miércoles, 27 de octubre de 2021

Huevos revueltos. 274

 


Guillermo abría los ojos, se estiraba, su pene estaba totalmente erecto. Desnudo como estaba, se levanta y va al baño a orinar. Su pene perdía erección mientras orinaba, buscó un bóxer y se fue a la habitación donde duermen Claudia y Diego.

Entra en la habitación se quita el boxer y entra en la cama acostándose al lado de Claudia, le acaricia la enorme barriga.
–Buenos días.
–Buenos días Guillermo.
–Estás hermosa.
–Te metiste denudo a la cama.
–Tócalo, ¿quieres mamarlo?
–La barriga no me deja.
–Y yo stoy aqui. -Guillermo le da un beso en la boca a Claudia, se levanta y vuelve a la cama pero ahora entre ambos, besa a Diego que si se baja y le mama el pene. Guillermo se coloca boca arriba, Claudia se da la vuelta y besa a Guillermo que acaricia la cabeza de Diego que estaba concentrado mamando, se detuvo y besó a Guillermo.
Ambos se abrazan a Guillermo. –Ahora que ya es inminente el regreso de Hector al bufete, ¿Vas a regresar con él?.
–No sé, de momento, ya me queda un par de meses para dar a luz asi que me tomaré mi reposo post natal. -Diego se montó sobre Guillermo, tomó su pene y lo guió a su culo para introducirlo. Cerró los ojos mientras sentía como entraba.
–Carajito, vas a ser papá. -Diego terminaba de introducir todo el pene dentro de él, Claudia los miraba y se levantó con dificultad de la cama para ir al baño.
–Los dejo solos. -Se sentó a orinar, apoyó su cabeza en las manos, sus brazos estaban apoyados en las piernas. Se puso a llorar. Escuchaba los gemidos de Diego.

–Como te encanta que te cojan. -Diego brincaba sobre Guillermo que estaba excitado sintiendo como le apretaba el pene. Sin sacarlo, tumbó a Diego de lado y siguió penetrándolo para luego ponerlo boca abajo. Diego gritaba al sentir todo el pene adentro y sin poder moverse.
Claudia entró a la ducha, esperaba que saliera el agua caliente, afuera escuchaba los gritos de Diego. Claudia seguía llorando y pensando en Diego y que cada vez preferia tener sexo con Guillermo que con ella y no era por la barriga pero a la vez pensaba en lo que vendría después de dar a luz y le mortificaba.

Guillermo levantaba sus caderas y comenzaba a moverlas rápido, Diego apretaba las sábanas.
–DIEGOOOOO, DIEGOOOOO. -Claudia se sienta en el piso sintiendo fuertes puntadas en el bajo vientre, el dolor cada vez es más intenso.
–Es Claudia, es Claudia, salte, ya va. -Diego sale de la cama y corre al baño, Guillermo se queda arrodillado con el pene erecto.
Diego la carga. –COÑO GUILLERMO AYUDAME. -El hombre brinca de la cama y ayuda al muchacho a llevarla a la cama, se visten, le ponen una bata a Claudia y se van en el carro de Guillermo.
–Apenas tienes recien los siete meses, ¿Será que nuestro hijo nace hoy?
Claudia sintiendo un fuerte dolor, le dice algo a Diego.
–No es tu hijo. -Claudia se desmaya y rompe fuente.
–¡Se desmayó, se desmayó, apúrate Guillermo, rompió fuente!
Guillermo aceleraba. –¿Tú escuchaste lo que te dijo Claudia?
–No logré entender, ¿Que dijo?
–Llegamos, UNA CAMILLA POR FAVOR, TENEMOS A UNA EMBARAZADA DESMAYADA Y ROMPIÓ FUENTE.

Metieron a Claudia al quirófano. Diego y Guillermo se quedaron afuera.
–Tengo que ir al bufete a resolver unas cosas, me avisas cualquier cosa.
–¿Y me vas a dejar sin carro?
–Coño, allá afuera hay una línea de taxi y moto taxi. Estás en una clínica pendejo, aqui no tienes que buscar nada, Claudia está asegurada. Me voy.
–Guillermo, ¿que dijo Claudia antes de desmayarse?
–Diego...no te hagas el pendejo, estabas al lado de ella y escuchaste, yo escuché.

Guillermo estaba en la oficina resolviendo varios asuntos y pensando en Claudia. Quién de todos los hombres que se acostó, será el padre. Ya estaba embarazada cuando regresó al país, cómo lo ocultó luego de todos los exámenes que le hicieron. Sonó su celular. Era Reddy. A Guillermo le entró un escalofrío. Sabía que la llamada podría ser para la fiesta que le había dicho donde él sería el invitado especial.
–Epa Reddy
–Guillermito ¿Cómo estas? 
–Bien vale, aqui con mil peos encima.
–Bueno te llamo para desestresarte.
–Cuadraste la orgía.
–Coño...pero estás a tiro. Si, por cierto ya Hector me dijo que regresa al Bufete.
–Si, en un par de semanas. ¿Cuando es la vaina?
–Hoy, a las cuatro de la tarde. Pero tú no serás el invitado especial. Te voy y te vamos a coger pero me mandaron a una criaturita que la voy a poner a que se lo cojan todos, tiene 18 añitos, se llama Saúl.
–Coño, ¿Dónde lo conseguiste? 
–Un conocido, es el papá del carajito, lo prostituye para sacarle dinero. Me toca pagarle un buen dinero pero vale la pena, es aguantadora la putica. 
–Pásame la dirección. -¿Hay que llevar algo?
–Las ganas de mucho sexo, aqui va a haber de todo papá, usted no se preocupe.
–¿Cuánta gente va?
–20 
–¿Ese gentío se va a coger a ese carajito?
–Los guevos que aguante, igual que tu. ¿Quieres llevar palo?
–Quisiera cogerme a unos cuantos.
–Aqui vas a hacer lo que quieras, vienen un par de hembritas para el que quiera otra cosa.
Guillermo se tocaba el pene sobre el pantalón, estaba lubricando.
–Dale, mándame la dirección, nos vemos esta tarde.
Cerró la lamada y se bajó el pantalón para masturbarse. Comenzó a darse con fuerza, cerraba los ojos, su pene lubricaba sin parar. Tocaron la puerta, se detuvo, se acomodo en la.silla y se pegó al escritorio. –Pasa.
–Disculpe le vine a traer estos...¿Se siente bien?.
–Si...¿Hay que firmar?
–Si...tengo que esperarlos para que de los lleven. -El chico se sentó y vio por el vidrio que Guillermo tenía el pene afuera. Tuvo que mover la cabeza pues el ecritorio estaba lleno de papeles. Guillermo lo vio.
–Lleva estos papeles y regresas.
–El chico se llevó la carpeta, la entregó y regresó al despacho.

–Cierra la puerta, con llave.
–¿Necesita algo?
–Si, acércate. -Guillermo se separó del escritorio. –Mámalo
–Señor Guillermo, yo no...
–Coño agáchate y mámalo, estás con tu jefe
El chico se agachó y comenzó a mamarlo. Algo nervioso, lo tomaba entre sus manos.
Movía su cabeza metiéndose todo el pene en la boca.
–Mírame a los ojos, ¡Mírame! Ok, ¿Que edad tienes?
–24
–¿Quieres acompañarme a una reunión esta tarde? Es a las cuatro. -El chico dejó de mamar.
–¿De trabajo? ¿Un cliente?
–Más bien 20 clientes. Una reunión de sexo. Todos contra todos. ¿Quieres llevar guevo parejo? -El chico se detuvo. 
–Nunca he ido, no sé como es eso. Seguro hay drogas, nadie se cuida.
–¿Quieres ir? Si vienes te subo el sueldo.
–¿Usted va a tener sexo conmigo?
–Aitor, son 20 tipos, no se si llegue a cogerte a ti, te va a coger varios ¿Quieres ir? 
–¿De cuánto estamos hablando?
–30% más
Aitor se puso de pie y comenzó a desnudarse.
–¿Qué coño haces?
–Quiero asegurarme que usted me va a coger. -El chico tenía el cuerpo atlético, algo velludo y unas nalgas firmes, redondas e igual velludas.

–Vamos a hacerlo aquí mismo y esta tarde lo acompaño a su reunión


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