domingo, 18 de marzo de 2018

INQUEBRANTABLE. Final de Temporada


Ricardo se despertaba temprano para salir antes y hacer varias cosas entre ellas la Gobernación.

–Llegaste tarde ayer ¿y te vas tempranísimo? -Le decía Ana que apenas se despertaba, ya recuperada de su accidente el día de su boda.

–Voy a buscar los resultados de los exámenes que no he ido y tengo muchas cosas que hacer.

–¿Y entre esas cosas está buscar nueva fecha para casarnos por la iglesia?

–Ya estamos casados por el civil ¿quieres casarte por la iglesia? ¿es necesario?

–Para mi sí.

–Ok, lo haremos, déjame salir de varios asuntos y nos enfocamos en eso.

–Siempre nuestras cosas de último.

Ricardo cerró los ojos y apretó el puño. Por un instante tuvo ganas de darle un golpe a Ana, pero ella no es Rebeca y se calmó.

–No empecemos, es muy temprano ¿si?

–Tenemos más de dos meses sin hacer el amor.

–Estabas convaleciente, no se podía.

–Eso fue 15 días.

–Esta noche te cojo.

–Vale gracias, te espero. –Ana se volteó y siguió durmiendo.



Ricardo entró a la habitación de Teodoro que dormía. Lo empujó por el brazo con fuerza para que se levantara.

–¿Qué pasó Ricardo? Coño estoy durmiendo.

–No me interesa, párate.

El chico se volteó y tenía el pene erecto. -Ya lo tengo parado mira.

Ricardo tragó saliva, recordó lo del día anterior y cerró los ojos.

–Coño, ayer te fuiste y me dejaste ahí durmiendo.

–Bueno te quedaste dormido y me tenía que ir.

–¿Te gustó?

–La verdad no…verga eres un huevo sin sal en la cama.

Ricardo se sorprendió y le atravesó un calor por la espalda, una sensación de rabia y desconcierto le pasó por su mente.

–Estaba borracho coño, no estaba en mi mejor momento, podemos repetirlo. ¿qué coño dices Ricardo, viniste a hablar de otro peo. En fin vine a decirte otra cosa. Supe lo de Renata…tu hermana.

–Si, me la cogí y la dejé embarazada, le dije que abortara y no quiere.

–¿Tú donde tienes la cabeza?

–Bueno ¿no me dijiste que me cogiera a una carajita? Quién mejor que ella, todo queda en familia.

Ricardo cogió del cabello a Teodoro mordiéndose el labio inferior.

–Suéltame o te lanzo tu coñazo. Yo hablé con Catire y le dije eso pero no quiere.

–Yo le dije que te ibas a hacer una prueba de ADN.

–Catire es bisexual si te sirve de algo, lo pillé en una aplicación para buscar maricos y tirar, Grindr. Jódelo con eso, pero capaz cerró el perfil.

–Voy a convencer a esa carajita que aborte, no puedo permitir que esa noticia trascienda y la gente se entere que te cogiste a tu hermana.

–¡Que morbo verdad! Me cogí a mi hermana y mi papá me coge. Somos una familia muy unida, ah y mi padrino también me coge.



Ricardo se levantó de la cama y le advirtió a su hijo que pronto se haría la prueba y que no se le ocurriera contar esa historia a ningún periodista. Salió de la habitación rumbo a la cocina.



Ana se levantaba para ir al baño, se fue al lavamanos a verse en el enorme espejo.

–Este hombre ahora no quiere casarse por la iglesia, le conviene para su candidatura. -Se pasaba los dedos por las ojeras y las cejas, mientras se recogía el cabello se le apareció en el espejo Rebeca.

Ana se asustó caminando hacia atrás si darse cuenta que el vidrio de la ducha estaba abierto, se tropezó con el muro y cayó al suelo dándose un golpe en la cabeza, quedó tumbada y dentro de la ducha, la mitad de su cuerpo.



Teodoro se duchó y se vistió para bajar a desayunar, Ricardo seguía en la cocina.

­–¿Y ahora tú bajas en bóxer a desayunar? Te está gustando.

–Estoy en mi casa.

–Pero las cachifas se emocionan ¿verdad Carmen? Mi papá está bueno, lástima que el arma es corta.

Ricardo le lanzó el café caliente en el pecho a Teodoro que lo único que hizo fue reirse. Se le acercó al chico. –Sigue comportándote así y te vas de nuevo de la casa y no te paso más dinero.

–No me amenaces que te hundo tu carrera política. –Ricardo lo miró a los ojos muy cerca de él.

–Quieres cogerme de nuevo ¿verdad? -Le tocó el pene por encima del bóxer sin que la mujeres de servicio vieran. –Te voy a dar una segunda oportunidad. Te espero en mi habitación desnudo.

Subió a su habitación y se quitó la ropa, se acostó boca abajo esperando a su padre. Unos minutos después, entraba Ricardo que vio a su hijo acostado con sus nalgas redondas, lampiñas y blancas apenas iluminadas con la luz que entraba por la ventana. Cerró la puerta y se quitó el bóxer.

Se montó en la cama y tocó las nalgas metiendo su mano entre ellas, se olió la mano y tocó su pene ya erecto. Se echó saliva y se puso sobre su hijo para penetrarlo, cuando comenzó a hacerlo su pene perdió erección. Comenzó a masturbarse para levantarlo, intentó penetrarlo y ocurrió lo mismo. Un tercer intento y nada.



Teodoro se volteó. –Sal de mi cuarto Ricardo. Me tengo que ir.

–Espera que ya se me va a parar.

–No se te va a parar. ¿No fuiste a buscar los exámenes verdad? Estás enfermo, tienes la próstata jodida, no eres mala cama, tienes cáncer.

–¡Cállate coño! No estoy enfermo. -Se puso el bóxer.

–Tienes algo pendiente por hacer carajito, si esa niña está preñada de ti te jodo.

–Anda al médico y deja de decir tonterías, Renata va a abortar.



Ricardo se fue a su habitación molesto, tanto por no haber podido tener sexo como por la actitud desafiante de su hijo que hace con él lo que quiere. Entró al baño y encontró a Ana tumbada en el suelo. La levantó nervioso y la puso en la cama, buscó una franela, su billetera y las llaves de la camioneta. Llamó a las escoltas para que lo ayudaran.



Saliendo de la habitación le gritó a Teodoro para decirle lo sucedido pero este no le hizo caso. Todos los escoltas se fueron con Ricardo directo a la clínica.

Entraron por emergencia, al saber quien era la atendieron de una vez, llegó el médico y la chequeó.



Teodoro bajaba nuevamente a la cocina para desayunar.

–Joven su papá se fue a la clínica con la señora Ana.

–Si Carmen, los oí con el escándalo, en la clínica la están atendiendo bien, conocen a mi papá.

–¿No va a ir?

–Noooo, tengo cosas que hacer.

–¿Cosas? Pero si no estudia ni trabaja. –Carmen dijo eso y se arrepintió agachando la cabeza.

–Eso no es peo tuyo, pero ya que estás de chismosa, voy a ver con quien tiro hoy.¿Ya está mi desayuno?.



–Ricardo tu mujer se dio un fuerte golpe está inconsciente, estuvo un buen rato sin llegarle oxígeno al cerebro, no sabemos que puede haber pasado, hay que esperar.

–Sálvala coño.

–Dime que pasó. ¿También la golpeaste? Ricardo, Ricardo…que no se repita la historia.

–No la golpeé te lo juro, yo la dejé dormida, al subir estaba en el piso de la ducha, no sé que pasó. Dios mi hija, me vine y ella iba al colegio, deja que llame.



Teodoro salía de su casa, feliz porque se iba sin escoltas. Se monta en la camioneta, la enciende y abre el portón con el control. Sale a toda velocidad.



Al cruzar en la esquina se consigue con dos camionetas que le bloquean el paso, se bajan con armas largas, lo apuntan pero él se queda quieto sabiendo que su camioneta está blindada, lo que no sabe es que la puerta está abierta y uno de los encapuchados la abre y lo saca por los cabellos que cae al suelo. Lo apuntan y lo levantan, lo llevan al asiento de atrás y se monta el hombre a manejar su camioneta, arrancan las tres camionetas sin rumbo definido.



Victor estaba en su oficina revisando unos correos cuando recibe una llamada.

–Buenos días señor Landaeta. Le habla el abogado de Carlos, lo llamo para informarle que mañana es la lectura del testamento en mi despacho, tiene que estar presente a las 9 am.

Victor cuelga la llamada, cierra los ojos y apoya su cabeza en sus manos que descansan en el escritorio.

–No puede ser, no puede ser, todavía me persigue este hombre. Y encima me deja parte de su fortuna.



–¿Quién coño son ustedes y que quieren?

–El quién no te interesa, solo que sabemos quien es tu papá y que tiene mucho dinero y queremos eso, mucho dinero.

–Se pueden ir olvidando, él no va a pagar.

–Si no paga te vamos a dejar muertico.

–Bueno vayan pegándome el tiro, no pierdan el tiempo. –Un fuerte golpe con la culata de la pistola recibió el muchacho en la cabeza, golpe que no lo desconcentró ni lo perturbó.

–Háganme caaaso, de mi papá no van a recibir nada.

Teodoro vio al hombe que iba de copiloto y le parecía conocido. Las otras camionetas se habían ido por otra dirección.

–Tú trabajas en uno de los restaurantes de mi papá, marico, mordiendo la mano que te da de comer.

El hombre se voltea apuntando a Teodoro en la frente.

–Ya veo que tú sí vas a darme el pepazo, dale, no van a sacar nada de mi papá.

El que manejaba se detuvo. Le dio un tiro en la cabeza al que tenía al lado y lo lanzó del carro. Los dos de atrás sostenían con fuerza al chico.

–¿Algún tarado más se va a quitar la capucha?



Teodoro se rió. –Ya no le tengo que decir a mi papá que lo bote. –Un fuerte golpe en el estómago hizo que el muchacho se agachara y se mantuviera así unos segundos.

–Tápenle la cara al imbécil este.



–¿Cuánto es que van a pedir?

Un millón de dólares.

–Que poco ambiciosos, son varios, pidan dos millones, Ricardo tiene plata.

–¿No y que no iba a soltar la plata?

–Si, si la va a soltar, ese guevón me ama, aquí entre nos, me ha cogido el pana. Mi papá y todo pero se atrevió a cogerme.

–Callen a este guevón o lo mato y buscamos a otra carnada.

Dos golpes más en el estómago y guardó silencio.





–Efectivamente Ricardo, tienes un tumor en la próstata, tienes cáncer. -Ricardo aprovechó que estaba en la misma clínica donde se hizo los exámenes y fue a ver a su médico que lo atendió luego de un buen rato de espera.

–¿Y es grave?

–Si, hay metástasis en órganos cercanos. Hay que ponerte quimio para matar lo de alrededor y radio para reducir el tumor y luego operar.

–¿Realmente hay que hacerlo? Yo me siento bien, se me viene una reelección dentro de un año, yo no puedo estar demacrado. Por favor total discresión con esto, mira que llegué casi de incógnito a esta consulta.

–Ricardo se trata de tu salud, ¿cómo vas a retrasar algo que va en contra? Necesitas comenzar ya, ve al oncólogo para que te diga los pasos a seguir pero eso es ya. Podemos ir ahora, yo lo llamo.

–Esta mierda no puede estar pasando. -Ricardo se puso a caminar por el consultorio pensando. –Yo voy a dejar las cosas así y luego de las elecciones me hago todo.

–Ricardo falta más de un año para eso, no puedes esperar, no debes esperar si quieres sobrevivir.



–¡Tú no me vas a decir lo que voy a hacer! Me voy al carajo. -Dio un portazo y salió del piso, el doctor llamó a su colega.



Ricardo llamó a Victor para contarle. Victor se quedó petrificado y sin poder hablar.

–<Guevón ¿no me vas a decir nada?>

–<Lo único que te voy a decir es que comiences cuanto antes, habla con el oncólogo, haz lo que te dicen, tu candidatura puedes esperar>

–<¡Estas loco! Yo me lanzó así me esté muriendo, no voy a perder mi Gobernación>

–<Vas a perder la vida>

–<Vete a la mierda tú también> -Le colgó.


Ricardo se puso a llorar y se fue a uno de sus restaurantes para beber solo en la barra, no quería a saber de nada ni de nadie. Emborracharse hasta olvidarse que tiene cáncer.

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