Viaje
con sorpresa.
Luego de pasar la tormenta que tenían sobre
ellos, regresó la calma al mar y el cielo se despejó con un sol radiante.
Al rato, Fabián bajó al camarote y María
Corina se había quedado dormida.
–Mi amor, ¿estás bien? Ya no llueve y el
día está bien bonito.
–Ay amor, me quedé dormida. ¿qué ha pasado?
–Jajaja pero te quedaste profundamente
dormida, hubo una tormenta, pero ya pasó, todo bien.
–Que bueno.
–Vamos a cubierta, ponte el traje de baño y
mucho protector.
Fabián subió un momento para acomodar una
cava con bebidas para tener mientras tomaban sol. El Capitán se acercó.
–¿Será que podemos pasar por Puerto Cabello
para dejar una encomienda personal?
–Si claro, no hay problema.
Cuando ya estaban tumbados al sol, Fabián
habla con María Corina.
–Luego de hacer el amor me dijiste que
tenías un retraso, no te paré ni medio porque empezó lo de la tormenta. ¿Es
cierto? ¿desde cuando tienes el retraso?
–Hace más de una semana, soy un reloj con
la regla, por eso me preocupé.
–Yo no estoy preocupado, estoy feliz si de
verdad estás embarazada.
A María Corina le dio pena verlo tan
contento y mantener la mentira.
–Bueno, en realidad, luego que usted subió
me bajó, así que, falsa alarma.
–Cónchale vale ¿y entonces? ¿será que
seguimos intentando?.
Fabián se le montó encima.
–¿Qué hace, qué hace? Aquí no, nos van a
ver.
–Tranquila, desde donde están no nos ven y
si nos ven pues que importa. -Le dio un beso en la boca y le quitó la parte de
arriba del traje de baño. Comenzó a chuparle los pezones mientras metía su mano
en la parte de abajo del traje de baño. María Corina hacía lo mismo pero en el
bermuda de él hasta que se lo quitó.
–Te quiero coger aquí.
–Hágalo.
Le quitó la parte de abajo y tomando su
pene lo ubicó frente a la vagina y comenzó a penetrarla.
–Esta vez vas a quedar embarazada.
La penetró por completo mientras seguía tocando
sus pechos y besándola. Ella levantó las piernas y él se puso sobre ella para
seguir moviéndose. Unos minutos más y Fabián se corrió dentro de ella que lanzó
un fuerte gemido.
Se tumbó hacia un lado.
–Wao, que rico es hacerlo el aire libre,
segunda vez que lo hacemos.
–Qué vergüenza con el capitán y el
ayudante, seguro nos vieron.
–Tranquila, ellos son unas tumbas.
Se vistieron y abrieron un par de cervezas.
–¿Y este yate de quien es?
–De uno de mis tíos, el hermano mayor de mi
papá.
–¿Por qué no vive con él y sus primos?
–Prefiero independizarme, no me gusta vivir
con ellos, mi tío es demasado estricto, déspota y machista. No me la llevo mal
con él, de hecho es con el que mejor me la llevo pero no, su caracter es
terrible.
–¿Gana dinero con las empresas, usted vive
de eso, cierto?
–Sí, manejo las acciones de mis padres y
mensualmente recibo un pago. Cuando cumpla 25 años seré el responsable de esas
acciones y pasaré a estar en la Junta Directiva, de momento me administran el
dinero.
–Ok. ¿Mucho dinero, supongo?
–Bastante amor, más de lo que imaginas, no
sabes cómo es eso. A veces no me da chance de gastarlo, a lo mejor te suena
pedante, pero es así. Lo que hago es donarlo a hospitales y fundaciones. Yo no
soy de gastar dinero a lo loco.
–Me parece bien. Disculpe Fabián si le
incomodan mis preguntas, no quiero que piense que soy una interesada.
–¡No vale, no tengo motivos para pensar
eso, además, ahora tengo una excusa para invertir el dinero y que mejor que
contigo.
Mientras tomaban la tercera cerveza y
comían algunas cosas para picar, escucharon un helicóptero acercarse. Con el
ruido del aparato no ecucharon que también se acercaban por mar dos lanchas con
cinco personas cada una. Eran policías.
–<<TODOS CON LAS MANOS EN
ALTO>> Se escuchaba desde el helicóptero a través de un megáfono.
Las lanchas se acercaron hasta el yate y
antes de abordar, uno de los oficiales habló con Fabián que también se había
acercado hacia la lanch.
–¿Qué ocurre oficial?
–Tenemos una orden para revisar la embarcación.
Tenemos información que transporta droga.
–¿Droga? ¿droga, debe haber un error
oficial, estamos mi novia y yo, el Capitán y un ayudante.
–¿Podemos abordar y chequear?
–Si, si claro, no hay problema revise todo
lo que quiera y los que quieran subir. –Fabián tomó la orden de allanamiento
para leerla. Con ellos venía un Fiscal del Ministerio Público.
Los policías comenzaron a revisar el yate
por todos lados. El helicóptero ya se había ido.
Los policías revisaban con unos perros los
camarotes, ambos estaban nerviosos, ladrando y salivando. Al entrar al camarote
pequeño consiguieron una parte del piso falso, golpearon y sonaba hueco,
levantaron. Era una compuerta camuflada.
–AQUI HAY ALGO, LOS PERROS SE ACTIVARON.
Se escuchó un disparo. Cuatro policías
subieron directo a la cabina del timón. El Capitán se disparó en la sien. El
ayudante estaba al lado del cuerpo.
–Quedan todos detenidos.
–Oficial debe haber un error, este yate es
de mi tío, debe tener una explicación. Él se llama Ernesto Silva
–¿Error? Allá abajo hay por lo menos 500
kilos de droga. Esta embarcación está a nombre de Juan Carlos Rangel, lo dice
la orden que le entregué, ¿no la leyó?
–Si, si, bueno…
–Ay Fabián ¿y ahora? ¿qué va a pasar con
nosotros?
–Tranquila yo voy a llamar a mi abogado.
–Pero es un problema de drogas, es tráfico
de drogas, es mucha.
–Tranquila no hables ni digas nada, nos
vamos con ellos, recoge tus cosas.
–Tengo miedo.
–Yo también mi amor, pero estás conmigo.
–Quedan detenidos bajo averiguación y el
yate queda confiscado para experticia. venga para acá. TRAIGAN AL JOVEN Y
ESPÓSENLO.
Se montaron en la lancha rumbo al puerto de
La Guaira.
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