miércoles, 14 de marzo de 2018

INQUEBRANTABLE 8 Capítulo 10


Ricardo estaba en el despacho de la Gobernación revisando unos contratos, no podía concentrarse pensando en los resultados de los exámenes, firmaba documentos, contestaba llamadas pero su mente estaba en otro lado.



Sonó el teléfono, era una llamada interna.

–<Disculpe Gobernador que lo moleste, pero en la recepción hay un señor que insiste en verlo pero no tiene cita hoy>

–<Seguro que es uno del barrio pidiendo ayuda>

–<No…no lo veo yo de ese tipo de persona, de echo es un actor>

–<¿Catire?>

–<Si, bueno, se llama Fabio, pero es ese, Catire>

–<Que suba a mi despacho>



Catire tocó la puerta y entró. Ricardo tenía la cabeza agachada leyendo unos documentos.

–Pasa Catire siéntate, ¿qué te trae por aquí después de tanto tiempo? Algo debe haber pasado.

–Si y grave. Tu hijo.

–¿Qué hizo ahora ese carajito?

–Una tontería, preñó a mi hija, su hermana.



Ricardo soltó el bolígrafo y levantó la cabeza mirando a Catire.

–¿Y cómo se yo que mi hijo preñó a tu hija?

–Me lo dijo él vino hasta mi casa a decirlo

Ricardo se puso de pie y se puso frente a Catire, a centímetros de su cara.

–A mi me traes una prueba de ADN de que ese bebé es de mi hijo y luego hablamos.

–Hay que esperar un mes más para poder hacerle esa prueba estando embarazada.

–Esperamos. Y no se te ocurra difundir esta noticia quédate calladito.

–¿Por qué? ¿Te arruino tu carrera política?

–No, te mueres y tu hija queda huérfana y preñada.

–¿Me estás amenazando?

–No, yo no amenazo, yo lo hago, abres la boca y se te llena de moscas. Sal de mi oficina que tengo trabajo.

–Tienes que autorizar para que tu hijo le hagan la prueba.

–Yo lo autorizo, no hay problema. Vete.



Ricardo se sentó en la silla con un fuerte dolor de cabeza, se tomó dos pastillas de ibuprofeno y llamó a Victor.

–<Catire acaba de estar en mi depacho diciéndome que Renata está embarazada de Teodoro>

–<Si, Teo y Catire me lo dijeron>

–<¿Y por qué coño no me lo dijiste?>

–< Iba a decírtelo, pero estaba cuadrando unas cosas, quería ver si Catire decidía que su hija abortara>

–<Le pedí una prueba de ADN, quiero saber si es verdad que Teo es el padre>

–<¿Y tú todavía dudas de que eso sea cierto? No conoces a tu hijo>

–<Debe ser porque no es mi hijo. Sí, dudo, No quiero que me joda Catire>



––––––––



Teodoro estaba en la oficina pero se preparaba para salir, era su encuentro con Alaska en su casa, antes de irse se acerca Lorenzo.



–Chamo, vamos a darle hoy, quiero cogerte.

–Marico, no, ya deja el fastidio, hoy tengo un tire.

–Coño, ¿no pudiste cuadrar conmigo?

–Te pones fastidioso. Voy saliendo.



Lorenzo atravesó la silla para que no saliera del cubículo.

–Déjame pasar no seas carajito.

–El carajito aquí eres tú, por eso te quiero coger.

–La gente te va a escuchar.



Lorenzo movió la silla cuando el chico intentó salir, Teodoro se molestó y se colocó detrás de la silla, tomó los dos mangos y haciendo un esfuerzo la alzó de un lado y le dio una patada tumbando a Lorenzo al piso con todo y silla, se cayó la bolsa de la sonda y se derramó la orina.

–Ahí te quedas, a ver quién te ayuda.



Teodoro salió de la oficina y tomó el ascensor. Llamó a Alaska.

–<Epa>

–<Hola mi vida ¿cómo estás? ¿ya saliste?>

–<Sí, ¿dónde te busco?>

–<Bebé estoy en el teatro Vanesa Cermeño, estoy en ensayos, ¿me puedes buscar y nos vamos a mi casa?>

–<Ok, ¿pero ya estás lista?>

–<Casi bebé, pero cuando llegues estaré lista para irme contigo mi amor>

–<Ok, te aviso cuando llegue>

–<Ok bebé, te espero, te quiero mucho>



–Esta caraja me coge hoy y no la vuelvo a ver, que pesadilla, ¿será que todas las trans son asi?

Antes de tomar la autopista, Teodoro se paró en un farmacia a comprar lubricante y preservativos, aprovechó para decirle a los escoltas que iba a La Brecha.

Estando en la farmacia, se consigue de frente con Julio, el chofer de su casa.



–Epa Julio ¿qué más? ¿sigues de vacaciones?.

–Epa chamo, si, me reincorporo el lunes que viene, ¿cómo estas?

–Bien, ahora voy a tirar.

Julio se sonrió abriendo los ojos. No estaba de muy buen humor.

–¿Y a ti que te pasa que tienes cara de pocos amigos?

–Mi esposa me botó de la casa y nos estamos divorciando, quería hablar con tu papá a ver si podía quedarme a vivir en tu casa.

–Yo le digo no creo que se oponga, pero ya no vivo allá.

–¿Y eso?

–Se enteró que soy marico y me botó.

–Coño… ¿y ahora?

–Vivo con mi padrino, relajao.

–¿Te mantiene tu padrino?

–Yo trabajo, pero si, me paga las vainas mi padrino.

–¿Me puedes dar la cola a mi casa? Bueno donde estoy viviendo de momento, en casa de un pana en La Brecha.

–Coño justo voy para allá, vente, si quieres te pago lo que llevas, te lo brindo.

–No chamo, yo lo pago.

–Deja la mariquera. Mira que cuando vivas allá me vas a coger.

–Por cogerte es que estoy ahora en este peo.

–A que estás más liberado.

–Bueno…si, algo, no sé, todo es un peo ahora. ¿Y tú vas a tirar a La Brecha?

–Si, me va a coger una trans, marico tiene un guevo así de grueso y largo.

–¿Una trans? ¿Una tipa y tiene guevo?

–Coño es un carajo que se siente mujer y tal, se puso tetas y culo pero sigue con el machete entre las piernas.

–¿Y vas a tirar con ese carajo, con ella?

–Si, es como retorcido ¿verdad? Me da morbo, es una intensa de mierda, solo le he mamado el guevo y ya me ama, una loca. Vamos a pagar.



Julio estaba impactado con la historia, se sentía un principiante en el mundo gay. Teodoro pagó lo que él llevaba y le pagó a Julio lo que había tomado. Se fueron del local.

Impresionado con la camioneta que tenía el muchacho, que para su edad era demasiado pero entendía, teniendo un padre millonario y despreocupado no le extrañaba esos regalos. Vio a los escoltas y los saludó. Teodoro le dijo que pasarían por Alaska y luego se iban al barrio



–Chamo ten cuidado La Brecha es zona roja, el malandraje está en cada esquina y si ven estas camionetas peor. ¿te vas aquedar a dormir?

–De bolas, de aquí no salgo de noche por mucho escolta, es más creo que se van, les digo que vengan tempranito.

–Uno de ellos vive aquí Teo.

–Mejor.



Llegaron al teatro.

–Mira, ahí está Alaska

–Coño, ella vive en el piso de abajo de mi amigo en el mismo bloque.

–¿La conoces?

–No, la he visto y nos saludamos pero no la conozco.



Alaska saludó de lejos y se vino corriendo hacia la camioneta.

-Marico mira esas lolas como se le mueven y abajo tiene un palomón. Hola Alaska. Mira te presento a Julio, un amigo.

–Hoooola, yo te conozco, tu vives en el bloque.

–Hola si, bueno vivo desde hace unas semanas pero me la paso aquí.

–Que bien, ¿él se une a nosotros?.

–No, no, le estoy dando la cola, es marico pero no vamos a tirar con él.

Julio miró por el retrovisor a Teodoro abriéndole los ojos.



–Bebé te vas a quedar a dormir ¿verdad?

–Si, ni de vaina salgo de aquí en la noche.

-Te voy a consentir, te voy a cocinar, la vas a pasar bien. Mira como me pones. –Le tomo la mano y se la puso en la entrepierna, tenía puesto un bluyín.

–Lo tienes duro.

Julio estaba mirando para otro lado, sentía vergüenza escuchando, se puso rojo.

–No te pongas rojo papi, cuando quieras pruebas. Pero que sea rápido,  porque cuando mi bebé sea mi novio, solo me lo cojo a él.

–¿Novio? ¿Y qué pasó con el tuyo?

–Te dije que se fue bebé, no sé cuando regrese, yo no puedo estar sola mucho tiempo.



Llegaron al bloque, Teodoro lo vio y puso cara de asco.

–¿Aquí viven ustedes? Mierda, esta vaina deprime a cualquiera.

–No veas lo externo, en casa te sentirás mejor mi amor. –Teodoro la vio con cara de incredulidad.

–Bueno Julio, me encantó verte, te aviso cuando hable con Ricardo ¿ok?

–Dale, gracias chamín, pásenla bien pues.

–Eso espero.



Entraron al apartamento. La cara de Teodoro era de asco, estaba todo oscuro y había un olor entre humedad y baño sucio.

–Disculpa el desorden es que el dueño no está, me alquila una habitación pero podemos usar la cocina.

–¿Y aquí es donde me vas a consentir?

–Si bebé, ponte cómodo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario