Ricardo iba manejando a toda prisa su camioneta
mientras Teodoro acostado en el asiento de atrás. El chico se levanta.
–Papá, da la vuelta
–¿Qué? –Miró por el retrovisor
–Frena y da la vuelta.
Ricardo se orilló en el hombrillo y frenó.
–¿Estás bien?
–Si, si, no tengo nada, me duele el cuello
pero estoy bien, lo hicie para joder a Victor.
-Sonó el celular. –Es tu padrino.
–Dile que estás llegando a la clínica que
estoy desmayado, por fa, por fa dile eso, nos vamos a casa ahorita.
Ricardo se sonrió y luego puso cara de
culpa. Contestó la llamada y le contó a Victor, que angustiado ya iría a la
clínica pero su compadre lo detuvo diciéndole que se quedara ahí que esperara
instruciones.
–Vamos a uno de tus restaurantes a comer.
-Le dijo su hijo, Ricardo accedió.
–¿Por qué eres así Teo?
–¿Así cómo?
–Malo, retorcido, manipulador.
–Jajaja la crianza Ricardo.
–Yo no te he tratado mal nunca.
–Rebeca que fue una hija de puta, que me
odió desde antes de nacer y tú no te ocupabas de mi, solo me dabas dinero y lo sigues
haciendo, pero amor no me has dado.
–Escogí mal a la madre de mi hijo.
–No soy tu hijo pero sí, escogiste mal, por
eso la mataste. No sabes como me alegró saber eso.
–Teo, Teo no hables así, eso fue un
accidente, estaba borracho y la golpee de más.
–¿Ah si? ¿Dándole un par de tiros? Y
cambiando la historia para no ir preso. Papá que tengo 16 años, pero no soy
gafo. Si no la matabas tú lo hubiese hecho yo.
–No hables así Teo, toda esta situación me
tiene mal, aunque no parezca porque estoy metido en lo que hago, pero tengo
pesadillas, siento que todo el mundo sabe lo que hice.
Teodoro le dio un abrazo pero no de cariño
sino de lástima, de hecho, al abrazarlo se sonrió, se separaron, Ricardo se
limpiaba una lágrima. El chico nunca se imaginó ver a su padre llorando.
–Otra cosa Teo…lo que pasó la otra vez y…lo
de hoy…yo no pensé que tú fueras capaz…de eso, bueno, la verdad que te creo
capaz de todo para que negarlo, eres un carajo especial, por no decir otra
cosa.
–Admite que te gustó la mamada y el beso.
Tú en el fondo tienes un gay oculto.
–Deja la mariquera.
–Te cogiste a Victor
–Eso fue un momento de excitación.
Teodoro se rió mientras se tocaba el pene
sobre el bluyín. Ricardo se quedó callado unos segundos y volvió a hablar.
–Te voy a confesar algo… ¿No estás grabando
esto, no? mosca.
–No Ricardo, habla.
–Tengo meses que no me cojo a Ana, no me
provoca, quiero hacerlo con…
–Hombres, maaaarico, la confesión.
–No, no, no, hombres no, bueno, con…
Victor, pero no he dicho nada me contengo, es que yo no soy…marico coño, me
gusta cogerme a un carajo pero hasta ahí.
–Cógete a ese guevón, ese está deseando que
se lo metas, el culito le palpita cuando te ve. -Se quedó pensando un momento y
siguió hablando. –¿Sabes? Mejor no, Victor está enamorado de ti, pero que jode,
ese pana es capaz de hacer lo que sea por ti, y lo ha hecho.
–Victor es un buen hombre y yo lo he jodido
poniéndolo a trabajar para mi, ha hecho cosas que estando sin mi no las hubiera
hecho nunca…
–Mata tus ganas de sexo con hombres,
conmigo. Cógeme.
Ricardo levantó la mirada y vio a Teodoro que se sonreía mientras se mordía
el labio inferior.
–Estás enfermo carajito.
–Muy enfermo pero con ganas de acostarme
con mi papá.
–¡No digas esas vainas coño! ¿Ahora sí soy
tu papá?
–Es que me da morbo eso. –Llamó al mesonero
y le pidió una botella de ron y dos vasos cortos.
–¿Para que pides ron? Yo no tomo eso.
–Para que te relajes papá y vayamos al
acto. Yo también te voy a confesar algo.
Me acosté con tu jefe de campaña, me lo cogí.
–¿Te lo cogiste? Pensé que solo te dejabas
coger, como eres un carajito.
–Ay Ricardo que ingenuo, si quieres te
cojo, aunque lo que quiero es que me cojas tú.
Teodoro sirvió ron en los vasos cortos y le
dijo a su papá que lo bebiera de una sola vez.
–Déjate de mariqueras, yo no me meto nada
por allá atrás.
–¿Te imaginas que Victor te coja mientras
tú me coges a mi? -Se bebieron otro trago
–Ni de vaina mariquito. Ni él me va a coger
y yo no te voy a coger tampoco.
–Si me vas a coger. Te voy a confesar otra
cosa. Tienes el guevo pequeño, me gustan grandes pero esta bien, igual me da
morbo.
–¿Pequeño? ¿qué te pasa mocoso?, a las
mujeres le gusta mi pinga. -Otro trago más se lanzaron ambos.
–Tu le viste la verga a mi padrino, es
grande, la mia es grande, claro tú no eres mi papá, Francisco tenía una verga
enorme.
–Yo no tengo el guevo pequeño.
–Tranquilo que igual me lo voy a meter y a
mamar de nuevo. –Teodoro sirvió más en los vasos cortos, esta vez los llenó. –A
ver, todo, fondo blanco.
Luego de una hora conversando de sexo, cada
quien contando sus historias de cama, habían terminado con la botella.
–¿Donde es que te voy a coger?
–Vamos a tu apartamento de soltero.
–No tengo las llaves aquí.
–Yo las cargo siempre papá.
–Marico, tu estás usando mi apartamento de
tiradero.
–Si, esas sábanas estan llenas de leche de
macho, tienes que lavarlas jajaja.
–Sinvergüenza, te voy a comprar un
apartamento para que hagas tus mariqueras ahí.
Salieron del restaurante, algunas personas
lo vieron y lo saludaron, se acomodó un poco y dio la mano a unas mujeres, les
presentó a su hijo. Se montaron en la camioneta, los escoltas lo seguían.
–El gobernador estaba tomado, ¿no le
sentiste el aliento?
–Estaba con el hijo, es un niño, no creo.
–Ese es su retaurante, bueno, uno de ellos.
–Está bueno el gobernador, el hijo tiene
cara de malo.
Las mujeres se quedaron ahí hablando y
criticando sobre Ricardo y su gestión.
Llegaron al apartamento.
–Vergaaaaa, me tienes el escondite vuelto
mierda, mira eso, platos sucios, ropa.
Entraron a la habitación y la cama estaba
sin hacer y había un par de condones en el piso.
–Mira esta mierda, parece un hotel de mala
muerte.
–¿Tú no tienes cachifa pues? Dile que venga
Teodoro se desnudó, estaba detrás de su
padre.
–¿Que esperas para quitarte la ropa?
–Ricardo volteó y vio a su hijo desnudo completamente. Le vio el pene.
–Esa vaina no me la vas a meter por el culo
ni de vaina marico. Carajo no tienes edad pa tanto guevo.
–Quítate la ropa coño.
–Ya va, que estoy mareado. –Ricardo se
quitó la ropa torpemente, cuando quedó desnudo, Teodoro se agachó y comenzó a
mamarle el pene. Ricardo cerró los ojos y le puso una mano en la cabeza.
Luego de un rato mamando el pene de Ricardo
comenzó a levantarse, cuando ya estaba totalmente erecto el chico se puso
lubricante, Ricardo se acostó boca arriba en la cama y Teo se sentó cogiendo el
pene de su padre con las manos llevándolo a su culo. Logró meterlo pero perdió
erección.
–Mierda, se me bajó, mámalo.
Teo lo volvió a mamar hasta ponerlo duro y
repitió. Comenzó a moverse. Ricardo lo veía a los ojos.–Estás disfrutando
carajito.
–¡Si!
–Ponte en cuatro para darte.
Teodoro se arrodilló en la cama y abrió sus
nalgas. Ricardo se colocó detrás del muchacho y comenzó a penetrarlo, su pene
perdió erección.
–¡Coño de la madre!
–Eso es el ron papá, no puedes beber y
tirar.
–Ningún ron, he tirado más borracho que
ahora. Mámalo.
Nuevamente tuvo una erección y volvió a
penetrarlo, Introdujo todo el pene y lo sacaba, quería ver como el culo de su
hijo se dilataba. Se movía lentamente y luego apretaba. Teodoro estaba
aburrido. Ricardo sacaba el pene, veía el culo y –Uuuff, carajito que culito
tienes.
Teodoro se volteó para quedar frente a
frente con su padre que le levantó las piernas y luego las puso hacia los lados
volviéndolo a penetrar. Ricardo disfrutaba viendo como su pene entraba y salía
del culo de su hijo aunque no esaba consciente de que eso estaba ocurriendo con
su hijo.
–Ricardo ponle emoción, dame duro. –Su
padre cerraba los ojos, tenía agarrado a su hijo por la parte de atrás de las
rodillas aprentando mientras se movía armoniosamente pero despacio, volveia a
echar la mirada hacia su pene, verlo le mantenía la erección. Teodoro cogió sus
piernas y las echó hacia él para levantar su cadera y que su padre se montara
sobre él.
Teodoro le apretaba el pene a su padre. Que
estaba apunto de venirse.
–¡Me vengo coño, me vengo!
–Sácalo y dame esa leche.
–No, no, no, adentro, adentro AAAAAAAH,
AAAAAAAAH COÑOOOO AAAAAAHH. –Apretó los ojos, arrugó la cara y apretó los
dientes, retiró el pene. Sentía un mareo que lo tumbó en la cama quedando boca
arriba.
–¿Te noqueó la tirada? -Teodoro se levantó
de la cama y fue a la cocina a buscar agua.
–Verga que tirada tan mala ¿Y con todo y
eso este pana tiene a las mujeres detrás de él? Debe ser los reales. Mi padrino
le puede dar clases de como tirar.
Teodoro se vistió y se fue del apartamento.
–Llévenme a la casa y luego buscan a mi
papá.
Entró a la casa. Gritó que había llegado
pero solo se asomaron las señoras de servicio.
–¡Niño, usted está bien que bueno! Su
padrino está en el despacho su papá.
–Gracias Carmen, ¿me puedes servir algo de
comer?
Teodoro entró al despacho.
–¡TEO! –Victor se levantó de la silla y
corrió a abrazarlo. –¿Estás bien?
–Mejor que nunca padrino. -Teo no lo
abrazó.
–Perdóname.
–Tranquilo, sabes que yo no te haría daño a
ti, aunque tú me lo hagas.
Victor se quedó mirando a Teodoro pasándole
la mano por la mejilla, el chico le quitó la mano.
–¿Y tu papá?
–Lo dejé dormido en su apartamento, medio
borracho, bebimos una botella de ron. Marico ¿que fue lo que te enamoró de
Ricardo? Porque el sexo no pudo haber sido, chamo tira peor que yo cuando
empecé a tener sexo.
–¿Te acostaste con tu papá?
–Con Ricardo, mi papá está muerto.
Victor cerró los ojos. La rabia que sentía
no sabía si era de indignación o de celos. Cogió sus llaves y el saco y se fue
de la casa.
–QUE PAJUO ERES VICTOR, DE VERDAD, SIGUE
LLORANDO POR RICARDO, TE VA A DAR UNA PATADA POR EL CULO, ES LO UNICO QUE SABE
HACER BIEN. -Se escuchó un portazo.
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