lunes, 9 de octubre de 2017

INQUEBRANTABLE 1. Capítulo 8


Rebeca miró hacia todos lados de la habitación, vio condones y ropa interior femenina. También una pequeña bandeja con un polvo blanco que imaginó sería cocaína.

–Entré porque soy tu prometida y tus escoltas me conocen. ¿Tú te prestaste para esto? -Le decía a Victor mientras él lo negaba y diciéndole que estaba recién entrando al local.

–Ya veo que la pasaste bien, hasta sexo hubo.

–Ay, aaau, ¿qué sexo? Vinieron unas stripper, más nada, no grites coño.

–Ah strippers, ¿y esto qué es? Un globo desinflado. Después no te quejes cuando haga mi despedida de soltera.

–Ya Rebeca, deja de gritar que te tengo cerca, me duele la cabeza.

–Vístete y te espero afuera. –Miró a Victor de arriba a abajo e insinuándole que se saliera del cuarto mientras su prometido se vestía.



–¡Qué bolas tienen ustedes de montar esto! ¿Tú también tiraste?

–¡Rebeca! Ya te dije que yo me fui de la fiesta y regresé minutos antes que tú llegaras.

–¿Y dónde fuiste? -Rebeca lo miró extrañada.

–Me vi con unos amigos, luego fui a mi casa y regresé para acá.

–Mmmmm, ok…vamos a creerte. –Ricardo me dijo que piensan que este es gay, yo creo que sí lo es, no tiene pinta de haberse acostado con alguna de las stripper y está nervioso.



–Llévame en tu carro, luego busco el mío.

–Deberías irte con tu escolta, tienes una pinta y hueles asqueroso.

–¿Tú vas a seguir? Verga que ladilla de pana. ¿te vas a presentar a mi rumba de soltero a qué? Coño, déjame disfrutar AAAY, de mis últimos días de soltero.



Rebeca lo dejó en su apartamento y se fue a su casa.

–Ya vas a ver el rumbón que voy a hacer yo. –Sonó su celular, era Gonzalo Cienfuegos.

<<Mi princesa, ¿dónde estás?>>

<<Hola papi, llegando a mi casa>>

<<Agarra un traje de baño, toalla y bronceador, que nos vamos en el yate, te busca mi chofer ya>>.





Llegaron a la Marina, era la primera vez que Rebeca iba a ese lugar y a conocer el yate de Gonzalo. Una embarcación de 70 pies con dos camarotes, baño, una pequeña cocina y comedor.

–Ay gordo pero esto es bellísimo, ¿por qué no me habías traído antes?

–Princesa porque primero estaba en reparación y segundo la maldita de mi mujer lo tenía acaparado para salir con sus amigas del club.

–Cómprale uno a la vieja esa y nos quedamos con este.

–Me quedo mi amor, este yate es mio princesa no tuyo, yo te invito a que lo disfrutes.

A Rebeca le revolvió el estómago el comentario pero tuvo que quedarse callada y simplemente sonreir.



Ya tumbados en la popa tomando sol y bebiendo champaña, Rebeca le daba vueltas a la cabeza para ver como le decía algo a Gonzalo que le quería pedir.

–Papi, mira, sabes que me caso pronto y quería saber si tú…

–Te voy a regalar una camioneta, llega la semana de arriba.

–¿Una camioneta? ¿Para mi?.

–En realidad está  a nombre de la compañía, yo te la voy a presatr por tiempo indefinido.

–Gracias mi amor. –Rebeca le dio un beso en la boca pero seguía con la rabia por dentro. –Bueno, te quería pedir…si me podías prestar el estudio que tienes en Los Olivos. ¿Si? Anda, para hacer mi despedida de soltera.

–Coño princesa pero un estudio, ahí hay equipos muy costosos y escenografías.

–Anda mi amor, manda a guardar todo eso, lo quiero hacer ahí.

–A ver princesa, yo hablo con uno de mis amigos que tienen restaurantes y te lo prestan, ese día no abren, yo les pago y listo.

–Mi amor, no quiero que nadie se entere que hago la fiesta y que pase desapercibida, el estudio es perfecto porque está oculto y si ven entrando gente pensarán que es una grabación, Acuérdate que estamos en el ojo del huracán luego de que nos vieron en tu apartamanto.

Gonzalo, cerró los ojos, suspiró y cogió su celular.

<<Ofelia, habla con el personal de Los Olivos y que guarden todos los equipos en el depósito haciendo el inventario y que revisen las luces. -Tapó el micrófono. –¿Para cuándo quieres el estudio?

–Martes.

<<Ajá, Ofeia quiero que para el martes a las cuatro de la tarde esté despejado el estudio y las luces listas>>.

<<¿Va a haber grabación o un evento?>>

<<Eso no te interesa, tú da la orden y que se cumpla, chao>>

–Listo princesa.

–¡Gracias papi!

–Noooooo carajita, gracias no, esto te lo cobro, ponte a mamar para luego cogerte. –Rebeca volvió a sonreir y le bajó el bermuda hasta dejar libre el pene flácido del hombre. Lo metió en su boca. A Rebeca le daban náuseas sentir la piel del miembro aún en reposo y arrugada pero no tuvo más remedio que que hacerlo.

–Me tomé una pastillita que me mandó el doctor, esta no me va a infartar, pero lo va a poner duro en unos segundos, sigue.



Rebeca así lo hizo y el pene comenzó a levantarse hasta que se puso rígido. Estaba sorprendida pues nunca lo había visto así, aunque no tiene una gran dotación, se veía más grande de lo que habitualmente se ve. Le quitó el bermuda y ella se quitó la parte de bajo del traje de baño. –¿Tienes condón?

–Princesa ya te he dicho miles de veces que  me hice la vasectomía, móntate y disfruta.

–No quiero quedar embarazada, ni hoy ni nunca.

–De mi no quedarás.

Rebeca se sentó sobre el hombre, tomando entre sus manos el pene y llevarlo a la entrada de su vagina. Lo colocó y lo introdujo.

–¡uuuuuuuf coño de la madreeeee! –Gonzalo no aguantó la sensación tibia y húmeda de la parte interna de la vagina y acabó enseguida.

Menos mal que se vino.

–Coño princesa me tenías excitado, disculpa.

–Tranquilo papi, no hay problema.

–Voy a recostarme para reponerme y repetimos ¿si?

–Ok mi amor, yo me quedo tomando sol y champaña.

–En la nevera hay más y hay cosas para picar.



Gonzalo entró en el camarote y se tumbó en la cama boca abajo y ahí se quedó.



Rebeca se quitó la parte de arriba del traje de baño y se lanzó al mar. Llegaba un yate más pequeño con tres jóvenes que no pasarían de los 30 años.

–Epa mami, ¿andas solita? Uuuy y desnudita, ¿quieres que te demos abrigo aquí?

Rebeca se reía mientras movía el agua para que no la vieran desnuda.

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