Rebeca miró hacia todos lados de la
habitación, vio condones y ropa interior femenina. También una pequeña bandeja
con un polvo blanco que imaginó sería cocaína.
–Entré porque soy tu prometida y tus
escoltas me conocen. ¿Tú te prestaste para esto? -Le decía a Victor mientras él
lo negaba y diciéndole que estaba recién entrando al local.
–Ya veo que la pasaste bien, hasta sexo
hubo.
–Ay, aaau, ¿qué sexo? Vinieron unas
stripper, más nada, no grites coño.
–Ah strippers, ¿y esto qué es? Un globo
desinflado. Después no te quejes cuando haga mi despedida de soltera.
–Ya Rebeca, deja de gritar que te tengo
cerca, me duele la cabeza.
–Vístete y te espero afuera. –Miró a Victor
de arriba a abajo e insinuándole que se saliera del cuarto mientras su
prometido se vestía.
–¡Qué bolas tienen ustedes de montar esto!
¿Tú también tiraste?
–¡Rebeca! Ya te dije que yo me fui de la
fiesta y regresé minutos antes que tú llegaras.
–¿Y dónde fuiste? -Rebeca lo miró
extrañada.
–Me vi con unos amigos, luego fui a mi casa
y regresé para acá.
–Mmmmm, ok…vamos a creerte. –Ricardo me dijo que piensan que este es gay,
yo creo que sí lo es, no tiene pinta de haberse acostado con alguna de las
stripper y está nervioso.
–Llévame en tu carro, luego busco el mío.
–Deberías irte con tu escolta, tienes una
pinta y hueles asqueroso.
–¿Tú vas a seguir? Verga que ladilla de
pana. ¿te vas a presentar a mi rumba de soltero a qué? Coño, déjame disfrutar
AAAY, de mis últimos días de soltero.
Rebeca lo dejó en su apartamento y se fue a
su casa.
–Ya vas a ver el rumbón que voy a hacer yo.
–Sonó su celular, era Gonzalo Cienfuegos.
<<Mi princesa, ¿dónde estás?>>
<<Hola papi, llegando a mi
casa>>
<<Agarra un traje de baño, toalla y
bronceador, que nos vamos en el yate, te busca mi chofer ya>>.
Llegaron a la Marina, era la primera vez
que Rebeca iba a ese lugar y a conocer el yate de Gonzalo. Una embarcación de
70 pies con dos camarotes, baño, una pequeña cocina y comedor.
–Ay gordo pero esto es bellísimo, ¿por qué
no me habías traído antes?
–Princesa porque primero estaba en
reparación y segundo la maldita de mi mujer lo tenía acaparado para salir con
sus amigas del club.
–Cómprale uno a la vieja esa y nos quedamos
con este.
–Me quedo mi amor, este yate es mio princesa
no tuyo, yo te invito a que lo disfrutes.
A Rebeca le revolvió el estómago el
comentario pero tuvo que quedarse callada y simplemente sonreir.
Ya tumbados en la popa tomando sol y
bebiendo champaña, Rebeca le daba vueltas a la cabeza para ver como le decía
algo a Gonzalo que le quería pedir.
–Papi, mira, sabes que me caso pronto y
quería saber si tú…
–Te voy a regalar una camioneta, llega la
semana de arriba.
–¿Una camioneta? ¿Para mi?.
–En realidad está a nombre de la compañía, yo te la voy a
presatr por tiempo indefinido.
–Gracias mi amor. –Rebeca le dio un beso en
la boca pero seguía con la rabia por dentro. –Bueno, te quería pedir…si me podías
prestar el estudio que tienes en Los Olivos. ¿Si? Anda, para hacer mi despedida
de soltera.
–Coño princesa pero un estudio, ahí hay
equipos muy costosos y escenografías.
–Anda mi amor, manda a guardar todo eso, lo
quiero hacer ahí.
–A ver princesa, yo hablo con uno de mis
amigos que tienen restaurantes y te lo prestan, ese día no abren, yo les pago y
listo.
–Mi amor, no quiero que nadie se entere que
hago la fiesta y que pase desapercibida, el estudio es perfecto porque está
oculto y si ven entrando gente pensarán que es una grabación, Acuérdate que
estamos en el ojo del huracán luego de que nos vieron en tu apartamanto.
Gonzalo, cerró los ojos, suspiró y cogió su
celular.
<<Ofelia, habla con el personal de
Los Olivos y que guarden todos los equipos en el depósito haciendo el
inventario y que revisen las luces. -Tapó el micrófono. –¿Para cuándo quieres
el estudio?
–Martes.
<<Ajá, Ofeia quiero que para el
martes a las cuatro de la tarde esté despejado el estudio y las luces
listas>>.
<<¿Va a haber grabación o un
evento?>>
<<Eso no te interesa, tú da la orden
y que se cumpla, chao>>
–Listo princesa.
–¡Gracias papi!
–Noooooo carajita, gracias no, esto te lo
cobro, ponte a mamar para luego cogerte. –Rebeca volvió a sonreir y le bajó el
bermuda hasta dejar libre el pene flácido del hombre. Lo metió en su boca. A
Rebeca le daban náuseas sentir la piel del miembro aún en reposo y arrugada
pero no tuvo más remedio que que hacerlo.
–Me tomé una pastillita que me mandó el
doctor, esta no me va a infartar, pero lo va a poner duro en unos segundos,
sigue.
Rebeca así lo hizo y el pene comenzó a
levantarse hasta que se puso rígido. Estaba sorprendida pues nunca lo había
visto así, aunque no tiene una gran dotación, se veía más grande de lo que
habitualmente se ve. Le quitó el bermuda y ella se quitó la parte de bajo del
traje de baño. –¿Tienes condón?
–Princesa ya te he dicho miles de veces
que me hice la vasectomía, móntate y
disfruta.
–No quiero quedar embarazada, ni hoy ni
nunca.
–De mi no quedarás.
Rebeca se sentó sobre el hombre, tomando
entre sus manos el pene y llevarlo a la entrada de su vagina. Lo colocó y lo
introdujo.
–¡uuuuuuuf coño de la madreeeee! –Gonzalo
no aguantó la sensación tibia y húmeda de la parte interna de la vagina y acabó
enseguida.
–Menos
mal que se vino.
–Coño princesa me tenías excitado,
disculpa.
–Tranquilo papi, no hay problema.
–Voy a recostarme para reponerme y
repetimos ¿si?
–Ok mi amor, yo me quedo tomando sol y
champaña.
–En la nevera hay más y hay cosas para
picar.
Gonzalo entró en el camarote y se tumbó en
la cama boca abajo y ahí se quedó.
Rebeca se quitó la parte de arriba del
traje de baño y se lanzó al mar. Llegaba un yate más pequeño con tres jóvenes
que no pasarían de los 30 años.
–Epa mami, ¿andas solita? Uuuy y desnudita,
¿quieres que te demos abrigo aquí?
Rebeca se reía mientras movía el agua para
que no la vieran desnuda.
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