viernes, 27 de octubre de 2017

INQUEBRANTABLE 2 Capítulo 5


Un grito ahogado y sus manos se las apoya en la pared, ella de pie dándole la espalda. Él le muerde el lóbulo de la oreja. –Vas a saber lo que es una cojida suegrita. –Ricardo le abre las nalgas y la penetra por detrás, por la vagina.



La habitación del hotel estaba a oscuras, Rebeca de pie pegada a la pared. Catire detrás de ella.

–Uf que ganas tenía de cogerte.

–Ponte el condón.

–Ya me lo puse. –mintió, le abrió las nalgas y la penetró por la vagina empujando con fuerza, le tomó las manos por arriba de la cabeza y se movía mientras la actriz gemía.



Ricardo volteó a Yolanda y le dijo que se agarrara del cuello, la cargó y la volvió a penetrar llevándola al sofá para que ella quedara sobre él y se moviera. –Gózate ese guevo, anda. Yolanda comenzó  a subir y bajar, Ricardo se mordía los labios mientras le apretaba las tetas.



–Tienes esa cuca caliente, me vas a hacer acabar.

–¡No, aguanta, sigue sigue!

–Tranquila que el guevo no se me baja. –Continuó moviéndose, hasta que se corrió dentro de ella. –Uuuuf, me sacaste toda la lechita. ¿Quieres que te coja por el culo?

–Pero despacio que me duele

–Móntate en la cama en cuatro. –Se puso y sin preámbulo, la penetró tomándola de las caderas.



–Me tienes a punto suegra.

–¡No me acabes adentro! AH AH AH

Ricardo se detuvo y la bajó, comenzó a masturbarse mientras Yolanda se introdujo el pene en la boca.

-¿Te vas a tragar la leche? –Dijo eso y comenzó a eyacular y se retiró escupiendo el semen que le había entrado en la boca. –¡Qué aaaasco!.



Catire estaba fajado moviéndose rápido y duro mientras Rebeca con la cabeza apoyada en el colchón gritaba y volvió a correrse dentro de ella mientras le daba nalgadas.



Yolanda se sentó en el sofá al lado de Ricardo, estaba con le respiración agitada.

–Te gustó, se ve, cuando quieras repetimos.

–Eres un bárbaro. ¿Qué estará haciendo Rebeca?

–Comprando, ¿te vas a preocupar por ella?

No sé por qué pero estos dos están tenieno sexo. -Cerró los ojos y no le respondió a Ricardo.



Luego de unos minutos Rebeca enciende la luz de la habitación.

–¿Dónde lanzaste el condón?

–No me puse jejejeje. –Rebeca se le fue encima y le dio cachetadas insultándolo.

–¿Te volviste loco? Estoy casada anormal.

Catire no hacía más que reirse. –Vámonos no vaya a ser que ya Ricardo esté en casa.





Ricardo dejó a Yolanda  en su casa y se fue a la suya. Entró y fue a ver su hijo, estaba dormido y le dio un beso.

–¿Cómo estás Ana? ¿te dio mucha guerra?

–No, señor Sucre, un angelito, jugamos, le di de comer, lo bañé y a dormir.

–Entonces no quedaste agotada. –Ricardo se pasaba la lengua por el labio inferior mientras veía a Ana, que ella se tocaba el entreseno.

–No. –Ricardo se le acercó y pasó su mano por detrás de la cabeza de la muchacha y la besó.

–Vamos a tu cuarto y te cojo, la cuaima no debe llegar todavía.

–Es lo que menos me preocupa.

Ricardo se quitó la ropa y se tiró en la cama. Ana se desabotonó el uniforme rosado y lo dejó caer, se quitó el sostén. Se acercó a la cama y se arrodilló para hacerle sexo oral.



Rebeca había dejado a Catire en su casa y llegaba a la suya.

Estaba todo en silencio y le pareció raro. Subió al cuarto de su hijo y todo estaba en tranquilo. Se acercó a la cuna. –No sabes cuánto te odio carajito, si por mi fuera te dejo en una hospital para que alguien se encargue de ti. –Teodoro comenzó a moverse y quejarse, Rebeca salió del cuarto antes que se despertara.

–¿Dónde estará la gafa esta? –Bajó a la cocina y fue a su habitación, la puerta estaba abierta, se acerca y echa la mirada a la cama, habían dos personas dormidas, se acerca más y ve que es su esposo.

–Perra. –salió del cuarto sin hacer ruido. Fue a la entrada y meneó las llaves y dio un portazo.

–ANA, ANA ¿DÓNDE ESTAS? EL NIÑO LLORA.



–Ay Dios mio nos quedamos dormidos y tu esposa llegó, quédate aquí que yo salgo, después sales tú.



–Buenas tardes señora, disculpe estaba en mi cuarto arreglando y no escuché. Ya subo a verlo.

–¿Y mi esposo?

–Debe estar en su cuarto o en el estudio.

–Mmmmm ok, sube a ver al niño y que no llore.



A la mañana siguiente Rebeca y Ricardo desayunaban en la cocina.

–¿Y eso que no compraste nada ayer?

–No había nada quie me gustara.

–Pensé que ibas a comprarte el celular

–Ni me acordaba de eso, a lo mejor después de ir al canal. Hoy tenemos reunión por lo de la novela, vamos a tener un taller sobre la psicología de los personajes, nos van a  dar sus perfiles y como trabajarlos.

–Ok, bueno yo me voy, regreso en la noche hoy estoy hasta el culo de trabajo. Chao. -Le dio un beso en la boca y le pasó la mano por la cabeza y salió. Se regresó.

–Antes de irte por favor pasa un ratico con tu hijo, yo le di el tetero esta mañana mientras tu roncabas.

–Ajá



Ana entró a la cocina, estaba llegando.

–Buenos días señora Rebeca.

–Hola

–¿Necesita algo o subo a ver al niño?

–Si, quería una información.

–Dígame.

–¿Qué tal el sexo con mi esposo? ¿Te gustó?

–¿Perdón?

–Esta tarde cuando termines de acomodar al niño, recoges tus cosas y no regresas, yo te pago y no te quiero ver más.

–Señora, yo…déjeme explicarle.

–No mija, si te vi durmiendo empiernada con Ricardo ¿qué me vas a explicar?



Terminó de desayunar y se fue a duchar.

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