Rebeca le quitó el capacillo al cupcake y
le dio el primer mordisco, la verdad que no sabía nada mal el ponqué pero no
era para tanto alboroto, masticaba y sonreía, Ricardo le tomó la mano y ella
dio otro mordisco. –AAAAU, ¿qué es esto?.
–A ver déjame ayudarte, ajá. -Dijo Ricardo
que retiró del cupcake lo que había mordido y se lo metió en la boca, lo limpió
y lo sacó, se lo mostró a la chica sonriendo.
Rebeca no podía creer lo que estaba viendo.
–¿Te quieres casar conmigo?
–Pero, ya va…es que…si nosotros ni hemos
sido…novios y además…
–¿Tu pensabas que yo iba a hacer todo esto
para darte un cupcake? Jajajaja hubieses visto tu cara bella. Qué tonta eres.
–Le puso el anillo.
–ACEPTO, ACEPTO, CLARO QUE ACEPTO. -Un beso
en la boca con los nervios que la atacaban, selló el compromiso para casarse.
Con una alegría y una sonrisa que no se iba
de su rostro le comentó a su prometido que escogieran una fecha posterior al
final de la novela. –Por lo menos para un mes después de finalizada la novela,
para poder finiquitar las cosas de la boda.
–Mi amor, tú no tienes que preocuparte por
eso, contratamos gente que nos haga todo y punto, preocúpate por ser feliz
conmigo.
Ricardo dejó a su prometida en su casa.
–Hoy me has hecho la mujer más feliz del
mundo. -Le dio un beso a Ricardo y se disponía salir del carro cuando la tomó
del brazo con fuerza. –Que yo no me entere que a partir de ahora sigues tirando
con el viejo Cienfuegos porque este contrato nupcial se jode y tengo muchos negocios
con tu papá que se pueden ir a la mierda. Y a Cienfuegos lo liquido. Así que ya
sabes, a ese viejo ni un beso en el cachete, zorrita, bájate del carro.
Al llegar a su casa, Ricardo llamó a su
futura suegra para decirle lo que había ocurrido. –Ya le advertí a tu hija que dejara
de frecuentar al viejo Cienfuegos, haz lo propio, no quiero sorpresitas
Yolanda.
–Tranquilo yerno, yo me encargo que eso se
cumpla, gracias por todo.
Al llegar Yolanda a la casa fue a buscar a su
hija.
–Mamá, mira la roca que me dieron hoy ¿y
papá?.
–Llega ahora, está en una reunión de
trabajo. ¡Felicidades mi amor! Yo te dije que eso iba a ocurrir, ¿viste? Ahora
te digo algo, deja el bochinche con Gonzalo, eso tiene que acabar.
–¿Tú le contaste a Ricardo lo de Gonzalo
¿verdad? Pero ¿por qué te metes? ¡Déjame hacer las cosas como yo quiero, me
conviene estar de buenas con Gonzalo!
–Te conviene más Ricardo mi amor, tiene
tanto o más dinero que Gonzalo, además está casado, de ahí no sacarás nada, con
Ricardo sí, es joven, milonario y bello, Gonzalo es un viejo barrigón y
horrendo. Abre los ojos mi amor, no pienses con la entrepierna.
Yolanda abrazó a su hija. –Ricardo me
amenazó con sacar a papá de sus negocios si yo seguía con Gonzalo.
–Lógico mi amor ese hombre te quiere para
él, ah y le montas por lo menos dos barrigas
–¿Qué? Estás loca yo no me voy a llenar de
varices, estrías y ponerme gorda, yo tengo una carrera, además me lleno de
carajitos y no me darán papeles de protagonista y dama joven sino de mamá y no,
no y no, yo soy la consentida de MegaVision.
Yolanda le dio una cachetada a su hija y la
tomó de los hombros.
–Tú no has entendido nada, tienes que
asegurar tu futuro y el nuestro Rebeca, ¿no vas a vivir toda la vida de las
novelitas que haces. Piensa en tus padres que nos podemos quedar en la calle.
Tu papá despilfarró nuestro dinero y ahora dependemos de las migajas de
Ricardo. ¡Tú te quedas embarazada y punto!. Y si engordas pues te vas al quirófano
y que te hagan una lipo y bisturí.
El papá de Rebeca llegaba a la casa. Cuando
se bajó del carro se dio cuenta que el pantalón tenía una mancha en la
entrepierna, se detuvo, abrió la maleta y sacó un bolso y entró al auto de
nuevo, se quitó el pantalón, el interior también estaba humedecido y con una
mancha, se lo quitó y se puso otro interior y pantalón, dejó los otros en el
bolso. Antes de bajarse se vio en el retrovisor y vio su cuello, una marca roja
bordeaba todo su cuello, se subió el cuello de la camisa, vio sus muñecas y tenía marcas rojas en ambas, se bajó las
mangas hasta las manos. Salió del carro.
–Papíííí holaaaaa mira, estoy COM PRO ME TI
DA.
–Mi princesa por fin Ricardo se decidió,
¡Que bien! “futuro asegurado” –Pensaba Teodoro, el papá de Rebeca. Ella lo
abrazó y le vio el cuello.
–¿Qué tienes en el cuello papá? Lo tienes
rojo. –Teodoro se tapó con el cuello de la camisa, Yolanda aún no se percataba
de eso. –Tranqula hija es un rosetón, me di un golpe.
Rebeca se fue a su habitación a estudiar
los libretos para la pauta de mañana.
–¿No piensas cambiarte? ¿Por qué no te
pones cómodo?
Teodoro se había quitado el pantalón pero
no la camisa, se quedó mirando la televisión sin responderle a su esposa.
Yolanda se le acercó y le desabotonó la camisa. –¿Qué es esto? ¿qué te
hiciste?. –Terminó de quitarle la camisa y le vio las muñecas.
–Teodoro ¿que vaina es esta? Tienes las
muñeca marcadas. –Teodoro comenzó a sudar frío sin saber que decir pero le dijo
lo primero que se le ocurrió.
–No mi amor eso fue en la oficina que mis
empleados enseñándome técnicas sexuales para y que hacértelas a ti, me
esposaron y me pusieron un collar de perro para que me pasearas jejeje, ¿te
imaginas tú haciendo eso?
–¿Y de cuando acá tus empleados son así
contigo?
–Ah no sé mi amor vaina de ellos, me voy a
duchar que ando sudado.
Yolanda no quedó muy convencida con la
explicación y le escribió a una amiga que trabaja en las oficinas de su esposo
para preguntarle.
<<¿Qué? Nada que ver, los empleados
casi que no hablan con él, lo estrictamente laboral, esos temas hablan ellos
reunidos cuando comen pero con el jefe en este caso tu marido, no, para nada
¿por qué preguntas eso?>> -Yolanda desvió el tema y se despidió de su
amiga sin dar más explicaciones.
Dos días después, luego de hacer unas
compras en el mercado municipal de la ciudad, entra a su correo para revisar lo
que había llegado, y vio un correo que le llamó la atención.
<<Esto es lo que hace tu marido
cuando llega tarde a casa por estar “trabajando en la empresa”>>
Teodoro, un empresario de 47 años, tiene
una pequeña fábrica de embutidos y otras empresas en sociedad con su futuro
yerno, su empresa venida a menos necesitaba capital y apareció Ricardo Sucre
para salvarlo. Siempre ha vivido rodeado de lujos pero cuando se vio apretado
de dinero por malas inversiones, utilizó a su hija para conseguir dinero y
socios; la inscribió en el concurso de belleza más importante del país y ahí se
rodeó de gente y otros empresarios. Casado desde hace 23 años con Yolanda de 45
años, una mujer de dinero desde que nació, que al cumplr los 15 años quedó
huérfana y sin su hermano por un accidente de avión. Quedó bajo la custodia de
su tío que le administraba el dinero hasta cumplir la mayoría de edad y se
enamoró de Teodoro que se la llevó a vivir con ella antes de casarse. Tuvieron
una hija que ahora la utilizan para poder salir del hueco financiero que están metidos
pues el dinero de Yolanda también se perdió por las malas inversiones y
desfalco de su tío, ya muerto.
Colgado en un columpio de cuero negro, sus
pies amarrados con las piernas en alto dejando al descubierto su culo, su
cabeza colgaba del otro lado y mientras, tenía una bola en su boca agarrada de
un cuero por detrás de su cabeza. Un hombre negro se acerca y sin condón escupe
el culo y su pene y comienza a penetrarlo, otro hombre se le acerca a su cara y
le quita la bola para luego introducirle el pene en la boca y hacer que se lo trague
completo. Comienza a gemir, mientras el hombre lo toma de la piernas y lo
embiste, sacando y metiendo completamente el pene hasta que llega un tercero y
lo reemplaza, hace lo mismo que el anterior, lo penetra. Ahora el negro va
hacia la boca. Sigue gimiendo y gritando de vez en cuando levanta la cabeza
para verle la cara del que lo penetra. Yolanda se sorprende y se tapa la boca
pero no deja de ver el video.
Un cuarto hombre llega para hacerle el
relevo al que penetraba, otro negro, con un pene aún más grande y grueso que
sus antecesores, este, utiliza lubricante para colocarle en el ano y comienza a
meter sus dedos. El hombre levanta de nuevo su cabeza y mira al negro con
morbo. –Cógeme -Le grita, baja la cabeza y el negro le introduce el pene en la
boca. De un collar de cuero con una cadena, lo sostiene el que lo está
penetrando y mientras que lo hace lo hala de ahí mientras tiene sexo oral con
el negro. Los gritos se intensifican. Un quinto hombre aparece en el video para
igualmente penetrarlo y el negro ir a la cara de Teodoro que está enloquecido
de placer, sudando y el rostro irreconocible de la excitación, probablemente
tiene droga en su cuerpo.
Luego de que los cinco hombres lo penetran,
aún colgado en el columpio, lo rodean y comienzan a masturbarse. Yolanda le
corrían las lágrimas, no quería seguir viendo, pero no detuvo el video. Uno a
uno fue descargando el semen sobre Teodoro; en su pecho, su pene, en su cara.
El video se detuvo. Yolanda se levantó viendo la imagen congelada con la cara
de su esposo en la pantalla y le dieron ganas de vomitar. Corrió hacia el baño.
Luego de varios minutos, buscó una libreta
donde tenía anotado los números de muchos periodistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario