martes, 13 de octubre de 2020

FIEBRE 5. Capítulo 7

Román estaba en la cola de la caja para pagar algunas medicinas para sus papás. Cumpliendo con el distanciamiento, estaba en uno de los pasillos separado de la persona que tenía adelante. Le tocan el hombro y el chico voltea. Era Braulio.
-Voy a buscar algo que se me olvidó, ya regresó. -Román movió la cabeza.

-Busqué unos condones y lubricante, uno nunca sabe.
-No quieres dejar embarazada a tu novia. -Braulio lo miró fijamente pero Román volteó.

El chico fue a una caja y Braulio le tocó la de al lado. Cogió una barra de chocolate y la puso junto al resto de productos, estaba nervioso. Braulio termina antes y se va a la entrada, Román tenía problemas con su tarjeta de débito.
Termina de pagar y sale del local.
-Hola.
-Hola Braulio.
-¿Tienes carro?
-No.
-Yo te llevo, traje el mío.
-¿Tienes gasolina?
-Si, ayer logré llenar el tanque.
-Coño que suerte...yo hice cola por seis horas y no logré llenar y decidí no usar el carro más.
-Tengo un salvoconducto que me dió mi...el colegio.
-¿El colegio? ¿Para qué? si no hay clases.
-Vente, te doy la cola.
-Braulio yo te dije que no quiero saber de ti más allá de profesor/estudiante.
-Déjame darte la cola y te cuento unas cosas.

Ya en el carro ambos estaban callados.
-Vamos a mi casa y nos tomamos un café y te cuento
-Braulio tengo que ir a mi casa a llevar estas medicinas y hacer la maleta, mañana me mudo.
-Ah coño...por fin vas a vivir con el viejo. Pudo más el billete que tu sensatez y las advertencias.
-¿Qué advertencias? 
-Te dije que no siguieras con ese tipo, que vas a salir jodido.
-¿Jodido cómo? Mira Braulio tú solo dices y dices y no terminas de hablar, así que no me vengas con advertencias pajúas. Por fa llévame a mi casa.

Llegaron al edificio y Braulio estacionó.
-Por fa ven a mi casa, quiero conversar con alguien, estoy muy solo Román.
-Llama a un amigo.
-No tengo amigos, los pocos se fueron del país.
-Soy un carajito de 18 años y tú un tipo de 35. ¿Que vainas tenemos en común?
-Ambos somos gais.
Román lo vio a los ojos y se rio. -Ok...solo un rato y me traes por favor, dejo esto y bajo.

-Pero tú no vivías aquí. ¿Cuándo te mudaste?
-Hace unos días, el apartamento donde vivía era alquilado y vivía con Eva. Nos fuimos, bueno, ella se quedó pero se irá de ahí digo yo.
-¿Y esta vaina no es de los que da el gobierno?
-Si, me lo dio mi hermano.
-Ah...¿Y tú hermano se mudó?
-Bueno, a él dieron este apartamento pero el tiene el suyo.
-mmmm un enchufado, le dan esto pero tiene dónde vivir. ¿Y tú eres el que me dice que el viejo me va a joder y está en vainas raras.
Braulio se puso de pie. -¿Cómo tomas el café?
-Con leche.

Se sentaron en la sala y puso las tazas con unos croasáns.
-Voy a renunciar al colegio.
-¿Qué, en serio? ¿Y eso?
-Voy a estar hasta agosto, mi hermano me propuso un negocio, quiere que yo lo maneje.
-Ah ok, ¿De qué es el negocio?
-Le dieron los derechos de la firma Christian Dior y va a montar unas tiendas en Venezuela.
Román se sonrió. -No sé en qué te diferencias tú de Gerardo si es que es verdad lo que dices de él. ¿Quién es tu hermano? ¿Un pesado del gobierno?
-Es mi medio hermano. Mi mamá salió, bueno tuvo una noche loca con su papá. 
-Veerga...por lo menos te llevas bien con él.
Por la mente de Braulio pasaban los momentos de sexo con su hermano. -Si vale,no somos los grandes hermanos inseparables pero nos llevamos bien.
-Yo quisiera haber tenido un hermano, bueno, mi mamá está embarazada, en realidad no es mi mamá pero desde que nací ella estaba ahí, ahora va a tener un bebé pero...no es de mi papá.
Braulio se le acercó y le dio un beso al chico, este no lo rechazó.
-No sabes como te deseo, estoy enamorado de ti. -Le volvió a dar otro beso.
-Esto no puede ser Braulio.
-No me rechaces, otra vez no por favor, quiero hacerte el amor.
Román no puso resistencia y se dejó llevar, Braulio lo desnudó. -No te vengas, no te vengas, aguanta Braulio. -Pensaba mientras su pene erecto lubricaba y él sentía el cosquilleo de cuando está a punto de eyacular. Respiró hondo y se calmó.
Vio al chico desnudo y se pasó la lengua por los labios.
-Yo no debería estar aquí Braulio.
-No digas nada y déjame disfrutarte. -Lo tumbó en el sofá y se puso sobre el chico, rozando sus penes mientras se besaban.
Román levantó las piernas y Braulio se colocó para penetrarlo, estaba nervioso y excitado.
Acercó su pene al culo del chico luego de echarse saliva. Comenzó a empujar y poco a poco el pene iba entrando. Se acostó sobre Román.
-¡Coño de la madre! Se levantó. En su cara se veía la rabia y decepción. Román estaba incómodo.
-Tranquilo Braulio, esas cosas pasan, estabas muy excitado y a lo mejor...
-NOOO, NOOO, UN COÑO. NO AGUANTO UN CARAJO, NO PUEDO MANTENER UNA PENETRACION, ME VENGO ENSEGUIDA. TODO ESTO ES UNA MIERDA, ¿Cómo pretendo tener algo contigo si no puedo complacerte en la cama?
-Braulio no tienes que complacerme en la cama...yo estoy saliendo con alguien, ¿entiendes la vaina?
-Gracias húndeme la moral aún más. Vístete que te voy a llevar.
-Disculpa Braulio, no quería hacerte sentir mal, pero...
-Déjalo así, quédate con el viejo. Yo solo funciono de pasivo.
En un intento por hacerlo sentir mejor Román le habló. -Si quieres yo te penetro.
Braulio lo miró y limpiándose las lágrimas se rió. -Yo solo soy pasivo con mi... -se detuvo.
-¿Con tú qué?
-Olvídalo. Vístete.

Ya en el carro, iban escuchando música. Román bajó el volumen.
-¿Ya te sientes mejor?
-No, esto no se quita con una palmadita en el hombro.
-¿Cómo se llama tu hermano?
-¿A qué viene eso?
-Cambiar el tema, Que sé yo.
-Manuel Rendón.
A Román se le subió la temperatura del cuerpo y comenzó a tener escalofrios. Le pidió que detuviera el carro. Abrió la puerta y vomitó.
Braulio salió del carro y se fue al lado del copiloto. ¿Estás bien?
-¡Aléjate de mi Braulio! No sé qué coño pretendes conmigo pero yo no quiero saber de ti más nunca.
-No estoy entendiendo, entra al carro para llevarte a casa.
-NO, NOOOOOO, me voy caminando.
Se puso el tapaboca, cerró la puerta del vehículo y aunque Braulio intentó detenerlo, el chico se soltó y lo empujó. Comenzó a caminar rápido. Braulio se quedó viéndolo sin entender lo que pasó.





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