jueves, 14 de octubre de 2021

Huevos revueltos. 265


 Jacinto había aprendido a hacerle las terapias a Hector. Los ejercicios los aprendió de un terapéuta y tutoriales de youtube.

–¿Y a ti te dijeron que para hacer la terapia hay que estar desnudo? -Hector le miraba el pene a Jacinto que se movía de un lado al otro mientras le movía las piernas.
–Estoy más cómodo así, ademas ya me has visto desnudo, ¿qué importa? Ponte de lado.
–Negro...cuando termines cógeme, me tienes abandonado vale. -Jacinto comenzó a tener una erección.
–Vamos a terminar esta vaina...luego vemos.
–Cuando se acaben las terapias y yo no necesite de nadie ¿Te vas a ir?
–Quiero dar clases, es lo que me apasiona, me llena.
–¿Me vas a dejar? Esa morcilla se te puso dura, mira, mira, se me está parando, mámalo, anda, mámalo. -Jacinto se acercó al pene y dejó caer saliva, lentamente lo introducía en la boca mientras sentía que se ponía más duro.
–Móntate negro, móntate, métetelo. -El hombre se montó sobre Hector sentándose en el pene. Lo toma con su mano y va introduciéndolo. Una vez dentro, el pene pierde erección. Jacinto se baja y Hector se puso con dificultad de lado.
–No te pongas así, ya es un avance que hayas tenido una erección.
–Si...no puedo cogerte.
–¿Quieres que te penetre yo?
–Como quieras negro. Desahógate con mi culo. -Jacinto se pone de lado levantándole la nalga para penetrarlo. Poco a poco va introduciendo el pene miemtras Hector arruga la cara apretando la almohada. Una vez el pene adentro, Jacinto se mueve.
De nuevo, torpemente Hector se mueve para voltearse.
–¿Qué haces, no, no, ya va, ya va...coño, lo sacaste. -Hector se voltea viendo a Jacinto.
–Quiero regresar al bufete, estoy cansado de este encierro, cansado de verte a ti todos los días, cansado de no hacer nada.
–¿Cansado de mi? Vaya Hector...que poco agradecido eres.
–A ver, entiende, no es que quiera que te vayas, disfruto tu compañía, disfruto el sexo contigo ¡pero joder ya estoy harto de este encierro! 
–Ok, ok, es válido que quieras retomar tu trabajo, eso es buena señal, vas superando etapas, llevas semanas sobrio, pero hay que seguir con los ejercicios y dentro de un mes, un mes por lo menos, vas al bufete.
–Dale negro. ¿Me vas a seguir cogiendo?
–Me lo bajaste con tu movedera.

Eran las 5:45 de la tarde y Castro entraba al edificio, se consiguió por primera vez en mucho tiempo a Claudia y a Diego.
–¡Castro, que sorpresa! Tiempo sin verte.
–Coño chamos, ¿Cómo están? -Castro le ve la barriga a Claudia. –¿Puedo? -Le pone la mano en la barriga. –No sabía que estabas embarazada. Ustedes volvieron. Disculpen la pregunta, olvídenlo.
–Tranquilo, es un cuento largo, pero si, estamos juntos de nuevo. ¿Y tú?
–También, volví con mi flaco. Está de nuevo conmigo aquí, por cierto debe estar por llegar, iba al médico.
–¿Médico?
–Si, hace ya unas cuantas semanas que le diagnosticaron cáncer de testículo.
–Aaay si, si, es verdad, me había comentado Oto en el trabajo, ¿Pero todo bien?
–Si, hoy fue a eso, yo no pude acompañarlo, el trabajo me tiene absorbido.
–Ojalá todo salga bien. -Hubo un silencio y Claudia habló. –¿Tienes el número de Antonio? -Diego vio a Claudia y Castro a Diego.
–Eh si...si, claro, ¿Todavía quieren con él?
–En realidad queremos contigo pero vuelves a estar casado.
–¿Queremos? -Dice Diego que recibe un manotón.
–Si, ya te lo paso. Pero Antonio ahora está más enfocado en las peliculas y videos para adultos. Años haciendo eso pero ya poco trabaja por fuera.
–Películas porno, interesante.
–Ah mira, no sé si les interese, pero Antonio me dijo que graban con mujeres embarazadas. -Diego abrió los ojos mirando a Castro.
–Bueno nos tenemos que ir, gusto en verte Castro, saludos a Agustín.
Subieron primero el matrimonio que llevaba varias bolsas.
–Se acabo la paz en casa, estos volvieron y vuelven las cogidas violentas.
–¿Quieres repetir con Antonio?
–Me interesa más lo de la pelicula con embarazadas.
–¿Tú estás loca, te vas a poner a tirar embarazada?
–Tú y yo lo hacemos, además el médico dijo que es sano.
–Si pero te va a coger un desconocido y quien sabe como te coja y te haga daño allá adentro.
–Ay Diego, tampoco me van a meter un taladro hidráulico.

–Todo va marchando bien, haz reaccionado estupendo al tratamiento. Te faltan dos sesiones y listo.
–¿Y luego?
–Chequeo semestral, hay que monitorearte, pero todo va a salir bien y se hacen las cosas bien. Cuando se actúa bien, las cosas salen bien. -Gabriel miró a los ojos a Agustín.
–Gabriel, quería pedirte disculpa por lo de la otra vez.
–¿Cuándo me dejaste en la mesa y te fuiste a tirar con tu ex al baño y los vio todo el personal? Tranquilo, estaba claro desde que viste a tu ex en el restaurant que yo estorbaba. Intenté tener algo contigo más allá de nuestra relacion paciente/médico pero no se pudo. No estoy molesto contigo para nada.
–Gracias, igualmente perdona lo malo.
–Descuida, seguimos siendo amigos, no pasamos de unos besos y unas tocadas.
Agustin se acercó y lo abrazó por unos segundos, Gabriel hizo lo mismo cerrando los ojos y oliendo el cuello de Agustín. Se separaron, Agustin se dio la vuelta para irse.
–Esa tarde me acosté con tu amigo, Jaime, lo llevé a mi apartamento.
–¿Perdón?
–Contigo no iba a ir a ningún lado luego que te fuiste al baño, nos bebimos un par de botellas y nos fuimos.
–Ya...chao Gabriel.

Castro buscó entre sus cosas el piercing que tenía puesto hace unos meses y que Agustín le devolvió al regresar con él.
–Ya es hora de ponérmelo. -Se colocó un gel para dormir la zona del glande y comenzó a pasar el aro por el hueco, lentamente pero con dificultad.
–Coño, esta vaina si cuesta que entre carajo. -El glande comenzó a sangrar un poco pero Castro insistía.
–¿Qué haces?  -Castro se voltea y Agustín le ve el pene y se echa para atrás. –¡Dios mio!, ¿Para qué haces eso? Estás sagrando. -Agustín se sostuvo de la pared, cerró los ojos y se fue a la cama. Castro se limpió la sangre y salió.
–Mira flaco.
–No, yo no voy a ver esa vaina ¿Cómo se te ocurre ponerte eso tú? ¿Y si se te infecta?
–Mira como quedó. Está inflamado pero eso se baja. -Buscó en el closet un antibiótico en spray y se roció el glande.
–Te volviste loco Castro ¿Cómo haces eso amor? Se te puede infectar.
–Tranquilo flaco, yo hablé con el hombre y seguí sus instrucciones.
–Hoy no me coges por supuesto.
–¿Qué? De bolas que te voy a coger flaco, tu tranquilo. -Se puso el interior.

Agustín se desvistió y se quedó en interior.
–¿Estás cansado mi flaco?
–Estoy preocupado con lo del piercing. También estoy cansado.
–Algo más te pasa. Coño...ya sé, ¿que te dijo el hombrecito, tú médico?
–Verga amor, con lo de tu verga se me olvidó decirte. Todo bien con los exámenes, va marchando bien, quedan dos sesiones y luego chequeo semestral. -Castro lo abraza y luego le da un beso.
–Me alegro mucho mi flaco, pero te conozco y pasa algo.
–Ay amor...hablé con Gabriel y le pedí disculpas por lo de la otra vez.
–Que no tiraste con él sino conmigo. Gracias a Dios por la coincidencia.
–Castro...en fin me dijo que ese dia fue a tirar con Jaime luego de nuestro encuentro en el baño, lo llevó a su apartamento. Me dio una arrechera...coño, Jaime está con Oto y...
–Yo fui con Jaime a ese restaurante a hablar de mi caso pero él quería tener sexo conmigo...parece que sigue con problemas de ereccion y eyaculacion precoz y no se ha cogido a Oto.
Agustin respiró profundo. –Yo dije que no me iba a arrechar, que iba a ser más comprensivo y tolerante. No tiraste con Jaime, todo bien.
–Flaco...yo no iba a tirar con él, en serio.
–No quiero saber Castro, estamos juntos de nuevo, estamos en otra etapa, ¿Ok?. ¿Estoy molesto? Si, Oto está mal con lo que pasa y no ha tirado con nadie y Jaime ya le montó cachos.
–Coño no le vayas a decir lo de Jaime flaco, por favor.
–Quisiera, pero no es peo mio, pero hablaré con Oto, en su momento a ver que pasa.




No hay comentarios:

Publicar un comentario