El muchacho veía a los ojos a Teodoro
mientras se ponía el presevativo, Lucas con su espalda hacia abajo. Teodoro esperaba
el momento.
Le abrió las nalgas y se disponía a
penetrarlo.
–Rico este culito.
Teodoro se le lanzó encima dándole un golpe
en la cara que lo tumbó al suelo. El muchacho de 23 años apenas reaccionaba
cuando Teodoro se le montó encima golpeándolo, Lucas se subió el pantalón y
salió del baño a buscar a Alaska. Dos personas de seguridad se dieron cuenta
que algo pasaba y siguieron a ambos al baño.
Teodoro golpeaba al joven que no podía
moverse, la furia con la que veía y golpeaba al muchcaho era impresionante.
Alaska haló a Teodoro que comenzó a gritar.
Le dio una cachetada para que se calmara. Lo hizo.
Los de seguridad sacaron del baño a los dos
involucrados en la pelea. Los soltaron y los invitaron a salir del local.
Teodoro volvió a lanzarse sobre el joven y ambos se cayeron a golpes. Llamaron
a la policía y los retuvieron mientras esperaban.
–Si le revisan el panatalón tiene puesto un
condón, se iba a coger a este en el baño.
–¡Imbécil! Te voy a joder, tú no sabes con
quién te metiste.
–¿Y tú sabes con quién te metiste?
Los escoltas de Teodoro se acercaron sin
decir nada.
Llegó la policía, escucharon en la voz de Alaska
y Lucas lo que había sucedido.
–Vaya…sus documentos de identificación
Los cuatro entregaron su cédula.
–Estas cédulas son falsas.
–Já, encima son menores estos dos guevones.
-Dijo el novio de Alaska, Teodoro lo volvió a golpear.
–¿Puedo hacer una llamada antes de irme?
–Si, háganla ahora, en la comisaría no lo
van a hacer.
–<Papá, hola, mira estoy en Los Rosales
saliendo de un local y la policía me tiene detenido y me va a llevar a la
comisaría>
–<¿Qué carajo hiciste coño? ¿en qué
local estás?>
–<En el bar Lola>
–<Eso es un bar de maricos>
–<Sí papá, te estoy llamando para
resuelvas, estoy con Lucas y una amiga>
–<Espera>
Ricardo colgó la llamada.
–Móntense en la unidad.
–¿Podemos esperar un momento?
Sonó el celular de uno de los policías.
Atendió, al comentarle de quién se trataba el policía se puso pálido y su
rostro se tornó serio.
–Joven acompáñeme. –El policía se llevó
aparte a Teodoro.
–¿Tu papá es el Gobernador?
–Así es, así que ya puedes ir dejándome
libre, a Lucas y a Alaska.
–Estoy en riesgo de que me boten porque
tengo órdenes de no retenerte en ningún lado y no me di cuenta que eras el hijo
de Sucre.
–Tranquilo no te van a botar. –Teodoro vio
a los ojos al policía por varios segundos y se sonrió.
–Este es mi número, para que me llames
cuando quieras. –Le dijo el policía.
–Soy menor de edad, ¿no te da miedo?
El policía se sonrió. –Claro que me da
miedo, eres el hijo del jefe.
–Tranquilo Kleiber, yo no digo nada, tú no dices
nada y listo.
–¿Esos de allá son tus escoltas?
–Si.
–Yo conozco a uno de ellos, el de pelo
negro.
–Ese tiene un vergón.
El policía se rió. –¿Te lo tiraste?
–No, se lo vi. ¿Ellos saben que eres gay?
–Mosca chamo, que yo estoy casado.
–Bueno ya me quiero ir, al otro carajo
llévatelo y lo dejas detenido.
Regresaron donde estaba el resto y los
policías se llevaron al novio de Alaska.
Alaska quería irse con ellos pero Teodoro
la detuvo.
–Te van a joder, eres trans y sabes como es
eso.
Alaska se quedó tranquila y le envió un
mensaje a su novio.
Teodoro, Lucas y los escoltas se fueron a
sus respectivos vehículos, Alaska se montó en la camioneta de Teodoro, le iba
dar la cola.
–Yo vivo en La Brecha bebé, eso es
peligroso, déjame en una parada de taxis.
–Tranquila, vamos con los escoltas.
–¿Por qué contigo todo tiene que ser un
peo? Siempre tenemos que terminar en problemas.
–Yo te dije que a ti no te iba a coger
nadie solo yo. Mi padrino te cogió pero bueno, no puedo hacer nada con eso.
Alaska volteó a ver a Teodoro algo sorprendida
y luego vio a Lucas que miraba por la ventana.
–Ni que fueras mi novio nojoda, yo tiro con
quien a mi me de la gana.
Teodoro pisó el freno bruscamente. Los
escoltas frenaron casi sobre el parachoque de la camioneta.
–Bájate del carro.
–Bebé esto es peligroso aquí.
–¡Deja de decirme bebé coño! Bájate Lucas.
–¿Me vas a dejar aquí en el medio de la
nada?
–¡Bájate!
Lucas se bajó de la camioneta, Teodoro
aceleró y se fue. Lucas se montó en la camioneta de los escoltas que le
abrieron la puerta.
–Bebé eso no se hace es tu amigo.
–Coño de la madre contigo, me vuelves a
decir bebé y te bajo aquí.
–¿Vas a dejar a una mujer en medio de la
calle?.
–No mi pana, tienes tremenda verga entre
las piernas, eres un varón.
Llegaron a los bloques donde vive Alaska y se
estacionaron, la camioneta de los escoltas se puso al lado.
–Bueno mi amor, me dio gusto conocerte,
espero que nos veamos pronto, es una lástima lo que le pasó a mi novio por tu
culpa bebé, no está bien lo que hiciste, más tarde voy a la comisaría a
sacarlo.
–¿Y sus papás?
–Es huérfano, vive conmigo.
–Como me amenzó diciendo que no sabía con
quien me metí.
–Tiene amigos malandros del barrio.
–Pendejo.
–No hables así mi amor, bueno me voy
Teodoro se le acercó y le dio un beso en la
boca, sus lenguas se cruzaban, Teodoro le sujetó la cabeza mientras su otra
mano tocaba el pene por debajo del vestido.
–¿Quieres mamarlo?
Teodoro no respondió, simplemente le bajó
la pantaleta y se introdujo el pene en
la boca dejando caer saliva, le echó para atrás el prepucio y siguió
mamando, le tocaba los testículos, Alaska le sobaba la cabeza.
Alaska salió de su estado de excitación al
escuchar que tocaron el vidrio. Teodoro levantó la mirada y vio a Lucas, bajó
el vidrio.
–¿Qué quieres?
–Los escoltas dicen que nos vayamos, que
esto es peligroso.
–Ok. –Subió el vidrio y Alaska se acomodó
el pene metiéndoselo en la pantaleta que le apretaba para disimular el bulto.
–Vamos a intercambiar números bebé.
–Anotaron los números y Alaska se bajo no sin antes darle otro beso.
–¿Me vas a llamar? ¿quiero cogerte mi amor?
–Si tu novio te deja si, yo con gusto.
Teodoro sacó el celular y le mandó un
mensaje a Lucas.
–<Vente a mi carro estúpido>
Lucas llegó a la camioneta y se subió.
–Yo todavía no sé como sigo siendo tu
amigo.
–Porque me amas marico, cuando lleguemos a
casa te cojo.
–No tengo ganas.
–Yo sí y te aguantas.
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