sábado, 28 de octubre de 2017

INQUEBRANTABLE 2. Capítulo 6


<Disculpa que te moleste Ricardo, pero hasta hoy trabajo en tu casa>

<¿Por qué, qué pasó tuviste problemas con Rebeca, estás incómoda con el trabajo o por acostarte conmigo?>

<Bueno, es por lo último, tu esposa nos vio acostados en la cama denudos>

<Ok, yo ahora estoy full y en otro peo, trabaja lo que queda de día y te vas, yo hablo con la cuaima, tú vas a regresar y vas a quedarte fija en la casa>

<Gracias>

<Cuelgo, chao>

–Esta carajita piensa que ella es la dueña de esa casa, deja que llegue y la pongo en los palitos rapidito.



___________



–Gente, gracias por acudir al llamado del canal para esta reunión sobre la psicología de los personajes, armarlos, estructurarlos y darles forma. Peeeeero, las cosas cambiaron un poco. –El productor de la novela vio a Rebeca con seriedad y le quitó la mirada.

Los cambios que hablaba se referían al protagonista y ciertos ajustes a la historia para que el nuevo protagonista se anclara a la historia.

Catire iba a entrar como galán de la novela sustituyendo a Antonio Reverte, que , luego de protagonizar con Rebeca ahora sería contrafigura.



Luego de pasar cinco horas trabajando con los compañeros, Rebeca sale del foro junto con Catire.

–¡Me encanta que seas el protagonista!

–Verga de pana que estoy emocionado, cuando mi mánager me dijo que estaba todo listo para migrar a MegaVisión sin peo me sorprendí. El viejo Cienfuegos pagó la multa por cancelación de contrato, pagó una bola de dinero.

–Eso me lo debes a mi, yo hablé con Cienfuegos.

–Verga, ¿así nada más?

–Gafo me lo estoy tirando.

Rebeca le contó que desde que entró al concurso de belleza tiene un arelación con Gonzalo Cienfuegos, el muchchacho estaba impactado imaginándose a su amiga teniendo sexo con el sexagenario.

Caminando, llegaron al camerino de Rebeca que no entraba desde hace más de un mes, se encontraron con Antonio Reverte.



–Vaya, moviste tus influencias para que me quitaran el protagónico.

–Te dije que te iba a tener en mis manos, era eso o lo otro, ¿te acuerdas?

Catire estaba incómodo con la situación.  –Disculpen yo los dejo solos.

–No, no,no, ¿por qué te vas a a ir?

–Chamo, tranquilo, yo sé que tú no tienes nada que ver con esto, te mereces el protagónico, eres bueno a pesar de la poca experiencia, felicidades. –Miró a Rebeca y siguió su camino.

­–Entremos, vamos a celebrar, tengo cervezas en la neverita.

–Podemos beber y hacer otras cosas. -Entraron y cerraron con llave mientras se desnudaban. Catire se agachó y comenzó a hacerle sexo oral mientras ella echaba su cabeza hacia atrás y se mordía los labios, sus manos le halaban el cabello al chico que no paraba de mover su lengua.

–Métemelo.

–Primero me lo mamas. –Se tiró en la cama y ella fue directo al pene y se lo introdujo en la boca completamente. Varios minutos saboreando aquel pene, bañándolo en saliva para luego montarse sobre él e introducirlo en su vagina lentamente.

–¿Te lo vas a meter sin condón?

–Si. –Dijo eso y se sentó para luego comenzar a moverse. Ella enloquecida se movía hacia a arriba y abajo y adelante y atrás mientras gritaba, él la tomaba de las nalgas moviéndola

Los gritos se escuchaban afuera aunque no había nadie quien los escuchara.

Catire estaba a punto de venirse y le apretó las nalgas, gritó y le acacbó adentro. Rebeca se echó a un lado de la cama jadeando.

–Hay que irnos, tengo que subir donde el viejo. Vístete y sal con cuidado.

–Me quiero duchar.

–Noooo, en tu casa.



Catire salió viendo hacia los lados para chequear que no había nadie y se fue. Rebeca se duchó rápido, se lavó los dientes y subió al despacho de Cienfuegos.



–Hola Ofelia, ya sabes que no tengo que decirte que voy a entrar sin que me anuncies ¿no?

–Yo no entraría ahora, por….

–Hola paaaa…pi…Buenas tardes.

–¿Y esta niña no le dijeron que estabas ocupado? Niña, estoy con mi esposo reunidos, ¿puedes esperar afuera?

–Necesito hablar contigo Gonzalo.

–Espera afuera Rebeca. –La chica salió del despacho fúrica pero no le quedó más remedio que esperar.



–Te lo dije, te dije que no entraras.

–Déjame en paz. ¿Puedes pedir que me traigan un jugo de naranja sin azúcar?

–Claro señorita, no faltaba más. –Levantó el auricular y pidió el jugo.

–Ya lo traen ¿algo más quiere la señora Sucre?.

–No, gracias.



A los 15 minutos salía la esposa de Cienfuegos molesta, se acercó a Rebeca. Casi al oído le habló.

–Mosquita muerta, yo sé que te tiras a mi marido, ten cuidado por donde caminas y adónde vas porque te estaré vigilando.

–Usted tenga cuidado al salir por la puerta y no se enganche con los cachos.

Un bofetada le volteó la cara que la sentó en el sofá. Ofelia se tapó la boca sorprendida pero con una sonrisa.

–Hasta luego Ofelia, hablamos.



Rebeca entró con su mano en la mejilla.

–Tu esposa me dio una cachetada.

–Algo habrás hecho allá a fuera para que hiciera eso, ella es una dama que no se rebaja a cachetear a una actriz novata.

–¿Novata? Llevo tres novelas.

–¿A que viniste Rebequita?

–Ay papiii vine a agradecerte lo de Catire, fue todo rapidísimo, me sorprendió.

–Bueno, te dije que lo haría ¿no?

–Vine a pagar el favor, siéntate en tu silla

Gonzalo se sentó en la en la enorme silla y se bajó el cierre del pantalón, Rebeca metió su mano y sacó el pene aun flácido y comenzó a lamerlo para luego metérselo en la boca.

–<<Ofelia no me pases llamadas ni dejes entrar a nadie A NADIE>>.



Le puso la mano en la cabeza a Rebeca y presionó.

–AAH, AAAAAAH, no se como coño haces pero me vengo muy rápido, mamas muy bien.

Eres un eyaculador precoz, eso es lo que pasa y lo agradezco, que asco.

Rebeca se puso de pie y se limpió la boca con su mano y se fue al baño a enjuagarse la boca. De regreso tuvo un mareo que Gonzalo la sostuvo.

–Hey ¿qué te pasa, estás bien?

–Si, si, solo fue un mareo.

–Yo quiero cogerte carajita, tienes que quedarte una noche conmigo.

–Cuando quieras papi, pero tengo que cuadrar con Ricardo.

–Grabaciones hasta tarde y te quedas en el canal.

–Ay Gonzalo ¿no conoces a Ricardo? Ese me busca a la hora que sea.

–Ya se me ocurrirá algo.



Llegó a su casa, ya era pasadas las 7:30 de la noche. Ricardo la esperaba sentado en la sala tomando una copa de brandy.

–Hola mi amor.

–Hola, sube al cuarto que tenemos que hablar, pero primero ve a tu hijo.

–Ay amor estoy AGOTADA para calarme al mocoso ese.

Ricardo la cogió del cabello y la llevó por las escaleras hasta la habitación del niño.

–Entra y dale un beso aunque sea, ya lo bañé y le di de comer, ya no hay leche materna así que esta noche le das teta. Te espero en el cuarto.



Rebeca entró a la habitación.

–Maldito carajito, ¿hasta cuándo voy a tener que soportarte? Ojalá dejaras de respirar y no verte más. –Le quitó la cobija y lo dejó destapado. Se fue a su habitación.

Al entrar Ricardo la esperaba de pie y recibió una fuerte cachetada.

­–¿Cómo se te ocurre hacer lo que hiciste zorra de mierda? ¿quién te crees tú ah? Párate.

–Mi amor, te puedo explicar….ya va…yo…-Otra cachetada y un empujón la tumbó en la cama.

–¿Qué coño me vas a explicar? ¿Tú crees que puedes hacer lo que te de la gana?

–Mi amor, lo que te haya dicho mi mamá es un invento, yo no me acosté con Catire, te lo juro, te lo juro, no pasó nada solo fue un beso.



Ricardo abrió los ojos y la vena de su sien le latía, comenzó a quitarse la correa.

–Tu mamá no me dijo nada. Te estoy hablando de Ana, ella va a regresar a trabajar y se va a quedar a vivir aqui. Pero ahora que me dices lo de Catire, pues vas a recibir lo que te mereces.

–Le dio una vuelta en su mano a la correa apretó y comenzó a golpearla con fuerza. Los gritos eran fuertes.

–NOOOOO, NOOO PARA, NO SIGAS, NO ME PEGUEEES

Ana, en su habitación, escuchaba los gritos y se sonreía.



Los correazos no se detenían, la cogía del cabello y la arrastraba por el piso para luego seguir golpeándola. Unos minutos después, con la respiración agitada, soltaba la correa dejándola caer al suelo. Rebeca inmóvil en el suelo, sollozaba, no se movía del dolor.

Ricardo, sudando, se limpió el bigote con su mano quitando el exceso de sudor, tomó el teléfono y llamó a una ambulancia. Colgó y llamó a Ana para que se quedara con el bebé.



–Ricardo, la golpeaste muy duro, ¿te volviste loco? Rebeca está embarazada.

Ricardo se sorprendió y se le inundaron los ojos de lágrimas.

–Dime que el bebé está bien, por favor dime que está bien y no lo va a perder.

–Tranquilo, todo está bien la que está adolorida y golpeada salvajemente es ella. ¿En qué estabas pensando?

–Me montó cachos.



Ricardo entró a la habitación. –Mi amor, mi amor, ¿estás despierta? –Rebeca abrió los ojos y una lágrima corría a un costado del ojo. –Perdóname, perdóname, me volví loco, no lo vuelvo a hacer. Hablé con tu mamá y me dijo que no tuviste nada con el carajito ese, además mi amor me acabo de enterar que estamos embarazados de nuevo.

Rebeca comenzó a llorar desconsoladamente sin detenerse. Saber que estaba embarazada de nuevo la martirizaba.

–No…no…le digas a  nadie de este embarazo, voy a perder el protagónico que comienzo…a grabar en…un mes…por favor, por favor no digas nada.

–Tranquila mi amor, no diremos nada, ahora lo importante es que te recuperes y cuidemos a este hermosos bebe.



Llegaba Yolanda con Catire. Entraron a la habitación, el chico vio a Rebeca con moretones por todos lados y se impactó. –Espérame afuera Catire.

–Hola cariño, ¿te duelen los golpes? No le dije nada a Ricardo de tu desliz con mi novio, pero igual recibiste una paliza, aaaay cariño, compórtante, un día de estos se le va la mano y te mata. Te mereces esa golpiza por puta mi amor.

–No sabes….cuanto…te odio…eres de lo peor…sal de aquí.



Ricardo estaba afuera con Catire, le pasó el brazo por detrás de la nuca abrazándolo y lo llevó a la sala de espera que estaba sola. Lo cogió con fuerza del cuello.

–Te puedes coger a mi suegra y a todas las mujeres que quieras pero a mi mujer ni un pelo le vas a tocar. Que yo no me entere que te la vuelves a coger, porque te mato niñato de mierda.

–Yo…yo…no hice nada señor…yo…-Le apretó más duro.

–Tú si, cabrón, tú si, aléjate de ella.



Lo soltó y se regresó a la habitación.

–Suegra, salga y déjeme solo con su hija.

Ricardo le puso la mano en el cuello a Rebeca que se le tensó el cuerpo al sentir la mano tocándola.

–Mi amor, ya Catire no volverá a molestarte, ya hablé con él y aclaramos todo, ¿comprendes verdad? –Le dio un beso en la frente mientras La chica volvía a llorar.

2 comentarios:

  1. Mier es que Rebeca se pasa ok en la primera el Catire la engaño pero ahora de nuevo tiran y ella acepta hacerlo sin condon :\. Pero de pana como odio a la Yolanda -.-

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  2. Cada quien recibe lo que se merece. Pobres beber nacer en esa familia tan horrible!

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