miércoles, 7 de marzo de 2018

INQUEBRANTABLE. Temporada 8. Capítulo 3


–Ayer me dijiste que no querías verme más, solo para casos puntuales.

–Es que esto es un caso puntual.



Ricardo le contó a Victor lo que le había dicho Francisco Cáceres, el verdadero padre de Teodoro. Le pidió que averiguara en tribunales si había alguna denuncia sobre paternidad a nombre de él y de ser cierto tomar medidas.



–¿Cuándo dices tomar medidas a que te refieres?

–Matarlo. Sencillo, ese imbécil no me va a quitar a Teodoro.

–¿Y por qué no dejas que se lo lleve? Tú quieres botar a Teo de la casa, una locura claro, pero lo quieres hacer, es buen momento para deshacerte del chico.

–Y tú te lo tomas muy tranquilo el que yo eche al carajito de la casa.

–Porque sabes que va a vivir conmigo.



Ricardo no quería entregarle al chico a Francisco, su ya deteriorada imagen de familia perfecta se desmoronaría si se enteraran que Teodoro no es hijo de él. Su energías estaban enfocadas en la reelección dentro de  un poco más de  dos años.



–¿Puedo dejar todo en tus manos?

–¿Cuándo te he fallado?

–No quiero saber ni quién ni como lo haces, solo avísame cuando haya dejado de ser una amenaza.

–Esto te va a costar bien caro Ricardo.

–¿Si te cojo quedas bien pagado?

Victor lo vio a los ojos, cogió su saco y se fue a la puerta.

–Te estoy avisando cualquier novedad.

–¿Por qué no me respondes?

–¿Te parece que es una pregunta seria para yo responderla?

–Es una broma vale.

–Tienes medio cupón para que estés con esas estupideces.

Ricardo se le acercó antes que se fuera del despacho y lo tomó de la cabeza para darle un beso en la boca.



–¿Qué significa esto?

–De verdad quiero cogerte. -Le dijo Ricardo a centímetros de su boca.

–¿En serio? ¿y eso?

–Ya no me provoca cogerme a Ana.

–Me voy Ricardo.



–Victor, Victor, ¿Vas  a hacer el trabajito?

Victor se detuvo en la puerta con la mano en la manilla. –Si Ricardo, quédate tranquilo, yo resuelvo.



–––––––



Días después mientras Teodoro estaba en la oficina trabajando recibe una llamada de Francisco.

–<Hola papá, ¿cómo estás?>

–< Me gusta cuando me dices papá>

–<Tú pusiste el semen ¿no?, eres mi padre biológico>

–<¿No quieres a tu papá Ricardo?>

–<Eso es otro peo, ¿y eso que me llamas?>

–<Quiero almorzar contigo para contarte algo, te busco y vamos a un restaurante>

–<Ok, avísame cuando llegues para salir>



Teodoro recibe otra llamada pero no tiene registrado el número.

–<Aló, ¿quién es?>

–<Hola, es Lorenzo>

–<Epa, que más>

–<Bien, mira, ¿este viernes puedes?>

–<¿puedo, qué?>

–<Lo que habíamos hablado, ir a tu apartamento, ¿no hay problema?>

–<Ah ok, si vale, le damos>

–<No te noto con el entusiasmo de la otra vez>

–<Es que ando en otro peo chamo, pero si, claro que quiero tirar contigo, le vamos a dar el vierne>



Francisco buscó a Teodoro para irse a almorzar, fueron a un restaurante cercano.



–¿Qué me quería contar?

–Primero quero hacerte una pregunta. ¿Quisieras vivir conmigo?

–¿Quéééé?  ¿cómo para qué?

–Soy tu padre.

–Si, el que puso el semen, nada que ver, yo no me mudo de mi casa.

–Mañana introduzco la demanda de paternidad solicitando una prueba de AND y comenzar el proceso para reconocerte como mi hijo y darte mi apellido.

–Estás como loco pana, yo no me voy de mi casa, haces eso y me escapo. Voy al baño, pídeme esto y ¿una cerveza? Ya vengo.



Teodoro entró al baño, uno de los urinarios estaba ocupado, usó el otro.

–Caramba carajito, ¿cómo estás?

–Verga marico, pero es que te consigo en unos sitios, parece que me siguieras.

–Estoy en todos lados, ¿no vas a orinar?

–Me cortaste las ganas. –Teodoro se le quedó viendo el pene a François que seguía orinando. Detuvo la micción



–¿Qué pasó? ¿No vas a mear?

François se sonrió, comenzó a sacudir el pene. –No suelo hacer esto a mi edad pero es que tienes una carita de sucio que tengo ganas de hacer algo.

–¿Que será?

–Métetelo en la boca para terminar de orinar

Teodoro lo vio a los ojos y se arrodilló, tomo el pene, del glande colgaba una gota y la quitó con su lengua mientras veía a los ojos a François. Se lo introdujo en la boca, el hombre comenzó a orinar de nuevo, Teodoro tragaba mientras mamaba y succionaba. Mientras lo hacía emitia sonidos disfrutando el líquido.

François terminó de orinar y se sonrió, su pene ya estaba erecto.

–¿Quieres sacarme la leche?

–Lo que quiero es que termines de cogerme.

Se escucharon dos disparos seguidos, del susto Teodoro casi cae al suelo estando de cuclillas, François lo ayuda a levantarse.

–¿Qué habrá sido eso?

–Claramente tiros a alguien asaltaron o mataron.

–¿Salimos?

–Espera, déjame asomarme.

François abre la puerta y el ruido exterior se intensifica. Gritos y murmuros se escuchaban, hay un tumulto en una de las mesas. –Salgamos, le dieron a alguien.



Unos minutos antes



Ahora este carajito no quiere venirse conmigo, yo igual sigo con la demanda, no me interesa con tal de joder a Ricardo soy capaz de quitarle al chamo. –Pensaba Francisco mientras esperaba al chico, los platos ya estaban servidos.

De pronto aparece un hombre negro en bluyín y camiseta blanca caminando a toda prisa con un arma en la mano.



–¡Francisco! – Levanta la cabeza y recibe dos disparos a quemarropa en la cara. El hombre huye a toda velocidad con otro que lo espera en una moto.



Teodoro y François salen del baño, se acercan al grupo de gente que rodean una de las mesas. El chico se da cuenta que es Francisco.

–Marico mataron a mi papá.

–¿A Ricardo?

–No, no, mi papá biológico.

–Hay que llamar a la policía.

–Ni de vaina, vámonos de esta mierda, vine sin carro, salgamos.

–¿Cómo nos vamos a ir?, es tu padre.

–Yo me voy, si te quieres quedar fino, chao.



Teodoro salió del restaurante. Detrás de él, François.

–Te llevo a tu casa.

–Esto es muy raro François, muy raro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario