martes, 30 de noviembre de 2021

Huevos revueltos. 297

 


Ignacio iba detrás en el asiento de atrás con la capucha puesta. 

–No entiendo por qué me pones esta capucha, luego que desapareces a mi amigo, no me obedeces porque soy tu jefe, cuando Carmen no está, yo soy tu jefe.
Gilberto frena la camioneta de golpe, le quita la capucha y le lanza el celular de Jorge.
–Este es el celular de Jorge. ¿Que hiciste con él? ¿Lo mataste? ¿Mataste a mi amigo?
–Ponte de copiloto. -Abre los seguros e Ignacio se baja. Intenta irse pero Gilberto se baja y sace su arma, apunta al chico mientras está de espalda.
–Das otro paso y te disparo. -Ignacio volteó.
–¿Vas a matarme a mi también?
–Te dejo escapar y muero yo o mi familia y si te mato corro la misma suerte entonces me mato y se acaba esto. Móntate en el carro y te explico.
Ignacio se monta en el asiento del copiloto. –¿Quién es Carmen?
–Tu amigo está vivo, sin un rasguño, debí matarlo porque esa fue la orden. La patrona mandó a matar al hombre que mas he amado en mi vida. Ella sabe donde dar para que te duela. No quiso matarme quiere verme sufrir.
–¿Para que sigues trabajando con ella?
–De este trabajo solo sale muerto Ignacio.
–Ella es narcotraficante. -Hubo silencio, Ignacio volvió a hablar. –¿Era tu novio? Por mi culpa mataron a tu novio.
–Trabajamos juntos pero ya no era mi novio, pero era alguien que amaré toda la vida.
–Y Carmen te lo mató. -Gilberto vio a Ignacio con odio.
–La culpa es mia por permitir que un extraño llegara a la casa.
–¿Pof que lo permitiste?
–Torpeza, estoy para complacerte mientras la patrona no está, eso lo sabes.
–Esa es tu arrechera, que te pusieron de entretenimiento sexual. -Gilberto volvió a frenar la camioneta, se quitó el cInturón de seguridad y se acercó al muchacho besándolo en la boca, Ignacio se le aceleró el corazón. Gilberto se separó apenas centímetros de tu boca.
–Me gustas que jode pendejo, por eso cometo errores, por eso hay que saber hacer las cosas, por eso te voy a a ayudar a que sobrevivas a esto.
–¿Sobreviva? Gilberto...yo no soy como tú, yo soy el esposo de esta mujer.
–Ay carajito ya tú no eres tú, deja la tonteria, estas metido en la boca del lobo, Carmen está embobada por ti y lo que le pidas lo va a hacer, pero ella es implacable. Tu la ves con su cara de tonta, oero esa mujer es peligrosa.
–Carmen es...-Otro beso calló a Ignacio, la lengua de Gilberto jugaba dentro de su boca.
–Yo no quiwro complacerte, quiero ser algo más. Voy a ayudarte, pero tienes que hacerme caso.
–Yo quiero salirme de esto.
–Ya te dije que de esto sales muerto. Quiero que sobrevivas y yo te voy a enseñar a sobrevivir en esta vaina.

Temprano, aún sin salir el sol, Juan Pablo se levanta y va a la habitación de Berta para despertarla. –Hoy es el día.
Varios empleados se habían ido del instituto, sabiendo lo que iba a pasar. Juan Pablo y Berta cargan unos bidones que van derramando por varias partes de la enorme casa.
–Cierra las puertas con llave de las habitaciones.
–Van a morir todos.
–Si, que esta gente muera y nosotros vivos a cumplir nuestra venganza, que toda esta casa se achicharre. -Fueronna la cocina a comenzar el fuego ahi y luego prender fuego al resto de la casa. Una vez que comenzaron las llamas, corrieron, cada uno cogió un cuchillo. Juan Pablo abrió la reja de salida, al estar al otro lado viendo como se incendiaba la casa, cerraron la reja con llave y botó el llavero hacia un barranco. Corrieron tres cuadras y se detuvieron.
–¿Dónde vamos?
–Yo no sé donde vas a ir tu, yo voy a matar a Ignacio. -Sacó del bolsillo un para de pacas de dinero. –Toma, para que puedas moverte. Yo me voy.
–Espera. -Dijo Berta. –Por si no te vuelvo a ver. -Le dio un beso en la boca, Juan Pablo se limpió la boca con el dorso de su mano.
–Lárgate, yo no quiero verte más.
–No me trates así luego de todo lo que hemos pasado. -Juan Pablo salió corriendo.
–Voy a matar a Ignacio, voy a matar a Ignacio.

Ramón estaba firmando su boleta de salida y recibía ennuna bolsa sus pertenencias.
–¿Puedo entrar de nuevo y despedirme?
–Puedes.
–No me quiero ir.
–Las reglas son las reglas. Tienes cinco minutos.
Ramón entra y va a las celdas, los aplausos invaden todo el recinto, se acerca al pran.
–Te nos vas jeva. Tu reemplazo no aguanta la pela como aguantas tú.
–Te voy a extrañar.
–Aaay vale, deja la mariquera.
–¿Puedo abrazarte y darte un beso? -El pran le pone la punta del chuzo en el cuello.
–Deja la mariquera jeva o te desangro aquí. Lo empujaba mientras lo llevaba hacia un espacio solitario y oculto. Le dio un beso en la boca mientras se desabrochaba el pantalón.
–Mámalo y te tragas la leche para que te vayas con mi sabor, jeva. -Ramón se agachó y se introdujo el pene en la boca, olía a orine, era algo normal el olor desagradable pero ya estaba acostumbrado. Sintió el tibio seme en su boca y tragó. Se puso de pie y el pran le dio una cachetada.
–Sigue igual de puta en la calle, toma esto, disfruta tu libertad por un rato, cuando desees volver entiérrasela a alguien varias veces, que se desangre y vendrás de vuelta aquí. Mata a un policía, la pena será mayor y te quedas conmigo para siempre. -Ramón se guardó el chuzo y se fue.
Al salir de la cárcel estaban varios policias custodiando, se despide y camina, a lo lejos ve a alguien.
–¿Vinieron a buscarme, quién?  -La persona levanta la mano saludando y Ramón camina hacia ella hasta que reconoce que es Berta. –¿Qué haces aquí?
–Vine a buscarte. Berta busca en el bolso y Ramón saca el chuzo que guardaba en el pantalón, abraza a Berta y le clava en un costado el chuzo.
–Lo siento, no puedo irme de la cárcel. Saca el chuzo del cuerpo de Berta y esta se queda inmóvil mirándolo, pone su mano en la herida y se va caminando como si nada. Ramón se queda parado viéndola, ningún policía se mueve, nadie se dio cuenta de lo que ocurrió. Voltea a ver a los policías. "Cuando desees volver entiérrasela a alguien varias veces, que se desangre y vendrás de vuelta aquí. Mata a un policía, la pena será mayor y te quedas conmigo para siempre." Camina hacia el policía más cercano.
–¿Qué pasó Ramón, la mujer te dejo? -Vuelve a sacar el chuzo y de una vez se lo clava al policía una y otra vez hasta ver al hombre convulsionar y escupir sangre. Cuatro policias se acercan y cogen a Ramon quitándolo de encima del policía muerto. Lo esposan y lo llevan hacia la carcel. Ramón va sonriendo.

Juan Pablo llega al nivel donde está el local de Ignacio, se pone la capucha del suéter y se acerca, los escoltas se ponen alerta.
–Hola, vengo a comprar un celular, quisiera hablar con el dueño. 
–Ya lo llamo.
Jorge llega al local, luego que Ignacio lonllama a su trabajo para informarle que tiene el celular. Ve a Gilberto.
–Eres un maldito.
–Maldito sería si te hubiese matado.-Jorge intentó acercarse pero el escolta sacó el arma. –Un paso más y te mato.
–¿QUE COÑO HACES TU AQUI MALDITO LOCO!  -Jorge voltea a ver, los escoltas se ponen alertas y sacan sus armas.
–¡Es el albino! -Juan Pablo saca el cuchillo y de una vez se lo entierra a Ignacio en la barriga, los escoltas cogen a Juan Pablo y se lo llevan, Gilberto carga a Ignacio.
–Nacho, Nacho.
–Apártate.
–Voy contigo.
Los otros escoltas tienen a Juan Pablo en el sótano.
–¿Me van a matar? Ya hice lo que tenía que hacer. -Se arrodilló y recibió un disparo en la frente.
En la camioneta, Jorge va con la cabeza de Ignacio en sus piernas apretando la herida.
–¡DALE UNAS CACHETADAS, QUE NO SE DUERMA CARAJO!
–¡No reacciona, está pálido! Nacho, Nacho, no te mueras Nacho! NAAACHOOOOO.


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