martes, 30 de enero de 2018

INQUEBRANTABLE 6 Capítulo 9


Teodoro buscaba a Julio, el chofer, en su habitación para irse a buscar a Lucas. Se llevarían el carro nuevo del chico.



–¿Pero tú después me vas a llamar para que te busque donde estés?.

–No vale, yo manejo.

–¿Tú ya sabes manejar?

–Si.

–¿Quién te enseñó tu papá?

–No, yo solo.

–Ay Teo, mosca con lo que vas hacer, mira que no tienes licencia.

Teodoro se sacó la billetera y le mostró la licencia, el certificado médico y la cédula que decía que tenía 18 años.

–Eso es un delito chamo, puedes meterte en problemas, bueno, tú no, tu papá.

–Marico, eso se llama tener un papá con dinero e influencias, mi papá es diputado y candidato a la Gobernacion.

Julio que manejaba movió la cabeza y abrió los ojos y suspirando.

–Deja la angustia, no va a pasar nada, métete por esta calle y al final cruza a la izquierda y sigues derecho.



Llegaron al edificio donde vive Lucas.

–Ya va, antes de llamarlo, déjame mamarte el guevo.

–Verga chamo, estamos en la calle.

–Deja el miedo, apaga el carro y pon el tapasol, es de noche.



Julio estaba nervioso pero ya tenía una erección, terminaba de colocar el tapasol y Teodoro le bajaba el cierre al pantalón.

–Chamo rápido.

Teodoro sacó el pene por la abertura y comenzó a mamar, jugaba con el glande moviendo su lengua alrededor para luego meterse el pene completo en la boca.

–Ay chamo coño, que rico, mamas divino.

Teodoro se esmeró más succionnando el pene del chofer que se movía en el asiento.

–Avísame cuando te vengas.

–Si, si dale, yo te aviso.

Teodoro continuaba con el pene dentro de su boca y ya sentía como Julio estaba a punto, sus piernas se tensaban, su abdómen se contraía.

–Ahí voy, ahí voy sal.

Teodoro se aferró y comenzó a mamar con más fuerza hasta sentir como el líquido tibio recorría su boca e iba tragando.



–Uuff marico, estabas cargadito. ¿Desde cuándo no te coges a tu esposa?

Julio se recostó del asiento recuperando el aliento.

–Cuando me fui tenía la regla y ahora en tu casa pues nada de nada, ni una paja.

–¿No te gusta cogértela con la regla?

–A ella no le gusta. Chamo llama a tu amigo. –Encendió el carro y puso el aire.



Lucas bajaba y Teodoro se puso en el asiento de atrás con su amigo.

Le dio un beso en la boca metiendo su lengua.

–Le acabo de mamar el guevo a Julio y me acabó en la boca.

–¡Marico que cochino eres! ¿y me vas a besar? ¡puerco!



Julio veía por el retrovisor a Lucas y movio la cabeza desaprobando lo sucedido, su cara se puso roja de la pena.

–Ay yaaa, deja la quejadera. Julio, maneja a tu casa y de ahí ya nos vamos nosotros.



Dejaron a Julio en su casa, Teodoro se puso de piloto y el chofer se acercó a la ventana.

–Carajitos, tengan cuidado, la ciudad es peligrosa pa’ dos chamos como ustedes, es una locura lo que van a hacer.

–Tranquilo que yo lo cuido Julio, chao, me debes una cogida.



Lucas en el asiento de atrás se puso las manos en la cara, estaba nervioso.

–Marico deja el miedo y vente para adelante, no me dejes aquí solo.

–¿Y si nos pasa algo?

–Tengo esto. –Se agachó y sacó debajo del carro un arma.

–Marico, te pasaste guarda esa mierda, ¿por qué trajiste eso?

–Por lo que dijo Julio, esta ciudad es peligrosa, hay que estar preparados.

–¿Para qué, para matar a alguien?

–Si es necesario sí. Está arrechísima ¿verdad? Se la quité a mi papá.

Teodoro seguía manejando sin saber toadavía donde ir, Lucas estaba impresionado como manejaba  de bien el carro.



–¿Cómo hiciste con los escoltas?

–Les di plata para que murieran callados.

–Marico por favor no vuelvas a sacar la pistola esa, me da caga.

–Que jeva eres.



Llegaron a un local gay relativamente nuevo y exitoso desde que abrió, estaba cerca de uno de los locales de Ricardo. Los muchachos estaban bien vestidos, parecían de la edad que decían sus falsas credenciales.



–Tienen que hacer la cola y esperar.

–Chamo estás  hablando con el hijo del dueño de media cuadra de esta zona, el nuevo Gobernador, soy Teodoro Sucre Montenegro.

–Ajá.

–Llama a tu jefe si no quieres meterte en problemas, llámalo, llama a Orlando Texeira, él está ahí dentro.



El portero se quedó inmóvil por un momento y entró al local dejando a su compañero cuidando.

–Denme sus cédulas. –Les dijo el otro hombre.

Las recibió y vio con detenimiento las credenciales. –Tienen cara de carajitos ambos, ¿están seguros que tiene 18 años?

–Si y el es 3 meses mayor que yo. -Le dijo Teodoro.



Salió el portero.

–Entren estos dos, el cover son 40 mil cada uno.

Teodoro sacó su tarjeta de crédito negra. –Pásala.



Entraron al local y la música estaba a tope y el aforo sobrepasaba el permitido.

–Marico hoy nos vamos a volver mieeerdaaaaaaa.



Pidieron los primeros tragos y se pusieron a bailar como en la pista que estaba a reventar de gente. En las alturas habían hombres en interiores de cuero blanco bailando, luces de colores, estridencia, droga y alcohol para nunca acabar.



Mientras bailaban y bebían, ambos se besaban en la pista, Lucas le tocaba el pene por encima del bluyín.

–Me lo estás parando.

–Esa es la idea.

–Que puta eres.

–No más que tú, voy al baño.

–Mosca donde dejas el trago, mejor bébetelo y pedimos otro.



Lucas se fue al baño y Teodoro bailaba solo en la pista mientras observaba a la gente, de repente vio a alguien conocido, intentando distinguir quien era pues las luces no lo dejaban, fue acercándose.

–HOLA PROFE, ESOOOO ¿QUE HACE AQUI? NO SABIA QUE ERA MARICO, QUE BIEN.

–TEODORO POR FAVOR NO LE DIGAS A NADIE QUE ME VISTE AQUI.

–NO LO OIGO, VAMOS A LA OTRA AREA.



Se movieron y se fueron a una zona donde no se escuchaba el escándalo de la música, un lugar más tranquila, con música pero no tan alta, butacas, sofás, mesas y sillas adornaban el lugar, se sentaron, algunas parejas se besaban, habían hombres y mujeres.



–Es primera vez que vengo a este sitio. ¿Pero tú como entraste?, eres menor.

–Contactos profe. Me alegra que seas uno de los nuestros.

–No comentes con nadie esto.

–Bueno, eso tiene un precio, yo me callo, usted me pasa la materia, ah y me coge y se lo mamo, esas tres cosas tienen que suceder para que yo cierre la boca.

–Coño carajito, no tienes edad para estar chantajeándome así.

–Tengo edad para contarle a todos que estabas aquí y que me violaste. Tengo una mamá acttriz, algo he aprendido.

–A mi no me vas a joder carajito.–Lo sujetó con fuerza del brazo.

–¿Quieres que te recuerde quien mató al estudiante aquella tarde en el colegio?

El profesor soltó al muchacho y se fue del lugar y del local.



Teodoro salió y se fue a buscar a Lucas que estaba parado en el mismo sitio donde había dejado a Teodoro. Le contó el porqué no estaba ahí. Lucas no salía de su asombro de la actitud de su amigo.  Se fue a pedir dos tragos más y le pidió que no se moviera de ahí.



El chico se puso a bailar. Se quitó la camisa y se la colocó detrás en el bluyín. Un muchacho que no pasaba los 20 años.

–Hola.

–Hola, ¿qué más?

–Eres muy guapo. –Le dijo el muchacho a Teodoro.

–Gracias, ¿pendiente de sexo?

–Bueno, no, pero si tu… Teodoro lo besó metiéndole la lengua en la boca y sujetándole la cabeza.

Lucas llegaba con los tragos y los vio besándose, le tocó el brazo a su amigo.

–Lucas, gracias, mira, un amigo.

–¿Ah si? Y ya te besas con él.

–¿Ustedes son pareja?

–Que más quisiera él, somos panas.

Lucas lanzó el trago de Teodoro en el piso y se alejó.

–Vente acompáñame, eso es un berrinche.



–¿Qué te pasa? ¿Que es eso de lanzarme el trago al piso?

–Marico, ¿por qué siempre me tienes que humillar frente a la gente?

–Coño es jodiendo Lucas, deja la mariquera.

–DEJA LA MARIQUERA TU COÑO, BESÁNDOTE CON CUALQUIERA, TIENES SIDA, ME LO PEGAS Y SIGUES MOLESTANDOME.

-El muchacho se quedó parado ahí escuchando, Teodoro cerró los ojos. –Ok, supiste joderme, ya. Chamo no le hagas caso, anda arrecho y dice guevonadas.

–Marico vamos a hacer un trio con este pana. Lucas, Lucas, tu sabes que te adoro y eres importante para mi, no te pongas así, vinimos a pasarla bien, levántate de ahí.



Luego de un rato Lucas se levantó y regresaron a la pista los tres, bebieron, bailaron, se besaron los tres, ya estaba sin camisa, brincaban y seguían bebiendo.



–Guevon vámonos a tirar los tres, ¿quieres? Tengo sitio, en mi apartamento.

–¿Vives solo?

–No, es un apartamento vacío, no va nadie. Tengo copias del apartamento de soltero de mi papá marico, nos vamos ahí y tiramos como conejos. –Le dijo a Lucas que ya no podía sostenerse en pie.

–Fino pana, le damos, puedo quedarme a dormir.

–CLAAAARO, Y MAÑANA SEGUIMOS TIRANDO.



Estuvieron un buen rato más y luego salieron del local. Los tres estaban borrachos, Lucas más.

Llegaron al carro, Lucas se acercó a la puerta para sostenerse y no aguantó las ganas de vomitar.

–Maaaarico, menos mal que soltaste esa vaina en la calle y no dentro del carro porque te mato.

–¿Si, me matas? Bueno para ti no es problema matar gente. Este carajo que nos va a coger mató a un alumno del colegio donde estudiábamos.

–No le hagas caso que anda peo. Móntate.

–Coño tu amigo está borrado, ¿estás seguro que nos lo vamos a coger?

–Claro, nos lo cogemos así borracho, me coges a mi, te cojo si quieres.

Encendió el carro y arrancó. Manejaba rápido pero iba bien.

–Chamo este carro es nuevo.

–Si me lo compró mi papá hace poco.

–Tienen plata ¿no?

–Su papá es el diputado estrella Ricardo Sucre.

–Ponte el cinturón Lucas que andas aguevonea’o. Tú también póntelo. Voy a agarrar la avenida de arriba queiro probar este carro a ver cuanto llega.

Subieron por una de las entrdas a la avenida que está pegada al cerro que domina la ciudad.



Comenzó a acelerar y a gritar– UUUUUUUJUUUUUUUUU MIERDAAAAAA QUE BIEN SE SIENTEEEEE.



De repennte un ruido en la parte de atrás pone en alerta al muchacho que está de copiloto, Teodoro estab excitado, sale volando el caucho trasero y el carro se colea fuertemente mientras que el caucho del piloto también se sale y el carro comienza a dar vueltas hasta que queda con los cauchos hacia arriba.



Luego de unos minutos Lucas abre los ojos, sigue enganchado del cinturón y escucha quejarse a Lucas que está detrás, voltea a su lado y el muhacho no está. Se desabrocha el cinturon y cae. A pesar del aparatoso accidente solo tiene golpes y algunas cortadas sin importancia. Lucas recibió más golpes pero también estaba bien, lo saca del carro y se sientan del otro lado cerca de la montaña, nadie pasaba.

Unos minutos así y Teodoro se levanta.

–Marico, allá está el chamo, vamos a buscarlo. -Lucas se levanta adolorido pero no tiene fracturas, tampoco su amigo, llegan donde está el muchacho que salió disparado del carro.

Tenía el cuello partido y una pierna fracturada.

–Marico está muerto, está muerto ¿qué vamos a hacer?

–¡Cálmate Lucas! Ya. –Teodoro se puso a ver hacia la montaña y vio una parte oscura.

–Ayúdame a llevarlo allá, ahí hay una quebrada profunda, lo lanzamos ahí.

–¿Estás loco? Cómo vamos a dejarlo ahí?

–¿Quieres ir preso o tu papá o el mio? Vamos a cargarlo.



Como pudieron lo levantaron y fueron poco a poco al lugar de la quebrada , lo tiraron en la grama y rodaron el cuerpo , a los segundos sonó el golpe, una caída de cuatro metros.

–Marico ¿que estamos haciendo? Matamos a un carajo.

–No lo matamos, se murió en el accidente. Por cierto muy extraño, como se pueden salir dos cauchos marico, o el carro vino con desperfectos o alguien…-Se detuvo.

–¿Te vas aponer a pensar en eso ahora? Murió un chamo, tienes otro muerto encima ¡Teo por Dios!.

–¿Será que la perra de Rebeca aflojó las tuercas del carro?, esa maldita es capaz.

–Cuando tu papá se entere nos mata.

–Voy a llamar a la policía.

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