Teodoro corrió hasta donde estaba Lucas que veía la vitrina de una tienda.
–¿Te quieres comprar eso mariquito?
–¡Deja vale! Te pasaste con el chofer.
–Ay gran vaina, ese tipo echa pa’ lante, me
dijo “no, no eres menor de edad”. Tas claro que el tipo quería que se lo
mamara.
–O sea que se lo quieres mamar tú.
–Bueno guevón si tú no quieres yo sí.
–Bueno, ya, yo quería decirte una cosa.
–¿Qué será? ¿Entramos y compramos algo
aquí?
–No tengo plata, mi papá no me ha
depositado la mesada. Mira, me gustó que me defendieras allá en el baño, aunque
no debiste hacerlo, ver que te importo eso me alegró.
–Eres mi amigo ¿no? Yo a los amigos los protejo.
–Pero te viste como novio celoso, cuidando
lo que es suyo.
–Es que tú eres mio.
–Tú sabes que quisiera ser tu novio.
–No empieces con tus mariqueras de
noviecitos de manos sudadas, que tostón vale, deja esa paja. Yo te quiero, eres
mi amigo del alma pero ya. Que te coja no quiere decir nada.
–Para mi significa mucho.
–¿Ah si? Pero le diste culo al idiota ese.
–Me dio rabia.
Teodoro lo jaló de la franela y entraron a
la tienda, le puso la mano en la cabeza y lo despeinó.
–Escoge algo que yo te lo regalo.
–Mi papá me va a preguntar.
–Le dices que te lo regalé yo y ya, dale
vamos a probarnos vainas.
Mas de una hora probándose ropa y al final
cada uno se llevó tres piezas. Se fueron a la caja a pagar.
–¿Cuentas separadas?
–No, lo pago yo, se lo regalo a mi novio.
Chica, ¿te gusta mi novio? –La cajera se sonrió. –Es lindo.
Teodoro giró la cara y le dio un beso a
Lucas metiéndole la lengua.
–¿Qué haces?
–Ah pues dándote un beso, ¿no querías ser
mi novio? Los novios se besan.
–Disculpen. –Se acercó el gerente de la
tienda. –Les voy a agradecer que paguen lo que compraron y se retiren del
local.
–¿Por qué? –Dijo Teodoro
–Porque están incomodando a los otros
clientes.
–¿Incomodando? -Teodoro cruzó los brazos y
levantó una ceja. –¿por besarnos? ¿No puedo darle un beso a mi novio?
–No, dentro de este establecimiento no se
puede.
–¿Qué no se puede, dos hombres besándose
o cualquiera besándose.
–Por favor, salgan.
–Respóndame ¿Nos bota porque somos maricos?
–Teo vamonos, van a llamar a la policía.
–¡Cállate Lucas o te vas de aquí!
–No se aceptan actos que vayan contra la
moral y las buenas costum… -Teodoro le lanzó un golpe en la cara que hizo
tambalaear al encargado de la tienda, la gente comenzó a gritar y defender a Teodoro mientras otros gritaban
que los sacaran. Llegó la vigilancia del centro comercial.
El hombre le devolvió el golpe a Teodoro
que apenas le dio pues logró esquivar. –Te voy a denunciar homofóbico. Y esta
tienda te la cierro mamaguevo. Te vas a acordar de mi.
–ESE ES EL HIJO DEL DIPUTADO SUCRE,
COÑOEMADRE, ASESINO, CORRUPTO, QUE METAN PRESO A TU PADRE, ESCORIAA!
Teodoro y Lucas no les quedó más remedio
que salir corriendo.
–Marico, de vaina y nos matan ahí adentro.
–Mierda, seguro que alguien nos grabó
y Ricardo se va a enterar, tengo que
avisarle.
–Llama al chofer, me quiero ir de aquí nos
van a linchar y yo no tengo nada que ver con tu papá.
__________
–Tú como que no le pones reparo a tu hijo.
Hace contigo lo que le da la gana y encima nos interrumpió.
–¿Y tú crees que no se va a repetir?
–Ay no creo, no sé.
–Que tonta eres suegrita.
–Mira quiero que me consigas a dos de tus
hombres de total confianza para un trabajaito.
–Ay Yolanda no te metas en peos mira que
estás en libertad condicional.
–Tranquilo yerno, yo haré las cosas bien.
Ricardo la dejó sola y llamó a una persona.
–<Quieo que rastrees este número, voy a llamarlo>
Volvió a llamar a Catire. Le atendió y se
puso a hablar con él alargando la llamada. Reclamándole que no fue a buscarla y
que se había ido de la casa.
–<Me mudé Yolanda>
–<¿Solo?>
–<sí, claro>
–<Te puedo demandar por abandono de
hogar, seguimos casados>
–<Haz lo que quieras>
–<¿Dónde estás viviendo?
Catire colgó la llamada.
Minutos después a Yolanda le daban la
ubicación de Catire. La mujer le pidió uno de los carros a Ricardo para ir a la
dirección, aún Catire seguía en la misma zona. Preguntó en los tres edificios cercano
s a la ubicación y uno de los vigilantes le dijo que efectivamente el actor Catire vivía ahí. Yolanda le entregó
un dinero por la ayuda y subió.
Tocó la puerta y le abrió una muchacha, sin
decir nada Yolanda entró al apartamento.
–Así que tu vives aquí con mi marido, puta
del demonio.
–¿Quién es usted?
–Yolanda la esposa de Catire mijita, ¿dónde
está? Dile que salga.
–Salió un momento, viene en un rato.
–Lo esperaré.
–Oiga señora, usted no puede…
–Claro que puedo, este apartamento es mio
también, traéme un café.
La muchacha se fue a la cocina a buscar un
café, Yolanda fue detrás de ella con un cuchillo que sacó de su cartera.
Tres veces enterró el cuchillo en el cuerpo
de la chica a la altura de los riñones.
–Para que te quede claro que con lo mío
nadie se mete.
Limpió el cuchillo y sus manos, secándose
con papel absorbente, sorteó los charcos de sangre para no pisarlos y tomó un
trapo para abrir la puerta e irse.
Se fue por las escaleras.
–Muchas gracias señor.
–¿Ya vio al joven?
–No estaba pero me atendió su novia.
–No, esa chica no es la novia, es la
hermana que está de vacaiones, vive fuera.
Yolanda cerró los ojos y suspiró. –Hasta
luego
Recibió un mensaje.
–Estos son los números de los agentes.
Cuadra una cita, no hables nada por telefono ni mensajes.
Llegaba el chofer a buscar a los muchachos.
–Llévanos a mi casa Julio, Lucas se queda
conmigo.
Lucas se quedó dormido cinco minutos
después de montarse en el carro.
–¿Qué pensaste de lo que te dije antes?
–¿De qué?
–No te hagas el guevón. Mira casi nos matan
en una tienda, nos besamos y de vaina no lo contamos. –Julio estabaentre
aturdido y sorprendido de lo que decía Teodoro que casi nunca le hablaba.
–Déjense de esos juegos chamín la gente es
intolerante.
–¿Y tú? ¿eres tolerante? ¿Estás abierto a
experimentar cosas?
–Teodoro, quédate tranquilo.
–¿Por qué? ¿Si no me quedo tranquilo no
respondes?. – Le puso la mano en el muslo casi en la parte interna. Julio pisó
el freno y le quitó la mano. Lucas despertaba.
–Deja la vaina carajito, no quiero perder
el trabajo.
–No lo vas a perder, voy a hablar con
Ricardo para que te suba el sueldo.
–No quiero que me suban el sueldo, quiero
conservar mi trabajo.
–Vas a caer. Me vas a pedir culo.
Lucas se hacía el dormido escuchando lo que
decía Teodoro. Julio no volvió a hablar.
Llegaron a la casa y Lucas se bajó del
carro. Teodoro se puso en la ventana del piloto.
–Te voy a mamar ese guevo y vas a suplicar
que te de el culo, ya verás, chao.
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