miércoles, 14 de octubre de 2020

FIEBRE 5. Capítulo 8


Eva fue al supermercado a comprar unas cosas que necesitaba. Salió con una franelita de tiras y un short de blue jean. Llevaba solo una cesta pues no era mucho lo que iba a comprar. Frente a uno de los anaqueles, quería llevarse una caja de cereal que estaba en la parte de arriba.

Al cruzar a ese pasillo Gerónimo, el hermano de Gerardo se detuvo y vio a Eva. -Coño que rica se ve. -Eva observaba cuál se iba a llevar, se puso de puntillas. Gerónimo se acercaba. -¿Te ayudo? -Le dijo eso pero Eva ya había extendido la mano, un ligero golpe y las cajas cayeron. Gerónimo la agarró pasando su brazo por la barriga de ella, la apartó.
-Ay, gracias, que susto.
Gerónimo tenía su mano justo debajo del pecho izquierdo de ella, que no llevaba sostén. -Disculpa, disculpa. -Sus pezones se endurecieron, el hombre retiró el brazo y se puso a acomodar las cajas.
-Que pena, yo intentando agarrar esas cajas, no sé porque las ponen tan altas.
-Tranquila, sigue con tus compras. Tenía tiempo que no te veía.
-Si, bueno, es que Braulio es el que hace, bueno hacía la compra. Casi no vengo al mercado.
-Ah ok, mándale saludos, chao.
-Chao y gracias.
-Dios este hombre me tocó la teta y me ericé.

Carlota estaba en el apartamento, trabajando desde una improvisada oficina que montó. Sonó su celular.
-Buenos días, habla Carlota Milano, ¿En qué puedo ayudarle?
-Buenos días señora Milano, me dieron su número y me dijeron que usted era la persona perfecta para ubicar apartamentos y locales para la venta o alquiler.
-Ah caramba, bueno si, así es, lo que necesite yo lo consigo.
-Yo necesito un local en Las Mercedes, en alquiler.
-¿Con quién hablo?
-Ernesto Guevara.
Por el tema de la cuarentena era complicado recorrer locales para verlos, Carlota le propuso una visita virtual, ella le enviaría un enlace con los locales que según el requerimiento, le enviaría. Pero Ernesto le propuso verlos en persona.
-Tengo salvoconducto, yo prefiero verlo en vivo. Si no tiene problema  yo puedo buscarla donde usted me diga y vamos a verlos.
Carlota se quedó callada unos segundos y luego le pidió que le enviará su número de cédula, profesión y dónde trabajaba.
-Voy a ubicar los locales que tengo con las características que usted me va a pasar y cuadro una fecha para ir a verlos todos.
-Perfecto señora Milano y por el precio no se preocupe, es lo de menos, lo que necesito es un local con las características que le dije.

Quedaron en que ella cuadraría el día y lo llamaba. Terminaron la conversación.
-A esta hembra me la voy a coger.

Eva estaba en la cola para pagar las cuatro cosas que compró, estaba en la caja rápida. Gerónimo estaba a dos cajas de ella pagando la compra que hizo. Pagó y la esperó.
-¿Vas al edificio, te llevo?
-No vale, tranquilo, si estamos cerca.
-Es que yo tengo el carro aquí, vamos.
Eva se sonrió y aceptó.
Llegaron al edificio y ella se ofreció ayudarlo con las bolsas.
Entraron al apartamento, ella cargaba varias bolsas y las puso en el mesón de la cocina. Gerónimo le miraba los pechos, sus pezones se marcaban en la franelilla.
-Años viviendo acá y es primera vez que cruzamos más de tres palabras.
-Ja ja ja así es. ¿Gerónimo cierto?
-Si, yo no sé tu nombre, al que veo siempre es a Braulio.
-Eva. Braulio y yo nos separamos.
-Wow, lo siento. -Uy esto se pone mejor.
-¿Estás ocupado ahora? Te invito a un café en casa.
-Oye, gracias, claro, con gusto. -Ordenaron el mercado en casa de Gerónimo para luego ir al apartamento de ella.
-Déjame ir al baño y nos vamos.
Eva se acercó a la habitación y apoyó la cabeza en la puerta, escuchó como orinaba. El chorro era fuerte.
-Coño me la quiero coger a esta carajita, que buena está. -Eva se apartó de la puerta sintiendo que su entrepierna se contraía y se humedecía. Se fue a la sala nerviosa.
-Listo, vámonos.
-¿Y tu esposa?
-Divorciado desde hace añales. Soltero.

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