jueves, 25 de mayo de 2017

DE REPENTE TU 5 Capítulo 10


Transfobia.



–<Hola Yovana ¿cómo estás?>

–<Hola, bien, algo aburrida hoy en la tienda>

–<Bueno, normal en estas fechas. Mira luego del trabajo paso por la tienda y hablamos>

–<Prefiero que nos veamos fuera del centro comercial. Me avisas y cuadramos el lugar>

–<No hay problema yo te paso buscando>

–<Todo esto me parece tan extraño, voy a hablar contigo sobre Esperanza para apoyarla y tú y yo competimos, por decirlo de alguna manera, por el amor de ella>

–<Se trata de ella no de nosotros, yo quiero a esa chama, pero quiero que sea feliz con quien sea>

–<Tienes razón, te llamo en la tarde>



Mientras acomodaba uno de los estantes con blusas para damas, entraron 4 hombres a la tienda. Su aspecto y actitud delataban que no eran de la zona y Yovana nunca los había visto.

–Buenos días, que tal. ¿Tiene ropa de hombre?

–Buenos días, la parte derecha de la tienda es ropa de hombre y esta caja que son piezas de descuento.



Mientras uno de ellos hablaba con la chica los otros se guardaban ropa sin que ella los viera.

–Por ahí dicen que tu eres un hombre, ¿eso es verdad? Pareces una jeva.

–Soy mujer señor. ¿Estaban buscando algo en especial? Algo para una dama o para ustedes.

–Vinimos a saber de ti. –Le tocó la barbilla. –Queríamos saber que tienes abajo.

–Le voy a agradecer que se retiren de la tienda o llamo a seguridad.

–Tranquila chama o ¿chamo? Pon cerrado en la puerta, que voy a comprobar que eres.

La empujó al depósito y le puso la mano en la entrepierna.

–Ah pero si eres un hombrecito, entonces te voy a coger por el culo.

–Salgan de aquí o llamo a los vigilantes.

–Tranquilo, hago lo que tengo que hacer y nos vamos.

Yovana le dio una patada en los testículos y salió para tocar el botón de pánico debajo del mueble de la computadora.

Los vigilantes solo pudieron atrapar a uno de ellos, los otros se escaparon.



Yovana se sentó un momento, cerró la tienda para calmarse y tomarse un té.

Llamó a su celular Esperanza.

–<Hola, ¿puedo pasar por la tienda como a la 1 de la tarde?>

–<Claro corazón, eres bienvenida a cualquier hora y hoy más que necesito hablar con alguien>.

–<¿Pasó algo?

–<Te cuento aquí>



Yovana le contó lo que había sucedido y Esperanza se puso nerviosa hasta le ofreció escoltas para que la protegieran.

–¡No chica! ¿Estás loca? Tampoco así, eso es un caso aislado, unos locos, que por cierto no se como saben que soy transgénero, eso si me puso a dudar.

–Sabes que hay gente que a simple vista lo notan, no te ofendas pero cuando te fijas bien tienes rasgos masculinos.

–Debe ser eso, tampoco estoy muy maquillada hoy jejeje, pero me asusté horrible.



–En cuanto a lo de la otra vez, quiero pedirte disculpas, no debí irme así, pero es que…me chocó verte…el pene, no procesé esa información bien.

–Te entiendo, me ha pasado otras veces. Me gustas mucho Esperanza.

–Y tu a mi, créeme, la paso genial contigo, pero necesito tiempo.

–Lo que pasa es que mientras te doy tiempo…Clemente gana terreno.

–Estoy en las mismas con él, me he alejado . -Le mintió y Yovana sabía que no era cierto. La vio a los ojos escrutándola.

–Bueno… estuve con él de nuevo.

–¿Cómo te sentiste con él?

–Esto es muy incómodo.

–Tranquila, dime.

–Cada vez que estoy con él es una maravilla, lo veo y se me afloja todo, literalmente.

Yovana agachó la cabeza y sus ojos se llenaron de lágrimas, se limpió y levantó la cabeza.

–Disculpa lo franca que soy, ojo eso es solo en el sexo, en la otra parte también lo paso bien con él, pero es distinto contigo, ambos tienen cosas muy buenas pero distintas.

–Lo tienes complicado ¿no?

–Estoy vuelta un culo, no hay otra palabra que me defina en estos momentos, pero me siento más aliviada al hablarlo contigo.

–A mi me dejas triste si te soy sincera, pero relajada, tampoco es de echarme a morir.

–Ay Yovana…bueno, me voy tengo una clase ahora en la tarde, que fastidio. Un beso, estamos en contacto, te llamo a ver si hacemos algo el fin de semana.

–Seguro bella, cuídate por ahí.

–Igual tú, mosca con esa gentecita.



En la tarde cuadró con Clemente y la pasaría buscando un poco antes de las siete de la noche por el centro comercial, Llamó a uno de sus primos para contarle lo sucedido. Más que tranquilizarla la angustió más diciéndole que hay una avalancha de transfobia por la ciudad con todo la movida sobre matrimonio igualitario, derechos LGBTI, etc.



Clemante la volvió a llamar para decirle que iba saliendo. Ella cuadró la caja, recogió y se fue a la avenida a esperarlo.



–¿Tu creías que te ibas a librar de mi maricón? Vas a cobrar por lo de mi amigo detenido. –Arrastró a Yovana a un rincón poniéndole una navaja en el cuello. –Te voy a coger para que sepas lo que es un hombre de verdad.

Çomenzaron a forcejear y el hombre le hizo una cortada superficial cerca del cuello. Había gente que veía la pelea pero no se metía.

Clemente llegó a la esquina y vio el forcejeo pero aún no sabía que se trataba de Yovana. Salió del carro y corrió a la esquina.

–SUELTALA DESGRACIADO. –Un golpe en la cara y luego otro tumbaron al tipo en el suelo, la navaja quedó en el suelo, Clemente la pateó al igual que al hombre que salió corriendo.

Yovana estaba tirada en el piso asustada. Cuando Clemente la levanta le habla.

–¿Estas bien, te hizo algo? ¡Yovana, Yovana , por Dios!

–Ay Clemente, gracias, si, estoy bien, tengo una cortada pero no me la veo.

–No es nada, ¿te golpeaste?

–Si, la cabeza.

La cargó y ya la gente los rodeaba para ver que había pasado.

–PERMISO, PERMISO COÑO. –La puso en el asiento de atrás, llegaron a un ambulatorio cercano, la revisaron y todo estaba bien, la herida no era profunda y el golpe en la cabeza le produjo un ligero chichón.



Se quedaron solos en la salita de revisión.

–¿Estás bien? –Clemente le echó el cabello por detrás de la oreja.

–Si, aunque todavía nerviosa. Ese tipo estuvo en la mañana en la tienda intentando algo, con tres amigos más.

–Hay que denunciarlos, ahí hay cámaras, deben haber quedado grabados.

–El médico cuando me vio desnuda y me vio el pene, hubieras visto su cara. Fue respetuoso, la verdad, aunque había visto mi cédula creo que no cayó en cuenta hasta que me desnudé. Gracias por rescatarme Clemente. –Lo abrazó.

–Descuída, estabas en peligro. Todavía hay gente que respeta y aprende a vivir con la diversidad.

Se separaron y se vieron a los ojos.

–Así mismo conocí a Esperanza, la estaban asaltando.

Se volvieron a ver a los ojos y ambos se acercaron a besarse apasionadamente.



Entró el médico y tosió. –Permiso, que bueno que estás con tu novio.

–No, no somos novios.

–Amigos, amigos. –Dijo Clemente.

–Bueno amigos, ya se pueden ir todo esta bien, solo fue un susto, denuncia el hecho en la policía ahora mismo Juan Carlos.

–Yovana doctor, dígame Yovana.

–Yovana, disculpa. Para efectos de la policía eres Juan Carlos, más vale que la acompañes a la policía, no todo el mundo sabe lidiar con esto, ya saben a que me refiero.

–Gracias doctor.

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