Mientras Lucas estaba en la sala, Victor y
su ahijado estaban en la habitación discutiendo, el chico escuchaba los gritos.
–¿Hasta cuándo coño, hasta cuándo vas a
seguir haciendo estupideces? ¿COMO SE TE OCURRE ACOSTARTE CON TU HERMANA Y
ENCIMA PREÑARLA?
–Bueno ya Victor, yo le dije a Rebeca que
abortara y le dije a Catire que lo pagabamos entre los dos.
Victor agarró del cabello a Teodoro mirándolo
a los ojos. Para no golpearlo, lanzó al piso lo que tenía en la peinadora.
Lucas escuchó el ruido y se sentó en el sofá.
Cerró los ojos y soltó a Teodoro, suspiró.
–Le dije al papá de Lucas que te lo coges.
–Con la mano izquierda en su cara Victor se tocaba con el pulgar y el dedo
medio la sien, se dio media vuelta y salió de la habitación dando un portazo,
Lucas brincó del susto.
–Te vas a quedar con Teo aquí, voy a hablar
con tu papá y aclarar la cosas.
–Te va a caer a coñazos.
–Si tengo que aguantar eso para que a Teo
no le pase nada, lo haré.
–¿Por qué lo defiendes tanto? Él no hace
nada por ti.
–Ese carajito tiene VIH por mi culpa.
–A él no le importa mucho, creo que hace lo
que hace para vengarse de ti, de su papá y de su madre.
–En la nevera tienen de todo, coman lo que
quieran y por favor limpien, duerme donde quieras.
–¿Puedo dormir contigo?
–Ya regreso.
––––––
Teodoro recibió una llamada. Era Lorenzo.
–<Epa, ¿qué pasó?>
–<Hola chamo, ¿cómo estás?>
–<Bien>
–<¿cuándo repetimos? ¿mañana puede?>
–<No puedo chamo, no sé cuándo pueda y
tampoco quiero repetir>
–<¿No te gustó?>
–<Si, pero no tengo ganas de hacerlo
contigo de nuevo>
–<¿Por qué?, a ver dime>
Teodoro le colgó y se fue al baño a ducharse.
Salió de ducharse y entró Lucas. Cuando
salió su amigo le dijo para salir a rumbear. –Tenemos credenciales falsas,
tengo la tuya marico, vamos, yo invito.
Lucas al principio no quería, pero luego
aceptó, estaría con su amigo compartiendo toda la noche, aún estaba enamorado
de Teodoro.
Victor esperaba que le abrieran la puerta
en casa de Lucas. Gustavo lo invitó a pasar apenas entró agarró por el cuello
de la camisa y lo estrelló en la pared, le dio un golpe en la cara, cuando le
iba a lanazar el segundo, Victor le dio una patada en los testículos lo que
hizo que Gustavo lo soltara y y este se apartara.
–No te quito razón que me golpees, me
merezco eso, estuve con un menor, reconozco que eso no está bien Gustavo, lo sé
pero es algo más fuerte que yo…no lo puedo…
–¡CALLATE ENFERMO! Voy a denunciarte.
–A ver Gustavo, no me estoy justificando
con esto, pero tu hijo es gay haya o no haya estado conmigo, lo es, tienes que
vivir con eso, asumirlo.
Gustavo se sentó el sofá y comenzó a llorar
con sus manos apoyadas en la frente. Victor se sentó al lado de él y le puso una mano en el hombro.
–¡No me toques maricón, no me toques!
–No te toco Gustavo pero eso no va a
cambiar las cosas, tu hijo es homosexual y te necesita, ahora más que nunca
necesita apoyo. Está en mi casa, pensarás que dormirá conmigo pero eso no va a
ocurrir, pero no es lo normal, él debe vivir aquí, en su casa, contigo
¿entiendes? Lo que hiciste va a empeorar las cosas.
–Tu ahijado es un enfermo, ese carajito
debería estar preso o un psiquiátrico, no lo quiero cerca de mi hijo.
–Botándolo de la casa no ayuda mucho. Deja
que hoy se quede en casa, pero yo mañana o más tardar el lunes te lo traigo.
–Él no va a regresar a esta casa hasta que
no s e le quite lo que tiene, eso es un capricho de adolescentes, todos pasamos
por eso, un toqueteo con los amigos unas pajas grupales y ya, luego se le
quita.
Victor suspiró. –Eso no va a suceder, el lunes traigo a Lucas a su casa.
–Yo no quiero un hijo gay, no lo quiero, no
quiero.
Victor se acercó a Gustavo y lo abrazó,
este comenzó a llorar y respondió al abrazo.
–No le hagas daño a mi hijo, él es muy
débil, retraído, tímido.
–Yo no estoy para hacerle daño a nadie y
menos a un niño. –Aunque sabía a que se refería Gustavo, Victor no pudo evitar
recoradar todas las cosas que le ha pedido hacer Ricardo en las que incluye
desaparecer gente, siendo culpables, eran personas que mandaron a matar o
hacerle algún daño.
Luego de unos minutos Victor se fue del
apartamnto para regresar al suyo.
Teodoro y Lucas se fueron en la camioneta,
los escoltas lo acompañaban. Primero fueron a comer a un restaurante, después
fueron al cine, para luego entrar, previa entrega de los documentos falsos, a
un local gay.
Ninguno de los dos había ido a ese local,
era relativamente nuevo.
Por la hora todavía no se llenaba pero había
gente, cuando entraron, una chica alta de pelo negro veía a Teodoro, el que la
acompañaba se fijó en Lucas.
–¿Y estos dos que querrán?
–Tirar, no le ves la cara pero esa caraja
es medio rara, vamos acercarnos.
Se acercaron a la pareja y el muchacho se
fue directo donde estaba Lucas, la chica le dio un beso en la mejilla a
Teodoro.
–Hola papi, ¿cómo estas? Eres muy guapo,
¿cómo te llamas?
–Teodoro ¿y tú?
–Alaska.
–Tu eres trans ¿verdad?
–Si, ¿tienes problema con eso?
–¿Yo? Para nada, más bien me da morbo.
¿estás operada? De abajo, digo.
–Toca y compruébalo.
Teodoro le puso la mano en la entrepierna y
sintió un enorme bulto.
–Maaarico tiene el paquete allá abajo.
–Si, está esperando un culito rico para
cogérselo.
–Verga mi pana, me da morbo que me estes
cogiendo y viendo par de tetas moviéndose en mi cara, verga se me paró del
tiro.
–¿Tú eres mayor de edad?
–No ¿tienes problema con eso?
–¿Yo? Para nada. Si quieres vamos al baño y
me besas el paquete
–Ok, ahora vamos, dime, ¿en que trabajas,
donde vives?
–Soy estilista y actriz de teatro, vivo en La
Brecha.
–Coño lejos, eso es peligroso por allá.
–Peligrosa está la ciudad, te espero en el
baño.
Teodoro volteó para buscar a Lucas y lo vió
besándose con el muchacho que estaba con Alaska.
–Mira el chamo este que estaba contigo
¿quién es?
–Mi novio.
–Se está cayendo a besos con mi amigo.
–Si, nuestra relación es abierta
Alaska se soltó la cinta que tenía en la
cintura y se abrió el vestido. Una ropa interir a juego, arriba un sostén de
encaje blanco que sostenía 1000 cc de
protesis mamarias, abajo una lencería blanca de encaje en transparencia que
sotenía un pene grueso y oscuro que estaba algo erecto.
–Verga chama tienes tremendo vergón y unas
nalgas gordas.
–Sácalo bebé, disfrútalo.
–¿Aquí no entra nadie?
–Estamos en el baño de damas, ¿tú viste
alguna allá afuera?
Teodoro se agachó y con sus dos manos le
bajó la pantaleta hasta medio muslo, el pene grueso se movió frente a él luego
de estar de lado. El glande de un rosa fuerte apenas se asomaba a través del
prepucio. Lubricaba. El chico lo tomó en sus manos y pasó su lengua para
retirar el exceso de líquido. Miró a Alaska y se lo introdujo en la boca.
–Rico bebé, esa boquita caliente bebé,
chúpalo.
Teodoro puso sus manos en las nalgas de la
mujer, se sentían extrañas pero agradables. No lograba introducir todo el pene
en la boca.
–Sigue bebe, cómetelo todo, rico bebe, lo
mamas rico.
El chico se detuvo. –Me vuelves a decir
bebé y me voy.
–Ok papi.
–No, tampoco papi. Dime Teo.
Apenas podía cerrar su mano entre el grosor
del pene oscuro de Alaska. Ella pasaba su mano por las mejillas de Teodoro, sus
uñas largas pintadas de un rojo sangre inquietaban al muchacho. Ella pasaba las
uñas suavemente por el cuello de él.
Teodor sostuvo en su mano los enormes
testículos de la mujer trans, que se emocionaba al contacto de la mano.
–Méteme un dedo mi amor, anda, méteme el
dedo en el culo. –Teodoro lo hizo, un dedo iba entrando en el culo de Alaska.
El chico dobló el dedo para tocar la próstata de la chica, que al sentir el
tacto se excitó.
–Me vengo bebé ¿quieres mi leche?
Teodoro retiró el pene de su boca y comenzó a masturbarla, cuando
Alaska se tensó, él se detuvo y se levantó viendo como sendos chorros volaban
por el aire cayendo a varios centímetros de ellos.
–Wao bebé, como lo mamas, me pusiste a
millón. Te quiero penetrar mi amor.
–Otro día y si me dejas de decir bebé más
rápido me cogerás.
Entraba Lucas y el otro joven al baño. El
amigo de Teodoro, se quedó sorprendido al ver el pene de Alaska y luego las
tetas. No podía procesar lo que sus ojos veían.
–Si marico, es una trans, ya deja de verla
así. A él también te lo puedes coger. –Le dijo Teodoro a Alaska, que se rió con
el comentario.
–Nosotros vinimos a tirar aquí.
Teodoro vio al muchacho con una cara que
desaprobaba lo que acababa de decir.
–Salgan o ¿quieren ver?
–Sal tú Alaska, quiero ver si este se atreve
a cogerse a mi amigo frente a mi.
–Bebé te espero afuera.
–Me vuelves a decir bebé y no respondo.
Lucas se puso nervioso, no sabía a que
atenerse con el comportamiento de su amigo que tenía las orejas rojas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario