esperó. Vio llegar a Rebeca. –¿Que hace la esposa del jefe aquí? –Se escondió y se puso los lentes, estaba muy cerca de la entrada.

–¿Rebeca? ¿qué haces aquí?

–Una cachetada y comenzó el insulto. –Te vas a arrepentir de haberte metido con mi esposo, te va a pesar perra, te voy a matar, en el momento que menos pienses te dejo con el mosquero en la boca.

Carlos se quitó los lentes y una sonrisa entre sorpresa y alegría, se dibujó en su cara. –Esta carajita me va a hacer el trabajo, bueno, a lo mejor es pura amenaza. Yo igual sigo con mis planes, me voy al restaurante a cogerme a Victor, esta vaina me dio morbo.