Ricardo se despertaba temprano para salir antes y hacer
varias cosas entre ellas la Gobernación.
–Llegaste tarde ayer ¿y te vas tempranísimo? -Le decía Ana
que apenas se despertaba, ya recuperada de su accidente el día de su boda.
–Voy a buscar los resultados de los exámenes que no he ido y
tengo muchas cosas que hacer.
–¿Y entre esas cosas está buscar nueva fecha para casarnos
por la iglesia?
–Ya estamos casados por el civil ¿quieres casarte por la
iglesia? ¿es necesario?
–Para mi sí.
–Ok, lo haremos, déjame salir de varios asuntos y nos
enfocamos en eso.
–Siempre nuestras cosas de último.
Ricardo cerró los ojos y apretó el puño. Por un instante
tuvo ganas de darle un golpe a Ana, pero ella no es Rebeca y se calmó.
–No empecemos, es muy temprano ¿si?
–Tenemos más de dos meses sin hacer el amor.
–Estabas convaleciente, no se podía.
–Eso fue 15 días.
–Esta noche te cojo.
–Vale gracias, te espero. –Ana se volteó y siguió durmiendo.
Ricardo entró a la habitación de Teodoro que dormía. Lo
empujó por el brazo con fuerza para que se levantara.
–¿Qué pasó Ricardo? Coño estoy durmiendo.
–No me interesa, párate.
El chico se volteó y tenía el pene erecto. -Ya lo tengo
parado mira.
Ricardo tragó saliva, recordó lo del día anterior y cerró
los ojos.
–Coño, ayer te fuiste y me dejaste ahí durmiendo.
–Bueno te quedaste dormido y me tenía que ir.
–¿Te gustó?
–La verdad no…verga eres un huevo sin sal en la cama.
Ricardo se sorprendió y le atravesó un calor por la espalda,
una sensación de rabia y desconcierto le pasó por su mente.
–Estaba borracho coño, no estaba en mi mejor momento,
podemos repetirlo. ¿qué coño dices
Ricardo, viniste a hablar de otro peo. En fin vine a decirte otra cosa.
Supe lo de Renata…tu hermana.
–Si, me la cogí y la dejé embarazada, le dije que abortara y
no quiere.
–¿Tú donde tienes la cabeza?
–Bueno ¿no me dijiste que me cogiera a una carajita? Quién
mejor que ella, todo queda en familia.
Ricardo cogió del cabello a Teodoro mordiéndose el labio
inferior.
–Suéltame o te lanzo tu coñazo. Yo hablé con Catire y le
dije eso pero no quiere.
–Yo le dije que te ibas a hacer una prueba de ADN.
–Catire es bisexual si te sirve de algo, lo pillé en una
aplicación para buscar maricos y tirar, Grindr. Jódelo con eso, pero capaz
cerró el perfil.
–Voy a convencer a esa carajita que aborte, no puedo
permitir que esa noticia trascienda y la gente se entere que te cogiste a tu
hermana.
–¡Que morbo verdad! Me cogí a mi hermana y mi papá me coge.
Somos una familia muy unida, ah y mi padrino también me coge.
Ricardo se levantó de la cama y le advirtió a su hijo que
pronto se haría la prueba y que no se le ocurriera contar esa historia a ningún
periodista. Salió de la habitación rumbo a la cocina.
Ana se levantaba para ir al baño, se fue al lavamanos a
verse en el enorme espejo.
–Este hombre ahora no quiere casarse por la iglesia, le
conviene para su candidatura. -Se pasaba los dedos por las ojeras y las cejas,
mientras se recogía el cabello se le apareció en el espejo Rebeca.
Ana se asustó caminando hacia atrás si darse cuenta que el
vidrio de la ducha estaba abierto, se tropezó con el muro y cayó al suelo
dándose un golpe en la cabeza, quedó tumbada y dentro de la ducha, la mitad de
su cuerpo.
Teodoro se duchó y se vistió para bajar a desayunar, Ricardo
seguía en la cocina.
–¿Y ahora tú bajas en bóxer a desayunar? Te está gustando.
–Estoy en mi casa.
–Pero las cachifas se emocionan ¿verdad Carmen? Mi papá está
bueno, lástima que el arma es corta.
Ricardo le lanzó el café caliente en el pecho a Teodoro que
lo único que hizo fue reirse. Se le acercó al chico. –Sigue comportándote así y
te vas de nuevo de la casa y no te paso más dinero.
–No me amenaces que te hundo tu carrera política. –Ricardo
lo miró a los ojos muy cerca de él.
–Quieres cogerme de nuevo ¿verdad? -Le tocó el pene por
encima del bóxer sin que la mujeres de servicio vieran. –Te voy a dar una
segunda oportunidad. Te espero en mi habitación desnudo.
Subió a su habitación y se quitó la ropa, se acostó boca
abajo esperando a su padre. Unos minutos después, entraba Ricardo que vio a su
hijo acostado con sus nalgas redondas, lampiñas y blancas apenas iluminadas con
la luz que entraba por la ventana. Cerró la puerta y se quitó el bóxer.
Se montó en la cama y tocó las nalgas metiendo su mano entre
ellas, se olió la mano y tocó su pene ya erecto. Se echó saliva y se puso sobre
su hijo para penetrarlo, cuando comenzó a hacerlo su pene perdió erección.
Comenzó a masturbarse para levantarlo, intentó penetrarlo y ocurrió lo mismo.
Un tercer intento y nada.
Teodoro se volteó. –Sal de mi cuarto Ricardo. Me tengo que
ir.
–Espera que ya se me va a parar.
–No se te va a parar. ¿No fuiste a buscar los exámenes
verdad? Estás enfermo, tienes la próstata jodida, no eres mala cama, tienes
cáncer.
–¡Cállate coño! No estoy enfermo. -Se puso el bóxer.
–Tienes algo pendiente por hacer carajito, si esa niña está
preñada de ti te jodo.
–Anda al médico y deja de decir tonterías, Renata va a abortar.
Ricardo se fue a su habitación molesto, tanto por no haber
podido tener sexo como por la actitud desafiante de su hijo que hace con él lo
que quiere. Entró al baño y encontró a Ana tumbada en el suelo. La levantó
nervioso y la puso en la cama, buscó una franela, su billetera y las llaves de
la camioneta. Llamó a las escoltas para que lo ayudaran.
Saliendo de la habitación le gritó a Teodoro para decirle lo
sucedido pero este no le hizo caso. Todos los escoltas se fueron con Ricardo
directo a la clínica.
Entraron por emergencia, al saber quien era la atendieron
de una vez, llegó el médico y la chequeó.
Teodoro bajaba nuevamente a la cocina para desayunar.
–Joven su papá se fue a la clínica con la señora Ana.
–Si Carmen, los oí con el escándalo, en la clínica la están
atendiendo bien, conocen a mi papá.
–¿No va a ir?
–Noooo, tengo cosas que hacer.
–¿Cosas? Pero si no estudia ni trabaja. –Carmen dijo eso y
se arrepintió agachando la cabeza.
–Eso no es peo tuyo, pero ya que estás de chismosa, voy a
ver con quien tiro hoy.¿Ya está mi desayuno?.
–Ricardo tu mujer se dio un fuerte golpe está inconsciente,
estuvo un buen rato sin llegarle oxígeno al cerebro, no sabemos que puede haber
pasado, hay que esperar.
–Sálvala coño.
–Dime que pasó. ¿También la golpeaste? Ricardo, Ricardo…que
no se repita la historia.
–No la golpeé te lo juro, yo la dejé dormida, al subir
estaba en el piso de la ducha, no sé que pasó. Dios mi hija, me vine y ella iba
al colegio, deja que llame.
Teodoro salía de su casa, feliz porque se iba sin escoltas.
Se monta en la camioneta, la enciende y abre el portón con el control. Sale a
toda velocidad.
Al cruzar en la esquina se consigue con dos camionetas que
le bloquean el paso, se bajan con armas largas, lo apuntan pero él se queda
quieto sabiendo que su camioneta está blindada, lo que no sabe es que la puerta
está abierta y uno de los encapuchados la abre y lo saca por los cabellos que cae al suelo. Lo apuntan y lo levantan, lo llevan al asiento de
atrás y se monta el hombre a manejar su camioneta, arrancan las tres camionetas
sin rumbo definido.
Victor estaba en su oficina revisando unos correos cuando
recibe una llamada.
–Buenos días señor Landaeta. Le habla el abogado de Carlos,
lo llamo para informarle que mañana es la lectura del testamento en mi
despacho, tiene que estar presente a las 9 am.
Victor cuelga la llamada, cierra los ojos y apoya su cabeza
en sus manos que descansan en el escritorio.
–No puede ser, no puede ser, todavía me persigue este
hombre. Y encima me deja parte de su fortuna.
–¿Quién coño son ustedes y que quieren?
–El quién no te interesa, solo que sabemos quien es tu papá
y que tiene mucho dinero y queremos eso, mucho dinero.
–Se pueden ir olvidando, él no va a pagar.
–Si no paga te vamos a dejar muertico.
–Bueno vayan pegándome el tiro, no pierdan el tiempo. –Un
fuerte golpe con la culata de la pistola recibió el muchacho en la cabeza,
golpe que no lo desconcentró ni lo perturbó.
–Háganme caaaso, de mi papá no van a recibir nada.
Teodoro vio al hombe que iba de copiloto y le parecía conocido. Las
otras camionetas se habían ido por otra dirección.
–Tú trabajas en uno de los restaurantes de mi papá, marico,
mordiendo la mano que te da de comer.
El hombre se voltea apuntando a Teodoro en la frente.
–Ya veo que tú sí vas a darme el pepazo, dale, no van a
sacar nada de mi papá.
El que manejaba se detuvo. Le dio un tiro en la cabeza al
que tenía al lado y lo lanzó del carro. Los dos de atrás sostenían con fuerza
al chico.
–¿Algún tarado más se va a quitar la capucha?
Teodoro se rió. –Ya no le tengo que decir a mi papá que lo
bote. –Un fuerte golpe en el estómago hizo que el muchacho se agachara y se
mantuviera así unos segundos.
–Tápenle la cara al imbécil este.
–¿Cuánto es que van a pedir?
–Un millón de dólares.
–Que poco ambiciosos, son varios, pidan dos millones,
Ricardo tiene plata.
–¿No y que no iba a soltar la plata?
–Si, si la va a soltar, ese guevón me ama, aquí entre nos,
me ha cogido el pana. Mi papá y todo pero se atrevió a cogerme.
–Callen a este guevón o lo mato y buscamos a otra carnada.
Dos golpes más en el estómago y guardó silencio.
–Efectivamente Ricardo, tienes un tumor en la próstata,
tienes cáncer. -Ricardo aprovechó que estaba en la misma clínica donde se hizo
los exámenes y fue a ver a su médico que lo atendió luego de un buen rato de
espera.
–¿Y es grave?
–Si, hay metástasis en órganos cercanos. Hay que ponerte
quimio para matar lo de alrededor y radio para reducir el tumor y luego operar.
–¿Realmente hay que hacerlo? Yo me siento bien, se me viene una
reelección dentro de un año, yo no puedo estar demacrado. Por favor total
discresión con esto, mira que llegué casi de incógnito a esta consulta.
–Ricardo se trata de tu salud, ¿cómo vas a retrasar algo que
va en contra? Necesitas comenzar ya, ve al oncólogo para que te diga los pasos
a seguir pero eso es ya. Podemos ir ahora, yo lo llamo.
–Esta mierda no puede estar pasando. -Ricardo se puso a
caminar por el consultorio pensando. –Yo voy a dejar las cosas así y luego de
las elecciones me hago todo.
–Ricardo falta más de un año para eso, no puedes esperar, no
debes esperar si quieres sobrevivir.
–¡Tú no me vas a decir lo que voy a hacer! Me voy al carajo.
-Dio un portazo y salió del piso, el doctor llamó a su colega.
Ricardo llamó a Victor para contarle. Victor se quedó
petrificado y sin poder hablar.
–<Guevón ¿no me vas a decir nada?>
–<Lo único que te voy a decir es que comiences cuanto
antes, habla con el oncólogo, haz lo que te dicen, tu candidatura puedes
esperar>
–<¡Estas loco! Yo me lanzó así me esté muriendo, no voy a
perder mi Gobernación>
–<Vas a perder la vida>
–<Vete a la mierda tú también> -Le colgó.
No por nada, pero me entra un fresquito por el hecho de que a Teo por fin le pasara algo
ResponderEliminary lo que viene...
EliminarNunca decepcionas!
EliminarMuchas gracias
Eliminarhistoria emocionante
ResponderEliminarGracias!!!
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