miércoles, 17 de noviembre de 2021

Huevos revueltos. 289

 


Dos de la madrugada e Ignacio no podía dormir. No sabía si era por no estar en su cama, estar con Carmen en la casa donde ahora viviría o por saber quien es realmente Carmen.


–Mañana me caso con Ignacio para irme tranquila de viaje. Quiero que lo protejan, lo lleven y lo traigan donde él diga pero no le quiten ojo. Traigan más hombre oara cuidar la casa y los carros los ocultan, yo estaré 15 días fuera. Cuidan a Ignacio con su vida. Le pasa algo y ustedes mueren. ¿Entendido? 
–Si patrona, no se preocupe.

Carmen fue a la habitación, Ignacio se hizo el dormido. La mujer se acercó y le dio un beso en la frente, se quitó la ropa y se colocó una bata. Se acostó. A los 15 minutos Ignacio la escuchó roncar, con cuidado se levantó, fue a orinar y salió de la habitación.

–Buenas noches. -Le dice a unonde los escltas que está fuera de la habitación.
–¿Necesita algo?
–No...bueno, voy a buscar agua.
–Yo se la busco.
–No, no, tranquilo, yo la busco. -El hombre seguía a Ignacio. –Te dije que yo lo busco.
–Tengo órdenes de estar a su lado donde vaya.
–Voy a la cocina, no voy a salir a la calle. Quédate aquí. ¿Dónde está Gilberto?
–En la cocina,, yo lo busco...
–Yo voy, busco agua y hablo con Gilberto.

Ignacio fue a la cocina y vio a Gilberto sentado en una silla con las piernas apoyadas en la mesa. Abrió la nevera, tomó agua y se acercó al hombre.
–Gilberto. -Lo.movió por el hombro y el escolta se despierta abre los ojos y se incorpora apuntando al chico con el arma.
–Chaaamo...ba...ja el arma...soy, soy yo...Ignacio, el novio de tu jefa. –Gilberto bajó el arma y la guardó.
–¿Qué quiere? -Ignacio recuperaba el aliento.
–Bueno...venía...para decirte...ya que Carmen dijo que tú estarías para entretenerme mientras tu jefa no está...Vamos a tirar. -A Ignacio le brincaba el corazón en el pecho.
–Eso será cuando la patrona esté de viaje, mientras esté aquí usted es intocable.
–Está dormida, vamos a darle, un rapidito, anda...anda vale, es un momentico
–No se va a poder señor.
–Anda vale, un ratico, por fa. Te lo mamo.
–Sígame y haga silencio. -Llegaron a un baño común y Gilberto entró, luego Ignacio. El escolta empujó el pestillo y encendió la luz. Le hizo un gesto al muchacho para que le desabrochara el pantalón. Ignacio se arrodilló y comenzó a quitarle la correa, le bajó la cremallera y bajó el pantalón hasta las rodillas. Un interior gris ocultaba un enorme bulto, el grueso pene esta de lado dentro del interior, Ignacio lo tocó apretándolo. 
–Lo tienes enorme. -Le susurraba mientras bajaba el interior. Al ver el pene quedó sorprendido. –Verga. -Su mano se cerró alrededor del pene y lo miraba. –Tienes el guevo exacto a un amigo que es cura, marico, es igualito, mierda.
–Mama y cállate. -Ignacio comenzó a lamerle el glande, le pasaba la lengua, su mano sujetaba el pene, Gilberto le apartó la mano. –Trágatelo todo. -El muchacho comenzó a introducirlo en su boca, poco a poco entraba hasta que no podía más y regresaba al principio y volvía. –Bájate más asi te entra todo. -Ignacio se agachó quedando más abajo del pene, Gilberto le puso la mano en la cabeza, movió su cadera hacia adelante y empujó la cabeza del chico. El pene bajó por la garganta, Ignacio veía a Gilberto con los ojos inundados de lágrimas. Le soltó la cabeza e Ignacio se sacó el pene soltando un fuerte quejido mientras caía saliva al piso. Gilberto le dio un cachetada. –¡Coño no hagas ruido!
–Cógeme.
–No.
–Anda, un poquito. -Ignacio se puso de pie y se bajó el mono hasta los tobillos, se dio la vuelta abriendo sus nalgas. Gilberto dejó caer saliva en el culo y en su enorme pene. Apoyó el pene y comenzó a empujar agarrando a Ignacio por el hombro, lo voltea y lo pega contra la pared penetrándolo. Le puso la mano en la boca, Ignacio gritaba aguantando el dolor, la mano de Gilberto le apretaba la boca para que no se escuchara el grito. Empujó varias veces, se quedó pegado a Ignacio mientras eyaculaba dentro de él. Retiró el pene y se subió el pantalón.
–Súbete el pantalón y sal, te vas a tu cuarto.
–¿Y tú?
–No es tu problema, sal.

Ignacio regresó a la habitación, eran casi las tres de la madrugada, se mete en la cama y siente como el semen sale de su culo. 
–Mierda...
–¿Qué pasa cariño?
–Nada, tengo ganas de ir al baño. -Vuelve a la cama y se acuesta dándole la espalda a Carmen que se acerca a él por detrás y lo abraza.
–Estuviste un buen rato fuera de la cama ¿Dónde estabas?
–No podía dormir.
–Ok...

Raúl se lavaba los dientes, detrás de él , Mauricio se afeitaba con la máquina. 
Se enjuagó y se volteó a ver a Mauricio.
–¿Es tu última palabra? No me vas a acompañar a casarme?
–No voy a ir a ver ese desastre. -Raúl le dio un beso en la boca y Mauricio bajó su mano metiéndole dos dedos en la vagina.
–Ay que rico, sigue, sigue, juega con ella. -Raúl le tomó el pene y comenzó a masturbarlo, los dedos de Mauricio se movían rápido, Raúl hacía lo mismo hasta que el medicó soltó un gemido y el semen brincó al abdomen del chico.
–Pero tú estabas cargadito y anoche tiramos., Vamos a ducharnos de nuevo.

Raúl llegaba al registro con Leoncio y sus dos testigos, había mucha gente y dos camionetas enormes y negras con cuatro hombres de negro y con lentes oscuros.
–Aqui adentro hay un pesado. 
–Si pero primero me caso yo, ahi está Cristina y mi suegro.
–¿Qué pasa aquí?
–Se nos adelantó una mujer y se va a casar primero que nosotros.
–¿Y quién es esa tipa? ¿Una narco? ¿La primera dama? Voy a a veriguar.
–No, no chamo, no te van a dejar entrar, los guardaespaldas te van a bloquear el paso. -Le decía Cristina. –Que importa si nos casamos ahora o mas tarde, el caso es casarnos.
–Igual voy a ver quien coño es. -Raúl se acerca y efectivamente los escoltas no lo dejan pasar, pero mientras intenta cruzar pasa Ignacio.
–¡Hey, hey, Ignacio! Pana yo conozco al novio, dejame pasar ¡IGNACIOOO! - Ignacio lo ve y se scerca diciéndole a los escomtas que lo dejen pasar.
–Marico, ¿Con quién te casas? Porque con Jorge no es.
–Es una mujer chamo, luego te explico ¿Y tú?
–Igual que tú, me caso con una mujer, es un parapeto. -Le dijoncasi en susurro. Pero con la que te casas es un chiva. ¿Te casas con la Reina del Sur? Jajajajajajajajajaja
–Jajajajaja pendejo, no vale. Hablamos luego, chamo que impresionante tu cambio.
–¿Para bien?
–Si, si...bueno, te dejo que esto va a empezar.

Salieronndel registro y se montaron en la camioneta, sin arrancar aún.
–Ya somos marido y mujer, ahora ya eres dueño de tu negocio, duelo de mi vida y de mi fortuna. Te voy a dejar en casa y yo sigo al aeropuerto. Te quedas con los escoltas que te buscaran y te llevaran donde tu digas. Toma esto. -Carmen le da un maletín negro.
–¿Qué es esto?
–Ábrelo. -Ignacio abre la maleta y al ver pacas de dólares abre los ojos y se pone nervioso.
–¿Qué quieres que haga con esto?
–Que lo gastes, cómprate ropa, cambia de carro, sal de fiesta con tus amigos, haz lo que quieras, cierra la maleta.
–Carmen yo no...esto es mucho dinero.
–Y habrá más mientras estés conmigo mi amor. Disfruta que yo también lo hago.
10 minutos de silencio en la camioneta y Carmen rompe el silencio.
–Gilberto está para complacerte a ti y sacarte a pasear cuando yo no esté mi amor. Lo de anoche no quiero que se repita, porque las consecuencias las paga Gilberto. Ya recibió una advertencia. –Ignacio ve a Carmen a los ojos.
–¿Qué le hiciste?.
–Lo castigué. 15 dias sin ver a su hijo ni a su mujer y 20 latigazos. Yo creo que ya entendió las reglas.
–Carmen yo...fue mi culpa, yo le insistí hasta que accedió.
–No.me sigas diciendo cosas porque te quito la maleta. Es broma cariño, tranquilo, si no es Gilberto es otro. Acistúmbrate a que no veras a los mismos escoltas, cuando se engolosinan, se envician y quieren hacer desastres y hay que despacharlos.
–Voy a creer lo que un amigo me dijo en el registro. Que me casé con la Reina del Sur.
–Cariño, tengo dinero, mucho, pero no llego a esos extremos. Ponte la capucha nuevamente. Arranca.

Al llegar a la casa, Ignacio pregunta por Gilberto y va a su habitación. Era pequeña pero con tidas las comodidades, estaba adolorido y acostado.
–Me debes una carajito, me dieron una paliza por tu culpa.
–Te lo compensaré. ¿Necesitas algo?
–Que me dejes solo.
–Carmen me dejó un maletín lleno de dólares, te doy una parte.
–Déjame solo. -Cuando se da media vuelta para irse Cilberto lo detiene. –Espera. -Con dificultad se sienta en la cama. –Tengo un hermano que estudió para cura, se llama Renato. ¿Es tu amigo?

Ignacio se pone pálido. –Si...






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