lunes, 26 de marzo de 2018

INQUEBRANTABLE. Temporada 9. Capítulo 1


Una tarima rectangular alta, varias personas gritando con las manos en alto, papelillos de colores volaban por todos lados mientras la multitud abajo enloquecida gritaba el nombre de Ricardo que era reelecto como Gobernador. Con un porcentaje menor al alcanzado la primera vez se alzó con los votos.



Arriba estaban politicos, asesores, mienbros del comando, su hija pequeña y Victor su gran amigo, compadre, socio, testaferro y cómplice de todos los entuertos en los que está metido Ricardo Sucre.



Cuando pasó la euforia de la celebración, Ricardo bajó de la tarima a atender a la prensa, que, dentro de las preguntas obvias del resultado electoral, no faltaron las de su familia.

–¿Dónde está su esposa y su hijo Teodoro?

–Mi esposa como saben está convaleciente en silla de ruedas, recuperándose poco a poco. Mi hijo sale poco, luego del episodio por el que pasó no sale mucho, está retomando poco a poco su vida.

–Lo vemos un poco mejor, cuando apenas comenzaba la campaña usted estaba muy delgado, ahora a recuperado peso. Se especuló mucho en los medios que estaba enfermo y hasta se llegó a decir que tenía cáncer.

–Se dijeron muchas cosas, yo preferí mantenerme al margen de los chismes y dedicarme al estado y su gente, mi delgadez se debe al agotamiento de trabajo, hemos estado sometidos a mucho estrés pero ya poco a poco hemos recuperado el ritmo, pero me siento muy bien. Gracias a todos por el apoyo.

–¿Gobernador pero es cierto que tuvo cáncer de próstata? –Gritó uno de los periodistas.

–Buenas noches y gracias de nuevo, los espero mañana para la rueda de prensa formal.



12 de la noche. Teodoro estaba tumbado en el suelo. Una inyectadora pegada a su brazo, acababa de inyectarse una dosis de heroína. Su nuevo amigo Yorman se la conseguía.

Se puso de pie.

–Marico, coño, que vaina más buena. Verga ponte serio y cógeme marico, mira el rolo e pinga que tienes.

–¿Que pasó rey? Ya te he dicho que yo no me ando en esas mariqueras. –Yorman se inyectó heroína también. –Ahora vienen unos panas que si quieres ellos te cogen, te dan guevo hasta que te canses.

–Si va, ¿vienen ahora? Pónme más marico.

–Deja la vaina guevon mira que la otra vez casi cruzas la pradera.

–No jodaaaa si eres cagón!  Véndeme más, tengo plata, te la doy en efectivo o te transfiero, te compro que jode.

–Como te gusta el chute guevón. Te puse feliz desde que te la di cuando te teníamos enconchao.

–Por tu culpa marico ahora no me puedo despegar de esa vaina. Me tienes la cuenta vacía mamaguevo. Coño sácate el machete pa mamartelo aunque sea, ando aguevoneao pero estoy así como quesúo.

Yorman lo vio y con cara de fastidio se bajó el cierre del pantalón militar que cargaba. En la penumbra que se encontraba la habitación del rancho donde estaban apenas se distinguía el hombre, su color oscuro se mezclaba con la oscuridad del lugar.

–Ponte aquí marico, no te veo. No joda ese guevo negro me encanta, ven.



Yorman se acercó y Teodoro le agarró el enorme pene para metérselo en la boca, apenas podía introducir la mitad, lo sacaba y lo lamía llegando a los testículos y subía con su lengua hasta el glande.



________



–Lamentablemente el cáncer volvió Ricardo.

–Mierda y me lo dices hoy que estoy más feliz que el carajo.

–Bueno me dijiste que trabajara estos días para ver los resultados, no importa la hora y el día, fueron tus palabras, aquí estoy con todos los exámenes. Llegué hace rato a tu casa pero supuse que estabas en tu celebración.

–¿Tengo que pasar de nuevo por la quimio y la radio?

–Tienes cáncer de páncreas. Podemos operar y luego hacer el tratamiento o comenzar el tratamiento y luego operar una vez que se reduzca el tumor.

–¿Y cómo está el tumor?

–Avanzado, yo operaría para extirpar el tumor y dejarte lo que queda de páncreas sano y luego radioterapia.

–Estoy jodido, ¿hay posibilidades que sobreviva al cáncer?

–Lo hiciste una vez, no veo porqué no de nuevo, aunque el cáncer de páncreas es agresivo.

–Voy a morir, no voy a terminar mi gestión.

–¿En serio te preocupa eso Ricardo? -Le dijo Victor visiblemente afectado por la noticia.

–No me voy a hacer un carajo. ¿hay paliativos?

–Si, alargarán la agonía pero sí, hay paliativos, medicamentos, drenarte pues te pondrás amarillo, tendras dolor abdominal y de espalda, que me has dicho que lo has tenido y puede empeorar.

–Morfina ¿me puedes poner? No queiro sentir dolor. Manténme de pie.

–Todo lo puedo hacer, te daré el informe para pedir la autorización para la venta de morfina.

–Yo la consigo por otra via, más cara pero la consigo, por eso no te pares.

–¿Entonces no te vas a operar? -Le dijo Victor.

–No, igual voy a morir. No quiero estar jodido, quiero que la gente me vea bien, rozagante, buenmozo. –Se miró al espejo, sus ojos estaban con un color que no llegaba a ser amarillo pero el blanco normal no era, cerró los ojos. –Busca todo lo necesario para que me parapetees, me mantengas visiblemente sano.

–Haré lo que esté a mi alcance, pero insisto que deberías… -Ricardo volteó y lo miró a los ojos, solo eso hizo que el médico se callara.



Teodoro seguía mamándole el pene a Yorman cuando entraron al rancho cuatro hombres, amigos de Yorman.

–EEEEEEPA miren al Yorman le están mamando el chuzo ¿eso si te gusta verdad becerro.

–Cierra la jeta, el pana quiere llevar guevo así que delen.

Los hombres se quitaron los pantalones, Yorman le dio a fumar heroína a Teodoro mientras esperaba por los hombres que estaban en fila para penetrar al muchacho. Unos se echaban saliva, otros buscaron lubricante.



Teodoro seguía concentrado en la felación, se sacó el pene de la boca y vio Yorman a los ojos. –Hoy es mi cumpleaños, ya soy mayor de edad, creo que voy a tener el mejor regalo de mi vida. –Cerró los ojos y lanzó un quejido al sentir como el primer tipo lo penetraba sin tanto preámbulo.

Yorman se retiró y uno de los hombres tomó su posición ahora le mamaba el pene a un hombre blanco, las dimensiones eran distintas tanto de largo como grosor. Teodoro estaba demasiado drogado para ver la diferencia.

Cada empujón era una nalgada para Teodoro, el hombre introducía todo el pene y lo sacaba. Lo hacía con rudeza, los de atrás esperaban tocándose el pene para mantener la erección.

El primer hombre comenzó a moverse rápido, se detuvo por unos segundos y retiró el pene derramando su semen en el culo de Teodoro. Volvió a penetrarlo hasta quedar el pene flácido. Se fue hacia la cara de Teodoro para que lo limpiara con su boca y mientras comenzaba a penetrarlo otro.



Teodoro, ya drogado y sus esfínteres relajados recibía a cada hombre sin arrugar la frente. El segundo hizo lo mismo, pero el abría mas las nalgas apretándolas en sus manos, le pegaba y lo penetraba, se vino antes que el anterior. Acabó adentro y afuera, restregó con su pene el semen. Se fue hacia Teodoro para que le mamara ahora a él. La mirada del chico estaba perdida.

Llegó el tercero, un hombre robusto, con un pene no tan largo pero si muy grueso, no tuvo reparo en penetrarlo de un solo tirón, cogió a Teodoro del cabello echándole hacia atrás la cabeza sin dejarlo mamar.

Retiró el pene masturbándose hasta derramar el semen en el culo y nalgas, hizo lo mismo, restregó el pene para luego penetrarlo de nuevo. Cambió de lugar con su compañero y llegó el cuarto.



Su pene largo y delgado no lo sintió Teodoro que ya no podía ni cerrar la boca mientras mamaba, la saliva se le caía sin hacer nada.

El hombre se dedicó a dar empujones fuertes y darle nalgadas, con sus dedos indices le abría el culo mientras su pene estaba adentro. No retiró el pene y se descargó dentro del muchacho.



–Vamos a orinar a la putica esta. –Dijo el primero que penetró a Teodoro. Dos se pusieron detrás de él y los otros dos le orinaban la cara. El chico se reía, abría la boca y tragaba.



Al terminar Yorman les dijo que se fueran.

–Necesitamos fuerza papá, esta cogida no es de gratis.

–Abran ese bolso y se llevan el efectivo.

Seis pacas de billetes de mil sacaron del bolso de Teodoro que estaba tirado en el piso sin moverse con los ojos abiertos y vidriosos.



________



Ocho de la mañana. Victor estaba en su oficina, pero su mente estaba en otro sitio, no pensaba en otra cosa que en la enfermedad del hombre que ama.

–¿Qué te pasa? ¿Te sientes mal? ¿por qué no te vas? Acuérdate que hoy no tengo clases -Lucas, le ponía la mano en la espalda.

–Gracias Lucas, pero tengo que estar aquí, hay mucho trabajo. Ricardo de nuevo tiene cáncer.

Lucas se echó para atrás y retiró la mano. –Ah es eso…que vaina, que peo. -Se quedo callado unos segundos. –¿Sigues enamorado de él?.

Victor levantó la cabeza y la echó para atrás y luego vio a Lucas.

–Si Lucas, sigo enamorado de ese guevón.

–¿Y tú y yo?

–¿Tú y yo qué?



Lucas suspiró. –Ya tengo varios meses trabajando contigo, me dijiste que no tendrías nada conmigo hasta que no cumpliera la mayoría de edad, en dos semanas cumplo 18 años.

–Lucas, siéntate en tu puesto y ponte a trabajar que hay que jode trabajo ¿sí? Hoy no estoy de humor para niñerias, hablamos en otro momento.





Yorman se despertó, abrió los ojos mirando al techo de zinc y se levantó de la cama, estaba en interiores, se metió la mano para rascarse el pene, bostezó y se fue a orinar. Al salir del improvisado cuarto vio en el piso a una persona, al acercarse se da cuenta que es Teodoro, estaba en la misma posición en que quedó cuando terminaron de tener sexo con él;  desnudo, acostado boca arriba y los brazos extendidos.

–Mierda este pana sigue aquí. –Teo, Teo, despierta. –Yorman lo empujaba con el pie pero no reaccionaba, le dio varias sacudidas.

–Ay chamo este pana peló el patín ¿y ahora?, este bicho no lo puedo dejar aquí.



Comenzó a empujarlo para sacarlo de la casa.


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