INQUEBRANTABLE. nueva etapa. Temporada 5. Capítulo 3

5 años antes…parte 2

Luego de un mes saliendo, Cristóbal habló con Victor para dejar lo que habían comenzado, sin muchas explicaciones le dijo que no se sentía listo para una relación seria con un hombre. Victor se lo tomó con tranqulidad.

A tres semanas de haber hablado Victor y Cristóbal, se filtra una información a la prensa sobre la corrupción en el sistema inmobiliario del país: sobornos, comisiones, extorsiones, políticos involucrados, empresarios nacionales y extranjeros.

Esa denuncia salpica a Ricardo Sucre el diputado estrella de su partido y también al ingeniero Cristóbal Rengifo.

Nuevamente Victor tuvo que mover cielo y tierra para  desvincular a Ricardo del delito, Victor justificó la propiedad que tenía que le compró a la constructora de Cristóbal. El que no quedó bien parado fue el propio Cristóbal que le cayó todo el peso del conflicto, con una estadía de tres años en la cárcel, congelamiento de sus cuentas y bienes y suspensión de la visa americana pues tembién tenía negocios en Estados Unidos que igualmente fueron confiscados.

–Eres un desgraciado, ¿que es esto? ¿una venganza porque te dejé? Te felicito, tu equipo de abogados supo hacer las cosas, pero tranquilo yo voy a salir de aquí, muy pronto sabrás de mi y te acordarás de mi toda la vida. Sigue forrándote de dinero, no te va a servir de nada.

–Cristóbal esto no es una venganza, simplemente mi jefe es Ricardo Sucre, no tú, tengo que velar por sus intereses y por supuesto los míos. Esto es una simple visita de cortesía y decirte que la vida es así, a veces ganas a veces pierdes. Esta vez me tocó ganar a mi,

–¡Lárgate de aquí!

–“¿Hasta cuándo voy a estar con la visitadera de cárceles?”

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Luego del doble crímen perpetrado en la casa de Yolanda donde fallecieron la novia de Catire y la mujer de servicio, que se suicidó, Catire pasó semanas en interrogatorios, visitas a la policía y acoso mediático. Gracias al tren de abogados de Yolanda logró salir ileso de las acusaciones pero la duda ya estaba sembrada; todos sospechaban que el asesino fue Catire aunque habían unos más osados que se atrevían a culpar a su esposa, siendo ella la autora intelectual del crímen. Yolanda una vez tranquila sabiendo que Catire a pesar de su traición, estaba libre de culpa, respiró tranquila a pesar de seguir en la cárcel.

Le tocaba ducharse pero en el camino la esperaban dos reclusas que le impedían el paso.

–¿Dónde vas viejita?

–A ducharme, permiso.

–No, no, no, tú no vas ningún lado. ¿Tú sabías viejita que la hija de la mujer que limpiaba en tu casa está aquí presa? Mataste a su mamá, eres una perrra muy mala.

Yolanda comenzó a ponerse nerviosa, se tocaba el pelo y les pedía que la dejaran pasar.

–Vas a pasar pero directo al páramo. –Dos veces le clavaron un chuzo en el abdomen y la dejaron  tirada en el piso desangrándose. Para suerte de ella pasaban otras reclusas y la vieron, inmediatamente se la llevaron al servicio médico.

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 Carlos era una persona pesada aún preso, tenía negocios dentro y fuera del recinto carcelario, pero así como era poderoso, tenía enemigos igual dentro y fuera de la cárcel.

Mientras caminaba por el patio con cuatro de sus “protectores” se sentía seguro. Un descuido para ir a la celda y fue la peor decisión.

Cuatro reclusos lo interceptaron dándole golpes y patadas y una vez en el suelo le provocaron varias heridas en el cuerpo con un chuzo casero.

Se activaron las alarmas, los protectores llegaron y se lo llevaron a la medicatura.

–Llévenme a una clínica, sáquenme de aquí. –Es lo único que pudo decir para luego quedar inconsciente.

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–Solo a ti te diré la verdad, aunque mi papá lo sabe. Yo lo maté, yo maté a ese maricón con mis propias manos y me gustó verlo sufrir y no me arrepiento.

–Ay Teo me das miedo, tú no eres así, estás muy raro.

–Lo hice por ti y por mi, para que no nos molestara más nunca.

–Pero ahora te fuiste a otro colegio y ya no te veo como antes, me haces mucha falta, no quiero que te pase nada o te encierren. ¿y si te meten preso?

–Eso no va a pasar, ya mi papá arregló todo eso.

Teodoro vio a Lucas con los ojos llenos de lágrimas y lo abrazó.

–Yo te dije que no te voy a abandonar nunca ¿ok? Yo estoy en otro colegio pero en la misma ciudad.

–No mates a más nadie, no quiero que vayas preso.

–La gente que me hace daño no puede irse tan tranquila.

–¿Vas a matar a tu mamá? Lucas se separó de Teodoro secándose las lágrimas y sorprendido por lo que acababa de escuchar.

–Todo puede pasar Lucas, todo puede pasar, aunque mi mamá está muerta mientras siga con mi papá. Lo únco que tiene es plata.

–¿Y le vas a contar a tu papá que Francisco es tu verdadero padre?

–Todavía no, estoy esperando el momento, a lo mejor mi mamá se lo suelta y no me toca contar nada.

–De pana que me asustas Teo, pareces otro.

–¿Tú todavía me quieres? -Le preguntó Teodoro.

–No te quiero, yo te amo Teo, te amo mucho.

–Ay pendejo, deja de decir tonterías, tú no me amas, yo tampoco te amo, esas son ridiculeces de los grandes, ni mi papá ama a Rebeca, eso del amor es pura paja.

Lucas bajó la cabeza y no volvió a hablar. Teodoro lo volvió a abrazar suspirando mientras volteaba los ojos hacia arriba.