viernes, 23 de octubre de 2020

FIEBRE 6. Capítulo 5


En medio de la crisis sanitaria, la cuarentena y el coronavirus, ambas Carlota, madre e hija ingresaban de nuevo a la clínica.

Gerardo nervioso entró en la habitación, luego de chequear los exámenes de su ex y su hija.

Carlota, la hija dormía. Gerardo hablaba con su exmujer.
-Entonces tú tuviste los ovarios de acostarte con el hombre que secuestró y violó a nuestros hijos. ¿Tú estás bien de la cabeza? ¿Te afectó el divorcio o es una manera de vengarte? 
-Gerardo...yo no sabía que ese hombre...era la misma persona, el se presentó con otro nombre.
-¡Coño Carlota tu hija lo describió! ¡Debe ser que estabas pensando con la cuca carajo!
Carlota cerró los ojos y su cuerpo se tensaba. - Es probable, ya que tú no cumplías como hombre, alguien tenía que hacerlo.
Gerardo levantó el puño para pegarle pero se contuvo y dio media vuelta. Salió de la habitación.

-Necesito que me consigas dónde sea, dónde sea a mi hijo. Ese carajito lo voy a reventar a coñazos.- Colgó la llamada e hizo otra. Su voz cambió a una más pausada y serena.
-Sayek, sabes que no te pido nada, pero este favor que te voy a pedir es muy importante. -Le contó sin mucho detalle lo que estaba ocurriendo en su familia. -Búscale los trapos sucios a Rendón que sabes que los tiene y sácalo del gabinete, que le den una embajada en Africa, bien lejos o lo entierren en el olvido.  Cuando su hijo ya no se sienta apoyado comenzará hacer estupideces-
-¿Por qué te complicas? Vamos a liquidarlo, hay maneras de deshacernos de la escoria esa.-
-El tipo es escurridizo Sayek, tú lo sabes, ni su padre sabe dónde está. Hazme ese favor, además puedo hacerte el lobby para que seas ministro del Interior y ahí podemos hacer muchas cosas-
-Coño, ¿Te parece poco el negocito que tenemos con el oro negro? Tranquilo, está semana resuelvo ese peo y Rendón lo tenemos fuera. Y me lo pones fácil, él es de la bandita de Clodosvaldo y a esa gente hay que ir sacándola del medio. Voy a filtrar con los periodistas un par de cochinadas de este maldito-
-Gracias, de verdad, estaremos en contacto.
-Esto te va a salir caro Rodríguez, pero valdrá la pena.

Gerardo entró a la habitación de nuevo. Carlota con los ojos cerrados, lloraba. 
-Ya resolví este peo. Pronto tendremos resultados. A tu hija la voy a sacar del país. Ese miserable no la va a ver más.
-¿Y tu hijo?
-Ya me estoy encargando de eso.
Carlota comenzó a llorar. -¿Ahora que pasa mujer? Llorando no vas a resolver nada.
-Hay otra cosa que no te he dicho.
Gerardo cerró los ojos, comenzaba a llenarse de ira. En la cama de al lado, bastante apartada estaba Carlota, que al escuchar a la madre decir eso abrió los ojos pero no se movió.

-¿Vas a contarme de una vez que coño más pasó?
Carlota tragó saliva y se limpió las lágrimas con la mano. -Tu hermano se ha acostado con la niña. -La chica cerró los ojos apretándolos  pero no movió un músculo. -Ha tenido sexo con nuestra niña y no sé desde cuándo. -Gerardo apretó el puño, vio a su hija en la otra cama. -No la despiertes, está sedada.
Carlota le pidió a Gerardo para que viniera alguna enfermera y le diera algo para dormir, la cabeza le iba a estallar. Gerardo salió de la habitación. Vino la enfermera y le colocó un sedante suave por la vía y un analgésico. Se retiró. Carlota, su hija dio media vuelta en la cama y vio a su madre dormirse. Se levantó, se vistió y buscó en la cartera de su madre dinero en efectivo, lo sacó y también unas divisas. Se fue de la habitación.

Gerardo se montó en su carro, se quitó el tapabocas y abrió la guantera. Sacó el arma de ahí y la cargó. Hizo una llamada.
-Luis ve al edificio de mi hermano y me esperas ahí, ve con dos tipos de tu entera confianza, yo te explico que vas a hacer. -Colgó la llamada.

Llegó al edificio de su hermano antes que Luis, subió al apartamento y abrió con las llaves que tenía que en algún momento le dio Gerónimo.
Se fue hasta la habitación cuando no lo vio ni en la sala ni en la cocina.
-Hermanito.
-Coño Gerardo, me asustaste ¿Qué haces aquí?
-¿Tú qué crees Gerónimo? Ayer estaban aquí mi exmujer y mi hija, explícame.
-Si...bueno, intenté llamarte porque vino un matón y se las llevó, vinieron a visitarme.
-¿Y mi hija vino antes para que te la cogieras hermanito? -Sacó el arma y lo apuntó.
-¿Qué, quién te dijo eso? Eso no es así, yo te puedo explicar.
-A eso vine a que me expliques desde cuándo te coges a mi hija maldito enfermo.
-Tú te coges a carajitos. -Le disparó en el hombro. -No te hagas el gracioso.
Gerónimo se puso la mano en la herida. -No me mates, no me mates, yo te cuento todo.
-Todo, cuéntame todo.
-Fue, fue apenas unos meses atrás, no hace mucho, no...solo nos mandábamos fotos desnudos y hablábamos de sexo, pero solo, solo fueron tres veces como mucho.
Le volvió a disparar está vez en la pierna. -¿Solo tres veces? Ay hermanito, disculpa pensé que era por mucho más tiempo, ¿Quieres que te perdone o te mato de una vez?
-¡Imbécil también me cogí a tu hijo y ese si me lo llevé a la cama hasta que me cansé!
Un disparo en la cabeza lo dejó tendido en el piso.

Salió del edificio y vio a Luis.
-Encárguense del cuerpo, desaparezcanlo, limpien todo el apartamento, que quede impecable.
-Si jefe.

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