domingo, 11 de marzo de 2018

INQUEBRANTABLE 8. Capítulo 7


Mientras Lucas estaba en la sala, Victor y su ahijado estaban en la habitación discutiendo,  el chico escuchaba los gritos.

–¿Hasta cuándo coño, hasta cuándo vas a seguir haciendo estupideces? ¿COMO SE TE OCURRE ACOSTARTE CON TU HERMANA Y ENCIMA PREÑARLA?
–Bueno ya Victor, yo le dije a Rebeca que abortara y le dije a Catire que lo pagabamos entre los dos.
Victor agarró del cabello a Teodoro mirándolo a los ojos. Para no golpearlo, lanzó al piso lo que tenía en la peinadora. Lucas escuchó el ruido y se sentó en el sofá.

Cerró los ojos y soltó a Teodoro, suspiró.
–Le dije al papá de Lucas que te lo coges. –Con la mano izquierda en su cara Victor se tocaba con el pulgar y el dedo medio la sien, se dio media vuelta y salió de la habitación dando un portazo, Lucas brincó del susto.

–Te vas a quedar con Teo aquí, voy a hablar con tu papá y aclarar la cosas.
–Te va a caer a coñazos.
–Si tengo que aguantar eso para que a Teo no le pase nada, lo haré.
–¿Por qué lo defiendes tanto? Él no hace nada por ti.
–Ese carajito tiene VIH por mi culpa.
–A él no le importa mucho, creo que hace lo que hace para vengarse de ti, de su papá y de su madre.
–En la nevera tienen de todo, coman lo que quieran y por favor limpien, duerme donde quieras.
–¿Puedo dormir contigo?
–Ya regreso.

­––––––

Teodoro recibió una llamada. Era Lorenzo.
–<Epa, ¿qué pasó?>
–<Hola chamo, ¿cómo estás?>
–<Bien>
–<¿cuándo repetimos? ¿mañana puede?>
–<No puedo chamo, no sé cuándo pueda y tampoco quiero repetir>
–<¿No te gustó?>
–<Si, pero no tengo ganas de hacerlo contigo de nuevo>
–<¿Por qué?, a ver dime>
 Teodoro le colgó y se fue al baño a ducharse.

Salió de ducharse y entró Lucas. Cuando salió su amigo le dijo para salir a rumbear. –Tenemos credenciales falsas, tengo la tuya marico, vamos, yo invito.
Lucas al principio no quería, pero luego aceptó, estaría con su amigo compartiendo toda la noche, aún estaba enamorado de Teodoro.

Victor esperaba que le abrieran la puerta en casa de Lucas. Gustavo lo invitó a pasar apenas entró agarró por el cuello de la camisa y lo estrelló en la pared, le dio un golpe en la cara, cuando le iba a lanazar el segundo, Victor le dio una patada en los testículos lo que hizo que Gustavo lo soltara y y este se apartara.

–No te quito razón que me golpees, me merezco eso, estuve con un menor, reconozco que eso no está bien Gustavo, lo sé pero es algo más fuerte que yo…no lo puedo…
–¡CALLATE ENFERMO! Voy a denunciarte.
–A ver Gustavo, no me estoy justificando con esto, pero tu hijo es gay haya o no haya estado conmigo, lo es, tienes que vivir con eso, asumirlo.

Gustavo se sentó el sofá y comenzó a llorar con sus manos apoyadas en la frente. Victor se sentó al lado de él y  le puso una mano en el hombro.
–¡No me toques maricón, no me toques!
–No te toco Gustavo pero eso no va a cambiar las cosas, tu hijo es homosexual y te necesita, ahora más que nunca necesita apoyo. Está en mi casa, pensarás que dormirá conmigo pero eso no va a ocurrir, pero no es lo normal, él debe vivir aquí, en su casa, contigo ¿entiendes? Lo que hiciste va a empeorar las cosas.
–Tu ahijado es un enfermo, ese carajito debería estar preso o un psiquiátrico, no lo quiero cerca de mi hijo.
–Botándolo de la casa no ayuda mucho. Deja que hoy se quede en casa, pero yo mañana o más tardar el lunes te lo traigo.
–Él no va a regresar a esta casa hasta que no s e le quite lo que tiene, eso es un capricho de adolescentes, todos pasamos por eso, un toqueteo con los amigos unas pajas grupales y ya, luego se le quita.

Victor suspiró. –Eso no va  a suceder, el lunes traigo a Lucas a su casa.
–Yo no quiero un hijo gay, no lo quiero, no quiero.
Victor se acercó a Gustavo y lo abrazó, este comenzó a llorar y respondió al abrazo.
–No le hagas daño a mi hijo, él es muy débil, retraído, tímido.
–Yo no estoy para hacerle daño a nadie y menos a un niño. –Aunque sabía a que se refería Gustavo, Victor no pudo evitar recoradar todas las cosas que le ha pedido hacer Ricardo en las que incluye desaparecer gente, siendo culpables, eran personas que mandaron a matar o hacerle algún daño.
Luego de unos minutos Victor se fue del apartamnto para regresar al suyo.


Teodoro y Lucas se fueron en la camioneta, los escoltas lo acompañaban. Primero fueron a comer a un restaurante, después fueron al cine, para luego entrar, previa entrega de los documentos falsos, a un local gay.

Ninguno de los dos había ido a ese local, era relativamente nuevo.
Por la hora todavía no se llenaba pero había gente, cuando entraron, una chica alta de pelo negro veía a Teodoro, el que la acompañaba se fijó en Lucas.
–¿Y estos dos que querrán?
–Tirar, no le ves la cara pero esa caraja es medio rara, vamos acercarnos.

Se acercaron a la pareja y el muchacho se fue directo donde estaba Lucas, la chica le dio un beso en la mejilla a Teodoro.
–Hola papi, ¿cómo estas? Eres muy guapo, ¿cómo te llamas?
–Teodoro ¿y tú?
–Alaska.
–Tu eres trans ¿verdad?
–Si, ¿tienes problema con eso?
–¿Yo? Para nada, más bien me da morbo. ¿estás operada? De abajo, digo.
–Toca y compruébalo.
Teodoro le puso la mano en la entrepierna y sintió un enorme bulto.
–Maaarico tiene el paquete allá abajo.
–Si, está esperando un culito rico para cogérselo.
–Verga mi pana, me da morbo que me estes cogiendo y viendo par de tetas moviéndose en mi cara, verga se me paró del tiro.
–¿Tú eres mayor de edad?
–No ¿tienes problema con eso?
–¿Yo? Para nada. Si quieres vamos al baño y me besas el paquete
–Ok, ahora vamos, dime, ¿en que trabajas, donde vives?
–Soy estilista y actriz de teatro, vivo en La Brecha.
–Coño lejos, eso es peligroso por allá.
–Peligrosa está la ciudad, te espero en el baño.

Teodoro volteó para buscar a Lucas y lo vió besándose con el muchacho que estaba con Alaska.
–Mira el chamo este que estaba contigo ¿quién es?
–Mi novio.
–Se está cayendo a besos con mi amigo.
–Si, nuestra relación es abierta

Alaska se soltó la cinta que tenía en la cintura y se abrió el vestido. Una ropa interir a juego, arriba un sostén de encaje blanco que sostenía  1000 cc de protesis mamarias, abajo una lencería blanca de encaje en transparencia que sotenía un pene grueso y oscuro que estaba algo erecto.

–Verga chama tienes tremendo vergón y unas nalgas gordas.
–Sácalo bebé, disfrútalo.
–¿Aquí no entra nadie?
–Estamos en el baño de damas, ¿tú viste alguna allá afuera?

Teodoro se agachó y con sus dos manos le bajó la pantaleta hasta medio muslo, el pene grueso se movió frente a él luego de estar de lado. El glande de un rosa fuerte apenas se asomaba a través del prepucio. Lubricaba. El chico lo tomó en sus manos y pasó su lengua para retirar el exceso de líquido. Miró a Alaska y se lo introdujo en la boca.
–Rico bebé, esa boquita caliente bebé, chúpalo.
Teodoro puso sus manos en las nalgas de la mujer, se sentían extrañas pero agradables. No lograba introducir todo el pene en la boca.
–Sigue bebe, cómetelo todo, rico bebe, lo mamas rico.
El chico se detuvo. –Me vuelves a decir bebé y me voy.
–Ok papi.
–No, tampoco papi. Dime Teo.
 Apenas podía cerrar su mano entre el grosor del pene oscuro de Alaska. Ella pasaba su mano por las mejillas de Teodoro, sus uñas largas pintadas de un rojo sangre inquietaban al muchacho. Ella pasaba las uñas suavemente por el cuello de él.

Teodor sostuvo en su mano los enormes testículos de la mujer trans, que se emocionaba al contacto de la mano.
–Méteme un dedo mi amor, anda, méteme el dedo en el culo. –Teodoro lo hizo, un dedo iba entrando en el culo de Alaska. El chico dobló el dedo para tocar la próstata de la chica, que al sentir el tacto se excitó.
–Me vengo bebé ¿quieres mi leche?
Teodoro retiró el pene  de su boca y comenzó a masturbarla, cuando Alaska se tensó, él se detuvo y se levantó viendo como sendos chorros volaban por el aire cayendo a varios centímetros de ellos.

–Wao bebé, como lo mamas, me pusiste a millón. Te quiero penetrar mi amor.
–Otro día y si me dejas de decir bebé más rápido me cogerás.

Entraba Lucas y el otro joven al baño. El amigo de Teodoro, se quedó sorprendido al ver el pene de Alaska y luego las tetas. No podía procesar lo que sus ojos veían.
–Si marico, es una trans, ya deja de verla así. A él también te lo puedes coger. –Le dijo Teodoro a Alaska, que se rió con el comentario.
–Nosotros vinimos a tirar aquí.

Teodoro vio al muchacho con una cara que desaprobaba lo que acababa de decir.
–Salgan o ¿quieren ver?
–Sal tú Alaska, quiero ver si este se atreve a cogerse a mi amigo frente a mi.
–Bebé te espero afuera.
–Me vuelves a decir bebé y no respondo.

Lucas se puso nervioso, no sabía a que atenerse con el comportamiento de su amigo que tenía las orejas rojas.

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