François volvió a besarlo, poniéndole una
mano en le cuello. Teodoro lo abrazó, luego lo soltó y comenzó a desabrocharse
el pantalón.
–¿Qué haces?
–Quitándome la ropa, ¿no vamos a tirar?.
–No…yo no he dicho eso.
–Me acabas de decir que eres pedófilo, te
atraen los niños, los menores de edad. Estoy dispuesto a que me cojas no tengo
peo.
–Si, me encanta un carajito, no hay nada en
el mundo que me excite más que un niño, pero no te dije que lo íbamos a hacer
hoy.
–¿Y para eso me hiciste venir hasta acá? No
joda vale.
François se separó del chico riéndose
viéndolo subirse el pantalón.
–Relájate Teodoro, puedes quedarte en interiores. ¿Quieres comer
algo? ¿tomar algo?
–Me quiero ir.
–Deja el berrinche muchachito, la vida no
es solo sexo. Cálmate.
Teodoro se subió el cierre del pantalón
mirando a François a los ojos, se quedó de pie viéndolo.
–¿Tú me estás vacilando?
–¿Tengo edad para esas niñerías? Ponte
cómodo mientras te traigo algo de beber, ¿que quieres?
–Cerveza.
–No voy a darte una charla porque eres
menor de edad y no debes beber alcohol.
–Sería el colmo que lo hicieras. Te coges
carajitos pero no les das alcohol porque son menores.
–Una cosa no tiene que ver con la otra.
–Ajá, dame una cerveza.
–Uy el niño está molesto porque el viejo no
se lo va a coger.
Teodoro le lanzó un cojín a la cabeza
mientras François buscaba las cervezas. El chico le hizo caso y se quedó en
interiores sentándose en el amplio sofá.
–Verga
este viejo si es arrecho, me pone quesúo y luego me deja con el guevo para y
lubricando y encima me cagué, pensé que me iba a hacer algo, matarme o
amararrme y violarme y luego matarme, pero este tipo me da mucho morbo. Me
tiene que coger este mamaguevo.
–Toma tu cerveza te la bebes a pico. A ver
cuéntame de ti. ¿qué vas a estudiar cuando salgas del colegio?
–Nada, no pienso estudiar, trabajaré en uno
de los locales de mi papá y vivir de eso, mi papá está podrido en plata.
–No piensas esforzarte, buscar tu dinero
con tus propios medios, ganarte cada centavo.
–¿Para qué? Ya eso está ahí.
–Que decepción chico, ¿cómo voy a tener
algo contigo pensando así? Te creía más ambicioso, emprendedor, no sé.
–Y lo soy, voy a trabajar en lo de mi papá
y aportaré nuevas ideas, meter los negocios en las redes, hacer vainas desde
ahí, concursos, delívery, aplicaciones.
François se sonrió y le puso la mano en la
mejilla. Teodoro se le avalanzó para besarlo. El hombre respondió al beso.
–Marico mira como me tienes. –Le puso la
mano sobre el interior para que notara la erección.
–Para tener 15 años estás bien armado y
tienes el interior húmedo.
–Vamos a tirar.
–¿Qué tienes en la espalda? ¿Un tatuaje?
Teodoro subió los ojos al cielo un poco
molesto. –Si, me lo hice hace poco.
–Pero tú no estás en edad para hacerte un ta…
–Pero tú no estás en edad para hacerte un ta…
–Verga que tostón ¿en serio? ¿Tú también me
vas a echar la charla? Me lo hizo un tatuador que es pana.
François se sonreía al ver las contestaciones
del chico. –A ver que dice.
<<Mi mamá es una puta>>
–Si me vas a decir algo del tatuaje, me
voy.
–Es tu cuerpo, puedes hacer con él lo que
quieras, pero, ¿te sientes orgulloso de eso?
–¿Del tatuaje o de que mi mamá sea puta?
–Rebeca puede ser lo que sea Teodoro puta,
asesina, ladrona, narco, pero es tu mamá.
–Desde que estaba en la barriga ya me
odiaba, ¿tengo que respetarla?
Hubo un silencio.
–Ok, esta bien, es una venganza, ¿te
sientes mejor después de haber hecho eso? ¿Mejoró algo tu vida?.
Teodoro se le quedó viendo a los ojos al
hombre y sus ojos comenzaron a brillar, una lágrima se escapó y corrió por su
mejilla.
–Es una maldita mujer que me odia desde
antes de nacer, ¿por qué debo quererla/ ¿por qué me parió?.
–Nadie te obliga a quererla, pero no guardes
dentro de ti ese sentimiento tan feo. Déjalo ir y que el tiempo se encargue de
que tu madre reciba lo que merece.
–Intentó matarme cuando apenas tenía 5 años,
me ha dejado solo en el centro comercial, no me ha buscado en el colegio, nunca
me amamantó.
–¿Te acuerdas de eso? Era muy pequeñito.
–Me acuerdo de cada palabra que me dijo
desde que estaba en su puta barriga.
François lo abrazó y Teodoro no aguantó las
ganas de llorar.
El hombre se le hizo un nudo en la
garganta. –No me puedo imaginar lo que sientes porque no lo viví en mi familia,
pero creo que te hacía falta que soltaras eso que tenías en el pecho. Coño,
tienes apenas 15 años, ¿que será de ti dentro de 20 años? Serás un mounstruo
insensible.
–Ya lo soy…hace unos años maté un chamo
mayor que yo, me acosaba en el colegio y en la primera oportunidad que tuve lo
ahorqué hasta verlo inmóvil, sentí placer al verlo morir, no me arrepiento.
François lo escuchaba atentamente y no
podía evitar de acordarse de su esposo que fue un sicario.
–Es muy grave lo que me estás contando
Teodoro, me cuentas eso y dejaste de llorar y te pusite serio, tu rostro
cambió.
–Decidí hace mucho tiempo que la persona
que me haga daño recibirá de mi algo peor.
–Me preocupa que pienses así, me hace
pensar que algo le puedas hacer a tu madre.
–Es mi mamá, no la puedo matar.
Volvió a abrazar al chico. –Quiero que me
prometas algo.
–¿Algo? ¿Prometerte? Apenas te conozco y me
vas a pedir eso.
–Querías acostarte conmigo y apenas nos
conocemos.
–Quiero, todavía quiero. ¿Que quieres que
te prometa?
–En algún momento de tu vida, no ahora,
pero que suceda, te quites ese tatuaje o al menos le coloques uno encima.
Teodoro vio a François a los ojos, su
rostro cambió ya hora estaba serio.
–Voy por una cerveza, ¿quieres otra? El
chico se levantó y se fue directo a la nevera, se paró frente a ella viendo el
interior y así se quedó unos segundos. Fraçois lo veía desde el sofá.
Teodoro cogió dos cervezas y volteó a ver a
François. –¿Sabes qué? Lo haré, me lo voy a quitar, pero cuando la perra esa
muera, sé que va a morir pronto e iré contigo a borrarlo.
–Bueno, no es lo que quería escuchar pero
es algo, te lo quitarás.
Se acercó a François y le dió la cerveza.
–Quiero verte el guevo, aunque sea eso,
quiero verlo y mamarlo, anda.
François volvió a verlo a los ojos, se
levantó del sofá y sentó a Teodoro, bebió un sorbo de cerveza y la dejó en la
mesa.
Bajó el cierre, se desabrochó el cinturón y
el botón del pantalón y lo dejó caer. Un interior blanco sostenía un enorme
pene. Teodoro no apartaba la vista del bulto blanco frente a él.
–¿Tengo que hacer todo yo? Sácalo tú y
disfrútalo.
Teodoro le bajó el interior y el pene le
pegó en la cara al salir de la tela, lo agarró y se lo iba a meter de una vez
en la boca.
–Espera, espera, deja las ansias, tócalo,
observalo, juega con él, con tus manos y tus ojos, siéntelo, luego disfrútalo
en tu boca.
Teodoro comenzó a tocarlo, su mano recorría
todo el pene hasta la base y bajaba a los testículos, volviá a subir y acercaba
su nariz para oler el aroma que desprendía, con sus dedos apretaba para que
saliera el líquido preseminal y recogerlo con su lengua. François cerraba los
ojos y echaba su cabeza hacia atrás.
El chico comenzó a lamer el glande y poco a
poco iba introduciendo el pene en su boca que iba humedeciendo a medida que
entraba, bajó al piso y se introdujo todo el pene en su boca que bajaba a su
garganta mientras miraba a François a los ojos. Este le levantanba las cejas y
sonreía.
–¿Quieres que acabe o quieres seguir?
Teodoro movió la cabeza diciendo sí.
–¿Acabo?
Volvió a mover la cabeza. François respiró
hondo contrajó el esfínter y comenzó a eyacular en la boca del muchacho que iba
tragando mientras emitía sonidos de satisfacción.
Retiró el pene de la boca, le dolía la
mandíbula.
–Marico, ¿cómo hiiciste esa vaina?
–¿Qué?
–Eso de acabar cuando lo quieras hacer, me
cagas marico. Yo quiero hacer eso.
–Técnicas que se aprenden, saber respirar,
controlar músculos, concentración.
–Enséñame.
–En nuestros próximos encuentros.
–Estas claro que me vas a coger ¿que rol
eres?
–¿Todavía se preguntan esas cosas? La cama
es para representar cualquier rol, no hay que encasillarse.
–Yo también soy versatil.
–¿Y no quieres cogerme?
–No, los mayores me gusta que me cojan
–Te encasillas y te cierras, ábrete al sexo,
hay muchas cosas que hacer que no solo es penetración.
–Pero mira, yo sigo con la verga parada, yo
no me puedo quedar así.
–¿Quieres acabar?
–Si claro.
–Siéntate y échate para atrás, vas a
experimentar el mejor orgasmo de tu vida, va a ser rápido pero intenso.
François le agarró el pene con la mano
derecha moviéndola rápidamente y prentando, mientras la otra mano en el perineo
apretando firmemente y masajeando los testículos.
Teodoro comenzó a temblar y gemir, su piel
se erizó. –AAAAAAH, AAAAAAH, AAAAH. –La cantidad de semen que salió de su pene
fue enorme, cuatro chorros salieron disparados llegando hasta su cabeza, su
pecho bañado en semen y el chico respirando agitadamente. Estaba mareado.
–¿Que coño hiciste? Verga…quiero otra vez,
marico, que vaina más buena.
–Eso me lo guardo para mi. Cada vez que
quieras revivir el momento, me llamas.
Teodoro se fue a duchar, era una ducha
amplia, encerrada en tres paredes de vidrio transparente, ahí estuvo varios
minutos disfrutando de la cascada que le caía.
–Gracias por la invitación, me agradó estar
contigo.
–¿Ves que no necesitamos llegar a la
penetración? Tuvimos buena conversación y un buen sexo, quédate con eso y
vuelve cuando quieras.
–Te voy a decir algo, un secreto.
–Dime.
–Eres la segunda persona con la que me
siento a gusto conversando un buen rato.
–Que bien, gracias, ¿quién es el afortunado
que no me permite estar de primero?
–Jajaja mi padrino.
–Mmm Victor Landaeta, buen tipo, no pudieron
escoger mejor padrino. ¿Y tu amigo Lucas?
–Lo quiero mucho, es mi mejor amigo, pero
es queee, es demasiado débil, frágil, asustadizo. Lo adoro y lo cuidaré de todo
el que se atreva a hacerle daño, pero con él es otra cosa.
–Te llevo a tu casa, agarra tu celular y
nos vamos.
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