viernes, 12 de noviembre de 2021

Huevos revueltos. 286

 


–He estado averiguando Francia, y a ustedes ya le asignaron apartamento. Las dejé quedarse aqui porque aún no tenían casa y resulta que hace semanas se la dieron.

–Castro yo...
–Te voybagradecer que ambas se vayan de mi casa ya, yo me haré cargo de Naya, pwro en mi casa no las quiero. Mi esposo se fue por permitirles que se quedaran, bo voy a perder de nuevo a mi flaco por ustedes. -Francia le dio un sobre.
–¿Que es esto?
–Lee. -Castro abrió el sobre y leyó positivo. Su fue a la izquierda y leyó VIH.
–Mierda, mierda, mierda, que peo esta vaina.
–¿Que vamos hacer con esto? Se nos fue de las manos.
–Que se queden aqui o se vayan a tu nueva casa, no cambia nada. Se le fue de las manos a la inconsciente de tu hija. El medico sabrá que hacer, hay tratamientos que no afectan al feto.
–En esa casa no hay nada Castro. 
–Agarran toda la comida que necesiten y se la llevan, pero hoy las quiero fuera de aquí.
–Te estás comportando como un patán, un padre irresponsable. -Castro cerró los ojos y apretó el puño. Respiró.
–No te lanzo un coñazo, porque no le pego a las mujeres. Recoge tus cosas y llévate lonque te de la gana de la alacena. Yo voy a salir y cuando regrese.
–Esobes lo que faltaba, que me golpearas. ¿Quién va a cuidar a tu hija?
–Eso no es problema tuyo, ya eso está resuelto.

Agustín llegaba a su apartamento, lleno de culpa, decepcionado y arrepentido de lo que hizo. Se desnudó y se fue a la cama, llamó a la ogicina para decir que trabajaría desde casa. Sonó el timbre, se puso el interior y la franela, ve por el ojo mágico. –¿Castro?. Abre la puerta.
–Vine oara darte una sorpresa. No quería llamarte, fui directo al sotano, estaba tu carro y se me paró el guevo. Quiero hacerte el amor.
–Pasa. -Castro entra con temor y algonde vergüenza. Agustín cierra la puerta, Castro abraza al muchachony lo besa, un beso que transportó a Agustin alnorimer día que tuvieron sexo. Tuvo una erección inmediata, Castro lo abrazaba, lo tenía arropado entte subcuerpo y sus enormes brazos.

El formido hombre se quita la franela y Agustin le chupa las tetillas, le quita la franela al chico y le baja el interior. Agustín le desabrocha el pantalón, lo deja caer, se agacha, se quita el interior que lo tiene en los tobillos y le baja con cuidado el interior al hombre. El pene sale del interior moviéndose de un lado al otro, Agustín los sotiene con su mano y comienza a lamer el piercing viendo a Castro a los ojos.
–Cómetelo todo, te quiero coger por la boca. -Agustín vuelve a jugar con el piercing y su lengua y se introduce el pene lentamente, poco a poco va entrando mientras va salivando. Cuando Castro ve que el oene está casi dentro, le sujeta la cabeza con fuerza y comienza a empujarla y mueve sus caderas. El muchacho se ahoga y la saliva va ssliendonde su boca, sus ojos se inundan y se separa, tose, ve a Castro a los ojos y sonríe.
–¿Por qué mejor no me coges y me haces gritar como solo tu sabes hacerlo?. -El oene de Castro se puso más rígido, cargó a Agustín  y lo besaba mientras iba caminando.
–¿Dónde es el cuarto?
–Al final del pasillo, a la izquierda.
Llegaron a la habitación, con Agustín aún cargado lo sigue besando para luego lanzarlo a la cama. –Ábreme esas nalgas que voy a mamarte ese hueco. -Agustín levanta las piernas, Castronse arrodilla y se acerca al culo, lo ve bien y está enrrojecido, comienza a chuparlo y se detiene. Se limpia lo boca con el dorso de la mano.
–¿Quién te cogió? -El hombre se pone de pie. –¿Quién te cogió Agustín?
–¿Qué dices? -Baja las piernas y se sienta.
–El culo lo tienes irritado y huele a semen, encima no te la vas, acabo de probar leche de otro carajo. -Agustín mira a los ojos a Castro.
–Gabriel. -Castro se voltea y aprieta los puños, cierra los ojos. Voltea.
–Solo te puedo decir que fue el peor momento de mi vida, no disfruté ni un minuto. Me fui, ni me duché.
–Ya...no tengo razones para arrecharme, yo hice lo mismo. ¿Puedes ir a ducharte?
–Perdóname.
–Ve a ducharte flaco y hazte un lavado.Lo

Agustín salía del baño desnudo, ya seco. Castro estaba sentado en una butaca desnudo tomando un whisky en las rocas.
–¿Por qué estás tomando?
–Para calmar las ganas de golpearte, ven acaá.
–No Castro, tranquilo.
–Ven acá. -Castro abrió el tubo de lubricante y embadurnó todo su enorme pene. –Móntate.
Agustin se subió a la butaca, se sentó sobre Castro y se besaron. Con su mano le echó lubricante en el culo. –Ve metiéndolo, poco a poco flaco. -Agustín se levantó un poco para ubicar el pene y lentamente fue introduciendolo. Iba bajando, Castro le acariciaba el rostro a su novio.
–Tú no tienes idea de cuántonte amo mi flaco, te amo que jode. -Su pene iba por la mitad, la piel de Agustin estaba erizada, sus rostros estaban frente a frente y de nuevonse besan mientras que el pene entra por completo. Agustin suelta un debil gémido. –Ágarrate a mi cuello. El chico lo hace, Castronse levanta y se van a la cama. Sin retirar el pene se arrodilla en la cama y acuesta a Agustín que sigue con la piel erizada, vuelve a besarse, Cstro comienza a mover sus caderas suavemente, de frente y circular, Agustin suelta suspiros, se aferra al cuello de Castro mientras siente como el enorme pene se desliza dentro de él. 
Castro puso sus manos a los lados de la cabeza y miró fijamente a Agustín. –Nadie, óyeme bien, nadie te coge ni te cogerá como yo.
–No...Yo quiero que solo me cojas tú.
–No estás gritando, pero sé que estás disfrutando haciéndolo conmigo. -Agustín apretó.
–Tú también estás disfrutando ese culo.
–Todo tú. -Castro se movió poniendo a ambis de lado, levantando la pierna de Agustín y comenzó a moverse de nuevo. El chico cerraba los ojos, su cuerpo temblaba y su piel se enrrojecía. -Volvió a voltear a Agustin, ahira boca abajo, sus brazos apoyados en el colchón levantaba sus caderas dejándolas caer y el pene entrando por completo. Esta vez Agustín si gritó, su cuerpo se tensó. Castro retiró el pene y volvió a meterlo. Esta vez no se detuvo, levantó las caderas de Agustín, lo tómo con fuerza comenzó a moverse rápido. 
El muchacho no paraba de gritar, Castro retiró nuevamente el pene y lo volteó. –Guíndate. - Lo cargó y se puso de pie saliendo de la cama, cogió a Agustina de las nalagas y comenzó a moverlo. Su pene entraba y salía, Agustín gritaba, Castro gruñía. Luego de varios minutos se detuvo.
–¿Estas cansado?
–Si. -Castro retomó el movimiento por unos segundos más y volvió a detenerse. 
–Suéltate, tranquilo, te sostengo, pellízcame duro las tetillas. -Agustín las apretó y las retorció. Castro hechó para atrás la cabeza, cerró los ojos y gritó mientras acababa dentro de su chico que sentía las contracciones en su culo. Retiró el pene y elnsemen comenzó a salir cayendo al suelo. Agustín se estremecía.

Se tumbaron en la cama.
–Flaco, si quieres hoy mismo te puedes venir a casa. Ya saqué a las mujeres del apartamento. Les dije que cuando regresara no las quería en el apartamento.
–¿Y las dejaste solas? A ver si se roban algo. ¿Y Casilda?
–En el colegio, la señora que la cuidaba ya la contacté.
–Ya va, ¿Dejaste que todo eso pasara mientras estás aquí? ¿Tú estás loco?
–No va a pasar nada.
–Castro...no puedo creer que seas tan ingenuo, después de lo que te pasó.
–Deja la angustia flaco, arregla tus cosas y te vienes conmigo. Hay otra cosa.
–Coño...¿Qué?
–Naya tiene VIH.
–El coñodesumadre ¿Y ahora?
–Tratamiento supongo...ya dirá el médico. Sonó el celular. –Me está llamando la señora, ya debe estar en casa. Hola señora Delia, ¿Cómo está?...¿Cómo que no ha llegado, llamó al colegio ¿Y el transporte?...ya voy a llamar.- Me está diciendo que Casilda no ha llegado del colegio.
–Ay Castro... -Llamó al colegio y le dijeron que la chica Naya la buscó.

–TE LO DIJE CASTRO, TE LO DIJE.
–YAAAAA, NO ME MORTIFIQUES MÁS DE LO QUE ESTOY















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